BAJANDO
DE LA NUBE
Enviado por Flanpan
-Bajando de la nube (30-1-2004)
-Sobre numerarios (4-2-2004)
-Sinfonía de un nuevo mundo
(10-2-2004)
-La papada del Padre (Manipulación
total) (28-2-2004)
-El manjar de los burros: La obra no
cambiará (3-2-2004)
Han pasado muchos años para mi
desde que deje la Opus, como dice Satur. Doce años
de ex-combatiente tras 17 años de numerario... La verdad
es que mi salida fue algo traumática, como todas, pero
mi recomposición posterior fue rápida y sencilla.
Nunca he tenido problemas de conciencia, ni he requerido de
psicólogos ni nada parecido. Tras mi marcha, que luego
resumiré, he tenido la suerte de alcanzar una vida
plena en todos los sentidos: sigo con Fe, católico
practicante, casado con una mujer maravillosa, tengo tres
hijos, desahogada situación económica, vivo
a gusto conmigo mismo y lo que me rodea, y doy gracias a Dios
todos los días por esta suerte. ¡Qué diferencia
con el oscuro panorama que me pintaron algunos antes de salir!
Estos doce años han sido un verdadero soñad
y os quedaréis cortos, pero doy las gracias a
Dios, y no a San Fundador.
Pero en todos estos años, muy rápidamente,
mi vida pasada de numerario ha quedado atrás, sin atormentarme
nunca, sin perder tiempo en pensar sobre ella. Nunca me he
sentido un ex-numerario. Me he sentido simplemente yo mismo,
y por lo tanto no me ha quedado rencor ninguno contra la Opus.
No sé si a otros les pasará lo mismo.
También por ello, nunca me he preocupado por relacionarme
con otros ex, ni por recabar información, ni por nada.
Yo había rehecho perfectamente mi vida y vivía
satisfecho.
Hace dos días, y por casualidad, he dado con esta
web. Prácticamente no he dedicado un minuto al trabajo.
Me ha enganchado de mala manera, hora tras hora.
Dos nombres con autoridad para mi -Cejas y Retegui- le han
dado una veracidad a esta página que de otro modo no
hubiera podido ser. Pero una vez dentro, y leyendo a Satur,
a Maria Angustías,
al informe del
Numerario a los Directores,... me he visto envuelto en un
volver a recordar tantas y tantas cosas. De golpe y de repente,
he visto claras muchas, muchas cosas que "vi pero no
vi" en mis 17 años de numerario. Leía cosas
que yo mismo podría suscribir sin cambiar apenas una
coma.
De repente me dí cuenta que esta no era una página
de panfletarios, de gente con inquina contra todo lo católico,
lo religioso,... No se contaban cosas fabuladas, historias
de terror inventadas. Se contaba lo que yo había vivido
día a día durante 17 años. Desde luego
que hay otros testimonios más dramáticos, otros
con finales apartados de la Iglesia o de Dios, ... lo siento
de verdad por ellos. Pero veo que hay sitio para todos. Veo
que todos se desahogan y cuentan cada uno su experiencia.
Ya he dicho que yo estaba, hasta hace dos días, feliz
y al margen de todo esto. Pero si no os escribo ahora, reviento.
He disfrutado y reído tanto, tantísimo con Satur
(tenemos la misma edad y seguramente habremos coincidido alguna
vez), he alucinado tanto con las parejas de curas en el drama
de Maria Angustias, que pienso que tengo obligación
de poner aquí mi grano de arena, que aquí va:
Tengo 43 años y gracias a Dios mucho humor. Del de
verdad. Soy hijo de supernumerarios de toda la vida, con hermanos
y hermanas y tíos supernumerarios. Hasta mi madrina
es supernumeraria. Fui chico de club. Pero lo
más de lo más. Desde niveles cero
a nivel 4: vamos, de 8 a 13 años. Mis compañeros
de clase del cole (de Fomento, claro), idem del lienzo.
Por supuesto que el mismo día que cumplí 14
años y medio, solicité la admisión. Yo
también quedé impresionado a tan corta edad
por la parábola del joven rico, pedí desde los
13 años el ut videam, pasaba todas las
tardes en el centro, después del cole, y por supuesto
que estaba claro que por mi carácter, talento
y posición mi vocación era de camión.
Total, que a mí ni me dieron la tabarra, ni me comieron
el coco, ni nada,... Yo tenía muy claro que del Club,
se pasaba al Centro, y que mis padres estaban felices, y que
esa era mi vocación. Todo mi entorno esta de acuerdo
con mi camino en la vida. Estaba claro que los 14 años
son la edad ideal para determinar el futuro de una persona
en la vida.
¿Pero quién se cree esto? ¿Los que dicen
que a esa edad se es muy maduro verían bien que una
persona de 14 años se casara o comprometiera eternamente
con una mujer para el resto de sus días? Pero claro,
con 14 añitos y un entorno adecuado, uno acaba viendo
lo que otros quieren que veas.
Así que este Flanpan, se alistó como numerario,
sin tener ni idea de lo que eso significaba, sin caer en la
cuenta de que ser numerario no era otro de los niveles del
Club, y sin saber nada de nada de la vida. Por
supuesto que lo de aspirante o no aspirante, era lo de menos.
Uno pitaba y desde entonces era adscrito,
una categoría bastante inferior a los residentes,
que eran mayores (20 años) y estudiaban carreras. Pero
tan de la Obra como cualquiera.
