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CORRESPONDENCIA

Lunes, 09 de Marzo de 2015

Reflexiones sobre la muerte del Padre Danilo Eterovic
9 de marzo de 2015 - E.B.E.

«El tesoro del Opus Dei son nuestros enfermos y nuestros ancianos» (Reglamento de la Pía Unión, 1941, nro. 46)

«Cuando llega la enfermedad o la vejez, un Numerario o Agregado no se encuentra solo, porque la Obra acude maternalmente en ayuda de sus hijos. (…) Cada uno sabe que, si cae enfermo, sus hermanos en la Obra le tratarán con el mismo cariño y con los mismos cuidados con que le atendería su madre» (Catecismo del Opus Dei, nro. 165, edición 2010)

«Tomó la palabra un socio de la Obra, que estaba allí con su madre, viuda, inquieta por lo que pudiera ser de su hijo cuando llegase a viejo.

–Dice que no voy a tener familia... Y como ella está acá, al lado mío, yo quiero que usted le explique que tenemos familia, que nos queremos mucho». [Escrivá contesto:] «tu hijo tiene familia y tiene hogar; y que morirá rodeado de sus hermanos con un cariño inmenso. ¡Feliz de vivir y feliz de morir! ¡Sin miedo a la vida y sin miedo a la muerte! ¡A ver quién dice por ahí esto! (...) ¡Es el mejor sitio para vivir y el mejor sitio para morir: el Opus Dei! ¡Qué bien se está, hijos míos!» (tertulia en el teatro San Martin Argentina, 1974)

«Hay que saber deshacerse, saber destruirse, saber olvidarse de uno mismo; hay que saber arder delante de Dios, por amor a los hombres y por amor a Dios, como esas candelas que se consumen delante del altar, que se gastan alumbrando hasta vaciarse del todo» (J.M. Escrivá, meditación, 16-II-1964)

«... yo que había andado por el mundo sin padre y casi sin madre. Tuve la sensación de que aquél era mi verdadero hogar» (Danilo Eterovic, entrevistado por J.L. Olaizola)

Se podría afirmar, sin temor a exagerar que, en esa fraternidad o cariño familiar del que hablaba Escrivá, creíamos y creímos durante largos años todos los que fuimos socios del Instituto Secular Opus Dei (luego convertido en prelatura personal).

Con el paso del tiempo, sin embargo, se empezaron a conocer diversas historias personales de sufrimiento y desilusión. Cada uno, incluso, haya vivido en carne propia el contraste entre esas palabras o promesa de Escrivá y la realidad concreta...

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Me imagino con cuánta ilusión esperaría conocer cuáles serían sus encargos para el año que comenzaba. Y puedo imaginar en toda su hondura el tremendo vacío, aturdimiento y angustia que habrá sentido en todo su ser cuando ese día le dijeron que no iba a tener ningún encargo. Quizá le dijeron, con la delicadeza de mármol acostumbrada, que era “para su bien”, para que descansara, leyera, escribiera… Pero él habrá intuido en su corazón que detrás de esas palabras le estaban diciendo: "No contamos con vos". "No nos hacés falta". "Sobrás". "No te necesitamos ni te queremos trabajando con nosotros". Habrá sentido que para ellos, sus hermanos, ya no existía. Que su vida, que la había entregado gota a gota durante más de cuarenta años, ahora, a los 68 años, la tiraban, “tachada”, al cesto de los papeles. Habrá sentido que en ese instante toda su vida se convertía en humo y cenizas que a nadie importaba.

Este sentimiento de vacío debe de haber sido tan infinitamente hondo, que debe de haberse sentido expulsado de la vida misma en su totalidad. Debe de haber sentido que el mundo entero lo expulsaba, que ya no tenía lugar en la vida. "Estoy rechazado", escribió en el papel que se llevó en el bolsillo cuando saltó del andén, de noche, solo, ante la vista de una o dos personas anónimas como sombras nocturnas. Era un anoche tibia, serena, al final de la primavera, cuando los ruidos de la ciudad, y los colores de la vida comienzan a morir. Era un miércoles de Ceniza, como su vida.

