HIJOS EN EL OPUS DEI
Javier Ropero
APÉNDICE 4. "PER RISPONDERE"
DOCUMENTO VATICANO: "EL DESAFÍO DE LOS NUEVOS
MOVIMIENTOS RELIGIOSOS (SECTAS Y CULTOS)
Informe Progresivo del Secretariado para la Unidad de los
Cristianos, el Secretariado de los no Cristianos, el Secretariado
de los no Creyentes y el Consejo Pontificio de la Cultura,
basado en las contestaciones y la documentación recibida
en octubre de 1985 desde las Conferencias Episcopales Regionales
y Nacionales.
I. INTRODUCCIÓN
1. ¿Qué son las "sectas"?
¿Qué se entiende por "cultos"? Es
importante reconocer que existen dificultades en los conceptos,
definiciones y terminología. Los términos "secta"
y "culto" tienen algo de derogatorio y parecen implicar
más bien un juicio negativo. Se prefieren usar términos
más ambiguos como "nuevos movimientos religiosos",
"nuevos grupos religiosos". El problema de la definición
de estos "nuevos movimientos" o "grupos"
como distintos de "iglesia" o "legítimos
movimientos dentro de la Iglesia" es materia discutida.
Ayudará hacer una distinción entre las sectas
que tienen su origen en la religión cristiana y las
que se basan en otras religiones u otras fuentes humanitarias.
El problema se vuelve más delicado cuando estos grupos
tienen un origen cristiano. Es importante, pues, hacer esta
distinción. Sin embargo, algunas mentalidades o actitudes
de secta, por ejemplo la "intolerancia o el proselitismo
agresivo", no constituyen ni caracterizan necesariamente
una secta. Estas actitudes se pueden encontrar también
en grupos cristianos o dentro de algunas iglesias o comunidades
eclesiales. Sin embargo, estos grupos pueden cambiar positivamente
mediante una profundización de su formación
cristiana y a través del contacto con otros cristianos.
En este sentido, estos grupos pueden crecer dentro de una
mentalidad y actitud mayormente eclesiales, por otra se debe
fundar en las "fuentes" de enseñanza de estos
grupos. Por ejemplo, las sectas podrían ser aquellos
grupos que, además de la Biblia, tienen otros libros
"revelados" o "mensajes proféticos";
que excluyen de la Biblia algunos libros protocanónicos
o cambian radicalmente su contenido. Una de las respuestas
a la primera pregunta del Cuestionario ha sido la siguiente:
Por razones prácticas, un culto o una secta se definen
como "algunos grupos religiosos con una concepción
del mundo suya específica, derivada, pero no completamente
de acuerdo con ellas, de las enseñanzas de las grandes
religiones mundiales". Aunque nos referimos aquí
a determinados grupos que normalmente insisten en la libertad
del hombre y de la sociedad en general, los cultos y sectas
también están caracterizados por un determinado
número de cualidades específicas, que generalmente
consisten en que son autoritarias, estructuralmente, que se
sirven de formas de lavado de cerebro y de control mental,
que forman grupos que fomentan y alimentan un sentimiento
de culpa o de miedo. Un trabajo de base sobre estas características
ha sido publicado por el americano Dave Breese: "Know
the Marks of Cults" (Victor Books), Wheaton, III. 1985.
Sean cuales fueren las dificultades para distinguir entre
sectas de origen cristiano e iglesias, comunidades eclesiales
o movimientos cristianos, las respuestas al Cuestionario han
revelado que existe una seria laguna en el conocimiento y
la comprensión de otras iglesias cristianas y comunidades
eclesiales. Algunas incluyen dentro de las "sectas"
a iglesias y comunidades eclesiales que no están en
perfecta comunión con la Iglesia Católica Romana.
Incluso algunas de las mayores religiones del mundo (hinduistas,
budistas, etc.) han sido clasificadas como sectas.
2. En todo caso, aparte las dificultades mencionadas,
casi todas las iglesias locales advierten el brote y la rápida
proliferación de todo tipo de "nuevas" religiones
o pseudomovimientos religiosos, grupos y prácticas.
Los que responden consideran este fenómeno como un
serio problema, y para algunos constituye una situación
alarmante. Sólo en pocos países parece no existir
problema alguno (por ejemplo, en los países con una
mayoría islámica).
En algunos casos el fenómeno aparece (en forma de
actitudes sectarias) en el seno de las iglesias principales.
