La
ropa sucia se lava en casa...
PERO NO TIENEN JABÓN
NACHO FERNÁNDEZ
1. No tienen jabón (10.12.2004)
2. La reserva familiar (13.12.2004)
3. La lista de San José
(17.12.2004)
4. Las películas de los años
sesenta (27.12.2004)
5. El limón exprimido (3.1.2005)
6. Encuentro después de 40
años (7.1.2005)
7. La conciencia de periodista
(14.1.2005)
8. Pase usted primero (21.1.2005)
9. El Opus crece poco y envejece
(24.1.2005)
10. Los reyes Magos (28.1.2005)
11. La carcajada del sindicalista
(4.2.2005)
12. Fábrica de canonizaciones
(11.2.2005)
13. Natalidad para los demás
(18.2.2005)
14. Un negocio redondo (25.2.2005)
15. El sacerdote feo (4-3-2005)
16. Se van sin tiros (11-3-2005)
17. Alcachofa
con cilicio (18-3-2005)
18. La pobreza
y la doncella (27-3-2005)
19. Muertos de
primera, segunda y tercera (1-4-2005)
20. Estudios
internos de Agregados (7-4-2005)
21. La gran deuda
(15-4-2005)
22. El teólogo
proscrito por Escrivá que llegó a Papa
(22-4-2005)
23. Canciones
rotas (29-4-2005)
24. Forzar costumbres
en mayo (6-5-2005)
25. "Queridísimos
diocesanos" (13-5-2005)
26. Chalés
para 'desprendidos' (20-5-2005)
27. La
campana sudorosa (27-5-2005)
28. 50.000
kilómetros de distancia (3-6-2005)
29. Retiros
ruinosos (10-6-2005)
30. Censura
con flores (17-6-2005)
31. Cuatro
huevos al día (24-6-2005)
32. El
solar de al lado (1-7-2005) FIN DE LA SERIE
NO TIENEN JABÓN
El pimer milagro de la vida pública de Jesucristo
que nos narran los Evangelios se produjo cuando la Virgen
dijo "No tienen vino" en las Bodas de Canaá.
Es un hecho que fue interpretado de diversas maneras en las
meditaciones y charlas que se me dieron durante el tiempo
que estuve dentro del opus dei, primero como lo que se llamaba
oblato y luego como agregado. Es algo que he llevado muchas
veces a la oración mental. La frase "No tienen
vino" me ha hecho pensar que en la única prelatura
de la Iglesia Católica se le puede aplicar la de "no
tienen jabón". En efecto, el fundador, el Santo
Marqués de Peralta, solía decir que "los
trapos sucios se lavan en casa", dando a entender que
cuando "alguno de casa" --así se decía--
tiene un problema con otro lo debe resolver dentro de la institución..
Los que escribimos habitualmente en opuslibros sacamos a relucir
casos que demuestran que los trapos sucios no se resolvían
dentro de la obra y ahí quedaron pendientes, no porque
se diera una solución contraria a lo que pensábamos,
sino porque había claramente intención de no
sacarlos adelante. Una vez que hemos salido del opus, ahí
quedan sin resolver. Por ello, he llegado a la conclusión
de que al opus dei lo que le hace falta es jabón para
lavar los trapos sucios. Si son casos leves, es un jabón
de tocador o de lavabo; si son graves, es que no tienen detergente;
y si son muy graves o muy grandes, hace falta toda una lavandería.
Al igual que en el primer milagro de Jesucristo, hay que decirle
a la Virgen, para que se dé cuenta: "No tienen
jabón". El opus dei que es tan amigo de los milagros
por intercesión de su fundador y ahora de don Alvaro,
debe vivir el milagro de "lavar blanquísimo"
los trapos sucios que tiene dentro y que no acaba de llevar
a cabo. En todos los centros de la prelatura existen trapos
sucios. Por ello, si sumamos los pequeños y los grandes
trapos, hace falta un "milagrazo" tan grande como
el que exige la Iglesia para que se autorice una beatificación
o una canonización.
Hablando de "trapos sucios", en la obra se solía
emplear esta expresión para que sus fieles no acudieran
a la confesión con un sacerdote que no fuera de la
prelatura. Se decía internamente que eran "buenos
pastores de otros rebaños, pero no el buen pastor"
de los de la obra, con lo que sembraban dudas sobre los demás.
Incluso el presbítero con el que uno de la obra debía
confesar sus pecados era el de su centro y, como mal menor,
otros sacerdotes del opus, pero nunca un "sacerdote de
la calle", puesto que, según su fundador, no entendían
el espíritu de la institución.
En mi larga vida dentro de la obra descubrí casos de
fieles del opus dei que recurrían a "sacerdotes
de la calle" para lavar, sobre todo, las caídas
de pureza. Esto se refiere tanto a supernumerarios como a
agregados. A esta conclusión he llegado, pues a veces
estabas en un templo público y descubrías a
alguien conocido de la obra que se acercaba a un confesionario
donde se encontraba el párroco o un sacerdote de esa
Iglesia, que por supuesto no pertenecían a la sociedad
sacerdotal de la santa cruz -la asociación de clérigos
que también fundó el Santo Marqués de
Peralta-.
Pero existen otros "trapos sucios" que también
se deben confesar y que no se refieren solo al sexto mandamiento.
La pertenencia a la obra durante tantos años me ha
hecho ver sobre todo pecados de moral social sobre los que
se pasa por encima. La moral de muchos empresarios opusinos
deja mucho que desear. Entiendo que es muy grave que se recurra
a un psiquiatra (a los profesores de estudios internos de
psicología les gusta utilizar esta palabra con ps y
no con s, pues, según ellos, refleja el alma) para
solucionar problemas de vocación o de depresión,
cuando la solución es bien sencilla: no utilizar ese
sistema de asfixia sobre los fieles de la prelatura.
Un amigo mío y de la web me decía recientemente
que conocía el caso de uno de la obra que se quedó
totalmente loco y sabía de otros que lo aguantaban
todo, con tal de tener un puesto y no perder privilegios.
Reconocía que en el opus existen otros que han entendido
bien el mensaje de amor por los demás. Otros, cuando
han tenido problemas de vocación han sido llevados
a un psiquiatra del opus que, inmediatamente les ha recetado
un montón de pastillas que les destrozó el estómago
y les produjo insomnio. Tan pronto como han dejado la obra
los problemas han desaparecido. "Trapos sucios"
son también los que anteriormente he presentado en
mis escritos o
los que aparecen frecuentemente aquí. Uno de esos casos
es el de ese numerario
norteamericano que estuvo en Australia, o la situación
que describía Amapola
u otras personas que han descrito hechos similares.
Si todos hemos querido corregir estas situaciones desde dentro
y por los cauces de los directores legales, ¿por qué
no se ha producido una solución? Hay que decirle al
Señor "no tienen jabón", a ver si
por fin la Iglesia se entera de que los hechos presentados
en la web opuslibros son ciertos y no son casos excepcionales.
Claro, ahora ahora mandarán a sus cancerberos que dirán
que son imaginaciones, cuando en realidad ellos son instrumentos
de palabrería pura que recurre a las descalificaciones.
A ver si se produce "el milagro de tener jabón".
LA RESERVA FAMILIAR
Desde que me hice de la obra primero como numerario, luego
como oblato y después al cambiar la denominación
de esto último como agregado siempre oí la expresión,
sobre todo al fundador, que "en la obra es el sitio del
mundo donde mejor se está" y donde más
se nos quiere. En las películas que se contemplan en
los centros puede verse al Santo Marqués como se abraza
para decir esto. Esa es una frase muy bonita que puede engañar
a los inocentes que no saben la realidad de las cosas de la
prelatura.
Siempre había pensado que la obra era una verdadera
familia, "con lazos más fuertes que los de la
sangre", como decía el fundador. Pero a los pocos
años me llevé una desilusión. Carmen,
la hermana numeraria de un amigo mío, había
pitado, pero contrajo una grave enfermedad que hizo que la
enviaran a su casa a ser cuidada por sus padres. La veía
que se deterioraba por momentos. Si no llegan a existir sus
progenitores, no sé qué hubiera sucedido con
ella. En estos momentos, al haberme cambiado de domicilio
en Madrid, no se cuál es su situación. Las últimas
veces que tuve noticia de ella estaba siendo cuidada por una
tía suya, pues habían muerto sus padres. La
gente allegada a esta familia me comentaba que casi nadie
de la obra la visitaba. Pobre chica.
La enferma tenía un único hermano, también
numerario, que fue ordenado sacerdote. Nunca tuve noticias
de que hubiera obtenido la dispensa de la vida familiar para
cuidar a su hermana, que necesitaba de ayuda, pues no se podía
mover. Claro los lazos de la familia de la obra son más
fuertes que los de la de sangre y por eso impiden acercarse
a la familia de sangre. La última noticia que tuve
del hermano es que estaba enfermo en una obra corporativa
de Madrid. No sé si padecía verdaderamente una
enfermedad o que tenía problemas de vocación,
pues el vocabulario interior de la obra es tan críptico
que con la expresión "está enfermo"
no se sabe cuándo hablan de una crisis de vocación
y cuándo de una enfermedad cierta. Hace años,
en el vocabulario eclesiástico español se decía
"se ha ido a Madrid", para referirse al caso de
los sacerdotes que abandonaban su vocación, ya que
en la capital de España era más fácil
pasar desapercibidos. Al opus, que se siente tan laical, le
ha ocurrido algo parecido a lo clerical.
No hace mucho, otro numerario con más de 40 años
en la obra, tuvo un problema de depresión. Residía
en un centro de numerarios, pero éstos no asumieron
su enfermedad. Fue enviado a casa de su madre, ya mayor, que
aún vivía para que ésta le atendiera.
Claro que el fundador de la obra decía que los lazos
dentro eran más fuertes que los de la familia de sangre.
Qué ejemplo de caridad cristiana más bonito.
Una vez restablecido, volvió al centro de numerarios
que lo acogieron. No faltaría más.
Pero la familia no se reduce a eso. La familia es también
la reserva económica de muchos centros. Cuando no hay
dinero y no se tiene a quien acudir, inmediatamente el director
de turno invita amablemente a uno de sus subordinados a dar
un sablazo --como se llama en España a sacar dinero--
a sus progenitores. Y vaya si lo cumplen. Los padres siempre
quieren lo mejor para sus hijos y si éstos les solicitan
la luna lucharán también por conseguirlo. Se
de más de un caso de una madre que se ha desprendido
de joyas de la familia para contribuir a hacer realidad un
cáliz de oro y piedras preciosas con el que oficiar
una misa en las grandes solemnidades de las principales representaciones
inmobiliarias de la obra. Era una debilidad del fundador de
la institución que luego han continuado los que le
han sucedido.
¡Qué generosidad desprende la obra! Recuerdo
haber oido en un centro al que pertenecí que rechazaran
donativos de 100.000 pesetas (hoy 600 euros) de personas que
poseían mucho más. Durante las campañas
de captación de fondos para las obras corporativas
o los centros que se proyectaban se producían expresiones
como éstas que describo. Cuando he salido del opus
me he dado cuenta hasta qué punto los directores eran
dueños de nuestra vida y de nuestros amigos. Se sentían
generosos con el trabajo y la entrega de los demás.