En su casa nadie lo esperaba. Y a la mañana siguiente, un hermano suyo con quien había compartido misas y trabajos, notificado de su muerte en las vías del tren, lo negó: "No es conocido", dijo y firmó. Días después, en todos los centros se leería: "Interrogado Pedro, lo negó". Quizá haya sido ésta la última meditación que nos dejó el P. Danilo. Es un buen momento esta cuaresma para examinarnos en el Amor, antes de que nos llegue "el atardecer de nuestras vidas".

Pampa Salvaje

Hola a todos

Hace casi un año escribí por primera vez en esta web formulando en voz alta mis dudas, preguntado a todos y a nadie en concreto, buscando respuestas a preguntas que desde dentro no se podían formular. De esas preguntas surgieron contestaciones, mails, más preguntas, más respuestas...

Ya estoy fuera. Al fin me han comunicado la dispensa de los compromisos que adquirí como Numeraria al hacer la Fidelidad. Y me sentía en deuda con la web y con todos los que directa o indirectamente me habéis ayudado en esta importante fase de mi vida.

No me apetece describir aquí y ahora con pelos y señales mi proceso de salida. He tenido todo tipo de fases. Lo más difícil y lo más importante me parece que fue/es llegar al convencimiento de que no tenía vocación al Opus Dei, básicamente porque mi vocación es de cristiana en medio del mundo, y eso tiene muy poco que ver con ser numeraria. Una vez que estuve convencida de ello era cuestión de dejarlo claro, y de lograr la dispensa. Sé que sobre la dispensa hay diversas opiniones. En mi caso la solicité porque me parecía que era la mejor manera de hacer las cosas. De hecho, en mi última carta la pedí por escrito. Me la concedieron, pero sólo de palabra. De todos modos a esas alturas no me sorprendió que no me dieran un papel (tantos formalismos para algunas cosas y tan pocos para otras) sino que pasaran totalmente por alto el hecho de que la había solicitado por escrito, sin hacer ninguna referencia a ello. Como ya estaba cansada del jueguecito no quise preguntar, di las gracias y me fui hacia mi casa con la sensación de que había conseguido poner fin a ese capítulo de mi vida.

Me parece que cada vez soy menos ingenua. Soy consciente de que en todas partes hay gente mala y gente buena, también el Opus Dei; y que probablemente el mayor problema que podemos tener las personas es ponernos orejeras y mirar solo en una dirección. Vale la pena volar alto, adquirir perspectiva, fiarse de Dios que nos mueve el tapete una y otra vez, confiar en Él y obrar con rectitud de intención.  Yo tengo una cosa clara: hay gente que actúa muy mal, pero no seré yo quién les juzgue. Criticaré las acciones, iré a las fuentes, intentaré mostrar lo errado de una acción... pero no tengo derecho a juzgar. Demasiados juicios he hecho ya. Que sea Dios quien decida si las personas que nos han hecho sufrir lo han hecho pensando en nuestro bien, pensando en su bien o como meros autómatas que ejecutan unos protocolos impuestos desde arriba.

Aún tengo ganas de llorar de vez en cuando. Ahora mismo, mientras escribo esto se me empañan los ojos. Pero sé que llorar no es malo, es humano, y que también hay lágrimas de alegría, de alivio, de consuelo...

Agradezco a Dios la inmensa suerte que he tenido con mi familia, el estar recuperando a mis verdaderos amigos, e incluso los años que he pasado en el Opus Dei. Pero tengo muy claro que si volviera a nacer no pitaría. Y que si en mi vida me cruzo con personas que se platean su vocación al Opus Dei les contaré mi experiencia para que tengan más datos a la hora de discernir... y dejaré que elijan libremente.