En otros casos éste se verifica fuera de las iglesias
(iglesias libres o independientes, movimientos mesiánicos
o proféticos); o en contra de las iglesias (sectas,
cultos), frecuentemente constituyéndose a sí
mismos como modelo de iglesia. Sin embargo, no todas son religiosas
en su contenido real o en su propósito último.
3. El fenómeno, que se desarrolla rápidamente
y con frecuencia con mucho éxito, plantea problemas
pastorales. El más inmediato es saber cómo comportarse
con un miembro de una familia católica que está
comprometido con una secta. El párroco o el agente
pastoral, o el consejero, generalmente se ponen en contacto
primero y ante todo con los padres o amigos de dicha persona.
Muchas veces se puede acercar uno a esta persona sólo
indirectamente. Existen casos en los que se puede contactar
directamente con la persona. Se necesita tener una experiencia
y una habilidad psicológica para poderle ofrecer una
guía, o para aconsejar a un ex miembro a reintegrarse
en la sociedad y en la Iglesia.
4. Los grupos que son más afectados.
Los grupos más vulnerables en la Iglesia, especialmente
los jóvenes, parecen ser los mayormente afectados.
Cuanto más "sueltos" anden, ociosos, sin
tomar parte activa en la vida y organización de la
parroquia, o provengan de una familia con bases no estables,
o pertenezcan a grupos étnicos minoritarios, o vivan
en lugares lejanos del influjo de la Iglesia, etc., tanto
más posible es que los quieran atrapar los nuevos movimientos
y sectas. Otras sectas parecen atraídas principalmente
por gente de grupos de media edad. Otras sacan sus adeptos
de familias acomodadas y cultas. En este contexto, se tienen
que mencionar los campus universitarios, que son generalmente
terreno favorable de adoctrinamiento para sectas o lugares
de reclutamiento. Por otra parte, una relación difícil
con el clero o una situación matrimonial irregular
pueden llevar a una ruptura con la Iglesia y una agregación
a un nuevo grupo.
Pocos se unen a una secta por malas razones. Quizá
la oportunidad más grande de las sectas es atraer a
la gente buena y por buenos motivos. En efecto, ellos obtienen
el mejor éxito positivo cuando la sociedad o la Iglesia
no les han ofrecido una buena motivación.
5. Las razones de los éxitos positivos entre
los católicos son diversas y se pueden catalogar a
diferentes niveles. Están primeramente en íntima
relación con las necesidades y aspiraciones que, aparentemente,
no alcanzan dentro de la Iglesia. Están relacionadas
con el reclutamiento y las técnicas de educación
de las sectas. Pueden ser externas, ya sea a las principales
iglesias o a los nuevos grupos: ventajas económicas,
intereses o presiones políticas, simple curiosidad,
etc.
Se puede dar una valoración adecuada de estas razones
sólo dentro del contexto particular en el que surgen.
Así pues, los resultados de una evaluación general
(y es precisamente lo que trata de ofrecer este informe) pueden,
y en este caso deben, revelar una serie completa de razones
"particulares" que, como telón de fondo,
llevan a algunas más "universales". La razón
puede que esté en la creciente dependencia mutua en
el mundo de hoy.
Una estructura despersonalizante parece ser el fenómeno
sintomático de la sociedad contemporánea, largamente
producida en Occidente y ampliamente exportada al resto del
mundo, lo cual ha creado diversas situaciones de crisis en
el individuo como tal y dentro del nivel social. Estas situaciones
de crisis ponen de manifiesto varias necesidades, aspiraciones
y problemas que exigen separadamente una respuesta psicológica
y espiritual. Las sectas gritan a voces que tienen y que proporcionan
estas respuestas. Y lo hacen ya sea a nivel afectivo como
a nivel intelectual, respondiendo frecuentemente a las necesidades
afectivas en cuanto que adormecen las facultades cognoscitivas.
Las aspiraciones o necesidades de base se pueden describir
como manifestaciones del deseo humano de integridad y armonía,
participación y realización en todos los niveles
de existencia y experiencias humanas; como muchas tentativas
de ir al encuentro de la aspiración humana de verdad
y del conocimiento de valores constitutivos que, en un determinado
momento (ya sea colectiva o individualmente), la historia
parece haber escondido, quebrantado o perdido, a la gente
que está expuesta a rápidos cambios, a tensiones
agudas, a miedos, etc.
