Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

Contrapuntos al camino del Opus Dei
Índice del libro
Prólogo
Carácter
Dirección
Oración
Pureza
Corazón
Mortificación
Penitencia
Examen
Propósitos
Escrúpulos
Presencia de Dios
Vida sobrenatural
Más de vida interior
Tibieza
Estudio
Formación
El plano de tu santidad
Amor de Dios
Caridad
Los medios
La Virgen
La Iglesia
Santa Misa
Comunión de los Santos
Devociones
Fe
Humildad
Obediencia
Pobreza
Discreción
Alegría
Otras virtudes
Tribulaciones
Lucha interior
Postrimerías
La voluntad de Dios
La gloria de Dios
Proselitismo
Cosas pequeñas
Táctica
Infancia espiritual
Vida de infancia
Llamamiento
El apóstol
El apostolado
Perseverancia
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CONTRAPUNTOS AL CAMINO DEL OPUS DEI
Autor: Mosén Josep Dalmau

PENITENCIA

Punto 208. Bendito sea el dolor. -Amado sea el dolor. -Santificado sea el dolor... Glorificado sea el dolor!

Contrapunto. El dolor no es bueno ni bendito. No ames el dolor. Las cosas malas no se deben amar. Acepta el dolor solamente cuando evitado significaría ser infiel a tu conciencia. Entonces, véncelo para que no te sirva de obstáculo.


Punto 209. Todo un programa, para cursar con aprovechamiento la asignatura del dolor, nos da el Apóstol: "spe gaudentes" -por la esperanza, contentos, "in tribulatione patientes" -sufridos, en la tribulación, "orationi instantes" -en la oración, continuos.

Contrapunto. Una buena lección nos da el Maestro sobre este no amar al dolor: "Padre, aleja de mí este cáliz". Pero lo acepto -como Él- por fidelidad a mi fe, si así me lo exige.


Punto 210. Expiación: ésta es la senda que lleva a la Vida.

Contrapunto. ¿Por qué te crees que a veces se ha perseguido a sacerdotes y católicos notorios en nuestro país en tiempo de revolución social? La historia hace expiar a veces los errores, y las culpas se pagan históricamente.


Punto 211. Entierra con la penitencia, en el hoyo profundo que abra tu humildad, tus negligencias, ofensas y pecados. -Así entierra el labrador, al pie del árbol que los produjo, frutos podridos, ramillas secas y hojas caducas. -Y lo que era estéril, mejor, lo que era perjudicial, contribuye eficazmente a una nueva fecundidad. Aprende a sacar, de las caídas, impulso: de la muerte, vida.

Contrapunto. Nada de enterrar u ocultar negligencias con actos de penitencia artificiales, como si fuesen parches a los deberes que a cada momento nos pide la vida. Vale más admitir sinceramente nuestros fallos y no disimulados. ¿De dónde sacan su atractiva sencillez y su profundo humanismo los grandes hombres, sino porque saben reconocer sus propios defectos? ¿De dónde piensas que ha nacido esta repugnancia del pueblo hacia la Iglesia y sus representantes, sino de los actos de penitencia que oficialmente predica y ostentosamente practica, sin tener nunca la valentía y la sinceridad de reconocer sus fallos?


Punto 212. Ese Cristo, que tú ves, no es Jesús. -Será, en todo caso, la triste imagen que pueden formar tus ojos turbios... -Purifícate. Clarifica tu mirada con la humildad y la penitencia. Luego... no te faltarán las limpias luces del Amor. Y tendrás una visión perfecta. Tu imagen será realmente la suya: El!

Contrapunto. La figura de Cristo es mucho más visible en el fondo de cada conciencia de lo que pensamos. El Cristo que predicamos es el que quisiéramos que fuera, el que nos interesa, el que nos hace quedar bien. Pero tú ya sabes quién es y qué te pide el Cristo de verdad. ¡Sé sincero, hombre!


Punto 213. Jesús sufre por cumplir la Voluntad del Padre... Y tú, que quieres también cumplir la Santísima Voluntad de Dios, siguiendo los pasos del Maestro, ¿podrás quejarte si encuentras por compañero de camino al sufrimiento?

Contrapunto. Jesús pide que le alejen el cáliz amargo de la pasión que se avecina. ¿Y tú serás tan infeliz de pedir que el Padre te envíe el dolor para mortificarte y santificarte? ¿O eres de aquellos que dicen, cuando ven un pobre o un enfermo: "Dios le ha hecho el favor de hacerla sufrir"?


