CONTRAPUNTOS AL CAMINO DEL
OPUS DEI
Autor: Mosén Josep Dalmau
EL APÓSTOL
Punto 929. ¿La Cruz sobre tu pecho?... -Bien.
Pero... la Cruz sobre tus hombros, la Cruz en tu carne, la
Cruz en tu inteligencia. -Así vivirás por Cristo,
con Cristo y en Cristo: solamente así serás
apóstol.
Contrapunto. ¿La cruz sobre tu pecho? ¿Llevaba
acaso Cristo las filacterias sobre su cabeza? La Cruz sobre
tus hombros, la Cruz en tu carne, la Cruz en tu inteligencia,
etc. ¿Se la puso Cristo a sí mismo? ¿No
se la pusieron los otros? ¿No es precipitarse presuntuosamente
llenarse el pecho de cruces? ¿No suena un poco a masoquismo?
Preséntate delante de los hombres limpio de bambolla,
pero sincero delante de la verdad y de la justicia, y... las
cruces vendrán solas. No te preocupes por eso: sólo
así serás un apóstol verdadero.
Punto 930. Alma de apóstol: primero, tú.
-Ha dicho el Señor, por San Mateo: "Muchos me
dirán en el día del juicio: Señor, Señor!,
¿pues no hemos profetizado en tu nombre y lanzado en
tu nombre los demonios y hecho muchos milagros? Entonces yo
les protestaré: jamás os he conocido por míos;
apartaos de mí, operarios de la maldad". No suceda
-dice San Pablo- que habiendo predicado a los otros, yo vaya
a ser reprobado.
Contrapunto. El apóstol no dice ni piensa que
la caridad bien entendida comienza por uno mismo. Para él
no hay primero ni segundo. Comparte.
Punto 931. El genio militar de San Ignacio nos
presenta al demonio que hace un llamamiento de innumerables
diablos y los esparce por estados, provincias, ciudades y
lugares, tras de haberles hecho "un sermón",
en el que les amonesta para echar hierros y cadenas, no dejando
a nadie en particular sin atadura... Me dijiste que querías
ser caudillo: y... ¿para qué sirve un caudillo
aherrojado?
Contrapunto. ¿Has visto alguna vez un libertador
que no haya sido aherrojado y encadenado? Un caudillo libera
a la vez que se libera a sí mismo. Su libertad es la
garantía de la libertad de los otros. Por eso, mientras
no se concentren sobre ti las iras del Mal -como le ocurrió
a Cristo-, es un tanto vana toda voluntad de ser apóstol
del Bien.
Punto 932. Mira: los apóstoles, con todas
sus miserias patentes e innegables, eran sinceros, sencillos...,
transparentes. Tú también tienes miserias patentes
e innegables. -Ojalá no te falte sencillez.
Contrapunto. Los apóstoles eran insignificantes
socialmente, tenían también evidentes defectos,
pero eran sinceros, y por esto mismo no podían quitarse
de encima el sentirse importantes por delante de cualquiera:
de jueces, de reyes y de emperadores. Eran los portadores
de la Alegre Noticia (Evangelio): Dios había puesto
su tienda entre los hombres y estaría con ellos hasta
la consumación de los siglos. Se consideraban tan importantes,
que ni la amenaza de la muerte violenta los rendía.
Punto 933. Cuentan de un alma que, al decir al
Señor en la oración "Jesús, te amo",
oyó esta respuesta del cielo: "Obras son amores
y no buenas razones". Piensa si acaso tú no mereces
también ese cariñoso reproche.
Contrapunto. Decían los antiguos que de la
abundancia del corazón habla la boca. ¿Es cierto
que tus actos de piedad son sinceros? ¿Y por qué
no hablas de nada de lo que has estado oyendo y rezando en
la iglesia? ¿No haces una cosa y sientes otra muy diversa
dentro de tu corazón? ¿No te traiciona ese silencio
tuyo sobre Dios?
Punto 934. El celo es una chifladura divina de
apóstol, que te deseo, y tiene estos síntomas:
hambre de tratar al Maestro; preocupación constante
por las almas; perseverancia, que nada hace desfallecer.
Contrapunto. Aparta todo lo que tenga aires de chifladura.