6. Las respuestas al Cuestionario muestran que el
fenómeno se debe considerar no sólo como una
amenaza a la Iglesia (si bien muchos de los que han respondido
con sideran el proselitismo agresivo de algunas sectas como
el mayor problema), sino, por el contrario, como un desafío
pastoral. Algunas respuestas insisten en que, preservando
siempre nuestra propia integridad y honradez, deberíamos
tener presente que cada grupo religioso tiene el derecho de
profesar su propia fe y de vivir de acuerdo con su propia
conciencia. Insisten igualmente en que al estudiar a los determinados
grupos tenemos que proceder de acuerdo con los principios
de diálogo religiosos, propuestos por el Concilio Vaticano
II y por otros documentos de la Iglesia. Así pues,
es un imperativo recordar el respeto debido a cada individuo,
y nuestra actitud para con todos los creyentes convencidos
tendría que ser de apertura y comprensión y
no de condena. Las respuestas al Cuestionario muestran una
gran necesidad de información y educación de
los creyentes y de un diálogo pastoral renovado.
II. RAZONES DE LA DIFUSIÓN DE DICHOS MOVIMIENTOS
O GRUPOS
Las situaciones de crisis o la vulnerabilidad general pueden
revelar y/o producir necesidades y aspiraciones que proporcionan
motivaciones de base para dirigirse a las sectas. Están
presentes a nivel afectivo y a nivel cognoscitivo y están
en relación con el carácter, es decir centradas
en el "yo" en relación con "otros"
(social), con el pasado, presente y futuro (cultural, existencial),
con lo trascendente (religioso). Estos niveles y dimensiones
son interrelacionales. Estas necesidades y aspiraciones se
pueden agrupar bajo nueve capítulos, aunque, en casos
individuales, se entrecruzan con frecuencia. En cada grupo
de "aspiraciones" indicamos lo que las sectas parecen
ofrecer. Esto puede ser la causa principal de su éxito
positivo, pero se deben tener también en cuenta las
prácticas de reclutamiento y las técnicas de
instrucción de muchas sectas (cfr. 2.2).
1. Necesidades y aspiraciones. ¿Qué parecen
ofrecer las sectas?
a) La búsqueda de pertenencia (sentido de comunidad)
La estructura de muchas comunidades ha sido destruida, el
estilo tradicional de vida se ha hecho pedazos, los hogares
se han disuelto, el pueblo se siente desarraigado y solo.
Por lo tanto, hay necesidad de pertenecer.
Los términos usados en las respuestas: pertenencia,
amor, comunicación, ardor, preocupación, cuidado,
ayuda, amistad, afecto, fraternidad, solidaridad, encuentro,
diálogo, consolación, aceptación, comprensión,
compartir, encierro, mutualidad, estar juntos, seguimiento,
reconciliación, tolerancia, raíces, seguridad,
refugio, protección, salvación, amparo, casa.
Las sectas pueden ofrecer: calor humano, cuidado y ayuda
en comunidades pequeñas y compactas, compartiendo propósitos
y compañerismo, atención por el individuo, protección
y seguridad, especialmente en situaciones de crisis, resocialización
de los individuos marginados (por ejemplo, divorciados, emigrantes);
las sectas piensan frecuentemente por el individuo.
b) Búsqueda de respuestas
En las situaciones complejas y confusas, las personas, naturalmente,
buscan una respuesta y una solución.
Las sectas parecen ofrecer respuestas simples y confeccionadas
para los problemas y situaciones complicadas; versiones parciales
o simplificadas de las verdades y de los valores tradicionales;
una teología pragmática; una teología
triunfante; un sincretismo teológico propuesto como
"nueva revelación", "nueva verdad"
para un pueblo que frecuentemente conserva poco de la "vieja
verdad"; directrices claras; llamamiento a la superioridad
moral; experimentación de "elementos sobrenaturales":
glosolalia, trances, médiums, profecías, posesión,
etcétera.
c) La búsqueda de integridad (holismo)
Muchas personas sienten que no se encuentran más consigo
mismos, con los demás, con su cultura y su contexto.
Se sienten abatidas. Han sido dañadas por los familiares
o maestros, por la Iglesia o por la sociedad. Se sienten excluidos.
Buscan un ideal religioso que pueda armonizar siempre y en
todo lugar; un culto que deje espacio al cuerpo y al alma,
a la participación, a la espontaneidad, a la creatividad.
Quieren ser salvados, incluso corporalmente (las respuestas
de África insisten particularmente en este aspecto).
Los términos usados en las respuestas: salvación,
integridad, integración, totalidad, armonía,
paz, reconciliación, espontaneidad, creatividad, participación.
