CONTRAPUNTOS AL CAMINO DEL
OPUS DEI
Autor: Mosén Josep Dalmau
TIBIEZA
Punto 325. Camino 325. Lucha contra esa flojedad
que te hace perezoso y abandonado en tu vida espiritual. -Mira
que puede ser el principio de la tibieza..., y, en frase de
la Escritura, a los tibios los vomitará Dios.
Contrapunto. Este fenómeno de desgana interior
que en la vida religiosa recibe el nombre de tibieza es sólo
el resultado de encontramos sin ruta, de caminar a la deriva.
No la maldigas. Gracias a ella podemos descubrir -como por
medio del dolor físico- dónde radica el mal.
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Punto 326. Me duele ver el peligro de tibieza en
que te encuentras cuando no te veo ir seriamente a la perfección
dentro de tu estado. -Di conmigo: no quiero tibieza!: "confige
timore tuo carnes meas!" - dame, Dios mío, un
temor filial, que me haga reaccionar!
Contrapunto. Este estado de tibieza, entre el hielo
y el entusiasmo, no se termina diciendo: "no quiero tibieza".
Ni se reacciona por el simple temor filial. Es fruto de una
contradicción interna. Quiere decir que los caminos
de la fe y de la experiencia no van orientados en la misma
dirección.
Punto 327. Ya sé que evitas los pecados
mortales. - Quieres salvarte! -Pero no te preocupa ese continuo
caer deliberadamente en pecados veniales, aunque sientes la
llamada de Dios, para vencerte en cada caso. -Tu tibieza hace
que tengas esa mala voluntad.
Contrapunto. La tibieza se confunde con la mala voluntad.
No la hagas responsable de nada. Suele ser el resultado de
un infantilismo mental religioso. Es tu desmirriadez, humana
y religiosa a la vez, la causa- del desastre. ¿No ves,
lelo, que te han puesto así esos melodramas morales
de si es pecado mortal o venial cualquier fruslería?
Vive de cara a las grandes empresas de la vida en lugar de
ser un contable o un aduanero de pecados.
Punto 328. Qué poco amor de Dios tienes
cuando cedes sin lucha porque no es pecado grave!
Contrapunto. No pienses que amas poco a Dios cuando
caes en faltas. Es muy frecuente hacer sufrir a los que se
ama.
Punto 329. Los pecados veniales hacen mucho daño
al alma. -Por eso, "capite nobis vulpes parvulas, quae
demoliuntur vineas", dice el Señor en el "Cantar
de los Cantares": cazad las pequeñas raposas que
destruyen la viña.
Contrapunto. Más que el pecado venial, lo que
hace realmente daño es mantener esta división
de mortales y veniales. Los que se mueven en estas coordenadas
suelen colar el mosquito y pasar el camello por el coladero.
La cuestión se ha de poner sobre otras bases: de fidelidad
o infidelidad a la Fe. A partir de aquí, ¿ quién
puede decir que una pequeña infidelidad no representa
una gran traición a nosotros mismos y a Dios?
Punto 330. Qué pena me das mientras no sientas
dolor de tus pecados veniales! -Porque, hasta entonces, no
habrás comenzado da tener verdadera vida interior.
Contrapunto. Mientras te dediques a tener mucha pena
de tus veniales, perderás de vista los que se llaman
mortales y tu vida será fundamentalmente estéril.
Mira hacia adelante, no hacia atrás.
Punto 331. Eres tibio si haces perezosamente y
de mala gana las cosas que se refieren al Señor; si
buscas con cálculo o "cuquería" el
modo de disminuir tus deberes; si no piensas más que
en ti y en tu comodidad; si tus conversaciones son ociosas
y vanas; si no aborreces el pecado venial; si obras por motivos
humanos.
Contrapunto. La tibieza puede permanecer muy bien
sin caer por eso en pecado venial. La tibieza no es un problema
de pecados veniales deliberados. Puede no haber pecados veniales
y persistir, no obstante, la tibieza. No confundas las dos
cosas. Antes bien, quiere decir que estás atascado
en tu camino. Andas mucho todo el día y como la gallina
no te mueves del corral. Te faltan alicientes para continuar
adelante. De aquí tu tibieza. Busca nuevos horizontes
para volver a encontrar la línea perdida.
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