Sin embargo, ellos entregaban poco tiempo a las personas que
realmente lo necesitaban y que pertenecían, según
ellos, "a su familia", que tenía "lazos
más fuertes que los de la sangre". Por algo esta
expresión de contradice continuamente con lo que ocurre
en la realidad. Son casos de "trapos sucios que se deben
lavar en casa", pero se da la circunstancia de que "no
hay jabón". Por ello, pidamos al señor
en esta Navidad que haya "un milagro del jabón".
Muchas felicidades a todos por las próximas Navidades,
para que sean realmente en familia, la de sangre, claro.
LA LISTA DE SAN JOSÉ
Cada año, en los días inmediatamente anteriores
a la festividad de San José, el 19 de marzo, en los
centros de la obra, se realiza la llamada "Lista de San
José", con la que los fieles de la prelatura (la
única) encomiendan al Padre de Cristo en la tierra
las vocaciones de aquellas personas que se pueden incorporar
en los siguientes 12 meses. Se trata de una especie de examen
en el que se demuestra qué personas son verdaderamente
las que hacen apostolado y proselitismo.
Tras encomendarse a San José, cada uno de los de la
obra que participa de un grupo propone un candidato al ya
ha empezado a tratar y que quiere seguir haciéndolo
durante los siguientes doce meses para que se haga de la obra.
En esta Lista normalmente no se incorporan los que normalmente
no reunen las condiciones previstas en la intitución
para que puedan escribir la carta de incorporación.
Así, quedan excluidos los que ya han sido a la obra
y se han ido, los que han pertenecido durante más de
dos años a una orden o congregación religiosa,
o han estado en un seminario, o que hace muchos años
que no practican la religión católica.
El que propone el candidato a la lista tiene que exponer sus
méritos, sin que se descubran aspectos de la intimidad
de la persona. En muchos casos los que participan en el acto
ponen serias objeciones y, más de una vez, el proponente
se ve en la obligación de presentar una persona distinta
de la primitiva, pues el anterior llevaba camino de ser rechazado,
a pesar de que lo había tratado con su director anteriormente.
Muchas veces se recurre a uno que le "sobre" a otro
de los que participan. Sin embargo, muchas veces los presentes
aplican la caridad y tienen muchas tragaderas para no poner
al de la obra en un brete.
Al final, se elabora la lista, que se escribe en papel blanco
por uno de los presentes y se guarda en un sobre que permanece
cerrado --creo que en el centro-- hasta el año siguiente.
Entonces se abre la lista y se leen los anteriores candidatos.
Se oyen expresiones de aprobación o aplausos cuando
el candidato ha pitado.
Esta práctica de la "Lista de San José"
pone de manifiesto la mayor parte de las veces que en la obra
se hace poco apostolado. Incluso algunos que se apuntan el
tanto de haber propuesto un candidato, lo único que
hacen es incluir a uno de sus alumnos de una obra corporativa
que incluso puede suceder que no trata él. Más
de una vez observé esta circunstancia. Así sucede
con los que trabajan en obras corporativas o labores personales.
En éstas se incluyen los colegios de Fomento de Centros
de Enseñanza o las Escuelas Familiares Agrarias, conocidas
como EFAS, que tienen una orientación claramente del
opus con directivos de la prelatura y dirección espiritual,
como si realmente pertenecieran, que pertenecen.
Para que no se note mucho la falta de apostolado que se hace
en la obra, sobre todo en España, que es donde vivo,
en las semanas anteriores a la elaboración de esta
"lista" la persona seglar que lleva la dirección
espiritual del otro le va preguntando quién va a proponer,
para que, al final, todo esté amarrado y no exista
problema. La obra de Escrivá lleva camino de que en
los únicos sitios donde obtenga "vocaciones"
sean sus colegios y obras anexos o en iglesias públicas
regentadas por miembros diocesanos de la Sociedad Sacerdotal
de la Santa Cruz.
En opuslibros se ha publicado que el actual prelado del opus,
Javier Echevarría, ha propuesto que en cada región
piten 500 personas. Con lo que acabo de contar parece difícil
que esto se produzca. Más de uno pensará que
hace falta un milagro, pues la descristianización de
España es algo patente. Si alguien se incorpora, luego
es dificil que persevere. Puede ser un milagro, pero para
los que hemos sufrido los métodos de la obra es más
importante que se produzca el "milagro del jabón",
que se quiera realmente arreglar lo que se denuncia aquí
y se pongan los medios.
PELÍCULAS DE LOS AÑOS
SESENTA
Una de las primeras cosas que te dicen en la obra al escribir
la carta para inorporarte como numerario o agregado es que,
a partir de ese momento, dejas de ir a las salas de cine comercial
a las que hasta tu pitaje habías acudido y, en el caso
de los hombres, de salir con mujeres y, si son mujeres, dejan
de salir con hombres. La justificación de todo ello,
en muchos casos, es la guarda del corazón, ya que,
a partir de ese momento, nuestro corazón está
entregado a Dios y no existen compensaciones de ningún
tipo.
En cuanto a la no asistencia a las salas cinematográficas
comerciales, se justifica también por la supuesta pobreza
que se vive dentro de la obra, que impide, según los
directores, realizar estos "gastos superfluos".
Esto contrasta con el hecho de que un conocido numerario de
Madrid posee una serie de salas cinematográficas en
las afueras de la capital e incluso ha sido presidente de
la asociación española que engloba a los empresarios
de estos locales, por lo que ha salido habitualmente en la
prensa cada vez que se producía una noticia cinematográfica
con relieve público.
Los que nos incorporamos a la obra en 1965 padecimos desde
el primer momento la situación de no estar al día
como cualquiera de nuestros compañeros que vivían
en medio del mundo, por mucho que dijera el fundador de la
prelatura que en medio del mundo era donde teníamos
que santificarnos. En los años sesenta, los varones
que se incorporaban a la obra como numerarios no iban a las
salas comerciales a ver las películas que se exhibían.
En su lugar acudían al centro de estudios de los numerarios
--entonces en Madrid había una sola delegación
y no dos como ahora--, situado en Castellana, 50 (hoy existe
un banco) donde se proyectaba una película todos los
domingos a las cinco de la tarde, salvo los días que
tenía lugar el retiro mensual, en que se ofrecía
la mortificación correspondiente.
Los oblatos (nombre anterior al de agregados) tenían
como locales donde se proyectaban sus películas primero
en la Glorieta de Cuatro Caminos 4, escalera 4, bajo B, y
luego en el ITEP (Instituto Técnico de Enseñanzas
Profesionales) en la calle Aravaca, donde durante la semana
se impartían clases. En algunos casos, nos acompañaban
los directores de nuestros centros. Otro local donde los agregados
veían películas era el Instituto Tajamar, en
el que sucedía lo mismo que en el ITEP. No había
videos y las películas se proyectaban desde máquinas
adecuadas de las que se encargaban dos o tres por centro.
Si en el local había un centro de la obra el lugar
de exhibición era una habitación que abría
puertas para la comunicación y así todos podían
contemplar las cintas que, en ningún caso, eran de
estreno.
Lo más curioso de todo fue que para proyectar las películas
los encargados se ponían en contacto con las distribuidoras
cinematográficas para elegir entre dos o tres películas.
Lo que voy a describir no es una película de Almodóvar,
sino una realidad: antes de que los de la obra vieran las
películas, éstas habían sido censuradas
convenientemente, a través de realizar los correspondientes
cortes en el material, con lo que se eliminaban escenas de
besos o de protagonistas que aparecían en bikini, un
bañador que era atrevido para los directores del entonces
instituto secular. Recuerdo que los encargados tenían
frascos de esmalte de uñas, para después del
corte de los correspondientes fotogramas, volver a unir la
cinta.
Los cortes en las películas hicieron que, al final,
los responsables de las distribuidoras cinematográficas
se dieran cuenta y se negaran a alquilar sus productos a lugares
como los señalados anteriormente. Al comunicarte con
ellos, bastaba con decir que eras de esos sitios, para que
automáticamente afirmaran que a ese lugar no se prestaba
o alquilaba nada. Seguro que se habían producido numerosas
quejas de otras empresas que quisieron exhibir las mismas
cintas y se habían encontrado con la sorpresa de trozos
eliminados sin ninguna explicación.
Claro que por entonces, algunos del opus participaban de productoras
cinematográficas que realizaban películas populares.
Antes de irme de la obra, un sacerdote del centro por donde
iba indicó que él había sido uno de los
productores de la película "La ciudad no es para
mí", intepretada por Paco Martínez Soria,
que es una de las cintas españolas que ha tenido mayor
número de espectadores a lo largo de la historia reciente.
El verano anterior al de mi marcha de la obra, en 1998, vi
la película "El perro del hortelano", de
la directora Pilar Miró, en el Colegio Mayor Ayete
de San Sebastián. Se trataba de la proyección
de un video. Los cortes habían sido sustituidos por
oscurecimiento de la pantalla con motivo de que se había
producido un beso entre los protagonistas. El oscurecimiento
había sido decidido previamente por el director y el
sacerdote de la convivencia en la que participábamos.
Para el fundador de la obra, el Santo Marqués, la ropa
sucia se lava en casa. Varias veces me quejé de estos
hechos a los directores. No me hicieron caso. Pienso que no
podemos ser tratados como niños y no se me olvida la
frase del fundador "lo que daña a un niño
daña a un viejo". La única explicación
que se me ocurre es que, al cortar las películas, el
opus dei ha vivido el criterio de que el fin justifica los
medios. Por eso, al salir, he llegado a la conclusión
de que "le falta jabón: de tocador, detergente
de lavadora o una lavandería".
EL LIMON EXPRIMIDO
El fundador del opus dei solía decir y aconsejar a
los de la institución que deseaba morir como un "limón
exprimido" al que se había sacado lo último
que tenía dentro. Pues bien, los que se van de la obra
lo hacen exprimidos económicamente y moralmente como
un limón, aunque, una vez pasado el tiempo, se recuperan.
Por eso, la frase del que fue Marqués de Peralta vale
también para los que nos hemos ido, ya que hemos tenido
que rehacer nuestra vida para salir del hoyo en que nos había
sometido tal institución.
Hago este comentario basándome en el artículo
de Satur, en el que se señala la manía que tenía
Escrivá por tratar el tema de la muerte. El recurría
a distintos símiles y, sobre todo, había dispuesto
que a la muerte de los de la obra se procurara que el testamento
estuviera "atado y bien atado" a favor de las obras
corporativas o los centros que domina el od. Era una prueba
más del "exprimidor" al que había
sometido a sus seguidores.
