LA PRODIGIOSA AVENTURA EL
OPUS DEI.
GÉNESIS Y DESARROLLO DE LA SANTA MAFIA
Jesús Ynfante
CAPÍTULO I EL FUNDADOR DEL
OPUS DEI
2. Madrid 1926-1946
Todos los miembros del Opus Dei dejan entender más
o menos explícitamente que la Obra, desde su origen,
era una creación divina y que estaba predestinada a
ser una potente organización tal como hoy se presenta.
En este sentido Florentino Pérez-Embid afirma que en
la fundación se cumplen a la letra todas las circunstancias
precisas para que la Obra pueda ser llamada Obra de Dios."
El propio Escrivá es más explícito cuando
afirma rotundamente: "Yo no tuve y no tengo otro empeño
que el de cumplir la Voluntad de Dios." [Entrevista
con Monseñor Escrivá de Balaguer. Revista sacerdotal
Palabra, Madrid, octubre de 1967] Ya en 1934 tomando
los deseos por realidades -al igual que la Santa Madre Iglesia-,
había escrito: Conviene sin embargo hacer notar que
no somos una organización circunstancial [...] Ni venimos
a llenar una necesidad particular de un país o de un
tiempo determinado, porque quiere el Señor su Obra
desde el primer momento con entraña universal, católica."[Citado
por Julián Herranz en "El Opus Dei". Nuestro
Tiempo, julio-agosto de 1962.]
Los comienzos del Opus Dei no fueron tan grandiosos como hacen
suponer el fundador y los miembros de la Obra de Dios, pero
ninguno entre los que vivieron aquellos primeros momentos
se atreve públicamente a relatarlo. Escrivá
aduce como pretexto lo siguiente: "Permítame que
no descienda a más detalles sobre el comienzo de la
Obra [...], porque están íntimamente unidos
con la historia de mi alma, y pertenecen a mi vida interior."[Entrevista
a Palabra]
Esto no obsta para que en el seno del Opus Dei todos los miembros
conozcan más o menos detalladamente la biografía
del Fundador, amenizada con diversidad de anécdotas,
lo cual fácilmente se comprende si consideramos que
Escrivá es -salvando las distancias- el equivalente
en el Opus Dei de lo que representó Hitler para los
nazis; pero a diferencia del nazismo, el fascismo español
no tiene el grado de virulencia ideológica del Tercer
Reich: es más bien la puesta al día de la idea
cristiana e imperial de Carlos V, cuya época sigue
todavía evocándose como el cenit del imperialismo
español a través de los tiempos. La creciente
reducción del número de creyentes en el mundo
-salvo quizá en los Estados Unidos- y el hálito
secreto, inherente a su condición de organización
burocrática, la imposibilitan también para ganar
una amplia audiencia entre amplias capas de la población.
El Opus Dei sigue siendo una mafia fundamentalmente potenciada,
al nivel de cuadros, por la pequeña burguesía.
El clerical-autoritarismo español necesitaba una organización
como el Opus Dei y un fundador como Escrivá, de la
misma manera que los nazis necesitaron en Alemania el partido
nacionalsocialista y un jefe como Adolfo Hitler para funcionar
socialmente.
La biografía del fundador es conocida tan sólo
por los iniciados de la Obra de Dios y con ello "el Fundador"
-verdadero führer viviente de las élites clerical-autoritarias-
ha pasado a ser un elemento importante en el arsenal de mitos
de estos fascistas de corte religioso. La "Madre-Obra"
y el "Dios-Padre-Fundador" han pasado a ser los
símbolos vivientes de los miembros del Opus Dei, variedad
hispana y perfeccionada de clerical-autoritarios.
El actual subsecretario del Ministerio de Justicia, Alfredo
López, que es socio supernumerario del Opus Dei, publicó
en el diario ABC un articulo -"Mi testimonio sobre el
fundador del Opus Dei"-, donde la admiración fascista
por el jefe, el Fundador, raya en niveles públicos
difícilmente igualables por los clerical-autoritarios
españoles:
"Pensando en que los bienes deben comunicarse si se
quiere vivir de veras en cristiano, he cogido la pluma para
contar lo que yo sé directamente, no porque nadie
me lo haya referido, de monseñor Escrivá de
Balaguer, porque tengo por un don de Dios mi relación
con este español insigne. Lo que cuento en estas
líneas resultó de mi vivencia personal, es
mi testimonio filial y amigo".
"El fundador del "Opus Dei" es franco, rotundo
y de pecho abierto de par en par para todo lo que es noble
y limpio en la vida. Tiene un ansia ardiente de santidad
personal, y santidad es lo único que siembra, lo
único que busca, porque es un hombre que ama de veras
a Jesucristo y está empeñado en llenar el
mundo de este amor" [...]
"El fundador del " Opus Dei ", con una comprensión
tan certera de la vocación laical, tan amante de
su propia vocación de sacerdote diocesano, sabia
también comprender y amar la vocación, tan
distinta, de los religiosos y descubrir sus señales
en las almas que trataba, cuando Dios las quería
fuera del mundo. El bendijo y confirmó en tal camino
a una hija mía, que se sabía de memoria, de
tanto leerlos, muchos trozos de Camino, y hoy es religiosa
de la Asunción."
"De alta temperatura espiritual, es, en lo extremo,
un hombre rebosante de naturalidad y sencillez. Como el
perfume sobre la cabeza del que ayuna ha de servirle, según
el consejo de Jesucristo, para no exhibir su penitencia,
monseñor Escrivá de Balaguer, son su talante
natural y sencillo, oculta discreta y elegante-mente la
egregia calidad de su alma. Su buen humor y su ingenio vivo
y chispeante le sirven para desviar hábilmente cualquier
elogioso gesto de admiración que hacia él
se enderece. La raíz de su alegría acaso esté
en aquella frase suya: que estén tristes los que
no se sienten hijos de Dios."