Nadie te decía que a los 18 podías ingresar
en la Obra: lo real es que desde los 14,5 años que
escribías al Padre te trataban y eras en
el día a día tan de la Obra como los residentes:
Plan de Vida, círculos, cilicios, apostolado,... todo
era lo mismo desde que pedías la admisión. Con
14 añitos habías trazado el camino de tu Vida:
sólo quedaba avanzar.
Tras 3 años de adscrito el bachillerato- y antes
de cumplir los 18 años, me independicé
y marché al Centro de Estudios. Tiene gracia lo de
independizarse a los 18, con unos padres que estando a favor
te pagan la pensión, te dan para gastos, te pagan la
carrera,... Eso no es independencia: es una TOTAL dependencia
moral. Todos te miran y esperan de ti que seas un buen numerario.
¿No será tan cabrón de dar un disgusto
a tus padres y decir que dejas la Obra?¡Pués
vaya disgusto para los papis!¿Cómo volver a
esa casa de superpapis después de semejante deserción?
¿Qué futuro te aguarda cuando TODO, todo tu
entorno respira y se llama Opus? Es tal esa presión,
que ni me planteé que no pudiera tener vocación...
porque de no tenerla, mi vida entera se desmoronaría.
En el segundo año de Centro de Estudios debí
haber dejado la Obra, pero por lo dicho anteriormente y por
mi total inmadurez mental, no fui capaz de hacerlo.
Fue mi primer año de carrera. Me acuerdo perfectamente
de mi primer día en la Universidad de Navarra. Había
un acto de Inauguración del curso o algo así.
Allí me encontré con uno de los muchísimos
del Cole que habían pitado y espantado a los dos o
tres años. Iba con su flamante novia y me la presentó.
Yo tenía 18 años y había estudiado toda
mi vida en un colegio masculino. Mi trato con las chicas era
cero patatero. Ella, muy normal, me dio dos besos. ¡Todavía
me sonrío al recordar el rubor, el recalentón
que me subió por todo el cuerpo mientras volvía
al Centro! ¡Una chica me había besado! Imaginaros
qué escena tan patética. ¡Vaya colifror
de invernadero que era yo! Pero en unos días de clase
te pones al día rápidamente, y te das cuenta
de que las niñas no muerden, de que ¡incluso
te contestan si les hablas! Vamos, te das cuenta a los 18
años de que el mundo no se compone sólo de Numerarios,
chicos de San Rafael y curas. Tremebundo.
Ese año, os decía a los que todavía
me aguanten, tuve que haber dejado la Obra, pero por las circunstancias
de mi entorno no fui capaz. De hecho, ni siquiera se me pasó
por la cabeza. Lo normal hubiera sido que al ver que mi cabeza
y mi corazón no seguían un mismo rumbo me hubiera
replanteado mi vida, me hubiera abstraído de mi situación
y hubiera tomado una decisión consecuente. Pero la
presión interna, las charlas, los curas patanegra,
los padres, todo ello me decía: ni plantearlo; está
claro que no debes abandonar tu vocación.
Al terminar el Centro de Estudios me tocó un buen
destino. Un Colegio Mayor de esos que si no tienes problemas
con los estudios hice bien mi carrera- te lo pasas de
cojones. Y perdón por la expresión, pero es
que éramos más bastos que un mamporrero. Fiestas,
tertulietas arreglando el mundo, viajes, esquí, marchetas,
escapadas del Colegio por la ventana,... La verdad es que
fueron unos muy buenos años. No doy por perdida mi
juventud universitaria, porque chicas aparte, no tenía
nada que envidiar a los demás.
Terminada la carrera me cambiaron de ambiente,
y me tocó trabajar en otra ciudad en labores internas.
Allí estuve hasta que dimití.
Las labores internas. El mundo del trabajo. ¡Cuánto
hay que hablar de todo esto! Qupe vergüenza de preparación
para el mundo laboral recibí en la Obra.
Durante los años de carrera, en el Colegio Mayor, no
tuve otra ocupación que
estudiar y pasarlo bien, pero ¿pensar en el futuro
profesional? Otro error mayúsculo de la formación
que por lo menos yo recibí. Todos mis compañeros,
en sus últimos cursos de carrera iban marcando sus
metas, estudiando sus salidas profesionales. Mientras tanto,
yo estaba muy preocupado por la siguiente fiesta del nuevo,
o por dónde iba a hacer el curso anual. Estaba en último
curso de carrera y era un perfecto inútil e ignorante
de lo que se me venía encima.
Total, que los dires pensaron que lo mío era una labor
interna. Creo que para entonces ya había dado muestras
yo de cierto espíritu independiente, de salidas nocturnas
de copas (inocentes), de manifestaciones rebeldes (por
supuesto que yo nunca me haré cura, ni que me lo pida
el Padre ni nadie), ... y debió de parecer un
buen destino el de las tareas internas.
Sobre numerarios
Os decía que a lo largo de los años de carrera
y de Colegio Mayor, había ido definiendo mi propia
Personalidad de Numerario, y que por ella, pienso que me habían
buscado un destino recatado. Pero lo de la Personalidad de
Numerario merece un capítulo aparte.