El "limón exprimido" se puede aplicar tanto
a la gente que muere dentro de la obra como a los que nos
hemos ido en vida. Se nos ha sacado todo el jugo mental, económico
y moral y hemos entregado todo. Cuando nos vamos somos pobres
de solemnidad, salvo que nuestros padres nos hayan invertido
algo de su dinero. Afortunadamente los que nos dedicamos a
trabajos en empresas de la "calle" tenemos el tiempo
cotizado a la Seguridad Social. Sin embargo, el opus se ha
quedado con nuestro salario mensual que ya es una elevada
cifra al cabo del tiempo. En mi caso suponía cerca
de los dos tercios de lo que ganaba. Eso sí cuando
pedía dinero para arreglar mi casa, pues necesitaba,
por ejemplo, un cambio de las conducciones de agua, se me
negó siempre, aunque nunca emplearan la palabra no,
pero sí medidas dilatorias, que era lo mismo. Me di
cuenta que cada año el centro de numerarios hacía
cambios y a mi se me negaba habitualmente. Eso era predicar
con el ejemplo.
Felicito a los que hayan tenido la suerte de haberles concedido
algo de lo que habían entregado. Era muy frecuente
que se nos dijera que el dinero que ganábamos con nuestro
trabajo no era nuestro, sino de la obra. ¿Qué
diferencia había con los esclavos romanos o de la época
de explotación de África? Eran como el niño
egoista que piensa que todo es suyo.
La práctica habitual del opus prevé que al hacer
la fidelidad o incoporación definitiva de numerarios
y agregados, se haga un testamento a mano para que al morir
una persona de la prelatura sus bienes familiares se destinen
a una obra corporativa. En mi caso concreto se me invitó
a cederlos a la Universidad de Navarra y al Instituto Tajamar
de Madrid, el escaparate de la labor de agregados del opus
en toda España. Se insiste que existe libertad para
cederlo a cualquiera, pero se insiste que es de "buen
espíritu" (para ellos) hacerlo a una obra corporativa.
Pero como el testamento debe contar con unos albaceas, ellos
(los directores) te dan una lista de veinte numerarios para
que escojas a tres y sean ellos los que determinen el destino
a tu muerte. En mi caso concreto, debo decir que los directores
me invitaron a hacer un nuevo testamento actualizado al cabo
del tiempo, ya que los tres posibles alabaceas fijados se
habían ido de la institución de Escrivá.
Uno de ellos es hoy fiscal del Tribunal Supremo de España.
Nunca se me explicó que era por esa razón por
la que tenía que hacerlo de nuevo. Otro día
seguiré con esto del testamento.
Toda la comedia que describía Satur en su escrito
es eso, comedia. Un caso concreto. Viví la experiencia
de la muerte de Rafa, un numerario que se fue de la obra después
de más de treinta años y que falleció
cuando no había hecho un año de su marcha. Se
fue a vivir con sus padres en una barriada humilde en las
afueras de Madrid. Había estado dentro ese tiempo y
siempre había trabajado en empresas externas, por lo
que había ganado mucho dinero.
Rafa, que era muy agradable, había trabajado en una
revista universitaria durante el régimen del general
Franco en España. Posteriormente se incorporó
al gabinete de prensa de la embajada de uno de los países
más ricos de la tierra en Madrid. Ya abandonada la
obra, un día contrajo una grave enfermedad que le llevó
a la tumba en un fin de semana. Solo un numerario del centro
fue a su entierro, que se celebró en uno de los cementerios
más humildes de Madrid. Por supuesto que fue enterrado
en una sepultura temporal, que queda vacía al cabo
de diez años.
De la noticia de la muerte de Rafa me enteré por otros
de la obra que me lo dijeron con mucho misterio. Si en el
centro Lima de Madrid al que los dos pertecíamos --él
como numerario y yo como agregado-- se habían enterado
y solo uno había ido, indicaban poca sensibilidad.
Por ello, con otros llegué a la conclusión de
que aquella supuesta familia no era tal familia, sino una
manera de "utilizar el limón": si te sacan
jugo, vales y si no, te envían al cubo de la basura.
Cuando murió mi madre --ya lo he contado otra vez--,
todo el supuesto cariño que me tenían se convirtió
en un vacío absoluto, tanto en el entierro como en
el funeral. Ellos que se ponen tan apocalípticos, algún
día Dios les pedirá cuenta de esos hechos.
Decía el fundador que "la ropa sucia se lava en
casa". Los hechos como el de Rafa indican que no se han
lavado, pues les falta jabón y porque no tienen ninguna
intención de arreglar la situación. Ahora que
tanto se hacen experimentos habrá que insistir a ver
si por una vez encuentran una solución. Una puede ser
que por fin de den cuenta de que los que nos vamos tenemos
razón en nuestras críticas. Si se consulta una
de las últimas cartas de Echevarría en la página
web de la prelatura se verá que se ha puesto muy sublime
hablando de la Eucaristía. Yo añado, menos hablar
de la Eucaristía y más atender los dolores que
padece la gente.
ENCUENTRO DESPUES DE 40 AÑOS
El 4 de mayo comencé a colaborar en opuslibros.org.
Desde entonces se ha producido un gran cambio en mi vida.
Estoy muy a gusto de comunicarme con tanta gente que ha vivido
mis ideales y con tanta otra a la que explico cómo
es la vida interna de la única prelatura personal que
existe actualmente en la Iglesia Católica. Los que
escribimos en esta página somos amigos de todos los
que nos escriben e incluso los que aseguran que decimos mentiras.
A ellos sí que les hace falta quitarse una venda de
los ojos.
Una de las mayores sorpresas que he tenido desde que escribo
en opuslibros es que he conectado con el compañero
mío de curso que se hizo de la obra a la vez que yo
a la misma hora, en el mismo día y en el mismo centro.
Era el 19 de marzo de 1965. Han pasado casi cuarenta años
y desde poco después de esa fecha no nos habíamos
vuelto a ver, aunque éramos compañeros de la
carrera de Derecho, que ahora comparto con el periodismo.
Esto se ha producido el día 13 de este mes en mi casa.
El, que vive en Tailandia, adelantó su venida a España
en Navidades para estar conmigo, ya que, cuando esto se publique,
yo me habré ido fuera de la Península Ibérica.
Antes he decidido dejar constancia de este hecho.
¡Qué alegría encontrarnos de nuevo despues
de cuarenta años! Él ya ha llegado a los sesenta
y yo estoy a punto de cumplirlos. Los dos tenemos un poco
de barriguita. En él las canas no se notan, pues se
tiñe un poco el pelo, y en mi tampoco, pues me afeito
diariamente el cuero cabelludo. Nos dimos un gran abrazo y
empezamos a abrir nuestra alma al que teníamos delante,
sabiendo que de las cosas íntimas no se iban a enterar
terceros, como sucedía cuando hacíamos la charla
fraterna con un laico que todas nuestras situaciones pasaban
a conocimiento del consejo local (director, subdirector, secretario
y sacerdote) y si lo consideraban grave, de la delegación,
de la comisión y del consejo general de la obra. Hago
esta aclaración del consejo local para los lectores
que no son ni han sido de la obra.
Habían pasado los años, pero teníamos
una base común: el haber escrito la carta al padre,
entonces fundador, en el mismo día, en la misma noche,
en la misma hora y en el mismo centro. No era el caso de una
amistad que se había perdido, sino una amistad que,
gracias a opuslibros.org, ahora era más clara y convincente.
No había miedo de correcciones fraternas, como tantas
veces sucedía cuando contábamos algo nuestro
a otro de la obra. Había cariño y humanidad.
No era una amistad mecánica, sino de carne y hueso,
solo que con cuarenta años más y cerca de los
sesenta. El todavía trabaja. Yo, no, pues acabo de
jubilarme.
Pasamos revista a los nombres de algunos que entonces estudiaron
con nosotros, rezaron y nos dijeron el primer saludo "Pax"
con la respuesta "In aeternum" de nuestra vida en
el opus. Muchos de los que citamos se han ido de la obra,
y otros, que nos dieron el círculo de San Rafael, ahora
cuando nos los encontramos por la calle miran para el cielo
o para los costados, pero no nos miran a la cara. Nos considerarán
"traidores" a la causa de la obra de Escrivá.
Eso me ha ocurrido recientemente y lo he reflejado en estas
páginas. Otros fueron ordenados sacerdotes y recientemente
han conseguido la consideración de monseñor.
¿Quién le iba a decir que siendo seguidor del
entonces monseñor Escrivá iba a alcanzar la
consideración de monseñor? Claro que ahora lo
ha conseguido con otros treinta de la obra.
Pensar que esta serie que he empezado ahora se titula "La
ropa sucia se lava en casa... PERO NO TIENEN JABÓN".
El yo nos fuimos porque en la obra no había calor,
cariño, amistad entre la que entonces se denominaba
"asociación católica internacional de fieles
que se proponen vivir la santidad en el trabajo ordinario
y en las cosas ordinarias de cada día". Así
me lo aprendí yo de memoria para explicárselo
a la gente y este es el momento que no se me ha borrado de
la cabeza. El otro día, Edu titulaba aquí un
artículo "Lo
maravilloso de No cuidar las cosas pequeñas"
Qué razón tiene. Yo las estuve cuidando durante
casi 34 años y mi amigo, solo 12 años. Con la
diferencia de tiempo, ahora nadie nos ha podido quitar que
pasemos un buen rato juntos. Nosostros sí que "tenemos
jabón" e invitamos a los que aún no se
han decidido a marcharse a hacerlo, pues verán que
ésta sí es la auténtica vida y no la
de las rarezas que existen en la prelatura. Feliz 2005.
LA CONCIENCIA DE PERIODISTA
Escribo este artículo ante la invitación de
Mariano, Frida
y Agustina,
que han invitado a los periodistas que leemos opuslibros a
dar nuestra aportación. He ejercido la profesión
de periodista durante más de 32 años en una
conocida agencia de noticias como responsable de información
religiosa y de la cultural y, algunas temporadas, me encargué
de los temas que se refieren a sociedad (educación,
televisión, sanidad, medio ambiente, investigación,
periódicos, etc) y pienso que puedo aportar algo. En
mi actuación como periodista, siendo agregado del opus
dei, puedo asegurar que lo que ha regido ha sido la conciencia
de periodista, aunque habría que hacer algunas matizaciones.
Desde el pasado 1 de noviembre he pasado a la situación
de prejubilado.
Yo nunca recibí consignas como periodista para mi actuación
en la agencia de noticias. Lo que rigió siempre fue
mi conciencia y en la obra siempre se me respetó directamente
en mi actuación profesional, aunque, contadas veces,
se me hizo una corrección fraterna por algo que había
publicado y que noté que en la obra no había
gustado. Este fue el caso de la venida a Madrid de Leonardo
Boff, uno de los máximos representantes de la Teología
de la Liberación. Fui a la rueda de prensa con este
teólogo y elaboré mi correspondiente información.
Cuando llegó el momento de difundir la información,
mi director, que era de la obra, me eliminó todo lo
que había escrito y solo dejó dos párrafos
que no aportaban nada sobre lo que se había dicho.
No me gustó que se me hiciera eso, puesto que mi empresa
quedaba en ridículo ante mis compañeros que
consultarían mi escrito y que, por la medida tomada,
no aportaba nada, cuando yo había puesto todo de mi
parte.