"Ama al mundo, que es criatura de Dios; y a sus hijos
les dice que la calle y el mundo son el lugar de su encuentro
con Cristo. Las cosas creadas padecen violencia porque hay
hombres que, empleando mal su libertad, las usan de modo
que contraría a la voluntad de su Creador. El "
Opus Dei" suma su esfuerzo al de cuantos se proponen
liberar al mundo de la esclavitud a que le sujetan los pecados
de los hombres, y trata, como ha repetido tantas veces monseñor
Escrivá de Balaguer, de poner a Cristo en la cumbre
de todas las actividades humanas.[Diario ABC, 19 de marzo
de 1965]
Basándose en la antedicha relación de dominio
del "Dios-Padre-Fundador" y la "Madre-Obra",
Florentino Pérez-Embid, biógrafo oficial de
Escrivá de Balaguer, repite con insistencia sospechosa
que "el desarrollo de la Obra en todos los aspectos es
la biografía misma de su Fundado o también "la
historia del Opus Dei es la biografía misma de su Fundador"
Afirmación aceptable por lo menos hasta 1946 pero que
en un historiador clerical-autoritario denota un claro espíritu
fascista, consistente en analizar todos los aspectos bajo
una relación de sumisión con el führer
de turno, en este caso, Escrivá de Balaguer. Estos
historiadores "oficiales" del fundador del Opus
Dei, Florentino Pérez-Embid, Carlos Escartín,
etc., son hombres enrolados muy posteriormente en las filas
del Opus, lo que implica por su parte notables esfuerzos de
"imaginación sociológica". Sigamos
paso a paso la biografía mitificadora que Florentino
Pérez-Embid hace del Fundador, a partir de su traslado
a Madrid en 1926 (citas siguientes en cursiva):
Poco más tarde se traslada a Madrid con su familia;
su madre, doña María Dolores Albás y
Blanc: que poco antes había quedado viuda, su hermana
Carmen, y su hermano Santiago. " (p. 3.)
Se conoce la historia de Ignacio de Loyola cuando, en 1522,
lanzado a la aventura con la sola intención de llegar
a ser santo se encontró un moro que ultrajó
a María Santísima en su presencia. Ignacio quiso
matarlo pero luego, recapacitando, dejó que la mula
que lo transportaba tomase tan seria decisión: la mula
prefirió rendir a su jinete al Santuario de Montserrat
en Cataluña donde comenzó la aventura que al
frente de la Compañía de Jesús le convertiría
en uno de los más renombrados "defensores de la
Iglesia". José María Escrivá no
tuvo la oportunidad de dejar al azar la aventura de su vida.
Desde muy joven ingresó en el seminario y cuando fue
ordenado sacerdote sólo tuvo tiempo para cultivar su
ambición y alimentar a su familia. Esto lo determinó
de tal forma que no pudo dejar a una bestia de carga la elección
de su vida: sus dos hermanos y su madre, ya viuda, pesaban
mucho y él tenía suficiente confianza en la
Iglesia y en sí mismo como para salir adelante del
aprieto.
Siendo sacerdote diocesano, Escrivá encontró
rápidamente un medio de vida para mantenerse él
y su familia como capellán de un convento de clausura,
trabajando asimismo en todas "las labores apostólicas"
que le ofrecía una metrópoli como Madrid donde
la Iglesia católica a duras penas lograba ampliar su
clientela.
Camino, el libro escrito por el mismo Escrivá, cuya
primera edición, con Otro título más
sugerente, fue de 1934 y que reapareció en 1939, definitivamente
reformado tal como se ofrece hoy, puede aportarnos alguna
pista sobre lo que pensaba Escrivá de Balaguer a su
llegada a Madrid. Las frases de Camino, su libro de espiritualidad,
no son desdeñables para nuestro propósito si
se sabe de fuente fidedigna que Camino está integrado
por retazos de un diario inacabado, anotaciones personales
y reflexiones espirituales del propio Escrivá. La máxima
474 puede situarnos en esa perspectiva:
"Que eres... nadie. -Que otros han levantado y levantan
ahora maravillas de organización, de prensa, de propaganda.
-¿Que tienen todos los medios, mientras tú no
tienes ninguno?... Bien: acuérdate de Ignacio":
Ignorante, entre los doctores de Alcalá. -Pobre, pobrísimo,
entre los estudiantes de París. -Perseguido, calumniado...
Es el camino; ama y cree y sufre: tu Amor y tu Fe y tu Cruz
son los medios infalibles para poner por obra y para eternizar
las ansias de apostolado que llevas en tu corazón.
"
En una primera ojeada, se presentan tres párrafos claramente
delimitados y separados por puntos y aparte en la máxima.
El primer párrafo: "Que eres;.. nadie. -Que otros
han levantado y levantan ahora maravillas de organización,
de prensa, de propaganda.. -¿Que tienen todos"
los medios, mientras tú no tienes ninguno?... "
Se refiere, sin duda, a la Institución Libre de Enseñanza,
élite que ejercía una influencia decisiva en
los medios intelectuales de la burguesía española
de la época. Obsérvese como plantea "su"
enfrentamiento personal: los otros, que tienen todos los medios,
maravillas de organización, de prensa, de propaganda
y él que es nadie y sin ningún medio.
Es importante asimismo el "acuérdate de Ignacio"
que añade Escrivá. La Compañía
de Jesús, y esto lo veremos más adelante, no
fue ajena en absoluto a la génesis del Opus Dei. Aquí,
Ignacio de Loyola, su fundador, es oportunamente recordado.