Creo que todos -me encanta decir creo, cansado
de mi tic interno de sustituirlo siempre por pienso:
¡hasta en el estilo de redacción llegaban las
uniformidades!-, creo que todos, decía, sabemos y hemos
notado lo que es la química en las relaciones
(el trato según el estilo propio)
personales: ves a alguien, un jefe, un cliente, un camarero,...
e interiormente y sin darte cuenta, le otorgas una aprobación
o reprobación previa. En la Opus ocurría algo
semejante. Llegaba el nuevo director del centro, y... ¡mierrrrrrda!,
¡vaya tio más pureta y proto! O en un curso anual,
de esos de hidropedal y langosta en la cena de Navidad, veías
bajar a unos tíos de un coche en el día de llegada
y te decías ¡esto promete... vaya tíos
cachondos! Al final, en la situación en que estuvieras,
al poco de convivir con alguien, te dabas cuenta de qué
Personalidad tenía. Y la verdad es que aunque las generalizaciones
pueden ser inexactas, al final hay unos tipos que siempre
se repiten. Algunos de los distintos grupos que se podían
distinguir eran:
Numerario Pijo. Dícese de aquel numerata
que vestía (eran otros tiempos) con cazadora burberris,
zapatos sebagos, polos lacoste, engominados
o no, y con colonia pacorabane. Más tarde
cambiaron los sebagos por los lotuses,
pero lo de las marcas da igual. El resultado era que iban
siempre muy limpios y guachis, con las rayas de los pantalones
hiperplanchadas, y las chaquetas de pura lana sobre los hombros,
todo siempre de muy buena marca. Entre estos cabía
distinguir los numes Pijos Mandamases y los numes Pijos Mandanada.
Los Mandamases, eran o bien de la Delegación o de la
Comisión, o bien supermatadoresnumerosuno de algunos
centros. A estos había que añadirles a su vestimenta
un pedazo de pluma, por supuesto Montblanc nosequé,
y por supuesto no se sabe de donde había salido. Con
estos Mandamases ¡mucho cuidado! Te miraban con superioridad,
y si te cogían por el codo y te decían tienes
un momento, había que temblar. Los Mandanadas
eran pura fachadilla y poco más.
Numerario Pobre. Estos eran los que además
de estudiar la carrera trabajaban de lo que fuera en sus ratos
libres, ya que sus padres no les podían o no les querían
mantener. Eran pobres pero honrados. Colonia S-3, ropa muchas
veces de recuperación (un armario insondable),
y sonrisa eterna. Eran tíos con un par de guevos
que cuando tu estabas tomando el sol en la piscina, ellos
estaban recortando el seto del jardín. Ejemplares y
muy entregados.
Numerario Raro, raro. Lo de raro es más
antiguo que el Doctor. ¡Vaya tíos raros! Esta
clasificación tendría muchas subramas: el de
las extrañas enfermedades, el de los expertos en apariciones
marianas y el más allá, el que nunca hablaba
y casi no se veía, el que estaba siempre en el centro
y no se sabía a qué se dedicaba. Para ser gente
corriente hay que ver la cantidad de gente rara,
rara, rara que se concentraba. Mucha más que
en mundo exterior, desde luego.
Numerario Famoso. Algunos numes eran famosos,
muy famosos dentro de la Obra. Todo el mundo sabía
de ellos. Que si en el Univ había hecho esto o lo otro;
que si en tal ocasión había... Daba igual. Podía
ser famoso por haberle pitado diez o por haber hecho diez
carreras. El caso es que era alguien de quien uno podía
tener a gala haber conocido y tratado.
Numerario Pureta. Los tipos se mezclan, y podría
ser a la vez Pijo, Pobre o Famoso. Pero era de esos que iba
siempre con la Finocam en una mano y el Rorario en otra, rezaba
siempre las tres partes, no fallaba en el beso
a la cruz ni en la carta mensual al Pater, y si soltabas un
taco o un chiste verde te hacía una corrección.
Había que evitarlos en los cursos anuales, y si se
te apuntaba a una excursión la habías cagado,
porque ni baño en la playa, ni tapeo con pescadito,
ni na...
Numerario Progre. Estos eran los
que se había apuntado a la libertad de espíritu.
No hay que confundir con los numes Cachondos, que eran los
que se limitaban a hacer gracias en los chous,
pero que acabados estos podían ser los más férreos
patanegra. Los Progres las procuraban matar callando.
Conseguían ir a los mejores cursos anuales, se montaban
las mejores excursiones alternativas, desaparecían
las fiestas después de la Bendición, y llegaban
justo para el comienzo de la tertulia de la noche. Los planes
podían ser ir a montar en avioneta, asistir a la fiesta
privada de una empresa, acudir a una montería o a la
matanza de un cerdo, ir a la finca de un super a montar en
sus purasangres o irse de cachondeo al pueblo más cercano
a jugar al mus y jartarse de güisqui. Los planes también
se podían alargar, y entonces se llamaban convivencias:
Esquí en Sierra Nevada, Perú Solidario, Venecia
Clásica,... Pero además de planacos,
los Progres lo eran de verdad. Pensaban de otro modo, y eso
hacía que vistieran, hablaran, se relacionaran y comportaran
de otro modo: más normal, más del
mundo. ¡Hasta algunos parecían gente
normal de la calle! ¡Hay que ver qué progresía!
¡Atreverse a vestirse y comportarse como uno de fuera!
También los había progres pero con
minúscula: estos eran como los Progres pero con menos
planacos, lo cual no impedía que en cuanto
se conocían o coincidían sintonizaban automáticamente.
Me he extendido un poco, pero lo que quería decir
es que dentro de la Opus, el ganado lo éramos de los
más varipinto, y que los que sintonizabamos en una
misma onda solíamos juntarnos en cuanto había
ocasión. Como desde arriba se acaba viendo
todo, al final te ven venir y te intentan reconducir.