Está falseado, por muy celo religioso que parezca.
El apóstol, antes que todo, es un hombre normal.
Punto 935. No te duermas sobre los laureles. -Si,
humanamente hablando, esa postura es incómoda y poco
gallarda, ¿qué sucederá cuando los laureles
-como ahora- no sean tuyos, sino de Dios?
Contrapunto. Es bueno saborear los laureles de la
victoria. Sólo así, humanamente hablando, son
soportables: como compensación a las amarguras de las
derrotas.
Punto 936. Al apostolado vas a someterte, a anonadarte:
no a imponer tu criterio personal.
Contrapunto. Al apostolado aportas tu testimonio y
tu criterio; al apostolado no vas a someterte ni a anonadarte.
¿Crees que alguien habla desde algún lugar más
privilegiado que el de tu misma fe, como para someterte a
él de entrada?
Punto 937. Nunca seáis hombres o mujeres
de acción larga y oración corta.
Contrapunto. Nunca seáis hombres o mujeres
de oraciones largas y de acciones cortas.
Punto 938. Procura vivir de tal manera que sepas,
voluntariamente, privarte de la comodidad y bienestar que
verías mal en los hábitos de otro hombre de
Dios. Mira que eres el grano de trigo del que habla el Evangelio.
-Si no te entierras y mueres, no habrá fruto.
Contrapunto. Es una necedad privarte voluntariamente
de la comodidad y bienestar que se te presentan. El cristiano
-apóstol- no tiene que ser esclavo de nada, ni de la
misma privación. Como Cristo. Pero al mismo tiempo
prescinde olímpicamente de la comodidad y del bienestar
cuando la fidelidad a tu fe te exige la renuncia. Tienes que
ser capaz de no echarlos en falta.
Punto 939. Sed hombres y mujeres del mundo, pero
no seáis hombres o mujeres mundanos.
Contrapunto. Sed hombres y mujeres mundanos si queréis
encarnar vuestra fe.
Punto 940. No olvides que la unidad es síntoma
de vida: desunirse es putrefacción, señal cierta
de ser un cadáver.
Contrapunto. No te dejes deslumbrar por la unidad.
Hay unidades que matan. Como la unidad y la paz de los camposantos.
Punto 941. Obedecer..., camino seguro. -Obedecer
ciegamente al superior..., camino de santidad. -Obedecer en
tu apostolado..., el único camino: porque, en una obra
de Dios, el espíritu ha de ser obedecer o marcharse.
Contrapunto. Obedecer... camino ambiguo. Obedecer
ciegamente al superior... una sandez. Obedecer al Espíritu
de Dios que resuena en tu conciencia... único camino.
En una obra de Dios, si hay que obedecer a un hombre, apaga
y vámonos. Todos hemos de obedecer al mismo Espíritu.
Punto 942. Ten presente, hijo mío, que no
eres solamente un alma que se une a otras almas para hacer
una cosa buena. Esto es mucho..., pero es poco. -Eres el Apóstol
que cumple un mandato imperativo de Cristo.
Contrapunto. Lo de menos es que te sientas único
cumpliendo un mandamiento de Cristo. Obsesiones como ésta
las sufren muchas gentes desvariadas. Lo importante es que
sintonices comunitariamente con otras personas. "Cuando
dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy
yo en medio de ellos". Nuestra garantía de salvación
está en nuestro sentido de fraternidad y comunión
con los otros.
Punto 943. Que, tratándote, no se pueda
exclamar lo que, con bastante razón, gritaba una determinada
persona: "Estoy de honrados hasta aquí..."
Y se tocaba en lo alto de la cabeza.
Contrapunto. Al hombre honrado se le admira. Cuesta
mucho ser capaz de hablar de lo que se piensa y de hacer lo
que se habla. Guillermo Rovirosa hacía coincidir esta
honradez con la santidad.
Punto 944. Has de prestar Amor de Dios y celo por
las almas a otros, para que éstos a su vez enciendan
a muchos más que están en un tercer plano, y
cada uno de los últimos a sus compañeros de
profesión. Cuántas calorías espirituales
necesitas! -Y qué responsabilidad tan grande si te
enfrías!, y -no lo quiero pensar- qué crimen
tan horroroso si dieras mal ejemplo!
