CORRESPONDENCIA
16-julio-2004
(de Satur) ¡Venga ya, hombre!
De vez en cuando encontramos correspondencias en Orejas de
gente de la prelatura o afines que, de un modo u otro, siempre
acaban por tachar la página de algo que va directamente
contra Dios, su Iglesia, que destila odio y rencor, que no
sabemos lo que escribimos, ni las consecuencias que para nuestra
alma puede tener este comportamiento. Hacemos daño.
Nos la estamos jugando. A Dios se le van a hinchar las narices
y a la mosca de Orejas le va a caer un palmetazo justiciero
que la va a dejar para siempre en la gehena del fuego inextinguible.
¡¡¡Cómo les gusta la cosa de las
Postrimerías y del Tremendo Juicio!!!. Normalmente
se apoyan en algún texto del Nuevo Testamento para
sentar sus argumentos y, encima, siempre terminan rezando
por nosotros, dispuestos a hablar con cualquiera que le necesite
para hacerle ver el pertinaz error en el que estamos inmersos
y recomendando un chute de bífidus activo para llevar
una vida sana y una dieta equilibrada en valores.
[...]
(El correo completo de Satur está colocado en
los libros silenciados.
Se titula "¡Venga
ya, hombre!")
(de Ana Azanza)
para Carmen Charo
Gracias por tus
comentarios y tu apoyo. Yo no pienso que mi testimonio
sea tan terrible, aquí creo que los he leído
peores. Lo de defenderme de lo que me ha pasado es lo de menos,
para mí es más importante dar a conocer estas
injusticias sufridas por muchos y abrir los ojos a tantos
que tienen al opus en un pedestal. Te agradezco también
tus sentimientos por la muerte de mi madre, y sí me
gustaría leer más comentarios que se te ocurran.
Un abrazo
Ana Azanza
(de Nacho) USAR Y TIRAR
Ayer 15 de julio de 1943 fallecía en el Sanatorio San
Francisco de Asís de Madrid Isidoro Zorzano, el segundo
que se hizo de la obra, un joven ingeniero nacido en Argentina,
antiguo compañero de estudios de san Josemaría
en Logroño. que pidió la admisión en
la obra en agosto de 1930, según dice la web oficial
de la prelatura.
Como podrá observarse, he entrado en la web oficial
de la prelatura esperando encontrar algo que recordara a este
ingeniero, cuyos restos reposan en un nicho en la zona llamada
de 'Los Héroes de Cuba', con el letrero 'In pace',
al igual que otros muertos de la prelatura, y las fechas de
13 IX 1902 y 15 VII 1943. No aparece ningún letrero
que diga que es Isidoro Zorzano.
[...]
(Nueva entrega de Nacho, "Usar
y tirar", a su escrito "¿El
buen pastor?")
(de Brunildo)
Para SAI
(sobre mi ingenua obediencia)
Cuando Lutero agonizaba por su conciencia irredimible encontró
la salvación en su interioridad vivida como su propio
destino individual que condenaba para siempre la exterioridad
de los actos y mucha más que ninguno el de aquellos
que se autolegitiman como buenos o que conceden la remisión.
Los tres poderes humanos -sexo, propiedad y predominio- que
la iglesia consideraba via de salvación a través
de los tres votos -castidad, pobreza y obediencia- estan principiados
por el maligno, y ni siquiera los muros del monacato pueden
evitar la corrupción. La justicia y misericordias divina
solo poseen su punto de unión en la autoconciencia
del propio pecado imborrable. Curiosamente el concepto de
culpa estaba poniendo los cimientos del nuevo orden del mundo
liberal que primero diseña Rousseau y después
Hegel. Matrimonio, prosperidad y civismo democrático
son los nuevos parámetros de regulación que
muy pronto encontraron sus detractores: Freud, Marx y Nietzsche
sospecharon sobre el humanismo liberal reeditando aquella
primera angustia de Lutero.
El Opus Dei es una propuesta de nueva viabilidad de aquellos
votos medievales que niega el carácter maléfico
de lo externo y afirma su validez para la salvación.
El sexo, la propiedad y la voluntad de poder son santificables
a través del matrimonio, la pobreza de espíritu
y la humildad cívica (basada en el prestigio y la autodeterminación
para los asuntos públicos).