Mensualmente, en los círuculos breves (numerarios y
agregados) y de estudios (supernumerarios) de la obra se suelen
leer unas notas que llegan de la delegación y, a su
vez, de la comisión regional y, a su vez también,
del consejo general (esta denominación se ha cambiado
recientemente), con unas notas sobre los temas que hay que
insistir. La denominación es "intención
mensual general" (para toda la obra) o "intención
mensual regional" (cada país) o , muy rara vez,
de la delegación. Así se indica lo que deben
insistir los de la obra en su apostolado. También existe
una "intención
especial" de la que hablé otro día.
Por ello, no me extrañaría que la obra esté
insistiendo en estos momentos en España en una defensa
del matrimonio de un hombre y de una mujer y no de dos personas
del mismo sexo, como pretende llevar a cabo actualmente el
gobierno del Partido Socialista, o la defensa de la adopción
por matrimonios heterosexuales, frente al intento gubernamental
de que lo puedan hacer parejas homosexuales, bien sean gays
o lesbianas. La misma línea es la que están
insistiendo el Papa, diferentes responsables de la Santa Sede
y la mayor parte de los obispos españoles. Ante estos
casos, el periodista, que es del opus dei, aplica su conciencia
formada de acuerdo con los criterios de la prelatura, que,
a su vez, defiende que es la "recta doctrina" de
la Iglesia Católica. Por cierto, esta actuación
no está gustando mucho a gente creyente y no creyente,
que entiende que se están metiendo donde no les llaman
y que ya han pasado los tiempos en que la Iglesia regía
muchas de las decisiones mundiales.
¿Qué haría yo si en estos momentos si
fuera del opus dei? La respuesta es muy sencilla, recurriría
a personas que sé que se van a manifestar a favor de
las tesis de la Santa Sede y del opus dei. Eso hace que tenga
un eco en la opinión pública. Una desviación
se puede producir cuando, como cuenta Agustina,
no te enteras bien y haces una pregunta a alguien como ella
hizo al rey Leka, que se mostró a favor del divorcio
en el matrimonio.
Un caso parecido al narrado por Agustina sucedió hace
años en el Colegio Mayor Moncloa de Madrid, obra corporativa
del opus dei, cuando fue visitado por Severo Ochoa, Premio
Nobel de Medicina, hoy fallecido, y que era uno de los descubridores
del ácido desoxirribonucleico (ADN). Este científico
había dicho que el óvulo fecundado era un ser
humano. Un espontáneo de la residencia quiso insistir
en el hecho de que el aborto provocado es un asesinato, puesto
que ese tema se debatía en España y le preguntó
si era partidorio del aborto. A ello, el incitado respondió
que sí, lo que tiró por el suelo la tesis en
contra de la interrupción voluntaria del embarazo.
Como es normal cuando una persona participa en una conferencia
de este tipo en algún centro de la obra, asisten periodistas
y luego se hace una reseña. En este caso, el tiro salió
por la culata, o sea, al revés.
Un dato que hay que tener en cuenta es que en la comisión
regional de la obra en España existe un grupo de personas
que vigilan atentamente lo que escriben los que pertenecen
a la obra. Incluso existen algunos que vigilan diariamente
lo que publican los medios en los que, como mi agencia de
notciias, trabajábamos algunas personas pertenecientes
a la prelatura. En algún momento te pueden llamar a
la vicaría regional a aclarar algo o a darte unos criterios.
Debo confesar que a mí eso nunca me sucedió.
Puede que llamaran a algunos de mis jefes en la agencia. Uno
de éstos últimos me indicó hacia 1974
o 1975 que le habían dicho algo en relación
con una noticia sobre los errores doctrinales en publicaciones
eclesiásticas. Se da la circunstancia de que esa noticia
procedía de un estudio publicado por una empresa en
la que habían participado los que luego nos llamaban
al orden sobre la forma de hacer la información. Solo
diré que eran dos sacerdotes llamados Fernando y Juan,
que los dos era el "terror" de los exámenes
internos de filosofía y teología por la dureza
con que corregían los exámenes.
Es frecuente que en las reuniones de la asamblea plenaria
de la Conferencia Episcopal española asista algún
sacerdote de la obra, que se une con los periodistas, aunque
no tenga nada que aportar y sí saludar a los obispos,
para un mayor acercamiento entre diócesis y prelatura.
Esto hace que contemos con la presencia de estos sacerdotes
en nuestras ruedas de prensa. Un día, el famoso don
Honorio, que tanto dio que hablar en estas páginas
el año pasado por sus intervenciones en el Colegio
Mayor Aralar, me llamó privadamente la atención
por una pregunta que había hecho con un poco de chispa
o colmillo periodístico. ¡Que hombre más
desagradable!
Mis compañeros de profesión que no son de la
obra se ven sometidos habitualmente al acoso de los responsables
de la oficina de información de la obra en España:
antes Luis Gordon, que lo ha dejado recientemente, y ahora
Manuel Garrido, que le ha sucedido, y que proviene de Torreciudad.
Más de uno de mis compañeros me ha indicado
que éstos suelen invitar a comer a los periodistas
y, en el trascurso de la conversación, suelen dejar
caer "las píldoras" de desacuerdo sobre una
información en torno a la obra que han publicado. LLega
a producirse una situación desagradable, debido a la
agresividad dialéctica. A mi nunca me invitaron a comer.
Por algo será.
El actual portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro
Valls, médico de profesión, ocupó un
cargo destacado en la oficina de información de la
prelatura en Roma. Después pasó a ser corresponsal
del diario "ABC" en Roma, presidente de la Asociación
de la Prensa Extranjera en Roma y, finalmente, portavoz del
Vaticano. Un caso parecido es el de Juan Vicente Boo (su verdadero
nombre es Juan Vicente González Boo) que fue corresponsal
de mi agencia en Bruselas, luego pasó al diario "ABC"
en la capital belga y en Washington y actualmente ejerce su
trabajo en Roma. Antes de acceder a esos puestos era uno de
los que trabajaban en la secretaría de la comisión
regional de la obra en España.
Desde la secretaría de la comisión regional
y de las delegaciones se suele atender a lo que se llama "apostolado
de la opinón pública". Todos los responsables
de aop (siglas internas) se suelen reunir una vez al año
para ver cómo va esta parte de la obra. Alguna vez
me felicitaron o se dijo que se había hablado muy bien.
Sin embargo, nunca fui a las reuniones. En los centros también
existen responsables de aop, que recortan periódicos
con artículos y animan a otros a escribir artículos
o cartas a los directores de los periódicos.
PASE USTED PRIMERO
Una vez, un agregado del Opus Dei doctor aspiraba a una cátedra
en una universidad española y competía en la
correspondiente oposición por este puesto con un numerario,
también del Opus Dei, junto a otros candidatos. Al
final se quedaron solos los dos de la obra. El agregado fue
quien obtuvo la cátedra.
Terminó la oposición y el agregado se mostró
muy contento. Había obtenido en noble competencia una
cátedra universitaria, lo que era una de sus máximas
ilusiones profesionales desde que hizo sus estudios universitarios.
Lo dijo en el centro y todos le felicitaron. Un día
tuvo oportunidad de hablar con alguien de la delegación,
pero la reacción no fue la misma. No les había
gustado que obtuviera tal cátedra. "¿No
sabes que cuando compiten un numerario y un agregado del Opus
Dei por un puesto, el agregado debe ceder su puesto al numerario?",
le comentaron en la delegación de la obra, a la vez
que el director de turno mostraba su malestar por la circunstancia
que he descrito.
Me lo narró el propio protagonista del hecho, hoy ex,
poco antes de abandonar la obra. Llevaba un montón
de años, más de treinta, de entrega a la institución.
Fue una de mis últimas conversaciones en la institución.
Era un hombre muy entregado a los demás, pero, por
lo que se ve, su veteranía tenía que ceder ante
un candidato que también pertenecía al Opus
Dei y que, según el citado responsable de la delegación
de la obra en una zona española, parecía tener
mayor categoría, incluso en la vida civil.
Tal hecho me abrió los ojos. Las categorías
que existen dentro de la obra no son una mera denominación
para entenderse: numerarios, célibes que viven en residencia;
agregados, célibes que viven con su familia o en una
pensión; y supernumerarios, los que tienen vocación
matrimonial, aunque luego no se casen.
La Constitución Española dice que todos somos
iguales ante la Ley. Para algunos directores de la obra no
parece existir esa norma, en la que está por encima
el criterio de la prelatura y, por supuesto, el de un jefe
de la institución fundada por el Santo Marqués
de Peralta. Por lo que se ve, un agregado debe ceder el paso
a un numerario, incluso en la vida civil. Por lo que se ve,
los directores del opus, que dicen que respetan las normas
de la nación, cuando están en privado no lo
hacen. Así me explico que en algunas empresas civiles
que han tenido directores numerarios del Opus Dei han cedido
algunos cargos a otros numerarios, cuando existían
agregados o supernumerarios que podían ocuparlos.
Lo curioso de todo es que la historia de los dos candidatos
a la misma cátedra terminó siendo la misma:
con el tiempo, uno y otro abandonaron el Opus Dei, primero
el numerario y luego el agregado. Este último me lo
dijo cuando su antiguo contrincante ya estaba fuera de la
prelatura. ¿Qué hubiera pasado si el agregado
le hubiera dejado paso y hubiera continuado en la obra? Señor
responsable de delegación española, usted tendría
ropa sucia que lavar. Mire a ver si es jabón de tocador,
detergente de lavadora o jabón para toda la lavandería.
Ya decía Escrivá que la ropa sucia se lava en
casa, `pero en este caso no había jabón. Pidamos
a Dios el "milagro del jabón". A ver si la
Jerarquía de la Iglesia Católica se entera.
¿Existe una norma del Opus Dei que confirme lo afirmado
por el director o ayudante de la citada delegación
que he narrado hoy? Se ve que la obra aplica el sistema de
las castas. Si tú tienes menos categoría dentro
de la Institución, prepárate a tragar todo lo
que te manden. Eso sí, en nombre del deseo de santidad
que tienen los que se acercan al opus con un buen fin, pero,
por lo que se ve, no es tan claro para otros. Me gustaría
saber si existe algún escrito que determine que hay
que ceder el paso en estos casos.
Y es que en el Opus Dei existen categorías. Los supernumerarios
deben ceder el paso a los agregados y éstos, a los
numerarios. Lo experimenté varias veces en mi cuerpo
a lo largo de mi vida en esta institución, en la que
estuve no 3 o 4 años, sino casi 34, que se dice pronto.
Ahora, con toda la libertad que me da estar fuera narro hechos
como éste que sirven para llamar la atención
e intentar que no se repitan en el futuro.
EL OPUS CRECE POCO Y ENVEJECE
El opus crece poco y envejece. A esa conclusión he
llegado tras haber analizado los datos aportados por el Anuario
Pontificio, que recoge R. en opuslibros.org en un interesante
escrito publicado el 22 de diciembre de 2004, y
la página oficial de la prelatura personal (la única
de la Iglesia Católica, de momento), con datos sobre
los sufragios y fallecidos en los dos semestres de cada año.
