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¿No somos responsables de nuestros actos?

AQUILINA, 16 de diciembre de 2003

 

José pregunta si los ex no somos responsables de nuestros años dentro de la Obra. Aquilina le contesta

Hago hincapie en unas dichosas frases que puedes encontrar en mi testimonio, en el segundo y en el ultimo capitulo de "Reconstrucción" que me permito citar literalmente:

"En este momento tengo que decir que todas las cosas negativas de que hablaré, las asumo en primera persona durante todos los años que he pertenecido al Opus Dei, con el único atenuante de que las he hecho con la honestidad y la rectitud que pueden llegar de un alma y de una conciencia deformadas por la inmadurez afectiva y la inseguridad (...) Conozco a personas que, incluso dentro de la obra, han conservado su lucidez de juicio y que han ido dándose cuenta de la injusticia de las cosas que sucedían allá dentro. Yo he tardado mucho tiempo en recobrar mi juicio. He dejado hacer y he colaborado activamente en mi lavado del cerebro; perdí, quizás por mi culpa, la capacidad de juzgar de manera autónoma según mi conciencia. He hecho y he dejado que me hicieran cosas que ahora me asustan. Mi cuerpo y mi psique reaccionaron antes que mi inteligencia y que la rectitud de mi conciencia. Me juzgan y me juzgo una persona inteligente, sin embargo buena parte de mi vida ha sido una gran estupidez".

No solo hay personas que leen esta página, con las que he tenido la suerte de hablar en persona y de comentarles de algunas a las que les he hecho mal con mi pasada actuaciòn apostolica y proselitista. Siento con toda el alma haber sido un medio para que estas personas se encontraran injertadas en un estilo de vida -para llamarlo asì suavemente- en el que corren serios riesgos de no encontrarse felices y de ver notablemente reducida la libertad exterior e interior a la que cada ser humano tiene derecho. Con esto, ves que me encuentro totalmente de acuerdo contigo por el hecho de que hay que hacerse responsables de nuestro propios errores.

No obstante, a la pregunta retorica que encabeza tu intervencion: "no somos todos responsables de nuestros actos?" me permito de responder "no". No todos nos encontramos en cada momento de nuestra vida responsables de nuestros actos, de sus consecuencias, de lo que estos actos exactamente comportan.

Es el motivo dominante de este sito: sin juzgar demasiado las personas (y tampoco nosotros mismos: sabes que el perdón que debemos a nosotros mismos es el comienzo del camino para llegar a perdonar a los demas?) intentamos demostrar las consecuencias en nuestras vidas que ha traido el estilo de vida del opus, que no consideramos ni sobrenatural, ni mucho menos verdaderamente humano, y esto hemos logrado entenderlo solo a cuesta de los anos que hemos transcurrido allì. El opus dei, y su espiritu, no se puede entender por lo que te cuentan -por lo que contabamos- de el. Lo que nos ha atraido de este espiritu han sido las cosas buenas que tiene: la santificaciòn del trabajo y de la vida de cada dia, el espiritu de servicio a los demas y a la Iglesia, la eficacia buscada a través del sacrificio escondido, el valorar las cosas pequenas y muchas otras que me enamoraron a mis 15 anos, que me prometieron que iba a realizar con docilidad, andando contra corriente y teniendo la paciencia de que los actos virtuosos hecharan raices en mi vida interior -cosas que requieren tiempo me decian, y decia yo misma a los demas.

¿Que entiende de esto una chica sin experiencia de 15 años? Las personas que tuvimos buena fe tardamos mucho tiempo en darnos cuenta de que el mundo en el que nos habiamos cerrado no era el verdadero y el justo.

Y ahora que hemos salido, que hemos curado, en todo o en parte, nuestras heridas, ¿que tendrìamos que hacer segun tu iluminado consejo? Callarnos, abrumados por la verguenza de las tonterias con las que nos engañaron y con las que hemos engañado a nuestra vez, dejando que otros, que buscan orientaciòn y consejo, se encuentren con un muro de complicidad y de verguenza que permite el perpetuarse de las injusticias y de los engaños?

A lo mejor, vosotros que, sin vuestra culpa, habeis tenido la desgracia de criaros rodeados por miembros de la obra, creeis que a todo el mundo le pasa lo mismo, y no es asì. Yo no sabìa nada del opus dei en mi adolescencia: me encontré en un ambiente agradable, con gente agradable, que decia cosas dificiles y generosas, que me empujaron a superarme y a donarme sin medida, y he tardado años a darme cuenta de que, aunque ellas se lo creyeran, su manera de actuar no era verdaderamente virtuosa, ni fundada sobre una autentica libertad y voluntariedad.