Desde el punto de vista de la historia de las ideas se trata
de un nuevo vigor católico-humanista que acepta la
propuesta individualista del protestantismo y lo extiende
a lo externo. Ahora bien, el Opus Dei ha sufrido una especie
de reificación de sus objetivos de la misma manera
que lo sufre cualquier institución: su clerificación
es muy semejante a la de la iglesia medieval o a la aparición
a la burocracia del nuevo régimen. La libertad y ausencia
de tutela con la que venía incorporada la llamada a
la Obra se ha normativizado; el afan por mantener integro
el mensaje ha ocultado al propio mensaje. Cuando piensas en
la Obra, SAI,
piensas en mi. Pero un numerario muy poco tiene que ver con
el mensaje: ni matrimonio, ni posesiones, ni autodeterminación
en asuntos mundanos. Joder, en realidad es una versión
monstruosa del espíritu, que ha sido creada para mantener
el propio espíritu. En cualquier caso, los numerarios
que hemos nacido para explicar esa forma de vida y que carecemos
de experiencia propia mantenemos un pedazo de la novedad del
Opus Dei: nuestra conciencia no está bajo tutela de
ningún ser humano.
Cuando me dices que mis propósitos de obediencia duran
muy poco olvidas que tengo la misma libertad que tu en cuestiones
que no pertenecen en sentido estricto al núcleo del
espíritu. Creo que los numerarios iran desapareciendo
en la Obra para quedarse en una mínima expresión.
Su trabajo no será dirigir la vida de los demás,
puesto que es irrenunciable y pertenece a la vocación
a la Obra que cada uno lo haga por sí misma, sino repasar
a los demás las verdades teologales.
Seguiría escribiendo sobre el proceso de desclericalización
de la Obra pero tengo un huevo de sueño.
Brunildo
(de H.A.) UN CURA EJEMPLAR Y OTRAS CUESTIONES
Leyendo en Internet la página web de Romana me he enterado
de la muerte de don Ignacio S., un sacerdote numerario con
el que tuve la suerte de convivir unos meses. Era un hombre
práctico, ingeniero industrial, que había vuelto
a su país después de varios años trabajando
en Boston. El me dio algunas de las lecciones más valiosas
de lo que era la virtud de la pobreza. Se afeitaba con jabón
de lavarse las manos, una barra de La Toja o cualquier otra
marca de batalla y una cuchilla de las que duran semanas.
Fue la primera persona de la Obra a la que vi interesarse
por si quienes vivían con él estábamos
dados de alta en la Seguridad Social en nuestras empresas,
si teníamos derecho a asistencia sanitaria, si estábamos
enterados de los derechos derivados de los acuerdos sindicales.
De esas cuestiones, entonces, no había notas de ningún
color ni tamaño.
Don Ignacio no llevaba ostentosos puños blancos por
debajo de la sotana ni del cleryman, ni olía a colonia
ni a nada. Usaba el metro y los autobuses. Sus zapatos eran
viejos y feos, pero suficientes. Era un trabajador, como los
demás. En fin, ya digo, una novedad para mí.
En su "27" nada se decía de esos aspectos,
pero sí ponía que tenía fimosis. ¿Y
eso a quién le iba a importar? Pues con la fimosis
ha debido de ir a cuestas toda su vida, de centro en centro
hasta que definitivamente ha llegado a donde no importa nada
de eso que en el Opus Dei, según San Josemaría,
debe importar porque es la voluntad de Dios pasada por su
omnisciente e infalible cacumen, so pena de condenación
eterna y segura infelicidad terrenal.
Tuve la suerte de conocer a otras dos personas en la Obra
que, por distintos motivos, tenían un algo que hacía
importante tratarles y aprender de ellos. Don Juan Jiménez
Vargas y doña Gloria Toranzo. Personas únicas
que rompieron sus moldes. Ascéticos, ejemplares, rigurosos,
exigentes con criterios racionales, lógicos. ¿Santos?
Seguro que sí. Más que otros muy preocupados
por llevar el pelo colocadito, los zapatos con hevilla, la
corbata radiante sobre una pechera impoluta, los puños
destelleantes blanco nuclear con gemelos elegantes pero sobrios...
esos cromos, de paisano o de traje talar, que tan bonitos
quedan y tanto proclaman las virtudes humanas de la pulcritud
y la pijez sin edad ni fronteras. O esas señoritas
tan tiesas, que ponen los ojos en blanco, que desde lejos
ya se sabe a qué organización pertenecen, que
procuran que no se les marque el pecho ni el trasero y van
todas colocaditas con el pañuelito y proclamando en
el vestir su celibato, y que son reprendidas si se desmarcan
del sello y admonizadas con todo tipo de males y perdiciones
si comen plátanos de postre o si se preguntan qué
tal les iría usar tampones. Sé que aún
dura la cruzada del Opus Dei contra el tampón. ¿Por
qué razón? ¡Pobres chicas! ¡Lo que
tienen que aguantar!