Las circunstancias en que Escrivá se encontró
a su llegada a Madrid son rememoradas -párrafo segundo
en su coincidencia con Ignacio: ignorante entre los doctores
(falta de cultura) y pobrísimo entre los estudiantes
(falta de dinero). Desgraciadamente no poseemos la primera
edición de Camino, aparecida en 1934, para saber si
el "perseguido, calumniado" que escribe a continuación
fue añadido o no tras los sucesos que le ocurrieron
durante la guerra civil española.
En el tercer párrafo enumera las armas que disponía
para salir de la situación: Amor, Fe, Cruz con mayúsculas
-y su tremenda 'ambición' cuando habla de "eternizar
las ansias de apostolado...".
Esta máxima, que no tiene apenas desperdicio, nos ofrece,
pues, la visión personalísima de Escrivá
de Balaguer sobre el panorama y la situación que él
había vivido en 1926, en la época de su llegada
a Madrid.
¿Cómo se presentaba en 1926 el panorama intelectual
y universitario de España y de Madrid más concretamente?
Como ha señalado un historiador de la época,
la dictadura del general Primo de Rivera hacía poco
tiempo que estrenaba su primer gobierno de hombres civiles
y el descontento de los estudiantes e intelectuales empezaba
ya a crearle serios problemas.
El viejo edificio de la madrileña calle de San Bernardo,
sede de la Universidad Central, era en 1926 una colmena que
zumbaba demasiado para un cura provinciano como Escrivá.
La efervescencia social, el despertar de las masas trabajadoras
españolas, estaba alcanzando a la 'Universidad'. El
status, la peripecia biográfica, junto con sus propios
sentimientos y ambiciones, marginaban indefectiblemente a
Escrivá de Balaguer de ese enjambre rejuvenecedor que
iniciaba la agitación bajo la dictadura de Primo de
Rivera.
"2 de octubre de 1928, fiesta de los Santos Ángeles
Custodios. Madrid. El joven sacerdote de veintiséis
años funda el Opus Dei [...] Y en la fundación
se cumplen a la letra todas las circunstancias precisas para
que la Obra pueda ser llamada Obra de Dios". (Florentino
Pérez Embid p 3.)
Escrivá ha reconocido que, desde 1917, el Amor de Dios
le hacia barruntar algo; pero fue el 2 de octubre de 1928,
cuando celebrada la misa -exactamente después de la
consagración de la hostia y el cáliz-, José
María Escrivá de Balaguer "tuvo palabras
del cielo sobre lo que tenía que ser la Obra".
Esta es, al menos, la versión oficial que circula entre
los militantes de la Obra de Dios sobre la fundación
del Opus Dei.
Poco importa esta fecha en la historia del Opus Dei. Como
Escrivá, cientos de curas iluminados fundan cada día
entre los de su círculo familiar y algunos allegados,
organizaciones eclesiásticas o para eclesiásticas
que intentan recuperar el terreno perdido por la Iglesia.
Escrivá barruntaba algo y el barrunto sorprendió
incluso a Escrivá que no esperaba causar socialmente
tan gran impacto.
El 2 de octubre de 1928, la obnubilación religiosa
de la mente de Escrivá había alcanzado la temperatura
adecuada de condensación. Más tarde, al fin
de la guerra civil española, las condiciones atmosféricas
reinantes favorecerán hasta tal punto el barrunto de
Escrivá que la España de 1970 sigue padeciendo
el fuerte aguacero clerical-autoritario que se desencadenó
el 18 de julio de 1936. La inundación de socios del
Opus Dei es una consecuencia de ese aguacero. Resulta más
importante, sin embargo, conocer por qué Escrivá
utilizó la expresión Opus Dei para su engendro.
Como se sabe, la expresión latina Opus Dei significa
Obra de Dios.
En el libro En tierra extraña, Lilí
Alvarez, teórica de la espiritualidad seglar en España,
incluye una frase que aporta quizá una clave para descifrar
el sentido exacto de lo que significa Opus Dei:
"De idéntica manera los enrejados tupidos que,
como celosías, separaban en las abadías y catedrales
la nave del presbiterio, o sea, el recinto donde se celebran
los misterios santos del Opus Dei de ese en el cual se amontona
y deambula el vulgo son también expresivos de esa distancia
y separación en las cuales eran mantenidos los fieles."
"Aranguren habla, por su parte, de un movimiento que
ha osado tomar su nombre: Opus Dei, de la liturgia" ["La
espiritualité de l'Opus Dei: a propos d'une controverse".
Esprit, abril de 1965, p. 764]
La expresión Opus Dei era utilizada como referencia
a los cultos que se celebran en el presbiterio, la zona "sacralizada"
del templo católico. Escrivá recogió
fácilmente esta expresión litúrgica de
la Iglesia, haciendo extensivo el término Opus Dei
a todos los miembros -presbíteros y seglares- que imaginaba
iba a tener la Obra de Dios; más tarde denominaría
Sociedad sacerdotal de la Santa Cruz a la fracción
"sacralizada" de la organización que pasaba
a ser, con el Fundador a la cabeza, el Estado Mayor del Opus
Dei. Los socios numerarios corresponden hoy en el símil
militar a los oficiales; los socios oblatos, a los suboficiales;
los socios supernumerarios y cooperadores, a la clase de tropa
y cuerpos auxiliares. Desarrollando aún la imagen,
se puede decir que en este ejército de salvación,
la Sociedad sacerdotal de la Santa Cruz hace, a la vez, el
papel de alto Estado Mayor o comandancia general, servicio
de información y servicio de transmisiones; siendo
célibes todos sus miembros, como sacerdotes que son
de la Iglesia católica. En el Opus Dei (rama masculina
o femenina) existe, en cambio, una neta separación
entre oficiales numerarios y suboficiales oblatos por una
parte y por otra el cuerpo de tropa y auxiliares (socios supernumerarios
y cooperadores). Escrivá habla claramente de ello en
la máxima 28 de Camino: "El matrimonio es para
la clase de tropa y no para el Estado Mayor de Cristo. -Así,
mientras comer es una exigencia para cada individuo, engendrar
es exigencia sólo para la especie, pudiendo desentenderse
las personas singulares. ¿Ansia de hijos?... Hijos,
muchos hijos, y un rastro imborrable de luz dejaremos si sacrificamos
el egoísmo de la carne."