En mi caso, yo podría encasillarme dentro de los progres,
y pienso que me cambiaron de ciudad para ver si con
el inicio de la vida profesional (en una dele!) se me asentaba
un poco la cabeza. De hecho, me decían muchas
veces que tenía que dejar de jugar a hacer la
Obra y tomármelo en serio. Nunca entendí
bien lo que eso significaba: ¿ir con la americana encima
de los hombros?
Pero el resultado de mi traslado a la nueva ciudad, lejos
del ambiente donde siempre había estado, me abrió
las puertas a un mundo sin estrenar. Como ya son horas de
comer, lo dejo para nueva ocasión.
SINFONÍA EN UN NUEVO MUNDO
Estaba de estreno. Me acuerdo perfectamenete del día
en que llegué a la ciudad de mi nuevo destino. Todo
era nuevo para mí. Después de años, muchos
años -23 años- en una misma ciudad, donde al
final todos te conocen y conoces a todos, donde todo está
previsto, donde todos saben que eres del
opus y que si te acercas a ellos es para trincarlos,
donde si haces algo menos conveniente al día siguiente
lo saben en delegación,... después de tanto
control, llegaba a una ciudad que me desconocía, y
que yo tampoco imaginaba a dónde me iba a llevar.
El autobús enfilaba la avenida principal, y recuerdo
perfectamente la imagen primera de esa avenida. Las otras
tropecientasmil veces que la he cruzado, la he sentido de
un modo distinto. Aquella mañana era de estreno. De
la parada del bus al centro de viejos en taxi. Y después
de tomar posesión de mi cuarto -¡para mí
solo!... y con baño!- corriendo a trabajar a la dele.
Pero no es del trabajo mismo de la dele de lo que voy a hablar,
que uno tiene a mucha honra lo del secreto profesional, y
por entonces ese era mi trabajo. Ahora bien, de lo que no
era el trabajo propiamente dicho, sí que se puede hablar
y mucho, pero en otra ocasión.
A los pocos días de llegar tuve la fortuna de ser
trasladado a otro centro de viejos, pero menos. Y me tocó
la suerte de tener que atender un centro donde había
gente universitaria, más o menos de mi edad. Allí
fue donde por primera vez en mi vida empecé a disfrutar
de la Amistad sin aderezos extraños. Nunca hasta entonces
había tenido amigos-no-instrumentalizados (salvo en
la mili, de la que ya hablaremos). Los amigos eran siempre,
desde los 14 años, un objeto- para-hacer-apostolado-sobre-ellos.
Y ete aquí que a mis 23 añitos descubro lo estupendo
que es irse de cañas y hablar de fútbol, de
cine, de coches o del alcalde, sin tener que estar pensando
a ver cómo meto ahora la cuña de por cierto,
¿por qué no te vienes a la meditación...?
Hice muy buenos amigos que no me señalaban como el
del opus, aunque todos sabían perfectamente que
lo era. Además, varios acabaron viniendo a los medios
y demás. Pero eso sí, sin presiones ni chantajes.
Además, del mismo modo que ellos venían donde
yo, yo iba donde ellos. Salía a comer, a cenar, me
iba a sus casas, muchos días tapeábamos,...
Había descubierto lo que era la calle,
el mundo real...
La verdad es que todo esto duró bastante. Justo hasta
mi salida de la Opus. Me pitaron dos amigos y tres novias
de amigos. Y digo me pitaron ellas, porque el que las condujo
fui yo. Pero finalmente, este descubrimiento del mundo, de
la amistad, de la calle, acabó por hacerme salir de
mi particular armario (ojo, que uno es muy macho).
Mi armario desde la más tierna infancia (a mi parecer
8 años es infancia) había sido nuestra SantaMadreLaObra.
Todo en mi vida estaba preparado para que yo permaneciera
muy fiel dentro de ese armario. Pero la verdad termina por
salir. Verme alejado de ese ambiente tan opus-opus-opus, de
mi anterior ciudad no hizo sino hacerme caer en la cuenta
que como juego el asunto había llegado ya muy lejos.
Uno podía querer mucho a sus papis y hermanos, todos
de la Obra, y uno no quería darles un disgusto, pero
lo que uno no puede hacer es joderse la vida y hacerse un
amargado por evitar un disgusto a la familia. La lejanía
física a mi familia de sangre me ayudó
en ese sentido. Conseguí tomar distancia. Conseguí
vislumbrar que sí que había Vida fuera de la
Obra.
Mi crisis no consistió en no poder soportar el yugo
de los directores incompetentes, que los había. No
consistió en ver que la Obra no era exactamente como
Dios quería. Yo no me peleé con los directores
para que cambiaran la Obra. Yo me había ido solucionando
mis problemas a la chita callando. Me había ido acomodando
a los criterios y había ido sorteado los que no me
convencían. Pero la verdad es que nunca pensé
en irme porque la Obra no fuera lo que yo pensaba que debía
ser.
Yo simplemente me fui porque llegó un momento en que
consideré que ya estaba bien de jugar a
hacer el opus, ya estaba bien de cumplo y miento. Yo ya no
quería estar allí. Lo que había empezado
como un juego a los 8 años en un club, se había
prolongado durante más de 20 años, haciendo
de mi un hombre que seguía jugando en la obra. A los
18 años no tuve cojones (perdón por la expresión)
de decir hasta aquí hemos llegado. Pero
ya en la treintena las nubes de mi mente comenzaron a despejarse.