Contrapunto. Un mal ejemplo dado, pero reconocido,
es más eficaz a veces que un heroísmo inabordable.
Podemos probar nuestro amor a Dios a través de nuestras
cobardías, como Simón Pedro. Es realmente difícil
no dar testimonio de nuestra fe siendo sinceros. El pecado
es más patrimonio del hombre que la virtud, y a través
de él hemos de sentirnos "salvados".
Punto 945. Es mala disposición oír
la palabra de Dios con espíritu crítico.
Contrapunto. Es mala disposición oír
la Palabra de Dios sin espíritu rigurosamente crítico.
Fácilmente se cae en un pietismo desencarnado.
Punto 946. Si queréis entregaros a Dios
en el mundo, antes que sabios -ellas no hace falta que sean
sabias: basta que sean discretas- habéis de ser espirituales,
muy unidos al Señor por la oración: habéis
de llevar un manto invisible que cubra todos y cada uno de
vuestros sentidos y potencias: orar, orar y orar; expiar,
expiar y expiar.
Contrapunto. Si queréis entregaros a Dios en
el mundo, tenéis que potenciar en primer lugar vuestra
inteligencia; si no, daréis golpes en el vacío
más espantoso. Y más que nadie las mujeres han
de esforzarse por cultivar su saber; un montón de posibilidades
se han frustrado en sus vidas por haber sido sólo sumisas
servidoras de la inteligencia del varón. El varón
tiene que expiar su largo pecado de explotación y de
instrumentalización de la mujer, por haberla mantenido
al nivel de simple objeto.
Punto 947. Te pasmaba que aprobara la falta de
"uniformidad" en ese apostolado donde tú
trabajas. Y te dije: Unidad y variedad. -Habéis de
ser tan varios, como variados son los santos del cielo, que
cada uno tiene sus notas personales especialísimas.
-Y, también, tan conformes unos con otros como los
santos, que no serían santos si cada uno de ellos no
se hubiera identificado con Cristo.
Contrapunto. Pero, ¿quién no distingue
entre uniformidad y unidad o entre libertad y libertinaje?
A pesar de todo, el contenido es diverso en cada caso. ¿No
puede uno vestirse a veces como le place en la celda de la
cárcel? Incluso, pues, en situaciones límite
como ésta es posible la distinción entre uniformidad
y unidad. No te impresione por tanto la dichosa frase; busca
mejor su contenido para admitirlo o rechazarlo. Sólo
quiero recordarte una cosa: los santos -al menos, una inmensa
mayoría- se han movido en la zona del llamado "libertinaje",
vistos desde la legalidad vigente.
Punto 948. Tu, hijo predilecto de Dios, siente
y vive la fraternidad, pero sin familiaridades.
Contrapunto. No se puede vivir la fraternidad sin
entrar en el ámbito de la familiaridad.
Punto 949. Aspirar a tener cargos en las empresas
de apostolado es cosa inútil en esta vida, y para la
otra Vida es un peligro. Si Dios lo quiere, ya te llamarán.
-Y entonces deberás aceptar. -Pero no olvides que en
todos los sitios puedes y debes santificarte, porque a eso
has ido.
Contrapunto. Aspirar a tener cargos en las empresas
de apostolado es cosa útil en esta vida y, por tanto,
en la otra también. Si Dios lo quiere, ya te llamarán.
Y entonces deberás aceptar, si aquellos a quienes has
de servir -el pueblo, la base- te lo piden. Habrás
de decir que no, si te invitan los poderosos, al margen de
la voluntad popular. Cuando te hablen de democracia, fíjate
bien si es de buena ley. Sólo la verdadera democracia
legitima realmente el cargo delante de Dios.
Punto 950. Si piensas que al trabajar por Cristo
los cargos son algo más que cargas, cuántas
amarguras te esperan!
Contrapunto. No pienses que los cargos son solamente
cargas. Tienen también sus satisfacciones como compensación;
no satisfacciones de dinero o de bienestar, precisamente,
sino mucho más profundas.
Punto 951. Hacer cabeza en una obra de apostolado
es tanto como estar dispuesto a sufrirlo todo, de todos, con
infinita caridad.