En mi entorno me dicen que me ven muy bien, que estoy como si nada, serena, alegre, disfrutando de la vida, a la par que voy dándome cuenta de que no es tan fácil aprender a cocinar o a llevar una casa con más de 30 años, o que intento decidir si me hago un plan de pensiones o una cuenta patrimonial... y tantas cosas más. Aún me queda mucha vida por delante, y seguro que me toca vivir miles de situaciones nuevas, que afronto con el miedo a lo desconocido pero con mucha ilusión.

En resumen pienso que soy una afortunada y que Dios a puesto a mi lado a gente que me quiere, que me quiere de verdad. Y si alguien de esta web piensa que le puedo echar una mano, o simplemente quiere hablar un rato y compartir experiencias, que pregunte mi mail, y estaré encantada.

Termino como he empezado: muchas gracias a todos. Sin esta web todo habría sido mucho más difícil. Haré mi donativo para que podáis seguir ayudando.

Dudas

Se suele debatir en esta web de lo que hemos sacado de nuestro paso, más o menos largo, por el Opus, sea en el pasivo, sea en el activo del balance.

Cuando miro mi pasado, veo un indiscutible acervo positivo en mi destreza para despejar en el acto mesas y repisas, punto en el que supero a mi esposa, sin lugar a dudas. Todos nos recordamos del timbre que anunciaba el paso de la admirada y admirable administración, el cual nos dejaba un par de minutos para ordenar la habitación y despejar la mesa, tarea que resultó ser un poco angustiosa en los años que redacté mi doctorado, ayudado por numerosos ficheros, antes del ordenador portátil. Por supuesto, esta habilidad, remachada a golpes de correcciones fraternas, puede considerarse un punto negativo, si se lleva al nivel de la rigidez maniática.

Me limito aquí a delinear un cuadro costumbrista matutino que muchos hemos vivido en los centros del Opus, sin deseos de frivolizar y reconociendo, por supuesto, la presencia de otros puntos más esenciales que han podido mejorarnos o traumatizarnos, inclusive a mí que fui un "multiempastillado".

curial 

Suscribo la iniciativa de Hormiguita de dedicar un espacio a estos sacerdotes que fueron víctimas del Opus.

Lamento no haber conocido a D. Antonio. Sin embargo, tuve la suerte de conocer a un testigo intachable – un laico ajeno al Opus – quien me detalló de los padecimientos y las calumnias que sufrió por parte de la prelatura. Recordaba los pasos dolorosos de D. Antonio llevando fotocopias en un obispado de España. Libero le ha dedicado una página sentida.

D. Danilo se suicidó; sus últimas palabras fueron “no sé cómo llegué a esto”. La respuesta está en los dichos del numerario mayor al requerimiento policial: “no vive” y “no es conocido”. D. Danilo no solo fue desconocido por un cobarde sino por la institución.

Ambos han dado un testimonio ejemplar de paciencia soportando la impronta destructiva del Opus. La memoria de estos dos sacerdotes admirables merece conocerse y perpetuarse.

Segundo

La muerte del Padre Danilo fue otro golpe durísimo en mi vida. Por cómo vivió, por cómo sucedió.

Hace 3 años sufrí, en un accidente casero, la fractura múltiple de mi fémur. Soporté varias operaciones y meses de rehabilitación, que aún hoy continúo. Tras el accidente y luego de la primera operación, debí pasar 6 meses postrado en una cama. Fueron momentos muy difíciles de superar, de mucha tristeza. Solamente pude salir adelante con la ayuda de mi familia y amigos verdaderos. Mi esposa y mis hijos doblegaron sus esfuerzos y cariños para que yo no cayera en un pozo sin retorno. Me bañaban, me vestían, traían los alimentos al dormitorio… e hicieron muchísimas cosas más, pero por sobre todas las cosas, me acompañaron con amor. Comento algunos detalles, para graficar la durísima situación en que me encontraba.