Me había convertido en un hombre-niño. Pero
el hombre comenzó a despertar.
En la Opus todo debe consultarse. Y yo empecé a consultar
cosas que debía ser muy disparatadas. Me voy un fin
de semana a casa de un amigo. Me voy a otra ciudad a la boda
de un primo. Me voy a... Y empezaron los noes. Y yo empecé
con mis síes, y con mi cojo y me voy, y
con mi más vale pedir perdón, que pedir
permiso, consultando los planes después de haberlos
concluido. El mal ambiente comenzó a respirarse. Encima
me toco un centro de viejos con director capullo -no le quito
ni una letra-. De puertas adentro las cosas empeoraban. Y
de puertas afuera...
De puertas afuera encontré mi media naranja. ¡Bendito
Dios que me la trajo hasta mí! No creo que haya una
suerte más inmensa en este mundo que encontrar a alguien
que sintonice perfectamente contigo y quiera recorrer el camino
a tu vera, verita, vera. Fueron unos meses apasionantes. Clandestinidad
al principio y destape más tarde. Por primera vez se
me habría un futuro donde el soñad y os
quedaréis cortos tenía sentido. Yo llevaba
17 años soñando y ni me había quedado
corto ni largo. Estaba plano. Y de repente descubrí
que había tres dimensiones, y supe lo que era la alegría
de trazar tu propio futuro, hacer planes, ilusionarte por
algo... Un nuevo mundo se habría ante mi.
Mi planteamiento con los directores fue claro. Esto me pasa:
no quiero seguir en la Obra, y me voy. Tengo un proyecto de
vida mucho más ilusionante que seguir jugando a ser
un numerario majete que sintoniza muy bien con sus amigotes
y que se realiza a si mismo dando los círculos en vaqueros.
Ya está bien de jugar a nume progre. Ya está
bien de pensar en ¡qué dirán mis
padres!. La respuesta que me dieron ya la sabéis
todos: esa chica no te va a durar un respiro; la condenación
llama a tus puertas; estás tirando la vocación;
vas a ser un desgraciado; etc. Pero llega un momento en que
todos esos argumentos no bastan para mantenerte dentro de
la barca. Llega un momento en que uno se asoma
por encima de la empalizada mental en la que está encerrado,
y ve que el mundo no se reduce a lo que sale en Crónica.
Así que tras mucho pensarlo, rezarlo, hablarlo con
Dios, consultar con un cura del centro que era muy majete,
hablarlo con el dire del último centro en que estuve
(que era muy majete),... me enviaron a un Curso Anual, a ver
si me venía la Luz.
Y vaya que si me vino. No se les ocurrió decirme otra
cosa en el Curso Anual que a mi vuelta tenía que hacer
las maletas y marcharme a otra ciudad lejana, que estaba muy
cerca de la de tus padres... Aquello fue el puntillazo.
A mi vuelta al centro tuve justo tiempo de escribir una carta
al Padre (a mí ni me la hicieron repetir ni nada: la
escribí y la dejé sobre la mesa de mi cuarto),
hacer una maleta y marchar a mi ciudad natal donde dije a
mis padres que esto había: me largaba de la Obra.
Me alquilé un pequeño apartamento, y me puse
a esperar a que llegara mi dispensa, que tardó unos
meses y me llegó en un día de fiesta señalada
para la Obra: una fiesta A superior. Aquello sí que
fue una fiesta para mí. Ese mismo día acudí
a por mi piedra (ya os explicaré yo lo que es la piedra)
y ya llevamos más de doce años de perfecta sinfonía.
Esto sí que ha sido soñar y quedarme corto.
Cuantas luchas, cuantos problemas, cuantos apuros económicos,
cuantas satisfacciones, cuanto cariño, cuanto hemos
levantado juntos, cuanto nos queda por delante, cuanto bueno
hemos dejado atrás, cuanta ilusión nos queda
todavía. Todo esto, estos doce años de excombatiente,
no tiene parecido alguno con el panorama desolador que me
plantearon ante mi salida. La realidad no se parece nada a
lo que te pintan.
Me he dejado muchas cosas en el tintero, que se refieren
a cómo he visto yo el modo de vivir dentro de la Opus,
y que a la luz de la vida fuera adquieren un nuevo
relieve. Pero habrá que ir poco a poco.
LA PAPADA DEL PADRE (Manipulación
total)
Hoy quería tratar el consabido tema de la manipulación
TOTAL de la realidad,
tanto de puertas a dentro como de puertas a fuera.
La verdad es que desde que me fuí de la opus hace 12
años había permanecido ajeno a lo que acontecía
en la santa casa. Ahora, desde que conozco Opuslibros, he
merodeado un poco por las páginas "oficiales"
y "oficiosas" de la opus y el panorama es de risa.
Creo que en estos 10 últimos años el mundo ha
cambiado mucho, pero lo que ha sido una revolución
ha sido internet. Con la Red, la posibilidad de conseguir
información se ha multiplicado hasta límites
impensables. Ha sido un salto cuantitativo nanogaláctico.
Y la opus se ha dado cuenta, se ha puesto al día y
se ha presentado al mundo a través de distintas web.
¿Pero qué imagen presentan las web oficiales?