Las sectas parecen ofrecer: una experiencia religiosa gratificante,
ser salvados, conversión, lugar para experiencias y
emociones, para la espontaneidad (por ejemplo, en las celebraciones
religiosas), salvación corporal y espiritual, ayuda
para los problemas de droga o alcoholismo.
d) Búsqueda de una identidad cultural
Este aspecto está íntimamente unido con el
anterior. En muchos países del Tercer Mundo la sociedad
se encuentra muy disociada de los valores culturales (y religiosos)
tradicionales y de este modo de la fe tradicional.
Los términos usados con frecuencia en las respuestas
son: inculturación/ encarnación, enajenación,
modernización.
Las sectas parecen ofrecer: amplio espacio para la herencia
cultural/religiosa tradicional, creatividad, espontaneidad,
participación, una forma de oración y de predicación
muy cercana a los rasgos culturales y aspiraciones del pueblo.
e) Necesidad de ser reconocido, de ser especial
La gente siente la necesidad de salir del anonimato, de construirse
una identidad, de sentir que ellos son algo especial y no
simplemente un número o miembro anónimo de una
multitud. Parroquias enormes y congregaciones están
orientadas a la administración y al clericalismo, dejando
poco espacio para el encuentro con cada persona individualmente
y en su situación vital.
Términos usados en las respuestas: autoestima, afirmación,
oportunidades, importancia, participación.
Las sectas parecen ofrecer: interés por el individuo,
oportunidades iguales para el ministerio y la dirección,
para la participación, para el testimonio, para la
expresión, descubrimiento del propio potencial personal,
oportunidad de formar parte de un grupo selecto.
f) La búsqueda de la trascendencia
Esto manifiesta una profunda necesidad espiritual, una motivación
inspirada por Dios para buscar el aspecto trascendente de
lo obvio, lo inmediato, lo familiar, lo controlable y lo material,
para buscar una respuesta a las últimas cuestiones
de la vida y para creer en algo que pueda cambiar la propia
vida en un momento determinante. Esta necesidad espiritual
manifiesta un sentido de misterio, de lo misterioso, un interés
por lo que debe venir, un interés por el mesianismo
y el profetismo. Muchas veces las personas en cuestión
desconocen lo que la Iglesia les puede ofrecer, o están
tan desilusionados por lo que ellos consideran una insistencia
unilateral sobre la moralidad, o están desilusionados
por los aspectos institucionales de la Iglesia. Una respuesta,
hablando de los candidatos, dice:
"La pesquisa sugiere que una mayoría de la población,
si es interrogada, admitirá que ha tenido algún
tipo de experiencia religiosa o espiritual, y dirá
que jamás han hablado con nadie de esta experiencia...
Muchos jóvenes dicen que tenían miedo de que
se rieran de ellos o que los consideraran unos raros si hablaban
de una experiencia espiritual o religiosa, o que frecuentemente
han tenido dificultad en encontrar sacerdotes con quienes
hablar, y que pudieran responder, acerca de sus problemas
más importantes y últimos."
Los términos usados en las respuestas: trascendencia,
sagrado, misterio, místico, meditación, celebración,
veneración, verdad, fe, espiritualidad, significado,
finalidad, valores, símbolos, oración, libertad,
despertar, convicción.
Las sectas parecen ofrecer: la Biblia y la educación
bíblica, un sentido de salvación, gracias del
Espíritu, meditación, realización espiritual.
Algunos grupos ofrecen no sólo permisividad para explorar
las cuestiones en un contexto social "seguro", sino
también un lenguaje y unos conceptos para realizarlo,
así como la presentación de un claro, y relativamente
carente de ambigüedades, grupo de respuestas.
g) Necesidad de una guía espiritual
Puede ser la falta de una ayuda familiar en el hogar del
candidato o falta de guía, paciencia y cuidado personal
por parte de los educadores y líderes eclesiales.
Términos usados: guía, devoción, compromiso,
afirmación, liderazgo, guru.
Algunas sectas parecen ofrecer: guía y orientación
a través de un fuerte liderazgo carismático.
La figura del maestro, líder, guru, juega un papel
importante en la cohesión de los discípulos.
Al mismo tiempo no existe sólo sumisión sino
abandono emocional, y siempre una devoción casi histérica
hacia un líder espiritual (mesías, profeta,
guru).
h) Necesidad de visión
El mundo de hoy es un mundo interdependiente de hostilidad
y conflicto, de violencia y de temor de destrucción.
La gente se siente preocupada por el futuro, con frecuencia
desesperada, sin ayuda, sin esperanza, sin fuerza. Añora
algunos signos de esperanza por un camino diferente. Algunos
tienen un deseo, aunque vago, de construir un mundo mejor.
