HIJOS EN EL OPUS DEI
Javier Ropero
1. El DESAFÍO
DE UN DOCUMENTO
Estaba un día Diógenes plantado en la
esquina de una calle y riendo como un loco.
-¿De qué te ríes? -le preguntó
un transeúnte.
-¿Ves esa piedra que hay en medio de la calle?
Desde que llegué aquí esta mañana,
diez personas han tropezado en ella y la han maldecido,
pero ninguna de ellas se ha tomado la molestia de retirarla
para que no tropezaran otros.
Desde la publicación, el 7 de mayo de 1986, del documento
vaticano titulado "El
desafío de los nuevos movimientos religiosos (sectas
o cultos)" muchos católicos que lo leímos
no pudimos evitar el constatar las similitudes evidentes entre
las técnicas de proselitismo sectario descritas en
el mismo y las utilizadas por el Opus Dei. Deseosos de limpiar
el semblante de la propia Iglesia, algunos no pudieron permanecer
con los brazos cruzados y, queriendo manifestar su fe con
obras, emprendieron diversas iniciativas. Entre ellas cabe
destacar la creación de la asociación "Our
Lady and St. Joseph in Search of the Lost Child" (Nuestra
Señora y San José en busca del Niño Perdido),
con miembros destacados en diferentes países como Estados
Unidos, Francia, Inglaterra, Irlanda, así como las
Naciones Unidas.
No puedo evitar el reproducir a continuación lo que
es el discurso programático de la anterior asociación:
Our Lady and St. Joseph in Search of the Lost Child, una
alianza ad hoc para defender el cuarto mandamiento, constituye
una respuesta católica a lo que es un problema esencialmente
católico. Una secta, dentro de la Iglesia, que se
denomina a sí misma Opus Dei (Obra de Dios), se ha
elevado a un plano de cierta influencia e importancia. En
este proceso ha dañado y conducido a la amargura
a muchas familias católicas (además de a otras)
a causa de sus métodos de proselitismo y formación.
Nosotros somos un grupo de apoyo para aquellas familias
que se encuentran fuera de sí por su pena y confusión.
Como todos nosotros hemos sufrido de manera similar, creemos
que es nuestra obligación el consolar a otros mediante
la oración, la información y el compartir
experiencias. Juntos aguardamos el día en que nuestras
voces sean oídas por la Santa Madre Iglesia.
Para ofrecer reparaciones por los atropellos cometidos
por los reclutadores del Opus Dei -algunos de ellos son
ahora nuestros propios hijos- rezamos, ayunamos y nos entregamos
de corazón en el Sacrificio Eucarístico. Animamos
a todos los católicos a rezar en familia, especialmente
en la fiesta de la Sagrada Familia, que es nuestro día
de retiro, por todas las personas separadas de sus familias
a causa de la conducta del Opus Dei. Nos unimos al Santo
Padre en su oración constante por cada iglesia doméstica.
(J. J. M. Garvey: "Parents' Guide to Opus Dei",
1989, Sicut Dixit Press, pág. 41.)
Haciéndose eco del mencionado documento vaticano,
otras organizaciones católicas como Housetop realizan
una labor de asesoramiento y consuelo para aquellas familias
cuyos hijos han sido alienados y separados traumáticamente
de ellas por el Opus Dei. El responsable de Housetop, el reverendo
John Winchgard, me manifestó que la raíz de
todos los males consiste en que el Opus Dei tiene una concepción
equivocada de la espiritualidad.
Asimismo el cardenal Hume, personaje carismático para
los londinenses y para Gran Bretaña en general (como
lo demuestra el hecho de haber sido inmortalizado en cera
en el museo de madame Tussaud), publicó el 2 de diciembre
de 1981 una serie de "Pautas para el Opus Dei dentro
de la diócesis de Westminster" que versaban sobre
la necesidad de una mayor transparencia, respeto a la libertad
individual y consideración con las familias por parte
de la polémica institución (véase el
capítulo titulado "El
dulcísimo precepto.)
Me consta así mismo, por información confidencial,
que numerosos obispos españoles, incluido el nuncio
de Su Santidad en España, monseñor Tagliaferri,
conocen a fondo el problema, al haber recibido cartas en que
varias familias manifestaban su escándalo ante la labor
inmisericorde y engañosa del Opus para con ellas.
Unos, como Elías Yanes y Narcís Jubany, reconocen
el problema al haberse prestado a mediar entre los padres
y el Opus Dei (El País, 16 de diciembre 1989, pág.
38). Otros, como el cardenal Suquía, contestan a los
padres que poco o nada puede hacer por ellos, invitándolos
a la oración. Sin embargo, el cardenal Suquía
se permite contemporizar con el Opus Dei y alabar su estilo
de proselitismo en esta etapa dorada en que la Obra lleva
a su fundador a los altares. Así, Suquía pretende
acaparar la opinión de la Iglesia en general al afirmar
en ABC:
La Iglesia, por sus legítimos pastores -los romanos
pontífices y los obispos-, ha reconocido el carisma
del Opus Dei y alienta la labor apostólica de los
miembros de la prelatura (Angel Suquía, "Evangelio
y Vaticano II en el espíritu de Josemaría
Escrivá de Balaguer", ABC 9 de enero de 1992).
