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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 

Resultados de las encuestas

 

25-junio-2004

 

(de Gustavo) Divina Nicole

Querida Nicole:

Normalmente no respondo a los correos como los tuyos, pero como tus agresiones vienen dirigidas hacia mí, déjame ejercer el derecho de defensa.

En primer lugar me alegra que hayas leído lo que escribí, aunque no te haya gustado.

Has dicho que conoces muy bien el gobierno de la obra (en el correo del 23/6) pero sin embargo no sabes que VSM no es "Vicesecretario de San Miguel" -cargo que no existe- sino Vocal de San Miguel. Realmente no te comprendo. Quizás seas tu la que no conoce del tema.

Luego pareces extrañarte que haya sentido dolor al irme. ¿Tú crees que no? ¿Qué luego de diez años de esfuerzo podría haberme ido como si nada hubiera pasado?. Nicole, perdóname, pero te falta calle.

También te parece raro que quisiera saber de mis "hermanos" de la opus. Oyeme, si hubiera pasado diez años en la cárcel y mis compañeros de celda no me llamaran una vez fuera, seguro que me sentiría mal. Bueno, es mas o menos lo mismo. No quiero la cárcel (de la que me costó bastante salir), ni a todos los presos, pero sí a alguno de mis compañeros. Creo que entenderás la metáfora claramente, no?. Para tu información los diálogos son textuales. Puedes creerlo o no, ese es tu problema, no el mío.

Tampoco digo las cosas con hipocresía. Lo que allí menciono es real y sin media sonrisa. Aunque te cueste creerlo durante esos años me desviví por la obra. Por eso también duele ver que alguien decir lo que tu dices sin ni siquiera saber quién es el que está del otro lado. Si lo supieras no lo escribirías, eso lo doy por seguro.

Sin embargo también estoy seguro de que eres una buena mujer y, como tal sabrás pedir disculpas. No sólo disculpas, también sabrás agradecer a todos lo que escriben y leen esta página, ya que todos, en más o en menos, han dedicado parte de su vida a colaborar con la Opus, eso que tu tanto dices querer.

No vivas con rencor que no es bueno.

Te envío un beso enorme y si puedes dinos a todos por cuantas de tus hermanas te has cortado un brazo.

Gustavo


(de Jorge) ACLAREMOS LA REALIDAD DE LAS COSAS

Estimada Nicole:

Me hace cuestionarme muchas cosas el que alguien que DICE VIVIR conforme lo que pide san Agustín (ama y haz lo que quieras) pueda tener semejantes faltas de sensibilidad como la siguiente...

Citas a Gustavo con lo que nos compartió en su escrito:

G- "No me volvieron a llamar ni a insistir. Nadie, ninguno de mis “hermanos” numerarios apareció, lo que en parte me causó un gran dolor en los primeros tiempos. Parecía que a nadie le importaba que uno hubiera gastado tantos años y compartido tantos esfuerzos en una causa común, que ahora no lo era"

Y luego tú cuestionas sin la menor muestra de sensibilidad -y aún insultándolo con lo de "caradura":

N-"Alguien cree que realmente le causó gran dolor como dice? Suena a ridículo, sobre todo después de ver todo el contexto. Pero, si él ansiaba no querer saber nada con la Obra!!!!!, cómo puede afirmar el caradura que sintió dolor!!!!!!!, y luego dice que parecía que ha nadie le importaba su deceso!!!!! Cuando en las entrevistas, esto dicho por él, le machacaron la idea de que “sus hermanos darían un brazo por él”, y, claro! Lo dice ridiculizando la frase o la actitud (verdadera o no, eso no lo sé) de su interlocutor."

Con todo respeto Nicole, te repito lo que te dije ayer: parece que eres incapáz de comprendernos. Y de nuevo te pregunto ¿realmente te crees con la capacidad de estar emitiendo juicios tan duros respecto las demás personas?

Y, para dar respuesta a tu duda, te hablaré de mi propia experiencia.

No es nada RIDÍCULO que uno sienta tanto dolor a la hora de partir. Lo ridículo más bien son ciertas actitudes que algunas personas de la Obra adoptan iendo en contra del mismo "mandatum novum" (al igual que podrían ser ridículas las actuaciones de otros que se van y despotrican sin razón), pero lo que es un hecho es que sí, hay dolor, y mucho.