Términos usados: visión, despertar, compromiso,
novedad, orden nuevo, un camino diferente, alternativas, finalidad,
esperanza.
Las sectas parecen ofrecer: una "visión nueva"
de uno mismo, de la humanidad, de la historia, del cosmos.
Prometen el comienzo de una época nueva, de una nueva
era.
i) Necesidad de participación y compromiso
Este aspecto está íntimamente unido con el
precedente. Muchos candidatos sienten no sólo la necesidad
de poseer una visión del presente mundo-sociedad y
acerca del futuro, sino que quieren participar también
en la toma de decisiones, en el planeamiento, en la realización.
Los términos usados son: participación, testimonio
activo, construcción, elite, compromiso social.
Las sectas parecen ofrecer: una misión concreta para
un mundo mejor, una llamada a una dedicación total,
a una participación a los más altos niveles.
Se puede constatar por este resumen que las sectas parece
que viven lo que creen, con una fuerza frecuentemente magnética,
con convicción, con devoción y compromiso, saliendo
al encuentro de la persona para llevarla adonde ellos están,
afectuosa, personal y directamente, sacando al individuo del
anonimato, promoviendo la participación, la espontaneidad,
la responsabilidad, el compromiso... y practicando un intenso
seguimiento mediante múltiples contactos, visitas a
las casas y continua asistencia y guía. Ellos ayudan
a reinterpretar la propia experiencia, a considerar de nuevo
los propios valores y a llegar a las últimas consecuencias
en un sistema que comprende todo. De ordinario hacen un convencido
uso de la palabra: predicación, literatura, medios
de comunicación (para los grupos cristianos, una insistencia
particular en la Biblia). Frecuentemente están convencidos
del misterio de la salvación. En una palabra, se presentan
a sí mismos como la única respuesta, la "buena
nueva" en un mundo caótico.
Así pues, si bien éstas son generalmente las
notas de los éxitos positivos de las sectas, existen
también otras razones, como el reclutamiento y las
técnicas de formación y procedimientos de instrucción
usados por algunas sectas.
2. Reclutamiento, técnicas de formación
y procedimientos de instrucción
Algunas sectas y cultos deben en parte su éxito a
sus métodos de reclutamiento, técnicas de formación
y procedimientos de instrucción, que generalmente son
muy sofisticados. Quienes son generalmente atraídos
por tales métodos desconocen, en primer lugar, que
este acercamiento ha sido preparado generalmente con antelación
y, en segundo lugar, ignoran la naturaleza de esta conversión
manipulada y de estos métodos de formación (manipulación
social y psicológica) a los que ellos están
sometidos. Las sectas imponen con frecuencia sus propias normas
de pensar, de sentir y de creer. Esto está en neto
contraste con "el método de la Iglesia, que requiere
pleno conocimiento y capacidad" (el texto entrecomillado
es mío).
Tanto jóvenes como adultos que no tienen bases sólidas
son víctimas fáciles de estas técnicas
y métodos, que frecuentemente son una mezcla de afecto
y culpabilización (por ejemplo, el "estallido
de afecto", el "test de la personalidad" o
el "ríndete"). Estas técnicas comienzan
con un diálogo positivo, pero gradualmente van adquiriendo
un determinado tipo de control mental con el uso de técnicas
de cambio abusivo de conducta.
Se han enumerado las siguientes características:
- hábil proceso de iniciación del convertido
y gradual descubrimiento de lo que sus anfitriones son en
realidad;
- técnicas dominantes: "estallido de afecto",
ofreciendo "una comida gratuita en un centro internacional
para amigos", técnica de "pesca mediante
flirteo" (prostitución como método de reclutamiento);
-a los alistados se les imponen decisiones y respuestas preestablecidas;
-distribución de dinero o medicinas;
-exigencia de una abnegación incondicional al iniciador,
líder;
-aislamiento: control del proceso racional del pensamiento,
eliminación de la información e influencia externa
(familia, amigos, periódicos, revistas, televisión,
radio, tratamiento médico, etc.) que podrían
romper el hechizo de este compromiso y el proceso de asimilación
de sentimientos, actitudes y patrones de conducta;
-se trabaja a los neófitos desde la perspectiva de
su vida pasada, centrándose en anteriores comportamientos
desviados como el haber consumido droga, desviaciones sexuales,
jugando con sus taras psicológicas, con sus pobres
relaciones sociales, etc.;
-métodos que alteran las conciencias y producen disturbios
intelectuales (bombardeo intelectual); uso de clichés
para interrumpir el proceso natural del pensamiento, sistemas
de lógica cerrada; restricción del pensamiento
reflexivo;
-mantener al neófito constantemente ocupado y nunca
solo; exhortación y entrenamiento constantes para llegar
a un estado espiritual exaltado, a una alteración de
la consciencia, a un acatamiento automático de las
órdenes: supresión de la resistencia y negatividad;
dar respuesta a los temores de manera que se genere un mayor
temor,
-dar una importancia exagerada al líder; algunos grupos
rebajan la de Cristo para aumentar la del líder (es
el caso de algunas sectas "cristianas").