Todas las teorías sicoanalíticas, muy en boga
actualmente, reconocen que la represión e inhibición
sexual que existe en los cristianos -lo que en lenguaje eclesiástico
se denomina "sacrificar el egoísmo de la carne
está a la base de sus actitudes fascistas y autoritarias.
En este sentido, es sintomática la gran campaña
que lleva a cabo hoy día el clero progresista en contra
del celibato eclesiástico; aunque la lucidez no parece
que sea en ellos una de las características más
señaladas. Así, basando su comportamiento en
una feroz represión sexual se comprende que el socio
del Opus Dei delegue sus responsabilidades en una organización
burocrática que será la que, por medio del apostolado,
engendrará "hijos, muchos hijos, y un rastro imborrable
de luz". La sexualidad y capacidad de amar naturales
han sido de esta forma -diría un sicosociólogo-
peligrosamente sublimadas.
"Poco a poco va hallando los primeros seguidores.
No le faltarán contradicciones, signo de la bendición
de Dios. Unido siempre a su obispo - la Iglesia-, tiene desde
el primer momento las aprobaciones que la Obra naciente requiere."
(Pérez Embid, p. 4.)
Ninguna publicación sobre el Opus Dei ha registrado
las primeras dificultades que tuvo el padre Escrivá
después que fundó el Opus Dei como lo afirma
haberlo hecho el 2 de octubre de 1928. "Su pensamiento
-afirma uno de los portavoces oficiales del Opus Dei- fue
crear una organización de miembros católicos
que, una vez formados en el espíritu de la misma, se
obligasen voluntariamente a llevar una vida conforme al ideal
cristiano con el fin de ejemplarizar al mundo."[Javier
Ayesta Díaz: Entrevista a De Gelderlander] Encontró
primeramente algunos estudiantes con los que formaría
más tarde el núcleo inicial, la rama masculina
del Opus Dei. Asimismo llegaría a convencer algunas
universitarias para las que instituyó el 14 de febrero
de 1930 la rama femenina; pero -¡oh gran desolación!-
se le irían luego todas las mujeres. Esta deserción
significó un rudo golpe para Escrivá que acentuaría
su carácter misógino. Su hermana Carmen que
hoy los militantes del Opus Dei llaman "tía Carmen"
y que vivía junto con el padre Escrivá y con
la madre -que es "la abuela" de "todo el Opus
Dei-," afirma resueltamente refiriéndose a la
deserción que "las primeras chicas no valían
para lo que quería José María".
Frase que no descubre en absoluto los propósitos del
Fundador y que hoy se interpreta en el seno íntimo
del Opus Dei como que "la tía Carmen ya participaba
de "la clarividencia del Padre".
Los primeros seguidores de José María Escrivá
de Balaguer alcanzaron en 1932 el número de trece.
Cuando ingresaron se comprometieron a cumplir los tres votos
religiosos clásicos (pobreza, castidad y obediencia).
El número trece, que encierra peligro para los fetichistas
y supersticiosos, encuentra también en los socios del
Opus Dei una justificación muy curiosa, porque al cabo
de algún tiempo uno de los trece discípulos
de Escrivá abandonó por el hecho de contraer
matrimonio al incipiente Opus Dei. Y entonces quedaron simplemente
el Fundador y doce seguidores: ¡exactamente igual que
Cristo con sus doce apóstoles! Puede que fuese un azar,
pero esto ha sido hasta 1965 hábilmente explotado por
el núcleo motor del Opus Dei cuya superioridad ha radicado
siempre en una práctica rigurosa de los tres consejos
"evangélicos" Con la segunda defección
ocurrida en 1965 entre los restantes primeros seguidores,
el paralelismo (Cristo y los doce apóstoles -Escrivá
y los doce seguidores) ha sido para siempre olvidado.
¿Quiénes eran estos primeros seguidores de Escrivá
que formaron el núcleo inicial del Opus Dei? Uno de
ellos, Isidoro Zorzano, que ya había conocido a Escrivá
en el Instituto de enseñanza media de Logroño,
pasó a ser miembro del Opus Dei en 1930. José
Luis Múzquiz, José María Hernández
Garnica, Juan Jiménez Vargas, Federico Suárez
Verdeguer, Álvaro del Portillo, Pedro Casciaro, Alfonso
Balcells, Angel Santos Ruiz, Ignacio Orbegozo, etc., fueron
estos fieles seguidores de Escrivá y primeros militantes
del Opus Dei. Dos otros fieles seguidores de este periodo
que contrajeron matrimonio -Tomás Alvira y más
recientemente, en 1965, Miguel Fisac- dejaron de ser socios
numerarios, integrándose en "la tropa", porque
el celibato es, en el Opus Dei y en toda la Iglesia católica,
para él Estado Mayor de Cristo.