Durante esos largos meses que pasé en cama, muchas veces sentí que todo el cariño y amor que recibía, no me alcanzaba para sostener en alto mi espíritu. Pensé que caería indefectiblemente en una inmensa depresión. Precisaba una ayuda espiritual más contundente, charlar con un sacerdote. En mi situación de reposo absoluto, se me hacía cuesta arriba. Decidí buscar por internet algo para leer, algún video… y es ahí donde aparece el Padre Danilo en mi vida. Encontré en la web, muchísimos videos de meditaciones del Padre Danilo, de unos 8 o 10 minutos cada uno, de diversos temas y cuestiones, tratados con una profundidad y a la vez con una sencillez, que fueron para mí un gran paliativo, para sobrellevar con mayor entereza mi recuperación.

Todas las mañanas, que era el momento en que me quedaba solo en casa, aprovechaba y miraba 2 o 3 videos, con las meditaciones del Padre Danilo. Eran para mí como una medicina. En ningún momento supe, ni siquiera sospeché que el Padre Danilo, que tanto bien me estaba haciendo, fuera un sacerdote del Opus Dei. Pues ni lo mencionaba, ni nombraba al santo. Solamente me enteré que el Padre Danilo era del opus, cuando leí la noticia de su muerte en Opuslibros, dos años después.

Durante los últimos 12 meses, me he preguntado incesantemente, cómo un hombre de Dios, con tanta lucidez, inteligencia, sencillez, profundidad en sus meditaciones, haya terminado así. Rechazado, olvidado, por los suyos. Desterrado en su hogar. Debo reconocer, que a pesar que lo intenté, no he hallado respuesta cierta y convincente a todas estas últimas cuestiones. Quizás porque cuesta mucho creer que “estas cosas” puedan suceder. Peor aún, que sigan sucediendo. Hay días en que pienso que la respuesta a mis inquietudes, ante tanto desamor, ante tanto abandono, esté justamente en la fuerte personalidad del Padre Danilo. A su lucidez, inteligencia, sencillez, profundidad, como decía antes. En esos videos jamás nombraba, ni mucho menos lo ponía de ejemplo al santo. Eso en la “cosa nostra”, en la secta, no se perdona, y tarde o temprano te lo cobran. A pesar del gusto amargo que ha dejado en mí, todos los hechos que aquí les he contado, hay una parte buena, algo positivo que se puede y debe resaltar. Con amor y cariño verdadero de familia y amigos, hasta la peor situación o conflicto, se puede superar. Muchísimas gracias a Agustina, por su infinita paciencia.

Un abrazo grande a todos Uds.
Canaya

En los años inmediatos al fallecimiento de "San Josemaría" era habitual que se relataran numerosas anécdotas del mismo con la intención bien de destacar y ensalzar sus “virtudes heroicas” bien de poner un ejemplo sublime de cómo había que vivir determinados aspectos del “espíritu del Opus Dei”.

Yo acababa de “pitar” y los directores de la Obra utilizaban estas anécdotas para dar a conocer la vida de San Josemaría (a quien llamábamos “nuestro Padre”) y para instruir respecto de cómo tenían que practicarse determinadas virtudes, de las que era ejemplo eximio la conducta del Fundador...

Escuchar en vivo y en directo, en primera persona, cómo se guardan todos los informes de conciencia detallados, de cada uno de los numerarios/as, en papeles doblados en cuatro y en un sobre, dentro de maletas para así salir corriendo con ellas si la ocasión lo requiere, como así fue en el 23-f y el día en que ganó por primera vez el PSOE en las elecciones generales.

Que sensación más horripilante, por más que lo hayas vivido, por más que lo hayas leído, y aunque ya lo sepas. Te das cuenta de que todo ello es un abuso psicológico de nuestro patrimonio privado y personal. ¡Cuánto tiempo tendrá que pasar para que la Iglesia reconozca el convenio de protección de los derechos del niño aprobado en la ONU en 1948! Para que salgan a la luz todos los abusos que se han cometido en niños de 14 años obligándoles a escribir su carta de admisión a una “organización anti derechos humanos, mafiosa y destructiva: ¿Habrá que esperar mucho tiempo? ¿Habrá que esperar a que salgan a la luz los abusos sexuales? ¿Cuál de estos dos pecados es más grave?

