CONTRAPUNTOS AL CAMINO DEL
OPUS DEI
Autor: Mosén Josep Dalmau
LA IGLESIA
Punto 517. "Et unam, sanctam, catholicam et
apostolicam Ecclesiam!..." Me explico esa pausa tuya,
cuando rezas, saboreando: creo en la Iglesia, Una, Santa,
-Católica y Apostólica...
Contrapunto. Me explico que reprimas tu entusiasmo
cuando recitas "creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica" y tengas el pensamiento
inquieto en torno a la susodicha frase. No la cantamos así
porque la creemos de esta manera. Creemos que ha de ser así
y luchamos por hacerla una realidad.
Punto 518. Qué alegría, poder decir
con todas las veras de mi alma: amo a mi Madre la Iglesia
santa!
Contrapunto. No artificialices tu fe creyendo que
todo lo que hay en la Iglesia es santo. Dios sólo es
santo del todo. Nosotros, los cristianos, mucho -pero mucho-
menos. Y la Iglesia somos todos.
Punto 519. Ese grito -"serviam!"- es
voluntad de "servir" fidelísimamente, aun
a costa de la hacienda, de la honra y de la vida, a la Iglesia
de Dios.
Contrapunto. y porque no todo es santo, ni mucho menos,
en la Iglesia. No es lo mismo servir a ella que a Dios.
Dar la hacienda a la Iglesia puede ser una mala faena; en
cambio, servir a Dios exige sin excepción poner la
hacienda al servicio de los otros y, de alguna manera, perderla.
Punto 520. Católico, Apostólico,
Romano! -Me gusta que seas muy romano. Y que tengas deseos
de hacer tu "romería", "videre Petrum",
para ver a Pedro.
Contrapunto. Católicos, apostólicos
y romanos son sólo un sector de españoles más
papistas que el Papa. El verdadero católico es neoyorquino,
moscovita, pekinés, parisiense, barcelonés o
madrileño, entre otras cosas. Balmes es un buen ejemplo,
con su libro Pius IX, de un católico no vaticanista.
Le hicieron sufrir de lo lindo los papistas.
Punto 521. Qué bondad la de Cristo al dejar
a su Iglesia los Sacramentos! -Son remedio para cada necesidad.
-Venéralos y queda, al Señor y a su Iglesia,
muy agradecido.
Contrapunto. Los sacramentos -la misma Iglesia es
el gran sacramento- son la expresión de la presencia
y de la permanencia de Cristo entre nosotros. No son un remedio
mágico para cada necesidad. Son un simple instrumento
de comunicación entre el hombre y Dios. Ni más
ni menos.
Punto 522. Ten veneración y respeto por
la Santa Liturgia de la Iglesia y por sus ceremonias particulares.
-Cúmplelas fielmente. -¿No ves que los pobrecitos
hombres necesitamos que hasta lo más grande y noble
entre por los sentidos?
Contrapunto. Distingue bien tu fe de las ceremonias
y ritos de la Iglesia, no sea que confundiéndolo todo,
cambiemos la fe cuando cambie la liturgia. Más te diría:
no seas muy partidario de ceremonias. Los hombres tenemos
muchos defectos, pero no somos tan desgraciados como para
que nos tengan que aplicar piezas ortopédicas a diestra
y siniestra, para avanzar hacia Dios.
Punto 523. Canta la Iglesia -se ha dicho- porque
hablar no sería bastante para su plegaria. -Tú,
cristiano -y cristiano escogido-, debes aprender a cantar
litúrgicamente.
Contrapunto. Y te diría también que
lo de menos es el canto litúrgico; lo de menos es el
bla, bla, bla de la liturgia. Lo demás -y es la único
necesario que da valor a todo lo restante- es la fe en el
Cristo vivo.
Punto 524. Hay que romper a cantar!, decía
un alma enamorada, después de ver las maravillas que
el Señor obraba por su ministerio. -Y yo te repito
el consejo: canta! Que se desborde en armonías tu agradecido
entusiasmo por tu Dios.
Contrapunto. "Hay que romper a cantar",
decía un alma enamorada, después de ver las
maravillas que el Señor obraba por su ministerio. Henos
aquí con una desviación espiritualista. No son
precisamente cantos los que faltan en los templos católicos;
faltan... las obras, la correspondencia de compromisos a estas
maravillas.
Punto 525. Ser "católico" es amar
a la Patria, sin ceder a nadie mejora en ese amor. Y, a la
vez, tener por míos los afanes nobles de todos los
países. Cuántas glorias de Francia son glorias
mías! Y, lo mismo, muchos motivos de orgullo de alemanes,
de italianos, de ingleses..., de americanos y asiáticos
y africanos son también mi orgullo. - Católico!:
corazón grande, espíritu abierto.
Contrapunto. Ser "católico" ha ido
acompañado muchas veces con la estrechez de corazón,
con el deseo de morir por la patria, en contra de los hombres
y de los pueblos que habitan otras patrias. ¡Mira los
ejemplos! Piensa "cristianamente", y ama al pueblo
-muriendo si es preciso por él-, tu patria verdadera.
Un cristiano antes que otra cosa es un apátrida; sólo
partiendo de aquí se puede defender todo posible nacionalismo.
Y a me entiendes. Mala señal si te tienen que repetir
que "católico" quiere decir corazón
grande y espíritu abierto; significa que prácticamente
no lo quiere decir.
Punto 526. Si no tienes veneración suma
por el estado sacerdotal y el religioso, no es cierto que
ames a la Iglesia de Dios.
Contrapunto. Si no tienes una veneración suma
por el estado seglar -este "sacerdocio real" del
que hablaba el apóstol san Pedro-, no es cierto que
perteneces a la Iglesia conciliar.
Punto 527. Aquella mujer que en casa de Simón
el leproso, en Betania, unge con rico perfume la cabeza del
Maestro, nos recuerda el deber de ser espléndidos en
el culto de Dios. -Todo el lujo, la majestad y la belleza
me parecen poco. -Y contra los que atacan la riqueza de vasos
sagrados, ornamentos y retablos, se oye la alabanza de Jesús:
"opus enim bonum operata est in me" -una buena obra
ha hecho conmigo.
Contrapunto. ¿No crees que es un atentado contra
el espíritu de Dios embrollar el culto de lujo, de
magnificencia, demajestad y de riqueza cuando Cristo se despojó
de todo esto en su vida? ¿No es de una miopía
delirante ignorar la austeridad y la pobreza de Cristo y vedo
cargado de frivolidades lujosas, porque un día -¡un
solo día!- permitió que una mujer le lavase
los pies con un rico perfume? Son ganas de enredar las cosas.
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