Escrivá ha declarado que "actué, en todo
momento, en la venia y con la afectuosa bendición del
queridísimo señor Obispo de Madrid, donde nació
el Opus Dei el 2 de octubre de 1928. Más tarde, siempre
también, con el beneplácito y el aliento de
la Santa Sede y, en cada caso, de los Revmos. Oridinarios
de los lugares donde trabajamos" [Entrevista a Palabra,
octubre de 1967] Según, Florentino Pérez
Embid,, "unido siempre a su Obispo -a la Iglesia-; [Escrivá]
tiene desde el primer momento las aprobaciones que la Obra
naciente requiere". Para Ayesta Díaz, "fundó
el Opus Dei con plena aprobación del obispo de Madrid".
¿Es una operación publicitaria montada por el
Opus Dei o bien existieron ésas aprobaciones? ¿En
qué consistió la aprobación si hasta
1941 el Opus Dei no fue calificado pía unión
diocesana que es uno de los escalones jurídicos inferiores
donde puede catalogarse una organización que se dice
integrada en la Santa Madre Iglesia?
El propio Florentino Pérez-Embid, el inevitable y mil
veces citado biógrafo Oficial del Fundador ayuda a
esclarecerlo:
"En los primeros tiempos no había él
querido ninguna aprobación in scriptis, porque no estaba
aún abierto el camino jurídico en el que la
Obra podía encontrar su propio cauce, y era preciso
esperar sin actos prematuros, que podían traer el riesgo
de deformaciones apresuradas del espíritu. Antes al
contrario su fe le hizo marchar seguro de que ya llegaría
la hora de poner sobre el papel la aprobación jerárquica
que la Obra había tenido desde el primer tiempo."
El Opus Dei ha construido a partir de una simple audiencia
que tendría Escrivá, sacerdote de veintiséis
años, con el obispo de Madrid, algunas frases amables
más la bendición de despedida, una teoría
jurídica sobre las aprobaciones verbales o in scriptis
de los obispos y que, apenas encubre lo que en esencia es
una vulgar maniobra publicitaria. El objetivo de la maniobra
consistiría en legalizar de cualquier forma los doce
primeros años de su existencia (1928-1941), durante
los cuales el Opus Dei estuvo oficialmente al margen de las
estructuras de la Iglesia.
A un nivel más general, como señala el relevante
socio Antonio Fontán, el Opus Dei estaba también
ignorado de un modo casi completo. Fontán reconoce
que "en una primera época, desde su fundación
el 2 de octubre de 1928 hasta después de la guerra
civil, pocas gentes en España habían oído
hablar del Opus Dei, fuera de quienes estaban en contacto
directo con sus actividades de apostolado y formación
de jóvenes en aquellos años iniciales. El fundador
del Opus Dei parece evocar aquellos tiempos cuando escribe:
"No se veían las plantas cubiertas por la nieve.
Y comentó, gozoso, el labriego dueño del campo:
ahora crecen para adentro." [A. Fontán: Los
católicos en la Universidad española actual.
Rialp. Madrid, 1961]
"Organiza primero algunas actividades académicas
y docentes, privadas, que le ponen en contacto con los medios
estudiantiles." (Pérez Embid p. 4.)
No fue en las aulas y pasillos del viejo edificio de San Bernardo,
sede de la Universidad madrileña, donde Escrivá
hizo sus primeros pinitos apostólicos: en el piso donde
estaba instalado con su familia monta una academia de preparación
para estudiantes de derecho y arquitectura que llama DYA,
siglas que venían a decir "Derecho y Arquitectura",
pero que para los iniciados significaba un lema: "Dios
y Audacia". Aquí es donde comienza en firme su
labor personal de apostolado. En 1932 y poco antes que Escrivá,
los miembros de la ACNP habían fundado en Madrid una
academia, el CEU -Centro de Estudios Universitarios- para
estudios de Derecho. Los propósitos un poco más
ambiciosos que demostró Escrivá con la academia
DYA, para Derecho más Arquitectura, fueron calcados
-según parece de los del CEU.
Sobre los medios de formación que en esta época
utilizó Escrivá, el Boletín n.º
2 de la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra,
al hablar sobre la institución humana de la tertulia,
señala "que ya en los años anteriores a
la guerra de 1936-1939, el hoy Gran Canciller de la Universidad
de Navarra, había introducido en su labor apostólica
con los estudiantes de Madrid tertulias para hablar y opinar,
para aprender y escuchar, para atender a los juicios y a las
informaciones de los demás, para ilustrar la propia
personalidad con el contraste de las opiniones de todos".
La tertulia ha sido siempre un instrumento de acción
social utilizado comúnmente en los medios de la pequeña
burguesía. La burguesía, en cambio, siempre
ha utilizado los salones y los banquetes.
"En el curso 1934-1935 se abre la primera Residencia
de estudiantes en un edificio de la calle de Ferraz, esquina
a la calle de la Quintana, en un barrio distinguido inmediato
del paseo de Rosales y al par que del Oeste [...] Al final
del curso 1935-1936, la Residencia se traslada a un noble
palacio de esa misma calle de Ferraz [...] Aquella Residencia
-a la que había de seguir otra, en Valencia-, quedó
destruida inmediatamente después, en los momentos iniciales,
cuando las milicias marxistas asaltan el inmediato cuartel
de la Montaña." (Pérez Embid p. 4.)