Me parece que o ha cambiado el opus o yo no me enteré
en 17 años de qué iba la película. Aquí
van unos botones de muestra:
De la web Opus Dei: "Las autoridades del Opus
Dei se preocupan de promover la unión de todos los
fieles de la prelatura con los pastores de las diócesis,
procurando especialmente que profundicen en el conocimiento
de las disposiciones y orientaciones de los obispos diocesanos
y de la Conferencia Episcopal, de modo que cada uno de ellos,
de acuerdo con sus circunstancias personales, familiares y
profesionales, las lleve a la práctica".
Hermanos míos, en 17 años de estancia en la
santa casa, JAMAS, NUNCA, NEVER, escuché en alguna
charla, circulillo, admonición, homilía, meditación,
arenguilla o similar, NINGUNA "de las disposiciones y
orientaciones de los obispos diocesanos y de la Conferencia
Episcopal". Nunca nadie "procuró que se profundizara
en el conociemiento" de ello. ¡PROFUNDIZAR! No
dicen que se lean las cartas pastorales: dicen que se "profundiza"
en su conocimiento. O mienten, o todo ha cambiado y antes
se hacía mal pero no se reconoce. Yo creo que mienten:
de profundizar nanai. A ver si alguno de los ex combatientes
más recientes me aclara si hubo o no hubo cambio.
De la web Opus Dei: "La formación que
se imparte a la juventud hace hincapié en el crecimiento
de la vida espiritual y de las virtudes humanas, en el trabajo
y el servicio a los demás, y tiende a favorecer el
desarrollo de la personalidad de cada uno, impidiendo la creación
de un "espíritu de grupo" cerrado y exclusivo".
¡Alucina con tu vecina! Ahora la opus se dedica a "impedir
la creación de un ESPIRITU DE GRUPO". ¡Pero
si fué por ese ESPIRITU DE GRUPO por lo que yo ingresé
en esa Casa a los 14,5 añitos! Vaya si éramos
un grupo: nos llamaban en el cole los "pitufos",
por eso de ir todos igualitos y de no aparecer pitufas. Y
qué decir del look "numeraria", y del look
"cura de casa",... ¿Ha cambiado algo? ¡Que
alguien me lo cuente porfa!
De la web Opus Dei: "Quien solicita incorporarse
al Opus Dei lo hace movido por una llamada divina"
¿Divina? ¿MOVIDOS POR UNA LLAMADA DIVINA? A
mí me movieron con muchos ARGUMENTOS de sobra conocidos
a los que pitamos a los 14 años. He visto pitar a muchos.
Pero llamada divina: pocas. muy pocas. Los que solicitaban
la incorporación era por la tozudez del proselitas
de turno, y por la buena intención y deseos de servir
al Dios del interesado. Pero no recuerdo de nadie que dijera
que estaba allí por haber recibido una llamada divina.
De la web Opus Dei: "De acuerdo con el derecho
canónico, nadie se incorpora jurídicamente al
Opus Dei si no es mayor de edad (18 años o más)".
¡Cojones! ¡A mi me engañaron! Resulta que
yo pensaba que fui de la opus 17 años y ahora debo
restarle 4 años a mi estancia, ya que hasta los 18
YO NO ERA de la opus. Por qué no lo dicen más
claro: desde que se pedía la admisión a los
14 años TODO, TODO, TODO, normas, cilicios, desarraigo
familiar, círculos, confidencias, apostolado, proselitismo,
TODO era lo mismo que a los 24 años. Lo jurídico
será lo que sea, pero la praxis es que la "INCORPORACIÓN"
a la opus se hacía desde los 14 años. Si a mí
y a muchos nos hubieran intentado captar a partir de los 18
años no nos hubieran metido ni a rastras.
De la web Opus Dei: "El vínculo con
la prelatura cesa al terminar el plazo de vigencia de la convención,
o antes, si el interesado lo desea, de acuerdo con la autoridad
de la prelatura. La salida legítima de la prelatura
lleva consigo el cese de los derechos y deberes mutuos".
Amigos míos: ¿dónde están las
puertas del infierno? ¿dónde se esconden las
litronas de rejalgar? ¿dónde se dice: "a
la salida de la Prelatura los interesados beberán rejalgar
hasta jartarse y pasarán a disposición de satanás
después de unos años de desdicha continua en
la tierra"? ¿dónde se dice: "los fieles
que ABANDONAN SU VOCACION pueden pedir la dispensa de los
compromisos al Prelado"?
Resulta que en el apartado anterior se hablaba de FIELES
DE LA PRELATURA, llamados por Dios,... y una página
después se pasa a la condición de INTERESADO
"el interesado puede incorporarse temporalmente...
proporcionar al interesado una asidua formación ...
Por parte del interesado, lleva consigo... si el interesado
lo desea..." Parece que estamos hablando de un tema
de derecho civil o administrativo: "el interesado".
¡Ahora resulta que fuí un interesado! Pero vamos
al tema: que pintan la salida como quien se borra del club
de pinipon. Y de la penas del infierno no dicen ni mención:
vaya, vaya, vaya,... raro, raro, raro,... aquí hay
gato encerrado. Estamos en lo mismo: o todo ha cambiado, o
se sigue mintiendo dando una imagen que no se parece ni a
los forros.
De la web Opus Dei: "Los voluntarios del Club
Universitario Plaza de Cuba, en colaboración con la
ONG Cooperación Internacional están convencidos
de que sí, y, para demostrarlo, nada mejor que predicar
con el ejemplo. Durante toda una semana, han dedicado varias
horas al día a pintar y arreglar algunos desperfectos
en tres casas que, por unos motivos o por otros, los propietarios
no pueden arreglar. Los voluntarios, alrededor de una veintena,
son jóvenes universitarios que tienen muy claro que
la mejor forma de solidaridad es la acción. Aunque
el proyecto de rehabilitación de viviendas ya haya
terminado, los universitarios de Plaza de Cuba están
dispuestos a reanudar otras actividades de índole social,
como las visitas a familias necesitadas durante los fines
de semana."
