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CORRESPONDENCIA
Miércoles, 18 de Mayo de 2016
Desde Brasil.- Zil
Estimados amigos,
Yo soy brasileño, y conosco el Opus Dei, porque por muchas veces me confesé con un excelente sacerdote de la Prelazia.
Por algunas razones yo me afasté, incluso porque una vez critiqué el Papa Francisco I, y el sacerdote se puso nervioso.
Bueno, yo pensé en retornar al Opus Dei, y escribí al sacerdote, y este chico me ha respondido de manera seca, brusca, diciéndome que no tenía más condiciones de recibirme para las direcciones espirituales, porque sus horarios se cambiaron.
Confieso a vosotros que ahora me siento huérfano, porque en mi ciudad es casi imposible encontrar un sacerdote de derecha, conservador, y que tenga tanto conocimiento de la fé católica. Yo soy bastante a la derecha, y por eso, por primero, busque el Opus Dei.
Ahora que no tengo más aquél excelente sacerdote siéntome solitario... ¿Es eso un sentimiento común a los que se afastan o son afastados del Opus Dei?
Es una sensación de abandono... algo como: el único sacerdote católico de mi ciudad no quiere y no puede hablar conmigo... ¿Y ahora?
Parece que ellos crean una imagen de que son maravillosos en doctrina católica, espectaculares en dirección espiritual, impresionantes en filosofía y teología, o sea, crean una imagen de que son indispensables y únicos. Y eso es certamente un elemento importante en una secta, para estimular el miedo en las personas: "sin nosotros, los sacerdotes del Opus Dei, vosotros no son nada"!
Muchas gracias.
Y perdón por los errores en el español.
Zil
Un Papa evangélico.- Manzano
No hace falta que nadie defienda a este Papa, el sólo es capaz de hacerlo. Otra cosa es que no guste a quienes están petrificados en el pasado, estancados en una formateada conciencia, a veces con intereses inconfesables, habiendo sido otros muchos víctimas a una temprana edad de una estafa espiritual que los inhabilita para ventilarse y crecer. Incluso los hay, muy piadosos ellos, que piden a Dios para que quite de en medio a su actual representante en la tierra, rezan para desaparezca cuanto antes....
Es probable que el papa Francisco sea el Pontífice más importante de la historia vaticana y compartirá podio con los grandes líderes mundiales. De momento este argentino de porte amable y verbo potente ha puesto en jaque los cimientos del poder eclesiástico con una carga de profundidad que es demoledora: recordar las raíces humildes de su apostolado. Y aunque esta afirmación parezca de manual, convertirla en exigencia vital es, sin duda, una auténtica revolución en el territorio del boato y la púrpura.
En la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Italiana pidió al clero católico que abandone las propiedades no dedicadas al culto y los exhortó a un estilo de vida "simple y esencial", alejado de "narcisismos y celos clericales", o sea, alejados de la ambición del poder.
La figura del sacerdote debe estar cerca de los humildes, "en una caridad pastoral que los vuelve libres y solidarios". Francisco pide a los pastores de la Iglesia lo nunca visto: que vuelva el mensaje de Jesús y vivan en consecuencia, pide que dejen por el camino las riquezas acumuladas.
Y mientras dispara al corazón de la corrupción sistemática de las jerarquías eclesiásticas (a los de Opus Dei ya no les gustará tanto decir ahora que pertenecen a esa jerarquía) recordando el apostolado básico de su fe, Francisco ha tenido también tiempo de abrir la caja de Pandora del papel de las mujeres en los servicios eclesiásticos. También, con más prudencia vaticana que arrojo argentino, está abriendo alguna fisura en la pétrea posición sobre los homosexuales.
En definitiva, el actual Papa ha decidido que no hay temas tabúes en la Iglesia católica, sino cuestiones por modernizar, conflictos por resolver y dogmas por revisar. Y al tiempo que revoluciona los cimientos vaticanos, también ejerce de diplomático del mundo, en defensa de los principios de tolerancia y libertad.
Está siendo pues la revolución católica más importante desde el Vaticano II, aún cuando los más cerrados no lo han todavía digerido medio siglo después, y así seguirán.
Y a pesar de ello y ellos, organizaciones enquistadas incluidas como el Opus Dei, miran para otro lado cuando nuestro Papa Francisco grita: ¡Despierten al mundo! ¡Sean testigos de un modo diferente de pensar, de actuar, de vivir!
Jesús de Nazaret en estado puro, tan antiguo que es revolucionario.
Dios lo guarde muchos años.
Manzano
Escritos recomendados.- Agustina
La cadena del proselitismo. Gervasio
La historia inmoral del Opus Dei. Oráculo
Verticalidad y centralismo del gobierno del Opus Dei. Heraldo
El enmarañado lenguaje de los numerarios del Opus Dei. Castalio
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