Contrapunto. Si como cabeza en una obra de apostolado
te esfuerzas en hacer la voluntad de los que están
en la base, y no la tuya propia, te ganarás la bienquerencia
de todos ellos. Pero ya puedes contar con la oposición
de tus superiores jerárquicos.
Punto 952. En el trabajo apostólico no se
ha de perdonar la desobediencia, ni la doblez. -Ten en cuenta
que sencillez no es imprudencia, ni indiscreción.
Contrapunto. En el trabajo apostólico lo primero
que hay que perdonar es la desobediencia. Los santos han sido
desobedientes. Y cuando veas hipocresía en tus súbditos
piensa que la estás provocando tú mismo con
tu autoritarismo y tu falta de comprensión.
Punto 953. Tienes obligación de pedir y
sacrificarte por la persona e intenciones de "quien hace
Cabeza" en tu empresa de apostolado. -Si eres remiso
en el cumplimiento de este deber, me haces pensar que te falta
entusiasmo por tu camino.
Contrapunto. Tienes obligación de informar
y de sacrificarte, si es preciso, para que la cabeza de tu
empresa de apostolado sepa bien lo que realmente sucede y
puede cumplir con justicia su deber. Si eres meramente pasivo
ante las órdenes emanadas de arriba, me haces pensar
que te falta entusiasmo por tu camino.
Punto 954. Extrema el respeto al superior cuando
te consulte y hayas de contradecir sus opiniones. -Y nunca
le contradigas delante de quienes le estén sujetos,
aunque no lleve razón.
Contrapunto. Extrema el respeto al superior tanto
cuando acierta como cuando se equivoca, para que, cuando haya
que contradecirle, pueda hacerse públicamente en medio
de la comunidad, sin angustia alguna por parte de nadie. Así,
su autoridad será mucho mejor entendida.
Punto 955. En tu empresa de apostolado no temas
a los enemigos de fuera, por grande que sea su poder. -Este
es el enemigo imponente: tu falta de "filiación"
y tu falta de "fraternidad".
Contrapunto. En toda empresa de apostolado se ha de
prestar primordial atención a los enemigos de fuera.
Como Cristo, que con frecuencia tuvo que enfrentarse con los
escribas y fariseos que destruían su obra. Jamás
hizo demasiado caso de las traiciones de los de dentro.
Punto 956. Entiendo bien que te diviertan los desprecios
que te hacen -aunque vengan de enemigos poderosos-, mientras
sientas la unión con tu Dios y con tus hermanos de
apostolado. -¿A ti, qué?
Contrapunto. Entiendo bien que no te diviertan gran
cosa los desprecios que te hacen -sobre todo si vienen de
enemigos poderosos-. Ver que se te echa encima la cárcel
o la crucifixión no es muy agradable que digamos, por
muy unido que te sientas con tu Dios y con tus hermanos de
apostolado. El sudor de sangre de Jesús en Getsemaní
lo muestra bien a las claras. ¿No lo crees así?
Punto 957. Con frecuencia comparo la labor de apostolado
con una máquina: ruedas dentadas, émbolos, válvulas,
tornillos... Pues, la caridad -tu caridad- es el lubricante.
Contrapunto. La labor de apostolado no tiene punto
de comparación con una máquina, con sus ruedas
dentadas, émbolos, válvulas, tornillos... No
es el resultado matemático de unos cálculos
bien hechos. El mundo del Espíritu se rige por una
muy otra dinámica.
Punto 958. Deja ese "aire de suficiencia"
que aísla de la tuya a las almas que se te acercan.
-Escucha. Y habla con sencillez: sólo así crecerá
en extensión y fecundidad tu trabajo de apóstol.
Contrapunto. Es importante que tengas seguridad en
lo que haces y que esta seguridad se manifieste. Así,
sin necesidad de hablar mucho, tu testimonio dejará
huella profunda y extensa.
Punto 959. El desprecio y la persecución
son benditas pruebas de la predilección divina, pero
no hay prueba y señal de predilección más
hermosa que ésta: pasar ocultos.
Contrapunto. ¡No seas angelical! Cuando se hace
una cosa seria, es difícil pasar inadvertido mucho
tiempo.
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