Punto 214. Di a tu cuerpo: prefiero tener un esclavo a serlo tuyo.

Contrapunto. Di a tu cuerpo: no conviene que seas mi esclavo ni que yo lo sea tuyo. La esclavitud es mala siempre, como la mentira.


Punto 215. Qué miedo le tiene la gente a la expiación! Si lo que hacen por bien parecer al mundo lo hicieran rectificando la intención, por Dios... qué santos serían algunos y algunas!

Contrapunto. Es cierto que todos justificamos con facilidad nuestros actos delante de los demás. Lo que no lo es tanto es que las cosas marchen mejor por rectificar nuestra intención. Es menester cambiar los actos mismos. No se puede pagar un jornal como quien hace un acto de caridad. Ni se puede pagarla -rectificando la intención-, como quien hace un acto de justicia. Porque lo que no es justo es pagar jornales.


Punto 216. ¿Lloras? -No te dé vergüenza. Llora: que sí, que los hombres también lloran, como tú, en la soledad y ante Dios. -Por la noche, dice el Rey David, regaré con mis lágrimas mi lecho. Con esas lágrimas, ardientes y viriles, puedes purificar tu pasado y sobrenaturalizar tu vida actual.

Contrapunto. Hay lágrimas de cocodrilo, que hay que evitar. Pero hay llantos que son fruto de grandeza de espíritu. Entonces no hay que llorar a escondidas. Es una cobardía. Si David lloró de noche en su soledad, Cristo lloró públicamente. Y si lloras alguna vez por la noche -cosa que tampoco no está prohibida- hazlo saber como David. No lo ocultes.


Punto 217. Te quiero feliz en la tierra. -No lo serás si no pierdes ese miedo al dolor. Porque, mientras "caminamos", en el dolor está precisamente la felicidad.

Contrapunto. Tienes que ser feliz en este mundo. Pero no lo serás si te empeñas en amar el sacrificio, el dolor y la penitencia. Ama, mejor, la bondad, la verdad, la paz, la libertad, y verás como desaparece el dolor de tu vida, ahogado por estas dimensiones del espíritu.


Punto 218. Qué hermoso es perder la vida por la Vida!

Contrapunto. Nunca es hermoso perder la vida por la Vida. Esto sólo lo puede decir quien no ha pasado por ese trance. No obstante, sábete que, con frecuencia, no queda otro camino.


Punto 219. Si sabes que esos dolores -físicos o morales- son purificación y merecimiento, bendícelos.

Contrapunto. ¿Por qué habrá de purificamos sólo el dolor? Todo lo bueno que existe en la vida vale para purificamos. Como también los dolores físicos y morales pueden destrozarnos. No son ellos sino nosotros los que tenemos la palabra.


Punto 220. ¿No te produce mal sabor de boca el deseo de bienestar fisiológico -"Dios le dé salud, hermano"- con que ciertos pobres agradecen o reclaman una limosna?

Contrapunto. ¿No te parece hermoso saborear el regalo de un pobre: "Dios le dé salud, hermano", que nos desea salud y nos llama hermano, recordándonos que nuestra situación confortable en frente de su pobreza no tiene nada que ver con la hermandad humano-divina de los hombres? ¿ Querrías quizá que te deseara santidad? ¿Cómo quieres ser santo si barajas millones y te produce mal sabor de boca el saludo de un pobre hombre que te ha recordado que es tu hermano?


Punto 221. Si somos generosos en la expiación voluntaria, Jesús nos llenará de gracia para amar las expiaciones que El nos mande.

Contrapunto. Ya hemos visto que la vida no es un partido de fútbol de entrenamiento. La vida entera es un partido serio. Por eso, las expiaciones voluntarias suelen ser más un parche y una evasión que un compromiso vital.


Punto 222. Que tu voluntad exija a los sentidos, mediante la expiación, lo que las otras potencias le niegan en la oración.

Contrapunto. Concéntrate para que todo tu ser siga pendiente y en activo durante la oración. No vaya a ser que después tu voluntad no sepa orientar la actividad de los sentidos.


Punto 223. Qué poco vale la penitencia sin la continua mortificación!

Contrapunto. Si nos dedicamos a la penitencia y a la mortificación, ¿ qué oportunidad nos va a quedar de hacer algo que valga la pena por los otros? ¿Por qué no vivificar nuestra vida, en vez de mortificarla?