III. DESAFÍOS Y ENFOQUES PASTORALES
La crisis de las estructuras sociales y tradicionales, de
los modelos culturales y de los grupos tradicionales de valores,
causada por la industrialización, la urbanización,
la migración, el rápido desarrollo y los sistemas
de comunicación, los sistemas racionales tecnocráticos,
etc., han dejado a muchos individuos confundidos, desarraigados,
inseguros y, por lo tanto, vulnerables. Naturalmente, se ha
tratado de buscar una solución a esta situación
que fuese la más simple y la mejor. Existe también
la tentación de aceptar la solución como la
respuesta única y final.
Del análisis de las respuestas se pueden enumerar
algunos síntomas de la patología de muchas sociedades
modernas. Muchas personas sufren por esto. Se sienten inquietas
con ellas mismas (crisis de identidad), por el futuro (desempleo,
peligro de guerra nuclear). Probablemente acerca de la verdad
y su fundamento; incertidumbre y falta de confianza en la
política; dominio económico e ideológico;
significado de la vida, de uno mismo y de los demás,
de los acontecimientos, de las situaciones, de las cosas,
del más allá.
No tienen una directiva: falta de orientación, falta
de participación en la toma de decisiones, falta de
respuestas reales a sus problemas reales.
Tienen miedo a causa de las varias formas de violencia, conflicto,
hostilidad, miedo de un desastre ecológico, de la guerra
y del holocausto nuclear, de los conflictos sociales, de la
manipulación.
Se sienten frustrados, sin bases, sin casa ni hogar, des-protegidos
y sin sostén, y consecuentemente sin motivación,
abandonados en la familia, en la escuela, en el trabajo, en
los campus universitarios, en la sociedad; perdidos en el
anonimato, en el aislamiento, en la marginación, en
la enajenación, es decir se dan cuenta de que no pertenecen
a nada, que son mal entendidos, traicionados, oprimidos, decepcionados,
ignorados, no escuchados, no aceptados, seriamente.
Están desilusionados de la sociedad tecnológica,
militar, de las grandes empresas, del trabajo, de la explotación
de los sistemas educativos, de las leyes y prácticas
eclesiásticas, de la política, del gobierno.
Posiblemente hayan aprendido a considerarse a si mismos como
"agentes" conscientes, no inútiles conductores
u oportunistas que se buscan a sí mismos, pero con
frecuencia no saben ni qué hacer, ni cuándo
actuar.
No atinan con los varios tiempos "intermedios"
(entre la escuela y la universidad, entre la escuela y el
trabajo, entre el matrimonio y el divorcio, entre un pueblo
y una ciudad).
Se vacían, se vuelven indiferentes, agresivos o se
convierten en "buscadores".
En resumidas cuentas, se podría decir que estos síntomas
constituyen frecuentemente formas de alienación (de
uno mismo, de otros, de sus orígenes, de su cultura,
etc.). Se podría decir que las necesidades y aspiraciones
manifestadas en las respuestas al Cuestionario muchas veces
no son más que la búsqueda de una "presencia"
(para consigo mismo, para con los demás, para con Dios).
Quienes se sienten perdidos quieren ser hallados.
En otras palabras, existe un vacío que exige ser llenado,
que está dentro del contexto en el cual se pueden entender
no sólo el criticismo hacia la Iglesia, que ya contiene
muchas respuestas, sino ante todo los problemas pastorales
y los enfoques propuestos. Las respuestas al Cuestionario
evidencian muchas deficiencias e insuficiencias en el actual
comportamiento de la Iglesia, que puede facilitar el éxito
positivo de las sectas. Sin embargo, sin insistir demasiado
sobre esto, queremos ante todo hacer hincapié en los
enfoques pastorales positivos, que han sido sugeridos o pedidos
explícitamente. Si se llevara a cabo, el desafío
de las sectas podría ser un estímulo para una
renovación espiritual y eclesial.
