Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

La prodigiosa aventura del Opus Dei. Génesis y desarrollo de la Santa Mafia
Santa Mafia
Autor: Jesús Ynfante
Índice
Presentación
I. EL FUNDADOR DEL OPUS DEI
II. LAS BASES DE RECLUTAMIENTO
III. EL OPUS DEI Y LA IGLESIA CATÓLICA
Notas sobre "Camino", el manual del perfecto clerical-autoritario
FIN DEL LIBRO
 
NUESTRA WEB:
Inicio
Quiénes somos
Correspondencia
Libros silenciados

Documentos internos del Opus Dei

Tus escritos
Recursos para seguir adelante
La trampa de la vocación
Recortes de prensa
Sobre esta web (FAQs)
Contacta con nosotros si...
Homenaje
Links

LA PRODIGIOSA AVENTURA EL OPUS DEI.
GÉNESIS Y DESARROLLO DE LA SANTA MAFIA

Jesús Ynfante

CAPÍTULO III
4. El Opus Dei y la jerarquía católica española

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas fue aprovechado por el Opus Dei como instrumento de contacto de la Obra con la jerarquía de la iglesia española. Desde su creación, fray José López Ortiz, luego obispo de Tuy, ocupó la vicepresidencia del CSIC. El patriarca de las Indias Occidentales y obispo de Madrid-Alcalá, Leopoldo Eijo y Garay, que desempeñaría un papel importante en la promoción legal del Opus Dei, era presidente del Patronato Raimundo Lulio, director en sus comienzos del Instituto de Teología, y su nombre aparecía frecuentemente como organizador de semanas de estudios teológicos, bíblicos y de Derecho canónico. Eijo y Garay era, por otra parte, asesor de Educación religiosa y moral del Frente de Juventudes, la organización juvenil de la Falange.

Otros miembros del episcopado español y colaboradores del CSIC fueron el obispo de Salamanca, Barbado Viejo, y el de Vitoria, Carmelo Ballester. El que fue administrador apostólico de esta última diócesis, Xavier Lauzarica, prologó en marzo de 1939 el libro de Escrivá, Camino. Lauzarica había sustituido al titular de la diócesis, monseñor Múgica, exilado voluntario por su aversión a los rebeldes contra la República. J. Lauzarica, luego de ser obispo de Vitoria y arzobispo de Oviedo, terminaría por ser recluido en un manicomio.

Tovar ha señalado que "la publicidad del Opus Dei comenzó a consecuencia de ciertas preguntas en la Junta política, allá por 1940 o 1941. Debió ser entonces cuando lo que parece se llamaba SOCOIN (Sociedad de Cooperación Intelectual) se llamó, con la bendición del obispo Eijo, Sociedad de la Santa Cruz". Si el Opus Dei disponía de contactos directos con miembros de la jerarquía eclesiástica, vía Consejo Superior de Investigaciones Científicas, no tiene por tanto nada de extraordinario que el 10 de marzo de 1941, Eijo y Garay que conocía más o menos de cerca "las actividades científicas" de los primeros socios del Opus Dei, lo reconociera como sociedad de derecho diocesano o Pía Unión diocesana. No se conoce con certeza la causa de tan tardío reconocimiento, pero no es desdeñable la hipótesis según la cual los escasos socios del Opus Dei sintieron miedo ante las preguntas que se hizo la Junta política de la Falange -estaba reciente el acontecimiento de Barcelona-, y decidieron, en consecuencia, protegerse legalmente. Las responsabilidades políticas que tuvo Tovar por aquella época dan un respaldo autorizado a sus palabras. El estatuto de asociación diocesana, como dice Daniel Artigues, no tenía nada de original, puesto que situaba al Opus Dei entre las numerosas asociaciones piadosas ("pías uniones") extendidas por toda España.

Más tarde, el 11 de octubre de 1943, el Vaticano autoriza a transformar esta Pía unión en "Instituto comunitario sin votos públicos" y, en junio de 1944, tuvo lugar la ordenación sacerdotal y primeras misas de tres socios del Opus Dei. La Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz se había puesto en marcha y como entonces señaló el hoy monseñor Angel Sagarminaga:

"El Opus Dei se compone de ingenieros y profesores y arquitectos y químicos y abogados [...] de entre ellos necesariamente han de salir los sacerdotes que los atiendan con eficacia en su formación profesional." Sagarminaga no ha insistido excesivamente sobre el carácter sacerdotal de la Obra -como aseguran Artigues y otros- sino que ofreció en la revista "Illuminare", de enero-marzo de 1945, una visión fidedigna de lo que era el Opus Dei en ese tiempo y los proyectos que alimentaba Escrivá para un próximo futuro. El Opus Dei era entonces -en expresión del citado Sagarminaga- "un grupo de jóvenes de vida intelectual [...] bajo la dirección de un sacerdote, también intelectual" […]

5. El estatuto jurídico del Opus Dei: los textos pontificios
6. La fictio juris

 

Arriba

Anterior - Siguiente

Volver a Libros Silenciados

Ir a la página pincipal

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?