Esta complicidad con un estilo de proselitismo salvaje nos
llena de un dolor profundo a todos los católicos medianamente
sensibilizados con esta situación, a la par que constatamos
una profunda diversidad de criterios en cuanto a la definición,
dentro del catolicismo, de la palabra apostolado.
Otras organizaciones, como FAIR, INFORM o la española
Projuventud A.I.S.(Asesoramiento e Información sobre
Sectas), han ofrecido un asesoramiento no comprometido con
posturas religiosas a muchas familias afectadas (revista Tribuna,
18-8-1988, pág. 26).
Precisamente la Asociación Projuventud A.I.S realizó
una encuesta sobre sectas en veintiún colegios catalanes
que situaba al Opus Dei en el tercer lugar de las sectas más
conocidas, tras Hare Krisna y los Testigos de Jehová
y por delante de la Dianética, de la secta Moon o de
los Niños de Dios. En otra encuesta, realizada por
OTR/IS, un 48 % de las personas encuestadas intentaría
disuadir a su hijo menor de edad si éste se afiliase
al Opus sin su consentimiento; el 36 % no sabe o no contesta.
Asimismo, en diversos simposiums y congresos, como en el
Primer Congreso Internacional sobre las "Sectas como
problema social" (Barcelona, noviembre 1987) y en el
12. Congreso Mundial de Sociología (Universidad Complutense
de Madrid, julio de 1990), se cuestionó la posible
naturaleza sectaria del movimiento. En el mencionado simposium
sobre sectas, Julia Nyssens, doctora en derecho por la universidad
de Lovaina y presidenta de la Asociación ADIF, manifestó
que:
En lo concerniente al Opus Dei quiero precisar mi respuesta
oral, en caso de ser publicada. Sus medios y fines presentan
similitudes con las sectas mencionadas en el Congreso.
Hablando de congresos, pero esta vez del de los Diputados,
fueron muchos los padres de familia que denunciaron al Opus
Dei ante la extinta Comisión Parlamentaria para el
Estudio de las Sectas.
Estudiaremos todas las peticiones -comenta Salarrullana-,
incluidas las que hagan referencia al Opus Dei, aunque esté
considerada como congregación religiosa dentro de
la Iglesia. Pero si sus métodos de captación
dejan que desear habrá que decirlo también.
("Sectas: una droga que afecta a 150.000 jóvenes
españoles", Tiempo, 27 de junio de 1988, pág.
174.)
A la labor de estas comisiones y entidades en relación
con el tema hay que añadir la de otras personas, muchas
de ellas impulsadas por su condición de católicos,
que a título particular ofrecen una ayuda desinteresada
a las familias. Barry Crowley, psicólogo del hospital
de St. Loman, es uno de ellos y comenta acerca de su experiencia:
Cuando un padre se enfrenta con un cambio sustancial de
la personalidad de su hijo o hija puede ser algo muy estresante
para él. He visto padres que han llegado a gritar,
que se han mostrado verdaderamente contrariados, preocupándose
acerca de lo que podrían hacer. A menudo han tratado
de discutirlo con la organización pero no han recibido
ninguna respuesta satisfactoria. (Fergal Bowers. The Work.
An Investigation into the History of Opus Dei and How it
operates in Ireland Today. 1989, Poolbeg Press Ltd., pág.
93.)
Asimismo , sucesivos capellanes de la universidad de Oxford,
preocupados por el proselitismo agresivo que el Opus Dei desarrolla
con sus jóvenes, no han escatimado esfuerzos para ponerles
en guardia ante la influencia de esta asociación. "The
Times" recogía la siguiente información
en el artículo titulado "Una semblanza del Opus
Dei":
La política del Opus Dei consiste en reclutar a
gente de alta capacidad intelectual para que pasen a ser
"numerarios", el rango clave de la asociación,
y por eso se interesa en echar raíces en Oxford tras
asegurar su implantación en Londres. Sin embargo
la Capellanía Católica, vinculada a la universidad,
se ha opuesto de modo enérgico y firme a la influencia
del Opus Dei en Oxford a pesar de una considerable presión.
El padre Michael Hollings fue capellán desde finales
de los años cincuenta a principios de los sesenta y
recientemente se ha destacado en una campaña, culminada
con éxito, para evitar la instalación de una
residencia de estudiantes del estilo de Netherhall House;
aun así el Opus Dei ha tomado posesión de Grandpont
House en Abingdon Road, lo que, en cualquier caso, representa
un logro de entidad mucho menor de lo que, en principio, se
proponían. También han adquirido una residencia
estudiantil femenina al norte de Oxford de un tamaño
bastante más modesto.
Otro capellán, el padre Crispian Hollis, que es actualmente
un conocido locutor radiofónico de temas religiosos,
describía como "perniciosa" la influencia
del Opus Dei. Comenta que el Opus Dei se aparta deliberadamente
del resto de la comunidad católica-romana de Oxford
dirigiendo Grandpont House como si perteneciese a una religión
diferente.
El actual capellán, el padre Walter Drumm no es menos
suspicaz. Nos dijo que se ha responsabilizado de hacer llegar
a los nuevos estudiantes una discreta advertencia para que
estén alerta ante las maniobras de reclutamiento del
Opus Dei y para charlar tranquilamente con cualquier estudiante
que creyese que se podía encontrar en una situación
de riesgo especial. (Clifford Longley y Dan van der Vat. "Profile
of Opus Dei." The Times. 12-1-1981.)
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