Uno pasa por una prueba dura: la elección libre del propio destino (con la conciencia clara de que Dios está en medio). Y en ese trance te pueden acompañar buenas personas que respetan, apoyan y fomentan la toma de decisiones ponderadas, auténticas, conforme la conciencia; o pueden intervenir personas que no miran por el bien de quien plantea irse, si no por las "indicaciones" destinadas a "no perder fieles" (es decir solamente enfocadas a que la gente "persevere", independientemente o no de que ese sea su camino).

Te lo digo porque en mi "caso" intervinieron directamente ambos tipos de "directores". Gracias a Dios ganó la conciencia cara a Dios -y no a los hombres... ni a las indicaciones-.

Y uno, mientras tanto, sufre. Pero también sufre después, cuando comprueba que apenas deja de pertenecer a la Prelatura, muchos de sus "exhermanos" le dan la espalda. Y es que, como dice Gustavo, comprueba que todo ese tiempo compartido, las ilusiones, la "causa común" por la que se esforzaron por años, al parecer se esfuma de la mente y corazón de esos miembros que ya no te hablan, te saludan fríamente, te miran con recelo, e incluso de quienes piden a la "gente cercana a la Obra" que mejor no hablen contigo -que se alejen- porque podrías causarles daño con tu "confusión". Incluso te piden no acercarte a los centros, mantenerte distante y procurar "discresión". ¿Encuentras algo de cristiano en esas actitudes? ¿Puedes seguir pensando que no duelen? Yo las padecí en carne propia. Padecí todas y cada una de las cosas que acabo de describir.

Te recomiendo "lleves a la oración" lo que AYER tan sabiamente te dijo PEPITA. Sobre todo lo que bien describe sobre la sensación de haber sido "utilizado", y el que las situaciones que se presentan lo hacen a uno sentirse casi el "demonio". Quizá detrás de sus palabras encuentres la objetividad que necesitas y nos comprendas mejor.

Por otro lado quiero reconocer el gran corazón de esos otros miembros de la Prelatura que están por encima de esas "raras costumbres" de dar "MUERTE CIVIL" (ese otro gran escrito de la web) a quienes nos vamos. Gracias a los que siguen siendo mis amigos después de los reencuentros que hemos ido teniendo poco a poco. Gracias por su lucha por identificarse con Cristo con obras -"amores y no buenas razones"-.

Saludos a todos.

Jorge


(de Viajero)

Querida Nicole

Creo que tu escrito es el primer paso para que descubras la verdad en y para tu propia vida. Es bueno que te sientas feliz con tus AMIGOS. ¡Como cambian las cosas! Hace poco todo lo que se publicaba se tenía que consultar. ¿Amistades con personas del otro sexo para numerarias? Imposible, ahora Internet, hacer lo que te da la real gana y ama y haz lo que quieras... Me alegro por Ti que puedas hacer todo esto. Perdon o puede ser que tus Hermanas y tu Confesor de la Obra no sabe nada de tus Caminos Web. Si es asi sigue haciendo lo que te da la real gana ya que aquí tambien encontraras Amigos y Amigas que te ayudarán el dia que decidas seguir las palabras de San Aguntín.

Un Abrazo

Tu Amigo viajero


(de Agustina L. de los Mozos)

Hola a todos,

quería hacer un comentario personal al hilo de algunas respuestas que se le han dado a Nicole. Cuando por parte de ex miembros del opusdei, se le hace la concesión de que es posible que algunos de los testimonios o experiencias que los que escriben a la web puedan ser exageradas, o parciales o subjetivas, la concesión que conlleva, de forma no intencionada, siembra cierta sombra de duda sobre la verosimilitud de esos testimonios.

La vivencia de cada uno dentro del opusdei es sagrada (sagrada en el sentido de que merece todo el respeto del mundo) y también es subjetiva -¿cómo no va a ser subjetiva?- porque es a MÍ a quien me sucedió, soy YO quien viví en ese centro y tuve ese encargo, fui YO quien sentí, lloré o reí, también soy YO quien sabe cómo me afectó y por último soy YO quien cargo con las consecuencias. ¿Cómo se narra una experiencia tan personal -en la que se entremezclan vida, corazón y alma-, desde el punto de vista "objetivo"? ¿Dónde se colocan entonce los sentimientos y todo tipo de emociones en un relato tan íntimo? ¿Es subjetivo hablar en conciencia? (¿la conciencia es objetiva o subjetiva?) ¿Quién se puede poner en la piel del otro para decir que lo que escribe es una exageración? ¿Cómo se mide el sufrimiento, la decepción, las circunstancias que rodearon cada caso, de una forma "objetiva"?