1. Sentido de comunidad
Casi todas las respuestas piden una revisión (al menos
en muchas situaciones locales) del tradicional "sistema
parroquial comunitario", una búsqueda de objetivos
comunitarios que sean más fraternos, más "a
medida del hombre", más adaptados a las condiciones
de vida de las personas, más "comunidades eclesiales
de base": constituyendo comunidades de fe, amor (calor,
aceptación, entendimiento, reconciliación, intimidad,
fraternidad) y esperanza; comunidades que celebren, comunidades
que oren, comunidades misioneras: que vayan adelante y den
testimonio; comunidades abiertas y que quieran ayudar a personas
con problemas especiales: divorciados y "vueltos a casar",
marginados.
2. Formación y formación permanente
Las respuestas insisten particularmente en la necesidad de
evangelización, catequesis, educación y educación
permanente en la fe -bíblica, teológica, ecuménica-
del creyente, a nivel de comunidad local y del clero y de
todos aquellos que están comprometidos en la formación.
(Una respuesta pedía "cursos de reflexión"
para profesores, líderes, jóvenes, clérigos
y religiosos.) El proceso continuo tendría que ser
tanto informativo, con información acerca de toda nuestra
tradición católica (creencias, prácticas
espirituales, meditación, contemplación, etc.,
acerca de otras tradiciones y de otros nuevos grupos religiosos,
etc.), como informativo, que guíe en la fe personal
y comunitaria, con un profundo sentido de lo trascendente
y escatológico, del compromiso religioso, del espíritu
comunitario, etc. La Iglesia no debería ser únicamente
un signo de esperanza para el pueblo, sino que tendría
también que dar las razones para esta esperanza, tendría
que ayudar a plantear los problemas, pero al mismo tiempo
a resolverlos y a darles una respuesta. En este proceso se
debe dar una importancia principal a las Sagradas Escrituras.
Se debería hacer un uso mayor y mejor de los medios
de comunicación social.
3. Enfoque personal y total (íntegro, holístico)
La gente debe ser ayudada a conocerse a sí misma como
única, a ser amada por un Dios personal y con una historia
personal, desde el nacimiento, a través de la muerte,
hacia la resurrección. La "verdad antigua"
tendría que convertirse continuamente en la "verdad
nueva", a través de un auténtico sentido
de renovación, pero con criterios y mentalidad que
no puedan sacudir cada "novedad" que les salga al
paso. Se tendría que poner una atención especial
en la dimensión experiencial, es decir en el descubrimiento
personal de Cristo a través de la oración y
dedicación (por ejemplo, los movimientos carismáticos
"nacidos de nuevo"). ¡Muchos cristianos se
comportan como si jamás hubiesen nacido! Se debe prestar
especial atención al ministerio de la salvación
mediante oraciones, reconciliación, intimidad y cuidado.
Nuestra preocupación pastoral no tendría que
ser únicamente unidimensional, sino que se tendría
que extender no sólo a las cosas espirituales, sino
también a las dimensiones físicas, psicológicas,
sociales, culturales, económicas y políticas.
4. Identidad cultural
El problema de la inculturación es fundamental. Las
respuestas que vienen de África insisten particularmente
en que se sienten como extrañas a las formas occidentales
de culto y ministerio, que con frecuencia adolecen de significado
para el ambiente cultural del pueblo y para la situación
real. Una respuesta declara:
"Los africanos quieren ser cristianos. Les hemos dado
alojamiento, pero no hogar. Ellos piden un cristianismo sencillo,
integrado en los aspectos de su vida cotidiana, en sus sufrimientos,
alegrías, trabajo, aspiraciones, miedos y necesidades
de Africa. Los jóvenes reconocen en las iglesias independientes
una veta auténtica de la tradición de África
en su práctica religiosa."
5. Oración y culto
Alguien sugiere una revisión del clásico "sábado-noche/domingo
por la mañana" como modelo de vida litúrgica,
que frecuentemente es extraño a la situación
de la vida diaria. Se debería descubrir nuevamente
la Palabra de Dios como un importante elemento para construir
la comunidad. La "recepción" tendría
que ser recibida atentamente como "conservación".
Debería haber espacio para una gozosa creatividad,
fe en la inspiración cristiana, capacidad de "invención",
un mayor sentido de celebración comunitaria. Así
pues, la inculturación es una exigencia (con el debido
respeto por la naturaleza de la liturgia y por la exigencia
de universalidad).