El fundador, en una de “sus” frases lapidarias decía: “Si no se es libre no se puede amar a Dios” En el Opus no hay libertad y por lo tanto no se puede amar ni se ama a Dios. En todo caso y como mucho se venera (que no ama) al líder. ¿Cómo la Iglesia, conocedora de todas estas denuncias, pues las tiene por centenares encima de la mesa, no actúa? ¿Acaso será cómplice?

Reflexión: la tristeza, el dolor, la amargura, el desánimo, la frustración, la pena, la angustia, cierran nuestros labios y nuestro corazón. Es necesario pedir al Señor que Él mismo nos abra los LABIOS, porqué los tenemos cerrados con llave y cerrojo.

Yo

Hablando del ataque que sufrió la web de Opuslibros, nos dice JaraySedal que no puede ser cosa de la Prelatura, aduciendo como motivo el carácter positivo del documento de la Obra sobre Opuslibros. Nos dice que ese documento es, transcribo:

“un modelo de mesura, donde prima la caridad cristiana, la humana comprensión e incluso una preocupación genuina por los que escriben en esta web (rezan por nosotros). Las líneas de acción que propone el documento son verdaderamente ejemplares e indirectas”.

Querido Jaray, no quiero ser despectivo hacia ti, ni de lejos: me pareces una persona tan buena que vas espontáneamente en busca de lo que podría haber de positivo en la intención de los demás (y concretamente, aquí, de los que mandan en la Prelatura – que de ahí viene el documento), lo cual es altamente loable.

Pero, hombre, por favor:

-      no te das cuenta de que ese documento parte de la premisa que solo ellos tienen toda la razón y que los que no piensan como ellos se equivocan;

-      no te das cuenta de su total desprecio hacia los que escriben en nuestra web, cuyos testimonios se ven reducidos a meras “criticas como siempre las hubo en la Iglesia”;

-      no te das cuenta de que adoptan una postura de víctimas en ese documento, lo cual significa que somos nosotros sus verdugos;

-      no te das cuenta de la negación absoluta de la autenticidad de los testimonios de tantos que han sufrido de manera escandalosa por parte de la Obra, de sus directores, cuando no del Fundador o del Prelado mismo;

-      no te das cuenta de la falta radical de empatía respecto a la experiencia de tantos que se vieron maltratados y que no tienen derecho ni al reconocimiento del daño que han sufrido;

-      no te das cuenta de la dictadura del pensamiento que pretenden imponer a todos los que se acercan a ellos, descalificando todo parecer contrario;

-      no te das cuenta de la falsedad del marketing que hacen de ellos mismos, intentando engañar con sus habituales frases bonitas de “visión sobrenatural”, de “callar, rezar y sonreír” y otras bobadas del estilo que, bien lo sabemos, no tienen nada que ver con la realidad que se vive al interno de la obra donde reinan la mentira, la cobardía y la hipocresía;

Podría seguir mucho tiempo así, querido Jaray, pero supongo que has entendido lo que te quiero decir.

Con la Obra – y sobre todo cuando se trata de un documento oficial – siempre hay que estar atento: el tono y la forma pretendidamente llenos de caridad no son otra cosa que un “packaging” atractivo que jamás tiene sus promesas: y cuando descubres la verdad, lo que experimentas solo es desengaño, tristeza y dolor de ver las cosas de Dios tan maltratadas para fines perversos – que de eso se trata.

No caigamos en la trampa de su pérfida manipulación. Atentos, pues, ya que hay que reconocer que han pasado a ser auténticos maestros en esa materia, más cerca de Macchiavello que del Evangelio.

Ubivult

Estimados amig@s:

Hace tiempo que conozco Opuslibros y han sido muchos los testimonios y documentos que he tenido oportunidad de leer, para reafirmarme en la idea del daño que ha hecho esta institución a muchas personas, en mayor o menor grado.

