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CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 3 de diciembre de 2004


(de R.- Brasil) La Señora de los Anillos

Hace hoy siete días, salió desde Brasil un "Hobbit" con un anillo de oro en su bolsillo. Su misión, después de enfrentar criaturas perversas del capitalismo salvaje en las islas británicas, es llevar el anillo a Madrid, donde lo entregará a los Orejas en manos de Agustina.

Dentro de veinte días se cumplirá un año desde que llegué al final de "el otro plano inclinado" y escribí "la otra carta al Padre". Desde aquél día, cada vez que abría el cajón donde dejé mi "anillo de la fidelidad", me preguntaba "¿Qué hacer con eso?".

Guardarlo como recuerdo, yo no lo quería. Recuerdos ya tengo más de lo que me gustaría. Y además, por lo que significó para mí ese anillo, sería más bien un recuerdo doloroso, el recuerdo de un engaño que yo creí ser fidelidad a Dios; recuerdo cómo se ha arrojado a la basura sin miramientos aquello que yo tenía de más valioso en mi corazón. Para recuerdo, todavía conservo mi cilicio y mis disciplinas, que representan con más propiedad aquello que recuerdan.

Convertir el anillo en dinero para mis gastos personales tampoco era una idea que me gustaba. El simbolismo inevitable de convertir ese anillo en "algo más útil" (libros, medicinas, lo que fuera) tiene para mí algo de desagradable.

Fundirlo y transformarlo en otro objeto también no parecía una buena salida. En cualquier forma que le diera, sería un recuerdo indeseable, una sombra que no querría acompañándome.

Como aquél anillo de Tolkien, ese también "no podía" ser usado, ni guardado, ni destruido, ni convertido en otra cosa. Y me ocurrió que, como el anillo de la historia, a ese le podría dar el mismo fin: enviarlo en manos de un portador "al lugar donde ha sido concebido" para ser derretido en el fuego y con eso ayudar a curar los males que otros anillos como él, esparcidos por el mundo, han creado.

Le he pedido a Agustina que el anillo sea convertido en dinero para ser usado en la manutención de OpusLibros. A Agustina le ha impactado ese pedido. Incluso hubo dudas por su parte en aceptarlo. También con el anillo de Tolkien pasa eso de que todos aquellos cuyo corazón se mueve por el bien no lo quieren aceptar, mientras que los que tienen el corazón lleno de rencor, hambre de poder, vanagloria etc. lo quieren a toda costa.

Pero Agustina no cree saberlo todo, ni tener su misión inequívocamente revelada por Dios, ni sus concepciones "más que dibujadas, como esculpidas en piedra". Así que ha actuado con humildad ejemplar. Ha pedido consejo a personas muy idóneas. Me ha honrado mucho con la elección de esas personas. Todas (mis gracias a ellas) le dijeron sin dudar que aceptara mi pedido.

Una de las personas a quienes Agustina le pidió consejo es también ella una víctima de la organización. Contribuye regularmente con OpusLibros y soy un gran admirador de ella. Le ha gustado la idea y le ha prometido a Agustina llevarle su anillo cuando viaje a Madrid. Así que empecé a llamar en broma a Agustina, "La Señora de los Anillos".

Y con eso, hago la invitación a que otros, a quienes les parezca buena la idea, hagan lo mismo. No tanto por la ayuda en dinero que pueda representar para OpusLibros esa donación (no creo que mi anillo llegue para cubrir los gastos de un mes siquiera de OpusLibros), sino por tener la oportunidad de darles gracias a los Orejas (que nunca aceptan nuestras ofertas de ayudarles con los gastos de la web) con un gesto lleno de simbología.

OpusLibros ofrece a las víctimas de la organización una ayuda directa y insustituible. Lo sabemos muy bien. Pero hay algo más, que se descubre después de que "pasó lo peor". OpusLibros nos ofrece a todos nosotros la oportunidad de hacer algo de bueno con toda la historia de nuestra equivocada entrega. Y eso, también, es para darles muchas gracias a los Orejas: la oportunidad de convertir en servicio y donación para otros una "entrega" que de otra manera no sería más que una experiencia frustrada.

Pensando en eso, me parece muy apropiado que el anillo que en su día fue el símbolo material de esa "entrega", sea convertido en ayuda material para el medio por el cual esa entrega se ha canalizado.