El Anuario Pontificio indica que en 2003 la obra contaba
con 84.584 fieles (es la denominación oficial), lo
que supuso un aumento de 81 personas con respecto a las cifras
del año anterior (84.503), y que representa un crecimiento
del 0,10 por ciento. Tan bajo crecimiento de la obra fundada
por el Santo Marqués de Peralta se había producido
también en 1989, en que existían 75.711 fieles,
con un aumento de 76 con respecto a 1988 (75.635). Este último
año también había tenido solo un crecimiento
del 0,19 por ciento.
Dentro de la prelatura (solo cabe hablar de una) hay dos momentos
que podemos llamar "mágicos" en cuanto al
número. El primero de ellos es en 1996, se llega a
superar la cantidad de los 80.000 fieles (exactamente 80.089),
y la segunda es la del año de 1993, año siguiente
a la beatificación del fundador, en que el Opus Dei
crece un 2,57 por ciento, porcentaje nunca alcanzado desde
1984. Sin embargo, en 1994, el crecimiento pasó a ser
de un 0,66 por ciento. Otros años importantes para
el opus son 1998, con un crecimiento de 1.085 fieles (un 1,35
por ciento) y 1999, 1.097 (1, 34 por ciento). Para cualquier
institución o familia es importantísimo crecer.
Si no se producen nuevas incorporaciones, empieza a languidecer.
El opus está a punto de llegar al "crecimiento
cero" por utilizar una expresión de los demógrafos,
que entienden que un país muere si no se produce una
reposición de la población. Ahí han quedado
los datos del Anuario Pontificio, en los que no se incluyen
las bajas de los fieles que no desean continuar. Este es el
caso mio que en 1998 decidí la auténtica vida,
la de la calle, no la falsa que se vive en la prelatura de
Escrivá.
La página web del Opus Dei recoge datos del boletín
"Romana" sobre los sufragios y fallecimientos registrados
en la prelatura y en la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz,
también fundada por el Santo Marqués, desde
el segundo semestre de 1998, en que las bajas por fallecimiento
fueron 199 fieles y 8 socios de la SS+ (así se denomina
internamente la citada sociedad sacerdotal). Entre enero y
junio de 1999 fallecieron 202 y 16 de la SS+, y entre julio
y diciembre del mismo año, 220 fieles y 17 de la SS+,
lo que hacen un total de 455 personas. En ese año,
el crecimiento de la prelatura, según el Anuario Pontificio,
fue de 1.097 (no se incluyen los de la SS+), dato que puede
aportar algo a este análisis.
El año 2000 fallecieron 432 fieles de la prelatura
y 40 de la SS+, lo que hacen un total de 472 bajas. El Anuario
Pontificio cifra en 868 (no se incluyen los de la SS+) el
aumento del Opus Dei. El año 2001, según "Romana"
hubo 471 fallecimientos (437 fieles y 34 sacerdotes de la
SS+) y la prelatura aumentó en 338 personas. "Romana"
indica que los fallecimientos del año 2002 fueron 549
(507 fieles y 42 de la SS+). El Anuario Pontificio refleja
que el aumento del opus en ese año fue 297 personas
(sin incluir la SS+). En 2003, último año en
que se disponen datos totales de la prelatura, hubo 558 fallecimientos
(526 fieles y 32 de la SS+) y la cifra aportada por el Anuario
Pontificio es un aumento de 81 fieles. No me extraña
que al actual prelado, Javier Echevarría haya propuesto
que piten (se hagan de la obra) 500 personas. El proyecto
es ambicioso. ¿Está España para alcanzar
esa cifra? Creo que no.
Desde los primeros datos aportados por "Romana",
podemos observar que en 1999 fallecieron 455 personas relacionadas
con el Opus Dei (422 fieles y 33 sacerdotes de la SS+) . Pues
bien, en menos de cinco años ha aumentado en 100 el
número de fallecimientos, al ser 558 en 2003. La explicación
es muy sencilla, el Opus Dei crece poco y envejece.
LOS REYES MAGOS
El Evangelio de San Mateo nos describe la historia de los
Reyes Magos que, siguiendo la estrella, visitaron a Jesús.
El Rey Herodes les interrogó y les pidió que
le informasen. El texto del evangelista nos habla que "advertidos
en sueños de no volver a Herodes, se tornaron a su
tierra por otro camino". Pues bien, en la obra se
suele hablar de que cada uno ha visto su estrella, su vocación
Nosotros hemos sido de la Obra y hemos querido seguir a Jesús
a través de lo que nos presentaban como único
camino. Podemos tener un día al año en el que
se recuerde en todos los países lo que pasamos dentro
de la institución fundada por el Santo Marqués
de Peralta, que no ha sido Herodes que mató a los Santos
Inocentes, pero que sí nos hizo sufrir. Por eso propongo
que el 6 de enero sea nuestra fiesta anual, pues los Reyes
Magos nos hicieron aprender.
Felipe, un ex agregado de Venezuela, me ha propuesto que ese
día del recuerdo de los ex numerarios/as, ex agregados/as
y ex supernumerarios/as sea el de los Santos Inocentes. Me
parece mejor el de los Reyes Magos, puesto que hemos tenido
al Señor, le hemos ofrecido todos nuestros mejores
dones y luego "advertidos en sueños",
se nos han abierto los ojos sobre lo que había dentro
yhemos vuelto a nuestra tierra --a nuestra verdadera familia--
por otro camino.
Vuelvo a insistir. No considero a los directores de la obra
como Herodes, pero, tras leer opuslibros y los libros de Alberto
Moncada, Carmen Tapia, María Angustias
Moreno, Ana Azanza, Isabel de Armas y otros
(ver Libros silenciados)
y teniendo en cuenta nuestra propia experiencia, hemos llegado
a la conclusión de que la obra de Escrivá no
es el "camino de la felicidad" que habíamos
soñado, y, por ello, nos hemos ido. A mi me costó
casi 34 años abrir los ojos y tomar la decisión
de irme. Me gustaría que esta idea de establecer un
día internacional en recuerdo de los ex numerarios/as,
ex agregados/as y ex supernumerarios/as sea comentada por
otros que siguen estas páginas. En mi opinón,
el día más idóneo es el de los Reyes
Magos.
Al preparar este artículo, he leído textos de
"Hablar con Dios", (Ediciones Palabra 1986)
del sacerdote numerario Francisco Fernández Carvajal,
especie del Libro de Meditaciones de los centros de la obra,
que al comentar este hecho, no habla de las intenciones de
Herodes. Comenta este libro que "despues, obedeciendo
a la voz de un angel, los Magos regresaron a su país
por otro camino", citando al Evangelista. Añade:
"¡Qué transparente han debido tener el
alma estos hombres hasta el fin de sus días por haber
visto al Niño y a su Madre!". Nosotros sí
que la hemos tenido transparente y por eso nos hemos ido.
Flanpan suele presentar sus "Perlas
en la red". Aquí va una. He citado expresamente
la edición de 1986 del libro "Hablar con Dios".
En el penúltimo párrafo de la meditación
dice lo siguiente: "Pidámosle también
a la Madre de Dios, que es nuestra Madre, que nos prepare
el camino que lleva al amor pleno: 'Cor Mariae Dulcissimum,
iter para tutum' Su dulce corazón conoce el sendero
más seguro para encontrar a Cristo". A diferencia
de otras ocasiones en que cita ampliamente al fundador de
Opus Dei, Fernández Carvajal se olvida de citarle.
"Cor Mariae Ducissimum, iter para tutum"
fue la jaculatoria que utilizábamos los que entonces
éramos de la obra para pedir a Dios y a la Virgen para
que dejara de ser instituto secular y se convirtiera en prelatura.
Así, un libro que podía ser comprado por gente
de la calle, aunque los adquirían mayormente los del
opus, incorporaba algo en favor de la llamada "intención
especial", que no se nos reveló con todo detalle
a los seguidores de Escrivá hasta que fue aprobada
por la Santa Sede. Era una manera de meter en el cerebro de
los lectores esta jacularia.
Pasado un poco de tiempo, dentro de la obra, se nos aconsejó
una nueva jaculatoria que sustituyera al "iter para
tutum" (prepara el camino seguro) por la de "iter
serva tutum" (conserva el camino seguro). Para mí
que en las "altas esferas" de la obra existía
miedo de que se perdiera lo conseguido en 1982, a través
de la bula "Ut Sit". Ha pasado tiempo, la fundación
de Escrivá es la única prelatura. ¿La
Santa Sede aprobará otras prelaturas?
LA CARCAJADA DEL SINDICALISTA
Algunos de la obra aseguran firmemente que en la obra existen
numerosos sindicalistas y también personas humildes
que han descubierto que Dios también podía estar
entre "los pucheros del sindicalismo", cambiando
un poco la frase de Santa Teresa. La supuesta afiliación
de los fieles de la prelatura (la única de la Iglesia
Católica) a sindicatos se reduce a unos pocos, a los
que no pertenecen a la izquierda política. Así,
en España, los de la obra no pertenecen ninguno a la
Unión General de Trabajadores (UGT), vinculada al Partido
Socialista Obrero Español (PSOE), ni a Comisiones Obreras
(CC.OO), relacionado con el Partido Comunista y con Izquierda
Unida. En cambio, en escasísimo número sí
pertenecen al sindicato agrario Jóvenes Agricultores
(ahora unido con otro sindicato), fundado por Felipe González
de Canales, agregado del od y fundador también con
el numerario Joaquín Herreros, de las Escuelas Familiares
Agrarias (EFAs), y a la Unión Sindical Obrera, con
José Luis Fernández Santillana, secretario de
Enseñanza.
Dije a un amigo mío de UGT que un seguidor de Escrivá
respondía a un artículo mío sobre la
relación de la obra con la gente humilde. Aseguraba
mi "replicante" que en la prelatura había
numerosos sindicalistas. A mi consulta mi amigo ugetista se
echó una buena carcajada. Tenía toda la razón.
En los más de 30 años que permanecí dentro
de la obra del Santo Marqués jamás me enteré
de numerarios, agregados o supernumerarios que pertenecieran
a UGT o CC.OO y a la vez fueran del opus.
Lo que sí se es el caso de un agregado de León
--no se si es ahora ex, pero llevaba camino de serlo-- que
vive en Barcelona, y que, para escribir la carta al padre
debió romper sus carnés de afiliado al Partido
Socialista Obrero Español (PSOE) y a la Unión
General de Trabajadores (UGT). Supongo que habrá otros
muchos casos que podrán reafirmarlo. En el último
centro donde estuve, el de Amaniel, en la calle Federico Rubio
i Gali de Madrid, la mayoría de los restantes agregados,
con pensamiento de partidos de derechas, se reían de
él. Este es el obrerismo que se vive en el opus. Supongo
que este agregado de León, vuelvo a insistir que no
se si es ex puesto que se fue a Barcelona, se habrá
arrepentido del paso dado. El vivía en una residencia
de agregados en la calle Leñeros de Madrid, y pienso
que no estaba a gusto viviendo en esa compañía
y en esas circunstancias que hacían que la residencia
fuera un poco leonera o como un colegio infantil.