He leído mucha de la literatura crítica que se ha escrito sobre la Obra hasta el día de hoy, desde sus muy diversos puntos de vista, y realmente nunca me ha sorprendido nada de lo leído, sino que más bien, he logrado a lo largo de los años comprender ciertas cosas que mi cabeza necesitaba comprender.

Tengo 38 años y nunca he sido del Opus Dei, pero no lo fui por los pelos. Y así con todo, el Opus Dei ha marcado mi vida hasta el punto -puedo decirlo sin ambages- de que me la ha condicionado en todas y cada una de sus facetas.

Yo fui uno de esos alumnos uniformados de los colegios masculinos de Fomento, que durante los años 80 y 90 fueron adoctrinados en la moral religiosa del Opus, con todo lo que eso supone. Además también frecuenté los clubes juveniles y sus consiguientes actividades trampa. Hasta estuve en Roma cuando beatificaron a Escrivá, allá en 1992. Fui víctima de la voraz maquinaria proselitista de la labor de San Rafael. Pero como no llegué a ser un alumno excesivamente brillante, ni tenía familia con patrimonio y además era un chico muy inquieto -poco dócil-, tuve la suerte de un buen día dejar de tener interés.

Una enseñanza deficiente, totalmente hueca, basada en el miedo y la violencia, cuyo único interés era "despertar" vocaciones. Un negocio redondo, no solo de almas sino también en términos económicos. Un tema tan extraordinariamente complejo que, tras años de serena reflexión y estudio, me he propuesto plasmar en un libro que espero que vea la luz no dentro de mucho, cualquiera que sea su forma o condición. La verdad y solo la verdad. Sin rencor. Con rigor.

Ignoro si existen ensayos al respecto, sobre las obras corporativas del Opus Dei, sobre los colegios de Fomento o en definitiva sobre este aspecto del Opus Dei que supone a mi juicio uno de sus pilares proselitistas más firmes, su cantera más preciada. He buscado mucho y no me consta o no conozco nada publicado en castellano a este respecto, aunque se haya tratado en algunas obras de forma somera, poco precisa o desde un punto de vista más marginal y complementario. Es por esto que os pido información, en la necesidad de saber qué precedentes existen -si existen- y desde qué punto de vista se trata el tema.

Sin extenderme innecesariamente en estas cuestiones que conoceréis de sobra, os envío un saludo y una felicitación por Opuslibros, referencia indiscutible del sector crítico al Opus Dei.

N.A.M.

En los últimos meses se ha discutido en Opuslibros sobre la homosexualidad. Como bien dijo Ramón (6.03.2015), esta página web no tiene como finalidad discutir sobre la homosexualidad en sí misma, aunque aquí se pueda hablar de ella cuando entra en relación con la Obra de Escrivá. Mi aportación de hoy tan sólo desea advertir que lo acaecido hace pocas semanas en la Universidad de La Sabana, según informó Sebas el 16.02.2015, no es un suceso excepcional en la historia reciente del Opus. También en España, en los últimos años, han acontecido situaciones similares que a continuación me limitaré a recordar. Y es que, como apunté en una aportación del 14.03.2012 (Breves consideraciones sobre la ideología actual del Opus Dei), uno de los apostolados que los miembros de la Obra de Escrivá realizan en la actualidad, en apoyo de la “buena doctrina” establecida por la jerarquía de la Iglesia Católica y en la lucha contra los males del laicismo, consiste en dedicarse profesionalmente a la bioética –formando parte de asociaciones de bioética muchas veces– con el fin de defender la “buena doctrina” desde los foros sociales o cívicos en que los escrivarianos trabajan.