Sinceramente creo que cuando alguien de la obra dice que nuestros testimonios no son "objetivos", está queriendo decir que nos falta visión sobrenatural, que no rendimos el juicio y que somos muy poco humildes. Pero se olvidan de que ya no estamos dentro y de que hemos recobrado la conciencia. También hemos recuperado a nuestros propios abuelos, aunque para algunos, desgraciadamente, ya no vivan. (Qué ridículo reconocer que hasta tuvimos abuelos postizos). Ya no tenemos conciencia colectiva, ni manera de pensar colectiva, ni vademecums ni glosas para guiarnos. No hay guiones ni directores a los que someter lo que se puede o no decir o escribir, ni cómo ni cuándo, ni si con garbo, gracia o don de lenguas.

Esta web no es una publicación interna del opusdei. Existe el Vademecum de las Publicaciones Internas, que hemos colocado hoy, para que veamos hasta dónde llega la reglamentación en esas publicaciones -Crónica, Noticias, Obras...- de las que se supone y presumen de que sus contenidos son "naturales y espontáneos". Afortunadamente, ya no tenemos nada que ver con ese tipo de naturalidad reglamentada, al menos no esta web.

En suma y para terminar, creo que nadie esté en disposición de afirmar, por ejemplo, que lo que cuenta Carmen Tapia en su libro "Tras el umbral", sea falso porque Escrivá no le retuvo a él 3 meses en Roma, secuestrado, ni se le puso el pelo blanco de miedo por no entender lo que estaba sucediendo. Ni que María Angustias Moreno exagere cuando sufrió la campaña de difamación orquestada por sacerdotes de la obra porque se atrevió a escribir un libro sobre el opusdei (como escribió una vez una amiga de la web que en este momento no recuerdo la fecha ni el nombre, "escribir sobre puede implicar escribir contra"). Ni que lo que relatan Gustavo, Satur, Halma, R., Aquilina, Carmen Charo, Nacho... y tantos y tantos otros, sea "subjetivo". El hecho de que alguien no viviera exactamente lo que cada uno de ellos vivió, no invalida sus testimonios. Sin pretenderlo, se puede caer en la tentación de juzgar que en la web hay unos testimonios más creíbles que otros o más válidos que otros, según se ajusten a lo que ha sido la experiencia personal de cada uno. Para la web todos los testimonios de un ex miembro del opusdei son igual de válidos y de creíbles, haya escrito un libro, un testimonio o un correo de unas pocas líneas, lo haya pasado mal o regular.

Un saludo a todos,
Agustina López de los Mozos Muñoz


(de fede) fede al ombligo de Nicole

Nicole, las cosas bien claras desde el principio. En tus dos mensajes (miércoles y jueves) te despachas a gusto sobre nosotros y sobre Gustavo. Vaya, pues, también mi opinión inicial sobre ti a partir del tenor de esos dos mensajes: eres una perfecta maleducada y una absoluta impresentable. Y más cosas, ninguna buena, que ahora me callo pero que acabarán saliendo, porque dudo que pueda contenerme ante tanta vileza.

Por fortuna para ti y para nosotros, la experiencia demuestra que los maleducados e impresentables dejan de importunar más pronto que tarde porque coincide que suelen carecer de capacidad de argumentar. Son gente que no sabe realmente dónde se mete cuando escribe a este sitio, pagados como están de sí mismos y ciegos ante su propia ceguera, que no ven que no ven por la misma razón por la que no ven (algo que ya se te nota y sólo llevas dos mensajes).

Tú abusas de la libertad de expresión que permiten este foro y esta sección de correspondencia para atentar contra el respeto debido a quienes aquí han escrito episodios dolorosos de su vida y desnudado su alma con la esperanza de entenderse y de entender por qué recibieron tanta ingratitud de personas, directores del Opus Dei, que representaban a la que, quizá no mucho antes, creían su "Madre guapa, la Obra". Otros ya te lo han dicho: con todos tus años en la Obra, sabes de ésta mucho menos de lo que crees y mucho menos que muchos de los que nos hemos ido. Entre otras cosas, porque no has pasado por el trance de verte fuera y de recibir el trato denigrante que muchos han recibido en ese proceso de una u otra forma (por ejemplo, haciéndonos ir a un psiquiatra afín a la Obra que diagnosticase cualquier supuesto trastorno que les permitiese justificar forzarnos a pedir la dispensa de compromisos). Estar fuera da una perspectiva que te falta. Y eso te dificulta entendernos (aunque es patente, por tu poca disposición a leer con atención y amplitud la correspondencia o los escritos, que intentar entendernos es algo que no entra en tus cortos planes).