Dado que el Opus Dei nació a partir del núcleo
formado por Escrivá y su familia, la "residencia
de estudiantes", abierta en otoño de 1934, era
más bien una casa de familia donde Escrivá recibía
a los escasos seguidores que un centro de alojamiento y formación
para estudiantes universitarios. El origen de la Obra de Dios
aparece todavía hoy cuando los socios del Opus Dei
llaman de manera íntima a los hermanos de Escrivá,
la tía Carmen y el tío Santiago, y al fundador
"el padre de la Obra". Es, por tanto, comprensible
que Escrivá, cuando escribió en 1966 a Solís,
entonces ministro secretario general del Movimiento, se expresara
en los siguientes términos: "Atacar al Opus Dei
a causa de la conducta temporal de sus miembros es tan poco
razonable como si hablando de las funciones políticas
del señor ministro se estableciese una relación
de éstas, su mujer, sus hijos y toda la familia."
[LeMonde, 20-21 de noviembre de 1966]
Esta imagen familiar, digna de ser analizada a la luz del
sicoanálisis, posee tanta fuerza en las filas de la
Obra de Dios que la madre de Escrivá es "la abuela"
para todos los miembros del Opus Dei.
Entre las anécdotas que corren en círculos internos
de la Obra de Dios, se cuenta en una de ellas que estando
comiendo en la "residencia de estudiantes" los primeros
iniciados, el hermanito de Escrivá, Santiago, [De
Santiago Escrivá de Balaguer, el hermano menor de José
María, no se habla en el seno del Opus Dei: está
casado y con familia numerosa. Hoy es nada menos que barón
de San Felipe] se quejó en voz alta diciendo: "¡Mamá,
los chicos de José María se lo comen todo!"
Hoy día existen ex-libris, estampas e inscripciones
diversas en las casas y oratorios del Opus Dei donde aparecen
dos manos unidas en actitud oferente, en medio de ellas un
pedazo de pan y alrededor una leyenda que dice: "Se lo
comen todo", refiriéndose sin duda alguna a lo
ocurrido en casa de Escrivá allá por aquellos
años de la segunda República española.
Se cuenta también sobre Escrivá, en círculos
íntimos de la Obra de Dios, que Ignacio Orbegozo, uno
de los primeros compañeros del "padre", tuvo
un día que decirle: "José Maria, ¡basta
ya!", porque Escrivá, fundador del Opus Dei y
padre de la Obra de Dios, estaba sangrando después
de haberse aplicado fuertemente el cilicio que a menudo utilizaba.
A la mañana siguiente, cuando "el padre"
estaba ausente, Ignacio Orbegozo arrojó el cilicio
de Escrivá en el tejado de la casa de enfrente donde
habitaban, para que no se mortificara tan bárbaramente
como lo había hecho hasta entonces. Durante estos años
en Madrid, Escrivá alternó la captación
de seguidores de su proyecto con el puesto de capellán
en un convento de monjas, cargo fácil y bien retribuido
que le permitió afrontar los gastos de la casa y alimentar
a su familia. Todos los sábados solía ir a confesarse
con don Manuel González García, obispo apartado
de su diócesis que habitaba en la calle de Blanca de
Navarra, en Madrid. La pregunta ritual con que Escrivá
era acogido en sus visitas semanales era siempre la misma:
¿ Cómo va esa Obra de Dios?
Aquí está para algunos el origen del nombre
del Opus Dei: aquella pregunta tan anodina inspiró
a Escrivá el bautizo de aquella organización
que proyectaba, que en adelante pasó a llamarse Opus
Dei, es decir Obra de Dios, nombre que encajaba perfectamente
con el ritmo y el sentido carismático que pretendía
imponerle.
Cuando la agitación social durante la segunda República
tomaba, a partir de octubre de 1934, derroteros revolucionarios
y la ira del pueblo hacia el clero se había acentuado,
cuenta el propio Escrivá que un día que esperaba
en Madrid un tranvía para ir al convento de monjas
de clausura donde solía decir la misa y del que era
capellán, fue agredido por un obrero airado que le
insultó y pateó tratándolo de burro,
a lo que Escrivá respondió desde el suelo con
orgullo: "Burro, sí; pero burro de Dios".
No se sabe si realmente esto le ocurrió o fue algo
que la mente de Escrivá había forjado partiendo
de un fortuito encontronazo callejero; pero ésta es
la causa de que existan en las casas y en los domicilios de
miembros de la Obra, burritos confeccionados con diversos
materiales y que sirven como objeto de decoración.
Esta figura del asno, entrañable en las filas del Opus
Dei, viene reforzada por la máxima 998 de Camino que
le da todavía un sentido mucho más profundo:
¡Bendita perseverancia la del borrico de noria! -Siempre
al mismo paso. Siempre las mismas vueltas. -Un día
y otro: todos iguales. Sin eso, no habría madurez en
los frutos, ni lozanía en el huerto, ni tendría
aromas el jardín. Lleva este pensamiento a tu vida
interior." Y la 606 "Mira que humilde es nuestro
Jesús: ¡Un borrico fue su trono en Jerusalén
!... "
El borrico resulta, pues, una imagen ambivalente que para
Escrivá y sus hijos de la Obra de Dios más parece
tener el sentido de la tozudez que el de la humildad, entendida
según la doctrina católica. Escrivá procede
además de una región cuyos habitantes tienen
fama de tozudos.
De 1934 data también la aparición de un pequeño
libro de meditaciones que Escrivá pudo editar en Cuenca
con el democrático título de Consideraciones
espirituales. De este librito, calificado por algunos socios
del Opus Dei como "sencillo y lleno de doctrina"
y de "precedente inmediato de Camino", no se conoce
hoy día ejemplar alguno.
Expresiones, como "residencia de estudiantes", "barrio
distinguido", "noble palacio", etc., intentan
tergiversar lo que existió realmente en aquella época;
cuando seguidores, madre y hermanos de Escrivá compartían
el modesto piso del barrio madrileño de Argüelles.