Les hago también a los Orejas una sugerencia, por si les gusta. Que fotografíen y cuelguen en la web las fotos de los anillos que reciban, con el nick del respectivo dueño y sus "fechas extremas" (la de "la carta al Padre" y la de "la otra carta al Padre"), como una prueba material más de la veracidad y de la rectitud de lo que se publica en OpusLibros.

Una vez más (nunca será demasiado) mis gracias a los Orejas por su trabajo insustituible y a todos los que contribuyen en la web, por su ayuda. Que José Tomás me perdone por llamarle "hobbit" ;) y mis saludos a todos y todas los que se reunirán con él en tertulia en ese segundo Domingo del Adviento.

R.

(Nota de Agustina. Querido R., y queridos todos: ya os imagináis la impresión que nos causó el ofrecimieno de R. Las personas a las que pedí consejo sobre si debía aceptarlo o no, me dijeron que sí, sin dudarlo. Una de ellas fue Paloma -no ha sido de la Obra ni tiene nada que ver pero es mi amiga-. Ha pasado por la experiencia de un duelo (murió en accidente su marido a los 8 meses de casados y quedó embarazada de 3 meses. Su hija Laura tiene ahora 3 años). Paloma me dijo: "tienes que aceptar su anillo por lo que significa de liberación tras un proceso de dolor y de duelo". Otra buena amiga, a la que se refiere R. y a la que pregunté al respecto, me escribió: "espera a que yo te lleve otro "paquete" semejante cuando vaya a Madrid, porque lo que se le ocurrió a R. es sencillamente una maravilla. Por supuesto tienes que aceptarlo, no tienes derecho a rehusar una ofrenda hecha con tanto corazón y sencillez. Tienes que aceptarlo con el mismo agradecimiento y la misma apertura con la que nosotros a diario aceptamos el esfuerzo y el trabajo de los orejas para hacer la web, tanto en lo que se ve por fuera como en lo que no se ve". Y también le pedí opinión a Javier (el oreja que lucha incansablemente con la nueva web que, por cierto, vuelve a funcionar) y tampoco dudó en que teníamos que aceptarlo por lo que significaba, tal y como R. explicaba los motivos por los que nos enviaba su anillo. Un abrazo para todos y hoy, en especial, para R., de Agustina.)


(de Mercy) Mi historia

Conclusión.

Lo que sigue de la historia es el inicio de una vida feliz, al lado de mi esposo y de mi hija las dos personas mas maravillosas de mi mundo. Mis dos amores, para los que vivo cada día. Por ellos trabajo y me esfuerzo con la ilusión de ser para ellos, lo que ellos son para mi, mi pedacito de cielo.

[...]

(Última entrega de Mercy, "Conclusión", a su escrito "Mi historia completa". Pasará a ser, en los próximos días, un 'libro silenciado'. Gracias Mercy!!)


(de Antigone)

Para Angela

Desde Argentina escribes y desde allí mismo te respondo.

Me has desconcertado con tu carta del 1 de diciembre. ¿Cómo has logrado recibir continuamente información de esta web, "que no te interesa para nada"?. Pásame la fórmula porque yo quisiera entrar más seguido y no siempre puedo. Les pido a los Orejas que si han implementado un sistema de "noticias a domicilio" me incluyan en el listado, por favor!!!!!

No tengo la sensación de estar leyendo aquí "acusaciones" de gente que ha pertenecido al Opus Dei, simplemente leo testimonios de vida. Puedes compartirlos o no pero no acuses a los demás de falsear la verdad.

En cuanto a lo de "ser valientes" y "demostrar la verdad", me ha sonado un tanto agresivo y descalificatorio. Todos los que contamos nuestra experiencia dentro de la Obra hemos trasmitido nada más ni nada menos que la realidad de lo vivido.

Vos no estuviste dentro, yo sí y puedo asegurarte que nunca falsee tanto la verdad como en ese tiempo (y no es que me fascinara hacerlo, simplemente seguía las indicaciones de lo que era "tener buen espíritu").