¿Pero qué paza, qué paza? ¿A dónde
vamos a ir a parar? Este no era mi opus: de verdade que no;
de ninguna manera NO. A los pobres se los visitaba para hacer
APOSTOLADO con los chicos que te acompañaban. Pero
NO IBAMOS A RESOLVER LOS PROBLENAS SOCIALES DE NADIE: PARA
ESO ESTABA EL ESTADO. Ahora resulta que los opusinos son SOLIDARIOS.
La opus debería hacer su propia ONG: "numeratas
sin fronteras". ¿Pero podrían ayudar sólo
a pobres-varones? Cuanto ha cambiado la opus. No me extraña
que Satur se pregunte tanto qué
es la opus.
"(...) llega La huella de Dios, el tercer
cómic sobre la vida de san Josemaría Escrivá".
Bueno, esto ya es total: ¡un cómic! Envío
a los Orejas una viñeta que sale en la web. No tiene
desperdicio: bajo la viñeta del Sanfundador hay otra
viñeta donde sale una monisma chavala a la que le han
plantado un texto sobre la pechambre no sea que alguno se
vaya a excitar: ¡que fuerrrrrte!
De la web Opus Dei, (hablando del Sanfundado: "Reaccionaba
ante las incomprensiones con sentido de la caridad y de la
justicia, con amor a la verdad y corazón grande. Esto
era lo que aconsejaba ante circunstancias similares, que se
presentan, en mayor o menor medida, en la vida de todos los
hombres:
No juzgues a los demás;
no ofendas ni siquiera con la duda;
ahoga el mal en abundancia de bien;
siembra lealtad, justicia y paz;
pasa por alto las interpretaciones torcidas;
habla cuando pienses en conciencia que debes hablar;
perdona, siempre, pronto, y todo con la sonrisa en los
labios;
y deja todo en manos de nuestro Padre Dios.
Justo, justito, lo que todos hemos vivido.
Por último, y para justificar el titulín, una
animaceta personal en torno al control, manipulación
y falsedad documental: LA PAPADA DEL PADRE.
La Papada del Padre no es que el Padre (D. Alvaro) se fuera
a ver al Papa. Es que el Pater tenía papada: logico,
normal, a mucha honra,... Pero ete que te ete que un día
veo en Crónica una peazo de foto en la que burdamente,
sin fotosop ni similares, habían retocado la foto a
lo basto (con pinturita?) haciendo que la papada del Padre
desapareciera. ¡Alehop! ¡Liftin total! ¡Barato,
barato! ¡Pintura milagrosa! ¡Hay que ver qué
joven y guapo luce el Pater! ¿Alguno no se ha conmovido
al ver al Papa babear, arratrar su cuerpo y no poder controlar
su mano? ¿No es esto mucho más humano? ¿Es
pecado tener papada? ¿Es una deshonra lucir carne flácida
bajo la mandíbula? Vaya cabreo me cogí. La Crónica
sería de finales 80 o primero 90. Allí estará
(o no?).
Pero mira por donde que un día de esas fechas coincidí
con Be.A., a la sazón "fotógrafo"
oficial de la Cosa, y al preguntarle por semejante gilipoyez
me miró con cara de "yo hago las fotos, pero luego
unos cabrones las retocan: no me mentes la tema, que da sobre
herida". Asín que en Roma debía haber una
censura "estética" sobre las fotos, y cuando
así parecía liftin que te crio, que el papel
todo lo aguanta.
Todo esto se resume en una palabro: MANIPULACION.
Al tal Be.A. las cosas le acabaron regulín, según
tengo entendido. La cabeza a veces no aguanta todo lo que
le eches.
Hasta más ver.
EL MANJAR DE LOS BURROS: LA OBRA
NO CAMBIARÁ
No sé si algunos de los más leídos o
escribidos de esta grata tertulia recordarán el origen
de la parábola, fábula o lo que fuese, sobre
el festín del caballaje en las cuadras de un palacio.
Era algo así:
Era que te era, una fastuosa fiesta en un fastuoso palacio.
Acudían gentes ricas y famosas a bordo de sus estupendos
carruajes tirados por fermosos ejemplares equinos. Los caballos,
mulos y burreríos quedaban relegados a las cuadras,
mientras sus flamantes dueños subían las escalinatas
de palacio y se zambullían en una orgía... (perdón)
... se introducían en los maravillosos salones poblados
de variadísimos bufetes de montaditos de lomos, tintorro
gran reserva, pata negra del mejón, angulillas de verdad,
pastelitos de pitiminín y capuchinos con bombones,
que iban degustando entre baile y baile, de salón en
salonete, mientras sonaban las orquestas, que varias había...
y de lo mejorcete.
Pues bien. Escuchando estaban la algarabía, las mulas
y jacas de la caballería, encerradas y sin poder moverse
de sus pesebres, mientras alfalfa comían y comían,
cuando una de ellas dice a las otras, a tenor de la música
referida: ¡Hay que ver lo bien que se lo deben estar
pasando nuestros amos! ¡Cómo de alfalfa deben
ponerse! ¡En qué estupendos pesebres deben recostarse
este día!