A diferencia de casi todos los que te escribieron ayer, que te trataron con bastante respeto e incluso te felicitaron por tal y cual motivos, he de decirte que no he visto nada bueno en tu primer mensaje. En él nos desprecias y llamas mentirosos. Exhibes prejuicios y estás atenta sólo a transmitirnos la bonita imagen que tienes de ti. Tus palabras de autocomplacencia y tus críticas te delatan. Sólo tienes ojos para mirarte el ombligo. Tú das pena, una inmensa pena. Eres todo un ejemplo de lo que uno puede esperar encontrar en algunas personas que llevan cuarenta años en el Opus Dei. Es palpable que has perdido la capacidad de reconocer la verdad que tienes delante de los ojos, pues ves trucos y tejemanejes en unos testimonios en los que hay enorme transparencia. Es evidente, por tus palabras, que no te importa el dolor ajeno. Que has perdido los sentimientos humanos más básicos. Que careces de perspectiva y de horizonte. Que te has acostumbrado, como Smeagol-Gollum ("¿verdad, mi tesoro?"), a la podredumbre moral. Eres tú y tu ombligito. Sólo tienes boca para alardear de tus reales ganas. Tú sí que eres puro montaje, la triste ficción de una supuesta identidad personal de mujer libre y liberada que no se te sostiene.

Me has hecho recordar las palabras de una persona que asistió a una conversación que mantuve con un numerario (A.C.) de la casa de la delegación de Sevilla, hace ocho o nueve años. Recuerdo lo esencial de sus palabras porque me impactaron. Al despedirnos, esta persona me dijo algo así: "No sé cómo no se da cuenta ese dandi de que tiene el ombligo más grande del mundo a fuerza de mirárselo. En todo el rato ni me ha mirado y en realidad a ti tampoco te escuchaba. Sólo quería hablar él y de cómo sus obligaciones en el Opus le impiden dedicarte tiempo. Y, por cómo habla, se nota que en su vida no hay nada importante por lo que quedarse una noche sin dormir. Será amigo tuyo, pero está en las nubes o en una burbuja. No me extraña que esos amigos tuyos no se casen. Lo que me extrañaría es que alguna mujer quisiese vivir con alguien que parece incapaz de querer a nadie más que a su ombligo. No sé cómo has podido ser numerario tantos años. Ese sólo estaba preocupado de no mirarme y de que no se le manchasen de polvo los zapatos. Y hablaba dogmatizando. De verdad, me he sentido muy incómoda e insultada de que no me mirase. Se debe creer muy santito y mejor que los demás, pero es porque tiene todo el tiempo del mundo para mirarse el ombligo y no ve más allá. Con esas obligaciones que dice que tiene, que me río yo de ellas si luego dice que juega tanto al tenis y las chorradas que te ha contado. Está claro que su sitio es el Opus, porque ninguna mujer querría aguantar a alguien así de chulo y de creído." A mí eso me dolió en su momento, porque a esa persona aún la consideraba "buena gente" (fue director del centro de la Obra en el que pedí la admisión). En ese momento la defendí y me parecieron injustos estos comentarios. Pero, cuando al cabo de los años me volví a encontrar en la calle con ese numerario e hice ademán de saludarle, se apartó con gesto de repulsa y esbozó una mueca. Entonces vi lo que la primera vez no había visto. Pues, bien, Nicole: aplícate el cuento, porque he reflejado la situación y las palabras que inmediatamente me vinieron a la mente al leer tu primer mensaje.

Tu segundo mensaje es aún peor, ya que básicamente lo dedicas a carcajearte del dolor de Gustavo. No he podido ni querido releerlo, del dolor y sensación de obscenidad que me han provocado tus palabras. En Gustavo te ríes también de mi dolor y del de muchos otros. Dejas patente que te importamos un comino; confirmas que sólo te importas tú y tu ombligo. Eres insensible y engreida. Pura soberbia. Dices que llevas en la Obra cuarenta años. No has aprendido nada, o bien has sido alumna aventajada. Me ha dolido indeciblemente este segundo mensaje. El impulso inicial fue mandarte a cierto lugar, pero rectifiqué la intención. Pero nada garantiza que logre mantenerla recta si sigues tocándonos las narices. Aunque en definitiva despiertas una gran pena. ¿No serás más bien tú la que carece de atención y cariño? Siento pena por ti, por lo que has hecho de ti, por lo que la Obra ha hecho de ti y hace con tantos, y en cierta medida también ha hecho conmigo mismo.