Yo decía que estaba en el mundo ("cristianos corrientes en medio del mundo" -como decía don Escrivá y como vos mencionas) y con el mundo no tenía nada que ver. No hacía lo que los demás. No me vestía como a gente de mi edad (me detectaban a miles de kilómetros). La ropa no la elegía personalmente sino que me la daban para que la usara y me la sacaban, tras revisar mi placard dos veces al año. Los trabajos me los conseguían o asignaban ("Interesa que vayas a trabajar a tal sitio"; "Conviene que dejes esa actividad". ¿A quién le interesaba?. ¿A quién le convenía?). Hoy más de uno que está desocupado en nuestro querido país, desearía tener una hada madrina que le consiga trabajo de esta manera. Pero claro, "estábamos en medio del mundo".

Si quieres puedes leer con calma los tantísimos testimonios que puedes encontrar aquí mismo y ratificar esta idea y otras tantas.

¿Pensas acaso que todos nos hemos puesto de acuerdo para desprestigiar a la Obra?.

¿Qué no somos serios y valientes?. Yo diría exactamente lo contrario: nuestra seriedad consiste en no permitir que la Obra siga difundiendo verdades a medias, verdades acomodadas a su conveniencia. Hay más que valentía en cada uno de los que comparten sus experiencias en la web: hay heroísmo, pero vos no podés comprenderlo porque juzgas sin haber sido parte.

Angela, ¿cuál es tu verdadera preocupación con esta web?. No sabes si eres creyente, tampoco eres miembro del Opusdei. ¿Eres, simplemente una defensora de una verdad que no conoces?

Saludos a tod@s
Antigone


(de Chamogüiny) Para Ana Azanza

Estimada y erudita Ana:

He leído tu escrito de 1 de diciembre en el que respondes a algunas de mis afirmaciones de un escrito anterior. Y naturalmente tengo que estar de acuerdo con algunas de tus tesis y en desacuerdo con otras. Pero esto es lo divertido de las discusiones: si todos estuvieran de acuerdo en todo, el Mundo sería muy aburrrido.

Dices que Franco se entrevistó en Hendaya con Hitler y le mandó una División Azul para Rusia. ¡A ver! ¡A la fuerza ahorcan! En aquellos tiempos no estaba el horno para bollos y los compromisos se resolvían con hechos de armas. Franco agradeció el favor prestado por los nazis durante la guerra civil española lo más parcamente que pudo.

Pero eso no significa que estuviera de acuerdo con la ideología nacional-socialista que Hitler aplicaba. Es más, incluso salvó a algunos judíos de los nazis, dándoles pasaporte español.

Y, ciertamente, la Falange derivó en un socialismo nacionalista a la muerte del fundador, quien no era así en absoluto, según opinión de Aranguren. Quizá porque el nazismo era el modelo ideológico a seguir en los primeros años cuarenta. Quizás por pura pereza intelectual.

Pero Franco no era así, ni mucho menos. El pensamiento de Franco era el clásico conservador de la pequeña burguesía española, más proclive a la seguridad que da la cercanía al poder que del riesgo de la libertad económica. Por eso Franco, que inauguró todo lo inaugurable, jamás fué a una sesión de la Bolsa, el Mercado por excelencia. El paradigma social del sedicente Caudillo estaba en el modelo anterior a la Revolución Francesa, con sus gremios, con sus marquesas, con su primacía de la Iglesia, ¡que le hacía entrar en los templos bajo palio! ¿Se imagina alguien a Hitler entrando en una catedral bajo palio?

En esta concepción de la vida ideal anterior a la revolución liberal por excelencia coincidía con monseñor Escrivá. También él provenía de la pequeña burguesía y también él aspiraba a un status privilegiado dentro de una jerarquía social inmutable. Su ascensión social lo demuestra: ese rodearse de marquesas, por ejemplo, pero sobre todo la reclamación de un título nobiliario. Su miraba estaba firmemente fijada en el siglo XVIII.

Recuerdo una conversación fascinante con un profesor de Filosofía de la Universidad de Navarra en los años setenta del siglo pasado. Nos contaba cómo Escrivá, después de sufrir sus desventuras por causa de la guerra civil, había llegado a la conclusión de que dicha guerra era un episodio más de los desastres civiles del siglo XIX. Era otra guerra carlista más, entre los malvados liberales y los bondadosos carlistas. Por lo que intentó fijar el momento anterior a aquél en el comenzó el caos del s. XIX: la monarquía de Fernando VII.