Punto 224. ¿Tienes miedo a la penitencia?... A la penitencia, que te ayudará a obtener la Vida eterna. -En cambio, por conservar esta pobre vida de ahora, ¿no ves cómo los hombres se someten a las mil torturas de una cruenta operación quirúrgica?

Contrapunto. Es posible que la penitencia pueda ayudarte a obtener la Vida eterna; pero lo que lleva directamente a ella es comprometerse en cuerpo y alma en la lucha por un mundo fraterno, es decir, por un mundo sin clases dominantes. Donde "servir" no sea lo mismo que dominar.


Punto 225. Tu mayor enemigo eres tú mismo.

Contrapunto. Nuestro peor enemigo no somos nosotros -¿quién se desea mal a sí mismo?- sino nuestra estructura social clasista.


Punto 226. Trata a tu cuerpo con caridad, pero no con más caridad que la que se emplea con un enemigo traidor.

Contrapunto. Así como los enemigos traidores necesitan testimonios más altos de caridad que los normales -como Gandhi, que perdonó en el mismo momento de recibir el tiro mortal-, de la misma manera hemos de tratar nuestras debilidades. Nunca con despotismo.


Punto 227. Si sabes que tu cuerpo es tu enemigo, y enemigo de la gloria de Dios, al serlo de tu santificación, ¿por qué le tratas con tanta blandura?

Contrapunto. No hagas pagar a tu pobre cuerpo los platos rotos de tu mala conciencia. Él obedece simplemente a tu voluntad. Y si no obedece, no peca. Deja, pues, de hacer blanco de tus iras a tu cuerpo, y quiérelo como una de las maravillas de Dios.


Punto 228. "Que pasen buena tarde" -nos dijeron, como es costumbre-, y comentó un alma muy de Dios: qué deseos más cortos!

Contrapunto. "Que Dios le bendiga", le dijeron, como es costumbre, a un mendigo; y comentó un alma muy sensible: ¿en qué Dios fantoche creerá esta buena gente, que se tienen por personas de miras elevadas porque están bien situadas en la vida?


Punto 229. Contigo, Jesús, qué placentero es el dolor y qué luminosa la oscuridad!

Contrapunto. Jesús, no permitas que los beatos me convezcan de que lo negro es blanco, o que el dolor es placentero y luminosa la oscuridad.


Punto 230. Sufres! -Pues, mira: "El" no tiene el Corazón más pequeño que el nuestro. -¿Sufres? Conviene.

Contrapunto. ¿Sufres? Pues mira, Cristo sufrió menos de lo que parece. Y ¿sabes por qué? Porque sabía lo que quería. Tú, en cambio, vas por el mundo sin haberte propuesto saber lo que quieres; supones cándidamente que con saber que venimos de Dios y que a Dios vamos tenemos bastante para vivir.


Punto 231. El ayuno riguroso es penitencia gratísima a Dios. -Pero, entre unos y otros, hemos abierto la mano. No importa -al contrario- que tú, con la aprobación de tu Director, lo practiques frecuentemente.

Contrapunto. El ayuno riguroso es poco grato a Dios y prácticamente no resuelve nada. Lo importante es vivir libre y austeramente, a veces comiendo mal (Cristo en el desierto), a veces bien (Cristo en casa de los que le invitaban).


Punto 232. ¿Motivos para la penitencia?: Desagravio, reparación, petición, hacimiento de gracias: medio para ir adelante...: por ti, por mí, por los demás, por tu familia, por tu país, por la Iglesia... Y mil motivos más.

Contrapunto. ¿Motivos para la penitencia tradicional? Cada vez menos. No sé por qué razón se han de ofrecer precisamente los dolores y las mortificaciones; toda nuestra vida ha de ser una ofrenda, con toda su complejidad. Por esto, ya no quedan anacoretas, ni frailes mendicantes, y las órdenes contemplativas se entrenan en el trabajo manual, como los hermanitos de Foucauld. Demasiado frecuentemente los que hacen "actos" de penitencia se niegan luego a admitir estructuras socialmente más justas, precisamente por miedo a las mortificaciones que les impondría la nueva vida. ¿No es esto un contrasentido?


Punto 233. No hagas más penitencia que la que te consienta tu Director.

Contrapunto. En nuestro mundo secularizado, será cada vez más personal y menos "dirigido" nuestro esfuerzo penitencial.


Punto 234. Cómo ennoblecemos el dolor, poniéndolo en el lugar que le corresponde (expiación) en la economía del espíritu!

Contrapunto. Una manera de desaprovechar o minimizar el dolor es sublimarlo a regiones seudomísticas.

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