Si fueras sensata o discreta, que por el tenor de tus dos mensajes se ve que no eres ninguna de las dos cosas, dejarías de reirte del dolor ajeno y de abusar de nuestra buena fe. Leerías, como hemos hecho muchos, todo o buena parte de lo aquí escrito antes de escribir. Y, sobre todo, dejarías reposar lo leido. Eso sería respetar a quienes aquí escriben. Entre eso y lo que has hecho tú, leer aquí y allá y no dejar reposar ni un minuto lo leido, que eso se nota, media un abismo. En dos días has enviado dos mensajes muy desafortunados que prescinden de toda cortesía y que no revelan buena educación. Dos mensajes carentes por completo de sentimientos de humanidad, de sensibilidad, de sensatez. No esperes que todos te aguanten, porque no tienen por qué.

Si no fuera por lo que escribió aquí hace pocos meses un numerario que vive en Alemania, Enrique Banús, y por la correspondencia que mantuvo con algunos en privado, el lector ocasional podría pensar que lo único que cabe esperar de alguien que lleva cuarenta años en el Opus Dei son insultos para quienes nos fuimos y carcajadas cínicas ante nuestro dolor. El tono de los mensajes de esa persona, como el de otras que siguen siendo personas cabales después de muchos años en la Obra, y que han escrito a este sitio, contrasta radicalmente con el tuyo. Verdaderamente, Nicole, tú no estás en tus cabales.

En todo caso, a cuantos entran en esta página y no han sido de la Obra, después de leer tus mensajes, les habrá quedado claro que en la Obra también hay gente como tú. Y entenderán mejor por qué, gracias a Dios, algunos nos fuimos: porque no queríamos arriesgarnos a acabar siendo la piltrafa moral en que te has convertido. Una avejentada señoritinga que alardea de hacer sólo su real gana y que escupe desprecio para quienes supuestamente no nos esforzamos por ser tan fieles como ella a... ¡una "causa común"!

¡Si es que manda huevos, Nicole! Ni siquiera estás a la altura de tu queridita vocación. Ni siquiera has comprendido lo más básico. Aunque precisamente por eso escribes lo que escribes y como lo escribes. Nadie que hubiese alcanzado una comprensión cabal de qué va todo esto hablaría de esforzarse por una "causa común" ni, como haces tú, de "mi" santidad (qué repulsa me producen esas expresiones: la primera por colectivizante y la segunda por la miseria moral que revela). Cabía esperar mucho más de ti.

Por lo que más quieras, nunca más presumas retóricamente de que alguno de nosotros no nos esforzamos por amar a Dios con todas nuestras fuerzas mientras estuvimos en la Obra. Y, ante todo, jamás vuelvas a carcajearte del dolor ajeno. Al hacerlo, te envileces.

fede


(de Rapelu) Evitar el anonimato.

Los últimos correos como los de nuestra querida Nicole me llevan a proponer de nuevo algo para la web. Debe ser el gusto por lo bien hecho que tanto se nos queda... pero me pregunto si no sería mucho pedir que solo se admitan correos en los cuales cada uno ofrezca sus datos ciertos, comprobables, para poder ser publicado. Desde el nombre completo hasta un teléfono de contacto verificable. Los datos los guardaría de modo legal el orejas o webmaster y así no cabrian los anónimos ni los insultos baratos. Se ganaría mucho, es mi opinión.

A Nicole me gustaria contestar, sin acritud, pero no se si compensa. Siga en su lado, y para otra vez, por favor: antes de escribir lea usted un poco más los testimonios de tantos.

Rapelu


(de Aquilina)

Querido Jorge,

he leido tu contestaciòn a Nicole he me he quedado admirada por la capacidad de expresar lo que has expresado. Te agradezco tu equanimidad y tu positividad, al mismo tiempo que la claridad para exprimir algo en lo que todos los ex-miembros nos podemos reconocer. Leer palabras como las tuyas vuelve una vez màs a llenarme de orgullo por ser amiga, aunque solo virtual, de tales amigos.

Gracias!
Aquilina


(de Dany)

Estimados amigos:

Nuevamente voy a dedicar unos minutos a responder algunos correos, a ver quién me tiene paciencia que seguro serán pocos.