Sin afán de ser exhaustivo, quisiera recordar dos intervenciones de dos expertos españoles en psicología y en bioética, concretamente de un numerario y de una numeraria del Opus. Públicamente sostuvieron la doctrina oficial de la Iglesia sobre la homosexualidad (Catecismo de la Iglesia Católica § 2357-2359) en sendas intervenciones relacionadas con su trabajo profesional. Aunque ellos no citaron de manera explícita el mencionado Catecismo, sin embargo es indudable que la doctrina oficial de la Iglesia era un presupuesto ideológico de sus respectivas actuaciones.

El primer caso que deseo recordar es el del psiquiatra Aquilino Polaino que, a requerimiento del Partido Popular, intervino ante la Comisión de Justicia del Senado impartiendo el 20 de junio de 2005 una conferencia sobre aspectos psicológicos de las personas homosexuales. Sus palabras resultaron tan desagradables a la sociedad española, que incluso el Partido Popular se desmarcó de las tesis del señor Polaino, matizando que una cosa eran las opiniones del psiquiatra y otra las del Partido, que no tenían por qué coincidir con las del experto. Supongo que el PP acabaría arrepintiéndose de haber requerido los servicios del mencionado numerario del Opus. Releamos el escrito La movida de Apolonio Quilano (Fischer y Brian, 22.06.2005).

El segundo caso es el de una numeraria que trabaja de profesora de bioética en la Universidad Católica “San Antonio” de Murcia, Gloria Tomás, la cual intervino el 31 de marzo de 2009 en un congreso de bioética en la Universidad de Alicante. La profesora Tomás indignó al público que la escuchó por haber dado unas explicaciones nada científicas acerca de las causas de la homosexualidad. Merece la pena ver y escuchar el vídeo de su intervención en aquel congreso universitario porque nos puede ilustrar acerca del poco rigor con que algunos católicos abordan ¿profesionalmente? la cuestión de la homosexualidad con el fin de difundir la “buena doctrina”. Las causas que pueden provocar la homosexualidad son, según la profesora Tomás, tres: 1ª) la experiencia de un uso fallido o torpe de la sexualidad que frustra al chico en la adolescencia, y éste, acomplejado, se cree equivocadamente que es homosexual; 2ª) enfermedad por no haber alcanzado la debida proporción de los sexos y, al igual que otras enfermedades, podría sanarse; 3ª) algún tipo de perversión sexual practicado en la adolescencia.

Simplemente quería traer a nuestra memoria estos dos eventos de 2005 y 2009 para relacionarlos con el más reciente (2015) de la Universidad de la Sabana. Los tres responden al mismo patrón de actuación y a la misma motivación, ya que este es uno de los servicios que los miembros del Opus prestan a día de hoy a la jerarquía católica en su combate contra los males del laicismo y contra el proceso secularizador de la sociedad. Esos numerarios y numerarias reciben duras críticas por parte de la sociedad civil, pero cumplen con lo que los directores del Opus esperan de ellos, a saber, que los obispos católicos estén contentos con los servicios que la Obra de Escrivá presta a la jerarquía episcopal en el terreno de la “buena doctrina”. El Opus siempre busca sus intereses institucionales (en este caso, intereses en el ámbito eclesiástico); lo que menos le importa son las personas y, si son homosexuales, aún menos: inexpertos acomplejados o enfermos sin la debida proporción de sexos o pervertidos sexuales. Y, mientras tanto, bastantes obispos –no todos, por suerte– están satisfechos con la Obra de Escrivá, ya que esos numerari@s cumplen bien sus encargos.

Josef Knecht

Si Dios quiere que te mueras, muérete…

Al Chile, 9 de marzo de 2015

Ésta fue la respuesta del defensor del espíritu a un numerario mayor cuando le confiesa que siente morirse. Ahora ese ex numerario está feliz con sus hijos y esposa; el ex defensor del espíritu muriendo solo, en vida, dentro de un centro muy grande y limpio. La voluntad de Dios se equivocó de destinatario.

Hay una extraña atracción en el opus por la muerte. Y tanto la predican que parece ser el primer y mayor deseo para todos los que ahí están ya que la vida la tienen muy complicada y parece su más lejana realidad...

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