Por eso la Facultad de Historia de la Universidad de Navarra empezó una serie de estudios o campañas para tratar de reivindicar la figura de Fernando VII como el bueno de la película. No sé en qué acabaría la cosa, pero me imagino que desistirían al poco de comenzar, pues, por un lado, no se ha vuelto a saber nada de ello; y por otro, lavar la imagen de Fernando VII es tarea para muchas generaciones de Mister Propers.

Pero, en definitiva, la afinidad ideológica de los dos personajes de nuestro diálogo sólo puo darse en España. Y sus fobias personales al liberalismo, a la masonería, y a la libertad individual hicieron de ellos unos aliados objetivos. Aunque la suspicacia del gallego impidiera que fuera obispo.

Un inciso: espero no haber sido aburrido en exceso para nuestros amigos americanos. Pero, claro, de aquellos polvos vinieron estos lodos, y la situación política en España es la que es, porque fué la que fué. ¡Qué se le va a hacer!

Y ya para terminar, tengo que darte la razón en que la libertad, sin igualdad, no es justa. Pero la igualdad entendida como igualdad en las oportunidades. Aquella igualdad en la que todos empiezan igual y cada uno se labra su propio futuro. Lo que significa que la educación debe llegar a todos, para que todos puedan comenzar su vida en igualdad de condiciones con los demás. Esta es, en mi opinión, una de las tareas a las que debe dedidarse el Estado con más ahínco.

En eso choca la práctica del Opus frontalmente, pues su intención es hacer colegios elitistas, donde los privilegiados puedan disfrutar de una educación superior. Tarea en la que han fracasado miserablemente, según nos ha contado Satur, entre otros. Y de lo que yo mismo puedo dar fé.

En los cuales colegios, la libertad se entiende como la libertad de hacer las cosas que responsablemente deben hacerse, es decir, las que la jerarquía ha decidido que es lo correcto. En lugar de ofrecer las opciones posibles, dejando que cada cual opte por lo que libremente decida, y apechugue luego con las consecuencias de sus actos. Lo cual sería, aparte de más justo, más cristiano. Porque, ¿qué mérito moral hay en obedecer lo que te mandan? Conozco una manada de delfines que lo hace estupendamente.

Estimada Ana: como has podido ver, he intentado evitar las palabras derecha e izquierda, dando un contenido más concreto a las opciones políticas que he comentado en este escrito. No sé si he conseguido hacerme entender, pero lo he intentado. De esa manera pretendo evitar las simplificaciones al uso, que nos llevan en algunos casos al caos más absoluto.

Recuerdo que hace unos quince años se cayó el Muro de Berlín y se desintegró la Unión Soviética. Pues bien, los comentaristas de los telediarios las pasaron de a metro para distinguir las diferentes posturas de las facciones en liza. ¿Era Gorbachov más de derechas que Yeltsin? ¿Era Putin un revolucionario izquierdista comparado con Gorbachov? ¿Milosevic era de derechas o de izquierdas; conservador, reaccionario o revolucionario? El desconcierto era monumental. Y en muchos casos todavía lo sigue siendo.

Y en conclusión, estimada Ana, quisiera extraer de todo este tocho una enseñanza: que el Opus no está en este Mundo. Que viven en una realidad ficticia. Que tienen sus piés firmemente anclados en el Ancien Régime y en el paradigma de la Iglesia Medieval que fascinaba a su fundador. Por lo que la Historia los barrerá a la larga o a la corta. No sin haber causado antes los daños que están causando a las víctimas que les caen entre sus manos.

Esperemos ver su final.

Un cordial saludo.

Chamogüiny.


(de Epi)

Amigos, salud:

Suscribo de cabo a rabo la carta de Ana Azanza y, por supuesto, la de Melqui: quizá no sea la Iglesia la obsesionada con el sexo, sino yo (y el Opus, claro).

Emejota me corrige el dato: no son el ochenta por ciento, sino el setenta por ciento los padres que eligen para sus hijos religión católica en la enseñanza. De todos modos sigue siendo una amplia mayoría, y teniendo en cuenta que es la única asignatura que eligen los padres y a ellos corresponde la tarea de educar a sus hijos y no al Estado, ¿con qué argumentos la va a negar el Estado a los que la piden? Además es milagroso que los padres sigan eligiendo para sus hijos religión católica teniendo en cuenta que esa asignatura no cuenta para nota y que en la alternativa a la religión que escogen los otros, casi ningún profesor hace nada, menos yo, claro, que les doy religión por un tubo.