La mudanza al noble palacio de la calle Ferraz (se trasladaron
a él -según Florentino Pérez-Embid- al
final del curso 1935-1936) se debe probablemente a la imaginación
de Escrivá y de su biógrafo oficial; de ahí
que el "noble palacio" fuera felizmente destruido
durante los combates del cuartel de la Montaña. Hay
opiniones contradictorias sobre si se realizó o no
esta mudanza entre los propios militantes del Opus Dei.
Son horas trágicas, comienzo de una serie azarosa
de peripecias, bajo La persecución comunista (Pérez
Embid p. 4).
Con motivo de la I Asamblea de la Asociación de Amigos
de la Universidad de Navarra y delante de un público
de religiosos y religiosas, Escrivá recordó
su respuesta a un periodista extranjero que lo había
interrogado por su mejor victoria: "No he tenido ninguna
victoria porque nunca he peleado. Espero alcanzar la victoria
del término, la victoria del cielo." Dos máximas
de Camino, sin embargo, hacen referencia a la guerra civil
española: "Frente de Madrid. Una veintena de oficiales,
en noble y alegre camaradería. Se oye una canción,
y después otra y más. " Aquel tenientillo
del bigote moreno sólo oyó la primera: Corazones
partidos, yo no los quiero; y si le doy el mío, lo
doy entero. " Qué resistencia a dar mi corazón
entero!" " -Y la oración brotó, en
cauce manso y ancho. " (Camino, máxima 145.)
"¡La guerra! -La guerra tiene una finalidad sobrenatural
-me dices- desconocida para el mundo: la guerra ha sido para
nosotros... -La guerra es el obstáculo máximo
del camino fácil. -Pero tendremos, al final, que amarla,
como el religioso debe amar sus disciplinas." (Camino,
máxima 311.
Los tres años de guerra civil no significaron un paréntesis
en la vida de José María Escrivá, ni
en la de ningún español de aquella época.
En Madrid, Escrivá tiene que ocultarse cada noche en
un domicilio diferente huyendo de "la barbarie comunista"
hasta que es acogido como falso huésped en un asilo
de dementes. Luego estuvo en un edificio habilitado por la
Embajada de Honduras que acogía a todos los que estaban
en peligro de perder sus vidas y, por fin, decepcionado, escapa
a Valencia. Era el verano de 1936.
De Valencia pasa a Barcelona; y de allí, formando grupo
con algunos fieles seguidores, [la gran mayoría
de los actuales socios militantes del Opus Dei, sin embargo,
vivieron la guerra pero no fueron protagonistas debido a su
corta edad. Esto no obsta que se les incluya por nacimiento
y por espíritu en el bando de los vencedores] intentan
pasar a Andorra, a pie y de noche por los Pirineos. En los
montes Rialp -de ahí que la editorial más importante
del Opus Dei lleve este nombre- le ocurriría a Escrivá
de Balaguer algo de lo que fueron testigos el grupo de fieles
de la Obra de Dios que le acompañaba.
Una mañana, refugiados en la cabaña donde pernoctaban,
proponen al "padre" que oficie la misa. Escrivá,
no se sabe si con algunas de sus bruscas y violentas cóleras,
sale de la cabaña sin decir palabra. Sus compañeros
quedan sorprendidos con aquella reacción infrecuente
en un sacerdote y más siendo del Opus Dei. [En frase
del propio Escrivá "Una característica
muy importante del varón apostólico es amar
la misa." (Camino, máxima 528.)] La desolación
entre ellos es completa... Al cabo de un largo rato vuelve
Escrivá con una rosa de madera en la mano que afirma
haber encontrado en la nieve cuando paseaba. Más fervoroso,
Escrivá celebró ese día la misa con especial
recogimiento. Algunos de entre el grupo de discípulos
afirman que durante el paseo tuvo una visión del cielo...
La rosa de madera pasó a engrosar la colección
de recuerdos y es hoy uno de los más valiosos objetos
de la historiografía del Opus Dei. En una de las primeras
páginas de los libros del fondo de Ediciones Rialp,
por ejemplo, figura siempre recuadrada una rosa de madera.
Esta rosa semienterrada en la nieve era para Escrivá
señal evidente de que se acercaba otra época
en la vida del Opus Dei y que se acabaría pronto el
periodo de "las plantas cubiertas por la nieve"
[Máxima 294 de Camino]
En diciembre de 1937 el grupo con Escrivá, después
de haber recorrido parte de sur de Francia sin detenerse,
llega a San Sebastián, ciudad ya liberada por los cruzados
de Franco, luego se dirigen a Pamplona y por fin a Burgos,
donde se había instalado el cuartel general de las
tropas franquistas. Allí Escrivá hizo una vida
relativamente reposada, dedicado a su "ministerio sacerdotal",
como otros muchísimos curas que pululaban en Burgos
por aquella época, remozando además su libro
"Consideraciones espirituales" y preparando un trabajo
sobre la Abadesa de las Huelgas que fue posteriormente su
tesis de doctorado en Derecho y que sería publicada
en 1944. Como señala Carlos Escartín "Por
entonces preparó la primera edición de Camino,
publicada en Valencia en el año 1939, libro en el que
recogía la totalidad de su obra anterior "Consideraciones
espirituales", ya agotada hacía tiempo."[Carlos
Escartín] En aquel Burgos de 1938, cuando Escrivá
fijaba en el papel la frase de que "la guerra ha sido
para nosotros", se pensaba en la "espada afilada",
en "quemar las vidas de los indiferentes", en "empuñar
el arma" contra la "mano cobarde que acerca su tea
a la Iglesia del Todopoderoso"como dice uno de los exégetas
del Fundador. [A. Tovar: "El Opus Dei y el cambio".