Besos y abrazos.
H.A.
(de E.B.E.)
Quería agradecer a H.A. por su testimonio.
Esa historia ya la había oído de otro testigo,
no recuerdo cuándo. Pero era sabido que esos congresos
no tomaban en cuenta ninguna propuesta que no fuera obsecuente
con la ideología de los mandos superiores y particularmente
del fundador.
Del trabajo en las comisiones y delegaciones, una fuente
muy cercana a ese ambiente me ha contado algunas cosas vividas
personalmente.
Al principio, esta persona no quería contar nada porque
como supuestamente la Obra era algo serio y «de Dios»,
lo vivido dentro de la comisión o delegación
era como «sancta sanctorum» que no debía
ser revelado a «los niños». Pero desde
el momento en que la Obra se le volvió «irreconocible»
-porque su fondo no tenía ya nada que ver con su apariencia
original- también le perdió el respeto a todo
ese «secreto de oficio» (como sería guardar
cualquier secreto de oficio referido a un gobierno totalitario),
salvo en relación a personas concretas y sus vidas
privadas. Pero a lo que hace a la institución y sus
lógica de funcionamiento, al contrario, que se supiera
bien lo que allí sucedía y sucede.
Según esta persona, de vital importancia era no aparecer
en ningún expediente. Salvo excepciones, como permiso
para viajar o algún trámite de permiso de lo
que fuera -estos eran generalmente los expedientes «positivos»-
aparecer en un expediente era signo de problema y de estar
en la mira de los directores. El que no hacía ruido
y disimulaba, no aparecía, porque no se hacía
notar, podía vivir tranquilo, como quien se hace el
muerto. Dicho de otra forma, en los expedientes se llevaban
problemas, con nombre y apellido e historial. Y el objetivo
era claro: terminar con el problema o con la persona.
Lo terrible -me decía- era saber que la persona interesada
no tenía ni idea de que circulaba en la comisión
o delegación un expediente donde se hablaba de ella,
sin que la persona interesada pudiera intervenir para nada.
Una forma de hablar a sus espaldas. Y de hecho -concluía-
el gobierno todo de la Obra funciona de esta manera: a puertas
cerradas, sin darle la oportunidad al interesado.
La idea, en definitiva, era que los organismos de gobierno,
más que promover e impulsar el mejoramiento de las
personas e interactuar con ellas («servir», en
última instancia), eran «controleitors»
y lo mejor para uno era pasar desapercibido (adiós
la confianza en los directores, por supuesto, pero sin que
se dieran cuenta, porque ahí entonces se inauguraba
un nuevo expediente, o sea, lo que se quería evitar).
La comisiones y delegaciones exigían respuestas y el
resto sólo podía obedecer y jamás cuestionar
nada: esto quedaba claro en la redacción de las notas,
quién era el que «miraba desde arriba»
y quién «hacia arriba» (me recuerda a la
lógica del pensamiento esquizofrénico de la
Obra cuando argumentaban lo del «derecho a obedecer»
y el «deber de descansar», por dar ejemplos).
Otra de las cosas que impresionaban al entrar a trabajar
por primera vez en una comisión o delegación
era ver y contrastar que lo de «organización
desorganizada» debía ser respecto de otra institución,
porque en la Obra estaba/está todo escrito y todo normatizado
(sólo lo que a la Obra le interesa, claro), de una
manera tal que casi no había que pensar nada sino buscar
la respuesta en el vademecum correspondiente -están
los vademecum de comisiones y delegaciones, esos seguramente
serán más difíciles de llegar a conocer-.
Mientras tanto, el resto de los legos -que jamás pisaban
una comisión o delegación- creían que
allí se llevaba a cabo un trabajo «más
espiritual» aunque no se les pasaba mínimamente
por la cabeza lo concreto, burocrático y de «analítico»
que era y es la labor que se lleva en esas oficinas. Para
hacerse una idea -me concluía esta persona- bastaba
ver la lógica de las famosas «Práxis»
(con un detallismo que llegaba al ridículo), ahora
desaparecidas, para ver cómo funciona una comisión
o una delegación.