Y tampoco me atrevo a juzgar las circustancias de los que, como tu, han vivido toda su vida a la sombra del opus.

La actitud que tu tienes, de juzgar de los hechos de la vida de tanta gente de tan distintas condiciones, se parece mucho a la actitud mental de los del opus de los que pareces tomar distancias: juzgar nuestros comportamientos y nuestras razones de manera cartesiana, como si fuera posible una matematica de las decisiones y de la libertad, minusvalorando todos aquellos otros factores, de natura no racional sino afectiva, reactiva, instintiva y muchos mas que no llegamos nunca a entender perfectamente ni en nosotros ni en los demas y que hacen que cada creatura, y sus actos, sean un misterio delante al que el mismo Dios se rinde con respeto.

No buscamos sólo que alguien nos pase su mano por el lomo (quizà en algun momento sì): la mayorìa de los que nos encontramos aquì hemos pagado personalmente en terminos de tiempo -¡años!- para salir, dinero en tratamientos y por haberlo dejado dentro, proyectos que ya no se podian realizar más, novios y novias dejados, salud que no se recupera totalmente...

Yo no soy la victima de la pelicula: antes de encontraros aquì habia logrado reconstruir mi vida y recuperar un razonable equilibrio interior. Esto me proporciona derecho para intervenir. Y lo repito: no todos nuestros errores fueron conscientes: si enganamos, es porque antes fuimos enganados.

Tenemos nuestras responsabilidades. Tengo mis culpas. He dejado de lado personas que no han perseverado, he hablado en el consejo local de la vida interior de las personas sin muchos miramientos, he indicado metas apostolicas en plan de marketing... y mientras rezo esta letania, me pasan por delante caras, nombres y apellidos. ¿Que le voy a hacer? Mi conciencia estaba equivocada, yo pensaba hacer el bien de estas personas, hubiera entregado mi vida por ellas (pero no el buen nombre de la obra que yo consideraba mas importante que yo y que ellas).

Mi conciencia y mi juicio ha tardado mucho, mucho, hasta demasiado tiempo, para darse cuenta de que habia algo falsado en estos criterios. El ser humano crece y madura paulatinamente, es un ser historico y tiene que contar con el tiempo para llegar a su plenitud y a su madurez. Por esta razon yo actualmente creo que sea un sin sentido hacer votos y promesas de por vida. Es un juicio mio, que muchos pueden no condividir, y que puede ser equivocado, pero que de momento constituye mi conciencia a la que tengo que atenerme hasta cuando algo no me demuestre que me equivoco.

Yo no creo en una coherencia que nos ate de por vida: creo que toda nuestra vida tiene que ser una tension para entender la naturaleza que Dios nos ha entregado, con disponibilidad a rectificar cada vez que nos hemos equivocado. Y también con humildad para reconocer nuestros errores sin por esto dejarnos paralizar por ellos.

Cada cual encuentra en lo que lee en estas paginas del sito lo que busca: quien quiere encontrar odio y amargura y rebeliòn, a lo mejor puede encontrarlos en unas cuantas frases extraidas de su contesto. A mi, en cambio, me parece que abunden apreciaciones hacia los que se portaron humanamente, los que intentaron mediar entro lo istitucional y las necesidades de los que tenian enfrente, los que se encontraban en buena fe y hasta los no suficientemente listos como para enterarse de las contradicciones del sistema. Hasta son frecuentes las apreciaciones hacia las ideas madres que nos han ilusionado y atraidos a su tiempo y que continuan a dar sentido a nuestras vidas.

Tampoco faltan las asunciones de responsabilidad por nuestras actuaciones en los años en los que estuvimos dentro: serìa muy largo y demasiado complicado buscarlas en la abundancia de testimonios que se encuentran en estas paginas, pero solo para aludir a los mas recientes se puede ir a leer el testimonio del Nam Nam del 28.11.03, en el que el interesado intenta dar cuenta del entrelazamiento que todos vivimos entre las ansias de entrega y las dudas que poco a poco iban surgiendo acerca de la rectitud de tantas actuaciones que nos requerian".

Te agradezco, en cualquier caso, haberme proporcionado la oportunidad de explicitar mi dolor y mi arrepientimento por la vida pasada y puede ser que a lo mejor tu tengas alguna razon: hay que pedir perdón un poco más explicitamente, pero sin que esto nos quite la responsabilidad de denunciar y de poner los medios para que los errores no se perpetuen. Y sin quitarnos esta alegria sencilla de encontrar, al final, hermanos y hermanas con las que compartir el camino de la vida.

 

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