La República, Caracas, 1 de febrero de 1969. Tovar
se refiere aquí a Jesús Urteaga, uno de los
exégetas del Fundador El artículo apareció
publicado originalmente en la revista Ibérica de Nueva
York.]
"Cuando la guerra termina -escribe Pérez-Embid
en su biografía- la vida de familia del Opus Dei
[sic] y el apostolado con estudiantes universitarios y de
Escuelas Especiales se reemprende en una nueva Residencia
madrileña -la del n.º 6 de la calle de Jenner-,
instalada en dos pisos, en uno de los cuales viven su madre
y hermanos, gracias a cuya serenidad y sacrificio ejemplares
en la zona roja se han salvado muchos papeles importantes
y muchos recuerdos materiales de los primeros años
de la Obra." [Florentino Pérez Embid, pág.
5]
Isidoro Zorzano, que por su nacionalidad Argentina transitó
libremente en un Madrid "ocupado" y se había
quedado durante "el éxodo y la persecución"
cuidando de la familia de Escrivá, sería nombrado
más tarde Administrador de la Obra de Dios. Era el
fin de la guerra civil española...
La victoria de 1939 significaba para Escrivá la puesta
en marcha sin cortapisas de sus ambiciosos proyectos. En los
años de la República quería contrarrestar
la acción -para él nefasta- de la Institución
Libre de Enseñanza en la enseñanza superior,
pero los vientos democráticos no eran favorables al
clero, a la religión católica ni a la Iglesia.
Desde 1938, cuando se instala en Burgos con plena confianza
en la victoria de las fuerzas reaccionarias que siempre fueron
dueñas de España, se dedica a rehacer el grupúsculo
católico e integrista que el estallido de la guerra
había sorprendido en sus comienzos.
Está muy difundida la versión de que Escrivá
llegó a ser anteriormente a 1928 profesor de la Escuela
de Periodismo de El Debate, entonces dirigido por Ángel
Herrera. Daniel Artigues, por ejemplo, así lo afirma
en la página 10 de su libro El Opus Dei en España.
Es Florentino Pérez-Embid, biógrafo oficial
del Fundador quien, sin embargo, afirma claramente que Escrivá
fue profesor de Deontología en la Escuela Oficial de
Periodismo. "Antes de su marcha a Roma -también
reconoce Carlos Escartín- había sido Rector
del Real Patronato de Santa Isabel, profesor de Deontología
en la Escuela oficial de Periodismo y Consejero Nacional de
Educación."
Con el acceso al puesto de profesor de Deontología
en la Escuela Oficial de Periodismo en los años inmediatos
de la posguerra se debió premiar, sin duda, el militantismo
clerical-autoritario que demostró Escrivá desde
que llegó en Burgos en 1939. Posteriormente fue nombrado
Consejero Nacional de Educación y rector del Real Patronato
de Santa Isabel de Madrid, cargos políticos que tuvieron
su origen en las relaciones que Albareda, compañero
de "la larga marcha", entretuvo con Ibáñez
Martín, uno de los hombres políticos del régimen
con más poder en la época. [Los servicios
de propaganda y censura estaban vinculados al Ministerio de
Ibáñez Martín a través de la Subsecretaría
de Educación Popular. En 1951 se creó el Ministerio
de Información y Turismo] La actitud personal que
debió tener Escrivá aparece muy bien reflejada
en la máxima 478 de Camino "¿Pero, ¡a
estas alturas!, va a resultar que necesitas la aprobación,
el calor, los consuelos de los poderosos, para seguir haciendo
lo que Dios quiere? "-Los poderosos suelen ser volubles,
y tú has de ser constante. Sé agradecido, si
te ayudan. Y continúa, imperturbable, si te desprecian."
En 1946, Escrivá se trasladó a Roma donde vive
desde entonces. Una vez instalado en Roma, el Padre Escrivá
tuvo cuidado, según cuenta Artigues, de poner en buen
lugar en su despacho las fotografías dedicadas de la
mayor parte de los obispos de España, lo que no dejaba
de impresionar a sus visitantes y un decenio más tarde,
todavía declaraba corrientemente que en el caso de
reanudarse la persecución de sacerdotes en España,
no podría permanecer pasivo y preferiría salir
a la calle con una metralleta.
En 1950 estando en España sintióse inesperadamente
enfermo. El Consejo general determinó que debía
ser trasladado urgentemente a Roma a fin de que el fundador
y primer presidente general de una organización internacional
como el Opus Dei no muriese en el país donde nació,
se alimentó y donde mantiene todavía el ochenta
por ciento de sus efectivos. Escrivá sigue hoy vivo
y al frente, mitad déspota mitad prisionero, de la
organización que afirma haber fundado por inspiración
divina en 1928.
Como ha señalado Tovar, "el Opus Dei es una institución
española ya que por mucha misión universal que
se haya trazado, sus primeras y fundamentales etapas ocurren
en España y hoy todavía sus recursos y sus bases
se encuentran predominantemente entre los Pirineos y las playas
del Estrecho [...] El Opus Dei en fundamentales rasgos religiosos
y políticos y en su desarrollo y presente situación,
es una criatura del Movimiento Nacional, de lo que pudiéremos
llamar legítimamente franquismo, y hasta una criatura
favorita [...] El éxito del Opus Dei merece la calificación
de "aventura asombrosa" [...] y ello se explica
por el genio y figura del aventurero principal, monseñor
Escrivá de Balaguer".
Capítulo I.3. Los modelos
organizativos
Capítulo I.4. Noble por
la Iglesia, noble por el estado
Capítulo I.5. El culto al
Fundador
Arriba
Capítulo
I - Capítulo II
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