Saludos,
E.B.E.
(de Orugaria) Las cartas al Padre...
¿las lee el Padre?
El día de hoy lo que traigo en la cabeza es un punto
que he platicado en algunas ocasiones con algunas colegas
de la vida pasada y ha causado pláticas polémicas
muy divertidas... quisiera que si alguien conoce a fondo como
se da esto, porque estuvo en cargos internos en alguna delegación
o alguna comisión regional nos lo aclare. La duda es:
Las cartas al Padre... ¿Realmente las lee el Padre?
Recuerdo la insistencia de las directoras en el centro de
estudios mes con mes: "Yayis... no le has escrito
al padre en mucho tiempo, debes ser buena hija y abrirle tu
corazón..."
[...]
(El correo completo de Orugaria está en Tus
escritos. Se titula "Las
cartas al Padre... ¿las lee el Padre?")
(de Flavia)
Estimado Antrax:
Muchas gracias por el mail que enviaste ayer. Aprecio mucho
el valor de ese gesto.
Ciertamente es completamente legítimo aplicar el juicio
crítico a las religiones, o al catolicismo romano en
particular, por eso me siento en la libertad de comentar lo
que comenté, porque sé que hay oídos
para escucharlo en su real intención. Me alegra comprobarlo.
Cordialmente
Flavia
(de Fabrizio) Desde Italia
el correo original, en italiano
Quiero daros las gracias por vuestra excelente página
web. Ya era hora de que la gente contara la verdad sobre cómo
son las cosas realmente en el Opus Dei. Yo no he pertenecido
al Opus Dei, aunque estuve muy cerca de serlo. Son expertos
en manipular tu mente y convencerte de que ellos están
en el lado de Dios y todo lo que hagas contra ellos es obra
del demonio.
Otra vez, gracias.
Fabrizio
Milano - Italia
Voglio ringraziarvi per il vostro
eccellente lavoro. Finalmente qualcuno dice la verità
su come stanno le cose nell'Opus Dei. Io non ne ho mai fatto
parte, ma ci sono andato vicino. Sono bravissimi a manipolare
la tua mente e a convincerti che loro sono dalla parte di
Dio e tutto quello che fai contro di loro e' opera del demonio.
Grazie e Ciao
Fabrizio
Milano - Italia
(de Cooper) ¿Que caridad?
Si ayer
(15-06) mantenía que La Cosa no debe andar muy bien
de Fe, ni siquiera en su propio nombre, Opus Dei;
cuando prefiere ser fiel al Gran Jefe que a las movidas del
Espiritu, y eso aun sabiendo que se van a momificar a plazo
corto. Hoy me gustaría comentar cómo va de Caridad.
No pienso hurgar en la herida, porque ese es un tema que
los que escribimos aquí lo hemos vivido en carne propia.
Solo recordar que cuando se hace uso del Por sus obras
los conocereis, esto se debe aplicar a todo el mundo,
incluido a los de la burbuja.
¿Cómo es posible que por defender su vocación;
y que débil debe ser si necesita esa defensa; se condene
a los que se van, por los motivos que sean, en primer lugar
al ostracismo, y después al desprecio, a la difamación,
a la persecución e incluso a la condena eterna?
No voy a entrar a justificar mis afirmaciones, basta con
leer los correos aquí escritos para que todos sepamos
de que estoy hablando, pero claro, tengo la ventaja de que
si me dicen que concrete, sí que puedo concretar con
nombres y apellidos.
¿Cómo es posible que los de la Cosa se crean
libres de las mínimas reglas que sí aplican
a los demás? ¿No se dan cuenta de que comprender
y si acaso perdonar, que ellos si que hacen con los de dentro,
se deben aplicar con los de fuera también? ¿Con
qué base cristiana se pueden convertir en unos personajes
que se saltan a la torera el ejemplo de Cristo?
Hay más ejemplos, aunque este sea, a mi modo de ver,
lo mas evidente, pero el saltarse el código moral lo
hacen siempre que tienen que defender o favorecer la Institución.
En este campo, se sienten liberados de todo y son como Cruzados
trastornados que en nombre de La Cosa comenten las mayores
tropelías. Luego una sonrisa comprensiva, un comentario
de que Ahí te has pasado un poco, y a seguir.
Eso, si no tienen una recompensa interna por su Santa lo
que sea.