Adri (24 jun) en tu correo escribes: “Al igual que el inolvidable-inefable (se refiere a José Carlos), Dany (23-6) también se deshace en loas a la cosa, encomiendas y por supuesto ¡la cosa nunca tiene la culpa de nada, es la gente que actúa de mala manera! ¡Ohhh, siiií! ¡Y todos los que escribimos acá somos unos resentidos, unos frustrados, de mal proceder y faltamos a la caridad por criticar! ¡Mecachis en la caridad, que no se la merecen!”. Adri, no he dicho nada de lo señalas, te pido que lo revises. Lo que sí te digo… y sin “hacer-lo-que-tú-dices” con la caridad, es que todos se merecen caridad, o estarías al mismo nivel de quien la falta… ¡Qué interesante!, criticas la falta de caridad y haces lo mismo.

Así como tú mismas das los consejos por lo que dices que has vivido, también yo tengo el derecho de hacerlo por lo que digo que he vivido… ¿Quién te crees que eres?, copio lo que señalas luego de hablar de ese tal José Carlos: “Pero como hay gente dispuesta a no dejar en paz al resto del mundo, a no dejar reflexionar ni compartir, tomó la posta el tal Dany, hijo de supernumerarios que además de hacerse el chico bueno, se permite ofrecer su mail y darle consejos a los que quieren irse”. Gracias por lo de “chico bueno”; y sí, quiero apoyar a esos que están saliendo de la Obra para que se la pasen menos peor de lo que lo he pasado yo y otros tantos como tu marido.

Insisto, no por lo que tu vivieras, vivas o vivirás, tengo que haber vivido lo mismo ni lo viviré; y por lo tanto pensar lo mismo que tú. No te gusta, no lo leas. Te gusta escribir este tipo de correos, seguirás recibiendo mis comentarios.

Hace unas semanas gata4 me hizo reflexionar diciéndome que, no es textual y me da flojera buscar la cita: “Dany, parece que tienes miedo a las críticas”. Me dan miedo cuando tienen razón (y a veces tienen razón)… pero no cuando se llenan de signos de admiración y expresiones de novela: “¡Ohhh, siiií!”.

En esta página, te reitero, se habla del Opus Dei, no contra el Opus Dei. Si de verdad somos libres, debemos respetar la libertad de los demás. Mira, leí tu correo al que haces referencia de hace unas semanas. Yo no viví una situación como la de tu marido, pero si fuera un lego en esta página y en el Opus Dei, luego de leer tus dos correos puedo pensar con bastante objetividad: “Opus Dei = KGB = KKK = Adri”.

Si no te gusta la espiritualidad del Opus Dei, bien. A mi sí me gusta esa espiritualidad: lo de la Santidad en el Trabajo Ordinario y todo lo que implica; el amor al Dios; la filiación divina; el amor a la Iglesia y al Papa… Además, no es del Opus Dei, es de la Iglesia, pero me gusta como me lo han enseñado en el Opus Dei. Por eso lo llamo “la espiritualidad” del Opus Dei. Y como lo llame es mi problema.

Pero créeme, te entiendo muy bien. Y aunque me moleste lo que escribes, creo que eres sincera y trato de leer entre líneas. Yo no viví ese Opus Dei, por ello no puedo hablar así.

Ahora unas líneas a Brian (24-06), hombre, no te pongas así que fue una broma sólo para molestarte. Y creo que logré mi objetivo pero me pasé la mano, te pido una disculpa. Te mando un fuerte abrazo. No te enojes más y deja de oír esas campanas que no es hora de ir a la Iglesia.

Saludos a todos

Dany


(de Nicole)

Desde luego, no esperé tal cantidad de respuestas, se ve que no tienen costumbre de que haya miembros de la Obra escribiendo en esta web, ja ja ja, es una broma.

Respondo a Jorge, a quien encuentro el más “afectado” con mi escrito.

Aclaro que cuando escribí me dirigí a la mayoría de mensajes que leí y que eran de un negativismo a mi modo de ver impresionante. En la web hay de todo, y abundan las apreciaciones exageradas, según mi parecer, mucho me cuidé de no decir que son mentiras, porque no me consta como tampoco me consta que todo lo que narran sea verdad, todos sabemos que internet se presta pàra crear un sinfín de historietas falsas, hablo de manera general, no especifico que sean los escritos precisamente de la web contra el Opus Dei. Ahora me corregirán sin razón que no es una web contra la Obra sino sobre el Opus Dei.

Jorge escribió el 24 de junio en respuesta a mi mensaje:

Antes te comento que fui numerario muchos años, que no guardo resentimiento a “la Obra”, que le agradezco lo que “institucionalmente” si funciona para que uno pueda encontrarse con Dios y ser mejor persona, y que hay gente dentro que sigo queriendo (pese a lo que algunos me hicieron mientras pertenecí y peor aún al salir).