Muchas respuestas insisten en la dimensión bíblica
de la predicación, en la necesidad de hablar el lenguaje
del pueblo; en la necesidad de una preparación esmerada
de la predicación y de la liturgia (siempre y cuando
sea posible, dada por un grupo que incluya la participación
de los laicos).
La predicación no es una simple teorización,
intelectualización y moralización, sino que
presupone el testimonio de la vida del predicador. La predicación,
el culto y la oración comunitaria no tendrían
que ser confinados necesariamente a los tradicionales lugares
de culto.
6. Participación y liderazgo
Muchas respuestas hacen notar la creciente disminución
de sacerdotes, religiosos y religiosas, lo cual exige una
mayor promoción de la diversificación de ministerios
y una formación constante de líderes laicos.
Quizá se tendría que poner mayor atención
en el papel que pueden desempeñar los laicos en el
contacto con las sectas -o al menos con los que son atraídos
por las sectas-, quienes, dentro de la Iglesia y en colaboración
con sus pastores, ejercitan un verdadero liderazgo, tanto
espiritual como pastoral. No se debería considerar
a los sacerdotes como administradores, empleados o jueces,
sino más bien como hermanos, guías, consejeros
y hombres de oración. Frecuentemente se ha establecido
una distancia entre el fiel y el obispo, o entre los obispos
y sus sacerdotes, que se debería dimensionar. El ministerio
del obispo y del sacerdote es un ministerio de unidad y comunión,
que tiene que ser visible para el creyente.
IV. CONCLUSIÓN
En conclusión, ¿cuál tiene que ser nuestra
actitud, nuestro acercamiento a las sectas? Evidentemente,
no es posible dar una respuesta escueta. ¡Son tan diversas
las mismas sectas! ¡Son tan diferentes las situaciones:
religiosa, cultural, social! Nuestra respuesta no podrá
ser la misma cuando consideramos a las sectas en relación
con los "que no pertenecen a iglesia alguna", los
no bautizados o los no creyentes, y cuando analizamos el influjo
que tienen sobre los cristianos bautizados, especialmente
sobre católicos y ex católicos. Los que nos
responden están, naturalmente, más interesados
por este último grupo.
Es obvio que también nosotros no podemos ser simples
conciliadores. Hemos analizado suficientemente la acción
de las sectas para darnos cuenta de que las actitudes y los
métodos de algunas de ellas pueden ser destructores
de las personalidades, quebrantadores de la familia y de la
sociedad, y de que sus principios tienen que ser removidos
con la enseñanza de Cristo y de su Iglesia. En muchos
países sospechamos y en algunos casos estamos ciertos
de que una potente fuerza ideológica así como
intereses económicos y políticos están
trabajando a través de las sectas, son totalmente extraños
a un genuino interés por lo "humano", y se
sirven de lo "humano" para fines y propósitos
inhumanos.
Es necesario informar a los fieles, especialmente al joven,
para que esté alerta, proporcionarle una ayuda profesional,
aconsejarle, darle una asistencia y protección legal.
A veces tendríamos que aceptar y aun apoyar medidas
que el Estado puede adoptar dentro de su propia esfera.
Sabemos también por experiencia que es generalmente
lábil o imposible un diálogo con las sectas,
y que éstas no están únicamente cerradas
al diálogo, sino que pueden constituir un serio obstáculo
para la educación ecuménica allí donde
son activas.
Ahora bien, si queremos ser sinceros con nuestra fe y con
nuestros principios -respeto de la persona humana, respeto
de la libertad religiosa, la fe en la acción del Espíritu
que trabaja en los impenetrables designios del amor divino
para toda la humanidad, para cada individuo, hombre, mujer
o niño-, no podemos contentarnos con condenar y combatir
las sectas, o hacer que se prohíban o expulsen, o "rescatar"
a determinadas personas contra su propia voluntad. El "desafío"
de los nuevos movimientos religiosos consiste en estimular
nuestra renovación para una mayor eficacia pastoral.
Esto significará seguramente desarrollar dentro de
nosotros mismos y dentro de nuestras comunidades aquel espíritu
de Cristo que nos permita entender "quiénes son",
y, cuando sea posible, tratar de dirigirnos a ellos con amor
cristiano.
Debemos perseguir estas finalidades, permaneciendo fieles
a la verdadera enseñanza de Cristo de amar a todos,
hombres o mujeres. No podemos permitir que una preocupación
por las sectas disminuya nuestro celo por un verdadero ecumenismo
con todos los cristianos.
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