Con cariño
Cooper
(de LALA) libro ana azanza
Me está dejando sobrecogida lo que he leido hasta ahora
del libro
de Ana Azanza. En mi caso, y supongo que en gneral la gente
que lea el libro, me está destapando imagenes, situaciones
vividas, personas muy conocidas, compañeras...
Ni siquiera puedo expresar lo que se me pasa por la cabeza,
pero os aseguro que se me han puesto los pelos de punta, porque
al leer su libro estoy reviviendo muchas cosas de mi vida
pasada. Cosas que tenia borradas por completo. Digo borradas
porque me propuse tanto borrar mi vida pasada que lo conseguí.
Bueno eso creía. Especialmente me pone los pelos de
punta ver reflejados muchos nombres de personas de personas
con las que he tratado.
Solamente con esto brindar todo mi apoyo a Ana Azanza, aunque
supongo que lo tiene de mucha gente, por supuesto que leeré
el libro hasta el final, y varias veces. Y que puede contar
conmigo para lo que quiera o necesite. Tambien darle mi enhorabuena,
zorionak, por la valentia que ha tenido al escribir este libro,
valentia que otra gente no tenemos.
Solo decir que siento opinar sin haber terminado de leer el
libro, aun me queda, pero sí he leido lo suficiente
como para decir esto.
Un besote:
LALA
(de Galileo) He soñado que me
invitaban a comer los del opus Dei
Recientemente se ha hablado de cómo se comía
en el opus Dei. Pido por favor que no se os ocurra -para recordar
viejos tiempos- ir a comer a un centro del opus Dei. Una cosa
tan del mundo normal, tan corriente, tan laical, incluso tan
evangélica, como invitar a comer a alguien en tu casa,
en el opus Dei se maneja de la siguiente "excepcional"
manera:
"En los supuestos excepcionales en que se invite
a alguien a almorzar, se organiza el servicio del modo más
adecuado en cada ocasión, para que no llame la atención
de nadie: de ordinario, es preferible preparar una comida
o cena fría -si las costumbres lo permiten-, o emplear
los utensilios apropiados para conservar calientes los alimentos,
sin que nadie tenga que servir la mesa. Si esto no es posible,
una solución es contar con algún Agregado que
sea camarero o tenga un oficio que le permita hacer con facilidad
este pequeño trabajo: se dispone todo de manera que
se puedan recoger las fuentes, los platos, etc., de un lugar
donde los deje preparados la Administración; además,
un Numerario servirá la comida al Agregado -idéntica
a la de los invitados- subrayando que no es un menú
habitual. En último caso, atienden la mesa Numerarias
Auxiliares, ya de edad. (
) Cuando, por excepción,
se lleve en automóvil a una autoridad civil o eclesiástica,
no va nunca uno solo, si existe el peligro, aun remoto, de
que pueda pensar que es el chófer." (cfr.
Vademécum de
las sedes de los Centros, pag. 29, Roma 6.XII.87)
No se si llorar o reír, pero quien ha escrito esto
y los directores que lo han supervisado se han quedado a gusto.
Lo de buscar un agregado camarero -¿alguien conoce
alguno?- o con un oficio que le permita servir la mesa (¿?),
supongo que se refiere a que no se le caigan los anillos por
servir a los numeraritos, roza el ridículo. Ahí
no acaba todo, un numerario servirá la comida al agregado,
y entonces ¿por qué no sirve directamente la
mesa el numerario?, ¿no pensará el invitado
que habitualmente sirve la mesa un camarero?. Al pobre agregado
que han pringado para esto, sobretodo que se le explique que
esos manjares no son el menú habitual, no vaya a acabar
de darse cuenta de que el opus Dei lo situa en una "casta"
inferior. Si todo eso no funciona entonces tendrán
que hacer trabajar a alguna auxiliar "jubilada".
Que se pretende ahí, ¿ocultar que sirven la
mesa mujeres jóvenes decentísimamente vestidas?
¿alguien puede ser tan mal pensado?.
Pero atención, si con los años te has convertido
en una autoridad civil o eclesiástica y se ven obligados
a llevarte en coche, vas a molestar a dos numerarios, no sea
que pienses que es el chófer, aunque -mirándolo
bien- si van dos puedas pensar que el otro es el guardaespaldas.
Me pregunto: ¿el chófer de quien?, en una casa
donde parece que ni siquiera tienen servicio.