El mismo que respondió a mi artículo me decía
que en la obra había muchos carpinteros. Como se enteren
en la sede central de Roma de que hay muchos carpinteros van
a preguntar por ellos y, a partir de ahora, se dedican a hacer
tallas o puertas maravillosas para contribuir al "buen
gusto" (?) de Villa Tevere, la sede central de la prelatura.
En mi estancia en el opus dei solo supe de un carpintero que
perteneció a la obra: Pedro, un agregado (entonces
oblato) segoviano que trabajó en Molinoviejo, pero
que se fue de la obra a los cinco años de pedir la
admisión.
A los de la obra se nos solía decir que había
que estar "abiertos en abanico". Aunque su fundador
decía que todas las realidades humanas podían
ser santificadas, esta del sindicalismo, muy pocos de sus
fieles la han entendido. Los que nos hemos movido en ese ambiente
--no llegué a estar afiliado-- hemos sido objeto frecuente
de bromas y burlas por nuestra actividad. Por otra parte,
yo hacía información religiosa. En algunos centros
no se podía hablar de mi trabajo, pues el tonto de
turno no me dejaba. El tonto no era normalmente el director
sino otro agregado. Había algunos directores que tampoco
lo entendían. Ese "abiertos en abanico" existe
poco dentro de la obra. Muchos agregados se concentran en
obras corporativas y en labores personales, que también
son opusinas por mucho que puntualicen que solo la dirección
espiritual es del opus dei. Cada uno ha de seguir el camino
profesional que desee, pero no tengo claro que esa realidad
en el opus se viva en el campo sindical. Con esa manera de
pensar van constituyendo ghettos.
Cuando llegaba a las convivencias anuales --en los meses de
julio y agosto-- notaba que aquello era un termómetro.
Indicaba el pluralismo que se vivía dentro del opus
dei. La mayoría de los asistentes impartían
clases en obras corporativas o en labores personales (un ejemplo
son los colegios de Fomento de Centros de Enseñanza).
Una exigua minoría nos dedicábamos a otras actividades.
No hay que olvidar que, dentro de la obra, la enseñanza
es uno de los campos preferidos que se promueve. También
se promueve el periodismo, pero sin tanto éxito. No
obstante algunos nos hemos dedicado. Donde no existe practicamente
nadie de la obra es en el campo sindical.
Supongo que los numerarios, a los que se exige tanto dinero
--de buena me salvé-- no estarán para dedicarse
al campo sindical. No he conocido tampoco a ninguno en mi
larga vida en esta institución. He tenido mucha relación
con el mundo de San Gabriel (los supernumerarios). Jamás
he conocido a nadie que se dedique el campo sindical. ¡Que
abiertos en abanico están los del opus dei! ( ?). Al
dejar de pertenecer al opus le dije a uno de los directores
que me parecía que dentro de ella había mucho
facha. El me respondió: "En la obra somos pluralistas
y respetamos". Ya lo veo.
Fábrica de canonizaciones
El Opus Dei lleva camino de convertirse en una fábrica
de canonizaciones. No solo abre causas de beatificación
y canonización de sus fieles, sino que también
ayuda a sacar adelante otros procesos de las virtudes de personalidades
eclesiásticas y fieles católicos que tuvieron
que ver con la prelatura fundada por el Santo Marqués
de Peralta. Al examinar "Romana", el boletín
oficial de la obra, cualquier persona observa que está
gastando mucho dinero y tiempo --eso es lo que cuestan-- en
abrir procesos de beatificación y canonización
de sus fieles...
Cuando yo pedí la admisión en el Opus Dei en
marzo de 1965, los procesos de beatificación y canonización
que promovía entonces eran los del ingeniero argentino
Isidoro Zorzano, antiguo compañero de estudios del
fundador y el segundo de los hombres de la obra, y Monserrat
Grasses, una joven chica de Barcelona. Ahora lo que busca
la prelatura es lo que podemos llamar "una base de santos",
como otras instituciones de la Iglesia Católica que
tienen mucha más antigüedad. Claro que hay que
añadir la novedad que algunos son laicos y, de éstos,
algunos están casados, lo que no es frecuente en el
santoral de la Iglesia Católica.
Cuando me hice de la obra, además de Isidoro y de Montse,
nombres utilizados internamente, alguna vez se nos hablaba
de Bartolomé Lloréns, un poeta fallecido y que
se había convertido a Dios, tras haber frecuentado
ambientes alejados de la vida religiosa católica, y
de Juan Carlos, un joven de Oviedo, alumno de la obra coporativa
'Peñavera', que entonces se dedicaba a la atención
de gentes poco pudientes y a la atención de agregados
(entonces oblatos). No tengo noticia que de estos dos casos
la obra haya abierto proceso de beatificación y canonización
sobre la heroicidad de su vida y su virtudes. Estas eran las
"glorias" camino de los altares con las que contaba
el entonces instituto secular.
Además de los procesos de beatificación y canonización
de Isidoro y Montse, que se encuentran paralizados a nivel
diocesano en Madrid y Barcelona, la obra, según informa
'Romana', tiene abiertos los procesos de beatificación
y canonización de monseñor Alvaro del Portillo,
primer obispo prelado y primer sucesor del fundador; el doctor
Ernesto Cofiño, en Guatemala en 2000; Guadalupe Ortiz
de Landazuri, fallecida en 1975, cuyo proceso se abrió
en 2001; el doctor Eduardo Ortiz de Landázuri, casado
y padre de familia, hermano de la anterior; y Toni Zweifel,
cuyo proceso está abierto en Zurich (Suiza). Tengo
constancia que la obra apoya también el proceso de
beatificación de la niña madrileña Alexia
González-Barros, fallecida en la Clínica Universitaris
de Navarra en 1985 y ha asesorado a las religiosas de Jesucristo
Sumo y Eterno Sacerdote en los trabajos para promover la beatificación
y canonización de su fundador y arzobispo de Valencia,
monseñor José María García Lahiguera,
confesor que fue de Josemaría Escrivá de Balaguer,
fundador del Opus Dei.
Un caso curioso que recoge "Romana", en su boletín
de julio-diciembre de 1999, es una mesa redonda en Barbastro
(Huesca), con motivo del centenario del nacimiento de Carmen
Escrivá de Balaguer, hermana del fundador del Opus
Dei y que dentro de la obra se la considera como fundamental
para el desarrollo de la labor con las mujeres de la obra.
En el acto cultural intervinieron la doctora Ana Sastre, autora
de una biografía del fundador; la periodista Pilar
Cambra, y Margarita Valenzuela. A este paso, si se conmemora
el centenario de su nacimiento, los responsables de la prelatura
también promueven su proceso de beatificación
y canonización, con lo que, dentro de la obra, no solo
estarán camino de los altares los hermanos Ortiz de
Landázuri, además del fundador que ya está
en los altares, y su hermana Carmen, que no se confesaba con
sacerdotes de la obra..
Este es solo el inicio de lo que se avecina en el mundo de
la obra. Recuerdo que cuando el proceso de beatificación
y canonización del fundador, los directores llamaron
a Roma a una serie de numerarios para que trabajaran en la
parte informática del mencionado proceso. Según
se nos comentó internamente, esta importante labor
hizo que fuera uno de los factores que intervinieron en que
fuera tan rápida primero la beatificacióin y
posteriormente la canonización. También intervino
la experiencia del agustino padre Rafael Pérez (hoy
fallecido), que llevó la parte del proceso, y que hizo
que se acelerara en determinados momentos. Hay que contar
también con el hecho de que la Santa Sede reconociera
"lo sobrenatural" en las dos curaciones milagrosas
que se produjeron: una monja Carmelita de la Caridad de San
Lorenzo de El Escorial (Madrid) y un médico de Badajoz.
Hace pocos días en opuslibros.org, Eutimio
dedicaba una carta a Jacinto Choza y la humildad colectiva.
Pues bien, en la parte final decía: "Hoy me
ha sorprendido un párrafo del libro "Isabel la
católica" de Luis Suárez (aconsejo enormemente
tanto éste como el resto de libros de Suárez).
Está hablando de Fray Hernando de Talavera, Jerónimo
que fue confesor y consejero de Isabel I. Comenta Luis Suárez:
"La orden jerónima, en un externo de humildad,
se prohibió a sí misma promover causas de canonización
para sus miembros". Esto es humildad colectiva, creo".
Hasta ahí la aportación de Eutimio.
Luis Suárez Fernández es catedrático
de universidad y pertenece como miembro a la Real Academia
de la Historia de España. Goza de un gran prestigio
y es un gran especialista en temas como los Reyes Católicos,
la Edad Media y la época del General Franco, hasta
el punto de que es el único historiador al que la familia
del anterior Jefe de Estado de España ha permitido
el acceso a sus archivos privados. Es supernumerario del Opus
Dei (creo que sigue siéndolo). Lo que choca en todo
ese asunto es que la obra de Escrivá se haya lanzado
a promover procesos de beatificación y canonización
y un seguidor suyo, que goza de gran prestigio, comenta: "La
orden jerónima, en un externo de humildad, se prohibió
a sí misma promover causas de canonización para
sus miembros". Me parece muy acertado el comentario
de Eutimio,
quien asegura que es un caso de "humildad colectiva",
frase en la que se insiste mucho dentro del opus, pero que
se ve que está muy alejada de la línea que sigue
esta institución a cuyo frente figura monseñor
Javier Echevarría.
NATALIDAD PARA LOS DEMÁS
En el opus existe una costumbre, no escrita en ningún
sitio, por la que numerarios y agregados se meten en la vida
de los demás y les preguntan por su número de
hijos. Algunos supernumerarios, sobre todo los muy integrados
en la prelatura, también hacen esta pregunta a las
personas que acaban de conocer, sin tener en cuenta que el
número de hijos es algo sobre lo que debe decidir la
pareja --hombre y mujer-- y no un señor que no forma
parte del matrimonio y que, en muchos casos, ignora las circunstancias
de la persona que tiene delante. Como las preguntas se hacen
muchas veces delante de otras personas, algunas de ellas también
de la obra, provocan situaciones delicadas, debido a que la
persona a la que se dirigen no quiere dar una mala contestación
ni provocar choques. Es una práctica que se puede denominar
"Natalidad para los demás"...
Pero los casos más delicados se provocan sobre todo
por parte de los célibes de la obra (numerarios y agregados).
Un amigo me comentó que conoció a un director
de la obra en España, a través de otro fiel
de la prelatura. La conversación se desarrollaba en
términos de cordialidad hasta que llegó el momento
en que el directivo del opus le interrogó sobre el
número de hijos, a lo que mi amigo respondió
que dos. Ante eso, el director, como es habitual, respondió:
"¿No son pocos?" Nadie le llamaba a meterse
en ese entierro (así dicen en España), sobre
todo porque era la primera vez que se veían y no existía
la suficiente confianza como para indagar en ese campo. Luego
he oido otros casos parecidos y he llegado a la conclusión
que eso no es manera de tratar a la gente.