Si los comentarios fueran como el que escribió Jorge dando respuesta a mi escrito, yo no estaría escribiendo. Lo hago debido al tenor de otros comentarios negativos y falsos acerca de la Obra.

El hecho de que haya ex miembros educados, buenos, que valoran aún lo que en Casa recibieron y otras cosas más, positivas en sus vidas, no justifica mis escritos, por eso van dirigidos a aquellos que escriben mal intencionadamente.

Sé que mi postura es compartida por algunos exmiembros mientras que por otros no. Eso da igual, y es justo una de las riquezas de esta página web ¿lo habías notado?

Es que no da igual, por lo anteriormente dicho, Jorge. Hay quienes se sienten heridos, con justa razón, pero lo fuerte no va para ellos, lo fuerte va para los que escriben de este modo, a ver si encuentro:

(qué nos hicieron, Angel 08-05-04)

Una parte fundamental, y peligrosa, del sistema del Opus es no dar la información completa de a qué te estás en realidad comprometiendo, para no espantar al candidato que no está preparado para asimilar algunas realidades. ¿Qué pasaría si les hablaran antes de pitar a los adolescentes que iban a tener que usar cilicios y disciplinas; o las candidatas a numerarias que no volverían a dormir sobre un colchón? ¿Qué sus cartas van a ser censuradas o que tendrán que renunciar a la familia?

Piensas que debo estar de acuerdo y por lo tanto no debo decir nada sobre esta parte fundamental y peligrosa del sistema del Opus Dei, de no informar al candidato para que no se espante, según Angel, ves Jorge? Éste es el tipo de mensaje que me mueve a escribir y gastar mis neuronas, no juzgo a la persona, juzgo lo dicho, juzgo el mensaje, juzgo la mentira. Y si mis mensajes denotan exasperación como dices más adelante es justamente ésta la causa. No soy una persona blanda, ni tonta, tengo genio fuerte y se manifiesta en mis escritos porque escribo con el corazón, sin ningún tapujo, porque los entiendo a ustedes, a los que se salieron y de alguna manera quieren seguir haciendo bien las cosas, y los quiero como dije en otro escrito porque son personas que merecen mi respeto y además valen toda la sangre del que es el gan amor de mi vida: Cristo. Pero con lo que no puedo es con la mentira, con el invento, con el fraude, y ahora sí lo digo con todas sus letras, en esta web escriben algunos de los ex, con mala intención, se necesita sólo un poco de inteligencia para darse uno cuenta de que es así.

Jorge sigue diciendo:

Pese a que gracias a la salida volvimos al mundo real (¡bendición para nosotros!), en el que efectivamente uno se enfrenta al verdadero entramado vital en el cual llevar a plenitud el sentido espiritual que predica el Opus Dei de “santificarse en medio del mundo”, de todas formas estamos ya “marcados” por la impronta “Opus”.

Bueno, la verdad es que me parece, sin ánimo de ofender, un poquitín enrevesado lo que expresas. Entiendo que te pesa volver al mundo real que obtuviste gracias a la salida de la Obra?, pero enseguida manifiestas ser una gran bendición de Dios, no te parece contradictorio? O yo estoy mal?. Otra cosa, si tú estando en la Obra no viste al mundo como real, entiendo el desface de tu vida dentro de ésta, debe haber sido una especie de infierno. Mira, soy mayor, y lo suficientemente inteligente como para darme cuenta cómo es el mundo real, es más yo también estoy y vivo en un mundo real, y no me puedes decir que como no me he salido de la Obra NO sé cómo es ese mundo que tú llamas real por el hecho de verlo desde fuera de la Obra. No te has puesto a pensar que el mundo real, el verdadero, podría ser el de una persona que tiene unidad de vida, es decir que es coherente con unos principios trazados en su vida y vive de acuerdo a ellos, el de una persona comprometida con unos ideales, al parecer desdibujados para muchos de ustedes que también los tuvieron, exactamente igual?, no te parece que ése sí es el mundo real y fíjate que la expresión real salió de ti, no de mi, para que después no digan que para los del Opus solamemte es verdadero (o real) lo que ellos o nosotros afirmamos.

Jorge, no escribo con odio, nada más lejano a mi modo de ser, sabes? Yo no odio, yo AMO o trato de AMAR, ése es el norte de mi vida.

Y sigues:

¿Por qué te digo esto? Para que antes de juzgar nuestras “intenciones” o “motivos” TE RECONOZCAS A TI MISMA EN MUCHO DE LO QUE DECIMOS. Amiga ¿por qué nos calificas a nosotros de “ciegos”?