Cada vez entiendo menos a esa gente.
Un fuerte abrazo,
Galileo
(de Jorge) LA INFIDELIDAD A LA
VOCACIÓN y las consecuencias para los infieles
según un texto interno del Opus Dei.
Después de hacer mi oración de la mañana
con la meditación que nos hizo favor de enviar Compaq,
y llorar mucho por dentro, y pedir perdón a Dios
quiero presentarles reordenadas las ideas de forma que quizá
permitan con mayor facilidad comprender su perversión
(la de utilizar la palabra de Dios con fines particulares;
la de emplear Su nombre de manera radicalmente opuesta a la
caridad).
Puestos a comparar la vocación de Esaú
con la vocación al Opus Dei (que es el
hilo conductor del texto), se pueden clasificar las siguientes
ideas:
CAUSAS DE INFIDELIDAD A LA VOCACIÓN
- esas cosas no suelen aparecer de repente -en la historia
de Esaú hay una serie de torpezas e infidelidades,
pequeñas las más y algunas no tan pequeñas-,
un día fue el decisivo
[...]
(El correo completo de Jorge está en Tus
escritos. Se titula "La
infidelidad a la vocación")
(de Mystique)
Estimados todos:
Ahora que las palabras del Santo fundador del Opus Dei en
la meditación
de ayer me han recordado que soy una desgraciada,
y que las cosas de la existencia me son amargas como la hiel
y repugnantes como el rajalgar, no me queda otra cosa que
¡reírme a carcajadas y continuar gozando la vida
y el amor con todo y sus sufrimientos! Todos, maravillosos
dones.
¡Gracias a Dios seguí mi conciencia! ¡Gracias
a Dios me fui! ¡Gracias a Dios me he librado de la visión
purista, atrofiada, autosuficiente y jactanciosa de los que
se creen elegidos! ¡Gracias a Dios soy una cristiana
corriente, un
farol nuevamente apagado, que confía plenamente
en la justicia, misericordia y ayuda divinas!
Mis oraciones y la paz para todos.
Mystique
(de Fulcro)
Querido Castor:
He leído con suma atención tu conmovedor escrito
del 13 de julio de 2004, "Las
buenas intenciones". Lo entiendo bien por haber
vivido de cerca experiencias parecidas y puedo corroborar
lo más esencial de lo que dices de tu hermano. Esta
web ha confirmado mis sospechas y ampliado increíblemente
mis conocimientos sobre el asunto, pero mucho antes de que
existiera también llegué a la conclusión
de que El problema es que son gente buena con buenas
intenciones, ya que estas no bastan para garantizar
la bondad de las acciones, como recuerda el conocidísimo
dicho: el infierno está lleno de buenas intenciones.
Deseo de todo corazón que tu hermano pueda recuperarse
del todo.
Querido Antrax:
Tal como escribes ayer, yo también Creo que católicos
y no católicos con capacidad de análisis y crítica
pueden y deben poseer una visión de conjunto...,
pero no veo fuera de lugar que profundices y digas lo que
quieras en este sitio aconfesional con tu punto de vista
sumamente crítico sobre personas canonizadas por la
Iglesia Católica.... Más aún, pienso
que el conocimiento de los bajos fondos del cristianismo,
de sus vicisitudes y de sus personajes, puede ser muy necesario
en el intento que acometemos entre todos de descifrar y valorar
el movimiento religioso que se autocalifica ¿sin jactancia?
como Obra de Dios. Además, si analizamos y criticamos
la personalidad y conducta de Escrivá ¿por
qué razón no habríamos de hacer lo mismo
con otros canonizados cuando convenga?; al fin y al cabo,
él se amparó o escudó en algunos de ellos
y se creyó un escrupuloso guardián de la tradición
cristiana.
Un fuerte abrazo para ambos
Fulcro
NOTA: cuando el oreja que está de
guardia contesta a alguno de los correos, en asuntos del opus,
su comentario va en cursiva y es la opinión personal
del oreja que contesta. Lo hace expresando su opinión
como uno más de los que escribís, no
como línea editorial de la web. Sus opiniones son igual
de personales -y criticables y respetables- como las opiniones
que se vierten en los correos que se reciben. Cuando el
tema al que responde el oreja es una pregunta en relación
a cuestiones técnicas, sugerencias, inclusión
de nuevas secciones... etc., lo hace en nombre de los orejas
que creamos la web, la mantenemos y la actualizamos.
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