Al comentarme estos hechos mi amigo decía: "¿Cómo
se atrevía a preguntarme eso, cuando él es célibe?"
Me confesó que sintió ganas de responder al
director de la obra que por qué el no se animaba, se
casaba y así contribuía a que existiera un mayor
número de cristianos en la sociedad. Para mi que tenía
toda la razón, porque entre marido y mujer --si empleamos
los términos que utiliza la Iglesia Catóilica--
nadie se debe meter. Es un asunto muy delicado. También
lo es cuando un supernumerario de la obra, que puede tener
seis o más hijos, pregunta a otro que acaba de conocer
sobre la "política" de natalidad que existe
en su casa.
No hace mucho me encontré a otro amigo mío,
que había trabajado en una empresa de la que es dueño
un supernumerario del opus Dei, ya veterano, padre de seis
hijos. Un día estuvieron los dos charlando y el empresario
preguntó a su empleado por el número de hijos.
Este último respondió que dos. En vista de ello,
el supernumerario, como es habitual, le animó a tener
más hijos. El trabajador le dijo: "Yo tendré
más hijos cuando usted me aumente el sueldo, pues con
lo que tengo no puedo sacar adelante a una mujer y a más
de dos hijos". La respuesta fue contundente. Eso es lo
que me parece No creo que el empresario vuelva a intentar
de nuevo una cosa así. Como todo cabe en la vida, hasta
puede volver a intentarlo.
Se de un matrimonio que se hicieron del opus Dei cuando tenían
una edad cercana a los cuarenta y cinco años. Poco
después él y su mujer se animaban a tener un
nuevo hijo. Hacía ya muchos años que había
nacido el último. Era un hijo nacido como consecuencia
de que ambos se habían hecho de la obra. Pues bien,
el niño que vino al mundo padecía el síndrome
de Down. En un principio ambos lo aceptaron como una cruz
que tenían que llevar, lo que es una reacción
sobrenatural. No obstante, pasado el tiempo, se han dado cuenta
que, si bien es un hijo suyo, la carga es un poco pesada y
se hace difícil llevarla con alegría. A él
se le amargó el carácter que tenía cuando
se animó a ser padre de un nuevo niño. Es un
caso de infelicidad.
El fundador de la obra, el Santo Marqués de Peralta,
solía decir, siguiendo un dicho castellano, que cada
niño venía al mundo con un pan debajo del brazo.
Esto no siempre es así. Muchos supernumerarios del
opus saben de las dificultades que supone que nazcan nuevos
hijos. No siempre existen familiares (fundamentalmente abuelos)
que están dispuestos a compartir esa carga de sacar
adelante a los niños que vienen. Por lo tanto, muchas
veces no se trata de que traigan un pan debajo del brazo,
sino de que, con toda la cara, los supernumerarios dejan sus
hijos al cuidado de otras personas, que se ven casi obligadas
por los requerimientos de los padres. Así, una supernumeraria
se puede estar en un curso de retiro o en una convivencia,
incluso con algún menor de edad, mientras los niños
que han quedado atrás no reciben la educación
adecuada de sus padres.
En estos días se está recordando en España
que la educación religiosa de los hijos es un derecho
de los padres. Estoy de acuerdo. Pero estas personas que siguen
la política de que trabajen los demás están
descuidando un deber fundamental, que es dar la formación
adecuada a sus hijos. De nada sirven los ejemplos que nos
presentan las revistas relacionadas con el opus Dei en que
unos padres tienen ocho hijos y cada uno de ellos tienen un
encargo dentro de la casa, por lo que es más fácil
salir adelante. Esas son excepciones. Nunca es la regla general.
Cuando todavía era de la obra, un supernumerario me
comentó que él, que tenía un sueldo muy
alto, no podía llevar a sus ocho hijos a colegios que
son obras corporativas o a labores personales, como son los
colegios de la sociedad Fomento de Centros de Enseñanza,
en la que se dice que la dirección espiritual es del
opus Dei. Este supernumerario, casado con una supernumeraria,
señalaba que eran centros escolares caros y que él
no tenía dinero para pagar el recibo mensual de sus
hijos en los colegios. Como consecuencia de ello había
optado por mandar a los suyos a colegios públicos y
darles la formación religiosa a sus hijos en el propio
hogar.
Si últimamente el opus Dei se nutre fundamentalmente
de las vocaciones que surgen de países nuevos y de
las que nacen de los hogares de supernumerarios, es lógico
que insista en que los supernumerarios tengan muchos hijos.
Va en ello el futuro de la prelatura. Sin embargo, pienso
que no es tan fácil la situación. Muchos niños
que son hijos de supernumerarios crecen en una burbuja aislados
del mundo. Tan pronto como llegan a la universidad o se relacionan
con otros de su edad descubren que en el mundo existen muchas
cosas reales que merece la pena vivir, sin descuidar por ello
la doctrina de la Iglesia. De este modo, tan pronto como entran
en contacto con la civilización pierden la relación
con la estructura que les había sostenido y abandonan
la obra.
UN NEGOCIO REDONDO
En estos días la página web oficial de la prelatura
nos ha informado que ha sido presentada la "Biblia de
Navarra" después de 33 años de trabajo,
gracias al trabajo de más de 20 personas. Se trata
de una edición traducida directamente de los idiomas
originales, hebreo, arameo y griego. La versión oficial
de la presentación en la Asociación de la Prensa
de Madrid está tomada del periódico dedicado
fundamentalmente a la economía "Gaceta de los
Negocios", medio de prensa uno de cuyos principales dueños
es el periodista Juan Pablo Villanueva, numerario del Opus
Dei. Existe en este medio informativo un buen número
de trabajadores vinculados a la prelatura (la única
personal que existe). Es esta Biblia un caso más de
los negocios que hace el Opus Dei a través de sus publicaciones...
Es frecuente que el Opus Dei utilice nombres en sus libros
que puedan sonar para referirse a ellos. Es conocida la "Biblia
de Jerusalén", pero durante mi estancia en la
prelatura durante 34 años se me comunicó frecuentemente
que solo era válida para los estudios internos y para
la lectura del Evangelio la edición anterior a 1970
de Nacar-Colunga. De las demás versiones de la Palabra
de Dios se mostraba mucha desconfianza. En charlas internas
de formación se nos comentó a los que pertenecíamos
a la obra que había malas traducciones de las Sagradas
Escrituras, tanto del Antiguo como de Nuevo Testamento. De
ahí que se tratara de atajar las "herejías"
que supuestamente detectaban el Santo Marqués de Peralta
y los suyos, y que provocaban desasosiego en el futuro santo.
En los años en que comenzó a editarse la "Biblia
de Navarra" eran frecuentes las denuncias de Escrivá.
Incluso llegó a decir que cuando la Jerarquía
de la Iglesia Católica había suprimido el índice
de libros prohibidos, el fundador levantaba el de su mano
para insistir que no se podía leer cualquier libro
pues podía hacer daño a las almas de los fieles.
Ese era el cariño que demostraba a la Iglesia y su
jerarquía este señor que se presentaba como
un abanderado de la ortodoxia religiosa.
Junto con una labor de investigación de esas personas,
la "Biblia de Navarra" es un negocio redondo para
el Opus Dei. No solo vigila la ortodoxia, sino que además
hace muy rentable una colección de libros como éstos,
que son difíciles de vender en el mercado. Como miembro
del opus se me aconsejó vivamente que comprara esta
versión, que se vendía tomo a tomo, pero no
como hacen los demás editores, con los cuatro Evangelios,
las cartas de los Apóstoles y el Apocalipsis, juntos
y en otro tomo el Antiguo Testamento. Todos los que pertenecíamos
a la obra debíamos comprarla. Así el trabajo
de los especialistas de Navarra resultaba rentable. ¿Cuánto
dinero se han gastado los actuales fieles de la prelatura
en esta publicación? Los directores han sido unos adelantados
en los coleccionables. Ahora, por si habían gastado
poco, invitan a comprar la edición completa.
Como es de suponer, todos los centros del Opus Dei, los apeaderos
(casas que se utilizan para realizar las labores propias de
la prelatura y que no están habitadas) y las casas
de retiros cuentan con ediciones repetidas de cada uno de
los tomos de los que se compone este coleccionable, que no
se vendía a un precio económico, sino al de
los demás tomos de espiritualidad. Algún amigo
me comentó que su director le había dicho que
comprara estas obras de la "Biblia de Navarra".
A diferencia de los restantes libros, tanto civiles como religiosos,
que, para adquirirlos, había que consultar, el permiso
de compra se adquiría instantáneamente. No solo
se favorece guardar la traducción que ellos hacen de
la Biblia, sino que también hacen negocio.
Por la época que empezó a publicarse la ahora
llamada "Biblia de Navarra" sucedió, dentro
de la Conferencia Episcopal Española, una anécdota
que protagonizó el entonces obispo de Orihuela-Alicante,
monseñor Pablo Barrachina, uno de los obispos más
ortodoxos de aquellos tiempos y que defendía la confesionalidad
católica del Estado español. En la asamblea
plenaria episcopal se planteó un problema con una interpretación
de una traducción bíblica. Don Pablo, que era
simpatizante de la obra y tenía como secretario particular
un sacerdote de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, dijo
que no estaba de acuerdo. Los obispos españoles reunidos
analizaron la versión presentada por este monseñor
y la de otro obispo. Al final decidieron que la interpretación
más correcta era la de los teólogos y traductores
de Navarra. Ello significó un buen tanto para el defensor
alicantino.
No solo eso hacían los del Opus Dei. A más de
uno de sus seguidores se le encomendó la terea de vender
un número de ejemplares de la "Biblia de Navarra":
Por pertenecer a la prelatura o al entonces instituto secular,
los del opus no cobraban nada por ese trabajo. Más
negocio redondo. Está claro que la parte económica
entre los seguidores del Santo Marqués es algo que
se cuida especialmente. No solo dan sablazos (piden fuertes
cantidades) a los demás para construir un colegio o
una casa de retiros, sino que también les sacan dinero
para contribuir a los gastos de este coleccionable. No he
querido saber el coste que tendrá la edición
completa. Seguro que hasta dicen que tienen una versión
más barata a "precios reducidos". Ese sistema
se ha utilizado más de una vez.
El mismo sistema que se ha utilizado con la "Biblia de
Navarra" se utilizó con las distintas ediciones
de "Camino" y de "Conversaciones con monseñor
Escrivá de Balaguer". Este último volumen
era una colección de entrevistas realizadas por distintos
periodistas en periódicos nacionales y extranjeros.