Esto viene a cuento de que cuando uno está inmerso
en la santa Causa, es incapaz de vislumbrar la mugre que se
está comiendo (a veces: que no todo lo es) y lo rico
y saludable que puede ser otro tipo de alimentación.
Sólo cuando uno está fuera puede apreciar en
su verdadera magnitud lo bueno y lo malo de la Causa, asombrándose
de lo tonto y crédulo que ha sido al pensar que los
mejores manjares se reducían a alfalfa y más
alfalfa.
Creo que queda muy claro que no me estoy refiriendo a que
dentro de la opus uno es un reprimido y que al salir de allí
uno descubre los placeres de la carne y de la vientre. Me
refiero a la cerrazón mental que la Formación
y el Ambiente opusinos nos imponían. Esa cerrazón
mental agrabada en las personas que, como yo, desde la más
tierna infancia estuvimos inmersos en ese ambiente y que a
partir de los 14 años ingresamos bajo la tutela del
Sanfundador. Esa cerrazón que hacía que pensáramos
que nosotros éramos los elegidos, el resto de Israel
en medio de un mundo que se apartaba de Dios. Esa cerrazón
que nos hacía mirar por encima del hombro a los chicos
que acudían a reuniones de la parroquia, a los curas
que "no iban de sotana", a los colegios de religiosos
"vendidos a la secularización"... a todo
el mundo, en definitiva, que no fuera Nosotros.
Los opus no salen de sus cuadras mentales. No salen porque
no se les deja salir. Pienso que ni siquiera se les deja escuchar
la música del palacio. Y por ello acaban pensando que
el mundo ES como ellos piensan que es. Y piensan que la Obra
es de Dios, y que todo es divino, y todo lo que vino por Sanfundador
es palabra de Dios. Amén. Amén.
Cuando estás dentro esto es así. No hay margen
para la disensión porque a la gran mayoría ni
se le pasa por la cabeza que las cosas puedan ser de otro
modo. Sin embargo siempre hay algunas mentes más preclaras
(la mía no: yo fui un burro durante 17 años
antes de salir y durante muchos años después
de egresar), como las de D.Antonio o las de algunos que estáis
aquí. Siempre hay algún burro -con perdón-
que se atreve a levantar la voz y reconoce que hasta un bocata
de lomo con pimientos está mejor que la alfalfa. Y
eso no se puede consentir. No se puede permitir que un burro
alborote el establo.
Si no recuerdo mal, el libro "Juan Salvador Gaviota"
(habría que ponerlo en los libros que pueden ayudar)
era un libro "desaconsejable". Recuerdo haberlo
leído a los 15 años, y no entendí cuál
era la razón de su maldad. Más tarde me di cuenta
de que el que una gaviota se separe del resto y no haga lo
que todas han hecho siempre (ese es el resumen del libro...
que yo recuerde) es un ejemplo funesto, algo que no se puede
permitir en la santa Causa.
Así las cosas, veo muy difícil que la Obra cambie.
Revolución interna nunca habrá: la gran mayoría
ve su alfalfa como lo más y lo mejor; una pequeña
minoría que se da cuenta de que "hay algo más"
o de que las cosas "deben ser de otro modo", se
ve relegada al ostracismo, a la reclusión o a la expulsión.
Revolución desde arriba es muy difícil. Los
que han llegado arriba tienen tal panzada de alfalfa y de
sanfundador, que están convencidos de que lo que hacen
es lo bueno. Peor aún: creo que están convencidos
de que hacen lo Mejor, y que no hay otro modo más optimo
de hacer las cosas.
Revolución desde fuera: Nosotros. Nosotros no existimos.
No somos nadie. De ser algo, somos unos Resentidos, unos Crápulas,
unos Soberbios, unos Mentirosos y Calumniadores. Con estas
etiquetas nadie nos va a invitar a un Congreso General.
La santa Causa no va a cambiar. Pienso que sí se pueden
producir algunos ajustes, que se ponga un poco de aceite de
oliva a la alfalfa (se dirá que es un cambio debido
a que se ha descubierto que potencia el sabor de la alfalfa;
no se dirá que era a causa de que la totalidad de la
burrería llevaba años sazonando la alfalfa,
y que "quedaba mal" que no se hiciera lo mismo).
Las numerarias acabarán fumando, los curas vistiendo
"cleirman" en las tertulias y todos los numerarios
utilizarán móvil. Pero harán todo eso
dentro del "pensamiento único". Serán
nuevos ingredientes de la alfalfa.
No hay más que ver a los Miembros que de vez en cuando
nos visitan, o a los simpatizantes bienpensantes: rezuman
alfalfa por los cuatro costados. Les es imposible aceptar
que haya cosas negativas en su Establo o en su Menú.
No puede ser y ya está. Todos los que no estamos en
su Establo somos unos pobrecitos sin razón, sin sentido,
sin verdadera comprensión de la Existencia y del Mundo.
Y por supuesto resabiados: muy resabiados.
Desde fuera, desde el palacio o desde las chabolas, seguiremos
viendo con risa (o con pena) los establos donde esos pobres
mulos se creen que su cuadra es el mejor sitio para vivir
y para morir.
Mientras tanto, los que estamos fuera y estuvimos dentro,
seguiremos disfrutando del mayor regalo que hizo Dios a nuestra
naturaleza: LIBRE ALBEDRÍO. Ojalá sepamos administrarlo
para el Bien, y en el Juicio Dios nos diga: Tú si que
eres obra mía.
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