Ya lo he dicho, no juzgo vuestras personas, juzgo lo que leo, vuestros escritos, no los tuyos precisamente, pero sí los de otros que son malos escritos. Y claro que me identifico con muchas de las cosas que algunos de ustedes narran, y me lleno de infinita pena, pero con otras NO y me causa dolor y también exasperación, porque lo considero injusto, con las personas y con la Obra.

Y lo último, porque esto me come el tiempo, dices:

“nos autocompadecemos por tanto sufrimiento”. ¡No sabes lo que dices!

Buscaré algo que leí y que me movió a escribirlo sabiendo por qué lo digo:

En la obra es exactamente al revés. Cualquier autoestima supone soberbia y egoismo. Se busca de forma positiva el aniquilamiento personal para que sólo la obra aparezca, se pide un servicio abnegado hasta el aniquilamiento personal por la obra. (carmen charo 13-06-04 en Tus escritos)

No todo lo que se ecribe en la web es verídico. Tú dirías que mi autoestima está por los suelos? O dirías que soy una soberbia? Dirías que estoy faltando a la humildad? Y yo soy la Obra, yo soy Opus Dei. Con mis defectos, que los tengo, y con mis cosas buenas que también las tengo. No hace falta más comentario al escrito de carmen charo.

Nicole


(de Nicole) sobre la sección homenaje

este es uno de los parágrafos de la sección homenaje:

Flores siempre para los miembros y ex miembros del Opus que se ordenan y ordenaron sacerdotes sin tener vocación sacerdotal -sino en virtud del voto o compromiso de obediencia-, porque ¡oh paradoja!, uno de los señuelos o atractivos que les hacen o hicieron entrar en la institución es el de que "no hace falta ser cura ni monja para buscar la santidad en medio del mundo".

Bueno, esto es una tremenda falacia. Los que se ordenan sacerdotes lo hacen con plena libertad. Soy mujer y no vivo el caso de la ordenaciones de numerarios de cerca, pero puedo decir sobre lo que ustedes afirman, “que los sacerdotes de la Obra se ordenan por obediencia”, eso, eso, ahora sí que lo digo, es una mentira. Los que desean ser ordenados sacerdotes o el Padre se los pide, deben meditar esta decisión y luego confirmarla o desistir, después de haber rezado y pedido luces al Espíritu Santo. Por favor! No tratemos con tanta ligereza temas que son serios!, serios, dentro y fuera de la Obra.

En cuanto a los señuelos o atractivos que mencionan, pues, me basta con ver mi vida: no soy ni cura ni monja soy una mujer común y silvestre de esta tierra y busco con todas mis fuerzas la santidad en medio del mundo.

Invito a quien escribió la sección homenaje a que estudie el texto y saque consecuencias. Quizás no lo volvería a escrbir, si lo estudia desde el punto de vista de lo auténtico.

Nicole


(Nota del oreja: Nicole, tuvimos la 'delicadeza' o más probablemente la cobardía, de quitar en la sección Homenaje el siguiente párrafo: "flores también para los que el opus llevó al suicidio". Volveremos a colocarlo porque es una injusticia olvidar a todos los que se suicidaron. Este fin de semana lo añadiremos para que no se quede nadie sin el homenaje que le corresponde.)


(de Nacho) VAYA CARA

Son ya treinta y uno los años que llevo haciendo ininterrumpidamente información religiosa en un medio español de comunicación. Cuando empecé en 1973 yo ya pertenecía al opus dei. Me costó "fichar" por esta empresa, pues en la obra se me indicó que no lo había consultado. No obstante, al final lo conseguí. Entraba para realizar información especializada de este tipo. Ello ha hecho que, con la veteranía, haya podido vivir hechos que paso a describir.

[...]

(Nueva entrega de Nacho, "Vaya cara", a su escrito "¿El 'buen' pastor?")





NOTA: cuando el oreja que está de guardia contesta a alguno de los correos, en asuntos del opus, su comentario va en cursiva y es la opinión personal del oreja que contesta. Lo hace expresando su opinión como uno más de los que escribís, no como línea editorial de la web. Sus opiniones son igual de personales -y criticables y respetables- como las opiniones que se vierten en los correos que se reciben. Cuando el tema al que responde el oreja es una pregunta en relación a cuestiones técnicas, sugerencias, inclusión de nuevas secciones... etc., lo hace en nombre de los orejas que creamos la web, la mantenemos y la actualizamos.



 

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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?