El día en que aparecían las declaraciones se
comunicaban inmediatamente a los opusinos para que las difundieran,
con lo que los diarios y revistas ganaban dinero. Por si luego
había poco, aparecían en "Conversaciones",
el volumen que registró un elevado número de
ventas. Un trabajador de Editorial Rialp, donde durante mucho
tiempo se publicaron la mayor parte de los escritos de Escrivá,
me comentó, sin saber que yo era de la obra, que este
fundador aportaba mucho dinero a la empresa.
Recuerdo también por esa época que las homilías
de Escrivá se vendían en España como
folletos en la colección "Mundo Cristiano".
Conservo más de uno de esos ejemplares, que luego eran
vendidos por Editorial Rialp con cubiertas de cartón
y con una cinta para separar las páginas y saber dónde
se había terminado de leer. Esta colección estaba
dirigida por el sacerdote numerario del Opus Dei Jesús
Urtega, autor del libro "El valor divino de lo humano",
un 'best seller' de espiritualidad en los años cincuenta
y sesenta que aún se sigue leyendo, cuando su autor
ya cuenta con muchos años. Por cierto, este clérigo
también intervino en Televisión Española,
dentro de los programas asignados a la Conferencia Episcopal,
cuando su máximo responsable era monseñor José
Guerra Campos, uno de los obispos más guardianes de
la ortoxia. Luego Urteaga publicó un libro con sus
intervenciones televisivas que se titulaba "Siempre alegres".
Otro ejemplo de sacar provecho.
El sacerdote feo
Días pasados se celebró en la Basílica
Pontificia de San Miguel de Madrid el acto de apertura del
proceso de beatificación y canonización de José
María Hernández de Garnica, uno de los primeros
hombres que se incorporaron al Opus Dei y que, dentro de la
Prelatura, aunque ahora se le da mucha importancia, siempre
estuvo eclipsado por la figura del fundador, el Santo Marqués
de Peralta.
Desde que llegué a la obra, una de las cosas que se
me dijo fue que don José María Hernández
de Garnica fue uno de los tres primeros sacerdotes numerarios
del Opus Dei -los otros fueron Don Álvaro del Portillo
y don José Luis Múzquiz- y el que primero se
encargó de las mujeres de la primero asociación
apostólica de fieles, luego instituto secular y finalmente
prelatura. También se recordaba su origen de familia
adinerada en los primeros momentos de la obra, cuando no había
casi dinero.
Pues bien, según se nos decía dentro de la
obra, don José María había sido designado
primeramente para atender a las mujeres de la obra porque
era feo y así se evitaba la atracción
de nuestras hermanas. Don Álvaro estaba
destinado a acompañar al fundador y don José
Luis Múzquiz decían dentro de la obra
era más guapo. ¡Qué cosas el criterio
de la belleza o la fealdad para atender una labor apostólica!
Si el ahora en proceso de beatificación y canonización
llega a los altares se convertirá en un caso de curita
feo que va a ser más guapo que un San Luis,
con todas las distancias para el seguidor de San Ignacio de
Loyola, fundador la Compañía de Jesús.
Mi artículo titulado Fábrica
de canonizaciones decía que la prelatura,
después de la canonización de su fundador, había
emprendido una carrera de constituir una base de santos,
de la que carece debido a sus 76 años de historia.
La apertura del proceso de beatificación de don José
María Hernández de Garnica confirma lo que yo
decía. A este paso, más que fábrica
de canonizaciones se va a convertir en fábrica
de churros, por mucho que dispongan de una gran base
de datos en ordenador, después de la canonización
del fundador.
Esperemos que don José María Hernández
de Garnica no se convierta en don Josemaría Hernández
de Garnica, debido a que los máximos responsables del
opus digan que como tenía una gran estima por el Padre,
su fundador, si el hubiera vivido hubiera solicitado cambiarse
de nombre para demostrar su veneración por el iniciador
de la prelatura. Como dicen en el vocabulario popular, todo
cabe en la viña del Señor. Y la obra no
puede ser menos.
Lo que queda patente tras la apertura de este proceso de
beatificación y canonización es que las mujeres
en el Opus Dei pierden por goleada, como se dice
en el argot popular de España. De los ocho procesos
que están en marcha, seis (Álvaro del Portillo,
Isidoro Zorzano, Eduardo Ortiz de Landázuri, Ernesto
Cofiño, Toni Zweifel y José María Hernández
de Garnica) son de hombres y solo dos de mujeres (Guadalupe
Ortiz de Landázuri y Montserrat Grases). No creo que
se atrevan en el opus a decir que don José María
Hernández de Garnica es como si fuera de las mujeres,
pues estuvo muy unido a ellas. De momento, sí que existe
un poco de machismo. Se me dirá que esto no es una
carrera deportiva, pero los hechos están ahí.
Volviendo la fealdad, que es uno de los temas de fondo,
recuerdo que más de una vez oí dentro de la
obra que el criterio para seleccionar las numerarias auxiliares
que sirvan a la mesa en las casas de numerarios varones es
la fealdad de ellas. El motivo alegado para justificar tal
postura era que los residentes deben guardar la vista
. Se ve que la regla también se aplica al revés.
No sabía yo que un criterio profesional era la belleza
o fealdad de las personas. Nada que la carne es muy flaca.
SE VAN SIN TIROS
El día 19 se celebrará la festividad de San
José, una de las grandes fiestas grandes de la obra,
al ser la onomástica del fundador, y a la vez es un
día clave en la que los que no se han incorporado por
la ceremonia de la fidelidad tienen libertad para no continuar.
En los más de 25 años que fui encargado de grupo
de supernumerarios pude experimentar lo duro de ese día,
en que pueden producirse circunstancias muy variadas, todas
ellas llenas de tensión.
El fundador dijo en más de una tertulia que la obra
es el mejor sitio para vivir y el mejor sitio para morir.
Añadía que la puerta estaba entreabierta para
entrar --se requiere el discernimiento positivo de los directores--,
y para salir la puerta está abierta de par en par,
cosa totalmente falsa como he podido comprobar en algunos
amigos míos, que hoy son ex. Uno de ellos alegó
en su carta de dimisión al prelado que él se
iba, en virtud de lo que decía el fundador, de entreabierta
para entrar y abierta de par en par para salir.
Los directores de la obra le negaron esa posibilidad y le
exigieron lo tuvo que hacer para que le admitieran la
bajaque retirara esas palabras de su carta. Esto contradice
totalmente la demagogia de las palabras del Santo Marqués
de Peralta.
Con palabras cuidadosamente preparadas antes de las tertulias
multitudinarias, pues lo que hacen las preguntas deben consultar
antes lo que van a decir, el fundador solía afirmar
que la gente de la obra "no se iba ni a tiros".
Puedo confirmar, tras la experiencia de 34 años, que
los miembros, hoy fieles, de la prelatura procuran irse sin
tiros. En todo caso los que provocan situaciones tensas son
los propios responsables de la obra que les persiguen sin
descanso y provocan situaciones de acoso.
En mi caso concreto, me fui un domingo 28 de octubre, tras
haber participado en una meditación de centro de agregados,
en una tertulia dominical, haber hecho movimiento económico
(haber ingresado mi dinero en la caja de la secretaría
mi sueldo mensual) y haber hecho la charla fraterna con el
que llevaba mi alma. A este último no le confesé
que me iba. Eso sí fui entrando en el oratorio, en
el hall y en otras habitaciones mientras, hablando con Dios,
le dije que aquello se acababa y que habían sido algunos
años felices, pero en otros lo había pasado
mal.
A los quince días empezó el acoso del que
llevaba mi charla. Primero fue a mi domicilio donde vivía
con mi madre, que sabía mi decisión de irme,
pues se lo había comunicado la misma noche. Una y otra
vez me señalaba Enrique, que así se llama, que
quería verme. Yo respondía que no. Luego el
acoso se trasladó a mi lugar de trabajo. Eran momentos
de tensión. Finalmente la compañera que tenía
delante de mí me preguntó qué me pasaba.
Se lo expliqué y lo comprendió. Poco tiempo
después uno de los responsables de la comisión
(gobierno de la obra en un país, en este caso España),
que se había tomado la función de llevar mi
charla fraterna, me dijo que no me iban a dar la baja, porque
no había motivos para irme, según él.
Al cabo de 14 meses, y en vista que no había vuelto
a pisar mi centro, me llamaron de la delegación y me
dijeron que tenía que escribir la carta de dimisión
si seguía con el deseo de abandonar la obra. Así
lo hice.
Un hecho curioso se produjo cuando el director de agregados
de la delegación me citó un día en la
sede de ésta, pero me dio un plantón. En vista
de ello, cogí un cuaderno pequeño y escribí
que le iba a remitir por correo mi carta de dimisión,
que tenía que estar escrita a pluma. Por la noche me
llamaba asustado por teléfono y aseguraba que había
sido un mal entendido. La carta de dimisión debía
ser entregada en mano no por correo postal. Se ve que no les
gustaba que hubiera alguna prueba. Quedé otro día
y se la entregué. Por lo que se ve la puerta no está
abierta de par en par. La baja me la dieron mes y medio más
tarde, pero se me comunicó sólo oralmente, sin
prueba por escrito.
Más de una festividad de San José tuve problemas
con algún supernumerario que deseaba no continuar y
no renovar su entrega hasta el siguiente 19 de marzo. Al final
todos perseveraron, aunque al cabo de poco tiempo se iban
definitivamente. Nunca hubo unos malos modos por mi parte
ni por parte de los supernumerarios.
Cada fiesta de San José se instalaba en la residencia
de numerarios, lugar del centro, un cuaderno con todos los
nombres de los supernumerarios que tenían que renovar.
Siempre se ponía al lado uno de los del consejo local.
El encargado debía decir que Pepe Pérez, por
decir un nombre, había renovado el contrato
(ésta es una expresión que se emplea internamente).
Se trataba de que no hubiera bajas. Sin embargo, más
de una vez uno de los encargados tuvo que desplazarse a la
casa del supernumerario para tratar de convencerle de que
no lo dejara. Un amigo mío agregado, también
encargado de grupo, hizo guardia en la puerta del domicilio
de un supernumerario, que había desaparecido el 19
de marzo sin decir dónde se encontraba. Pasadas las
12 de la noche llegó el hasta ese momento fiel de la
prelatura. Expresó su deseo de no continuar. A pesar
de todo mi amigo trató de convencerle.
Al día siguiente, se repitió la misma operación:
tratar de convencer al hasta entonces supernumerario. Hubo
una gestión fallida. Todo este tiempo el agregado debió
de pedir permiso en su empresa para solucionar el problema.
Luego pasaron a actuar miembros el consejo local, pero no
hubo resultado positivo para los intereses de los directores
de la obra. Se iba sin dar tiros y no como decía el
fundador, que no se van ni a tiros.
Sé de amigos numerarios que se han ido de la obra
de madrugada, a las seis y media. Estaban a punto de levantarse
los del centro. Antes habían bajado las maletas a sus
automóviles y se fueron con unas cosas. Esta es la
libertad que se respira. Algunos de ellos han hablado con
otros numerarios que estaban a su lado y que les apreciaban.
Sin embargo, otros se han ido calladamente, sin armar ruidos
y sin tiros.
CONTINUACIÓN
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