Cree Emejota que se vulnera la libertad de conciencia dando formación religiosa no confesional a los alumnos. ¿Desde cuándo enseñando se vulnera la libertad de conciencia? ¿Es que acaso se puede aprender de todo menos religión para no vulnerar la libertad de conciencia? Lo siento, Emejota, pero la libertad de conciencia sólo se vulnera si obligamos al alumno a comulgar con lo que se le enseña. Pero si no le damos formación religiosa, vulneramos su derecho a la educación. Así que, confesional o no, religión tienen que dar los alumnos. Es una asignatura más importante que otras que se imparten en ciertos institutos y autonomías: flamenco, Historia de Andalucía, Historia de Cataluña... catetadas aldeanas frente a las grandes cuestiones como la religión o la filosofía.

Por último, Emejota, me incluyes en el mismo saco que los obispos como si eso fuera un insulto, y luego arremetes contra la santa coacción. La santa coacción es mala según para qué se use. Si se usa para chantajear sentimentalmente a un efebito para que se haga nume, me parece muy requetemal, pero si se usa para obligar a los menores a que aprendan lo que sus mayores consideran que tienen que aprender, me parece muy requetebién. No hay nada absolutamente malo bajo el sol, ni siquiera la santa coacción.

La carta de Ramón no tiene desperdicio. Se escandaliza, como una ursulina, porque hay un 0´7 de católicos que prefiere prevenir el SIDA con la fidelidad o la abstinencia. Vivir y dejar vivir. Yo conozco más gente fiel que promiscua, a la que el consejo de la fidelidad les viene mejor que el del condón. Además, cuando uno tiene relaciones sexuales, no se limita a meter una cosa en otra, sino que antes hay muchas humedades. Por eso el condón no es la panacea.
Ramón dice que no hay consenso en la cuestión de qué es un ser humano. En efecto, no hay consenso, pero lo cristiano, lo progresista, lo que además hace el Derecho, es elegir siempre la interpretación que favorezca al débil, y en este caso el débil es el nasciturus. Además, si un embrión no fuera un ser humano, ¿por qué lo íbamos a ser tú y yo, que somos como él un montón de células, sólo que más cagonas y pedorras y con más mala leche?

Por último, Ramón, lamentas que en la derecha española haya tanto opusino infiltrado, como si eso fuese un defecto objetivo de la Derecha o del Opus. Y digo yo: ¿te gustaría que te prohibiésemos a ti infiltrarte donde te dé la real gana? Cada cual se mete donde quiera y hace proselitismo donde le venga en gana. Yo por ejemplo hago proselitismo de mis ideas entre mis trescientos alumnos, y a mucha honra.

Saludos
Epi


(de Dionisio) poderoso caballero es don dinero

Querido Compaq:

En efecto, creo que tus intuiciones y presentimientos (¿barruntos? :-) cuidadito no te vayas a contagiar) están bien encaminados. Si dicen que guardan el corazón con siete cerrojos, el dinero debe estar guardado con siete mil cerrojos y claves. Fíjate que después de haber estado allí varias décadas no tengo información sobre el entramado financiero del opus y su entorno. Todos sospechamos (basta saber sumar) después de haber estado en un consejo local de san Gabriel que las cantidades que se manejan son enormes. Sin embargo, los que han estado metidos a fondo en ese movimiento masivo de dinero son muy pocos y seguramente siguen allá adentro. Yo apenas tuve referencias tangenciales de uno, español que vivía en Estados Unidos, Manolo, no me acuerdo del apellido, me parecebe que empezaba con B. Sé que murió de viejo. Casi toda la vida de este numerario estuvo dedicada a trabajar en las grandes finanzas del opus.

Pienso que tu objetivo es muy importante y seguramente peligroso. No quiero desanimarte, pero sabiendo que algunos del gobierno de Felipe González no pudieron incarle el diente al opus como les hubiera hubiera gustado, me parece que lo vas a tener muy difícil.

Mientras tanto, lo que vamos haciendo entre todos, tú mismo con un nivel destacado, el papel de mosca cojonera, tiene también su impacto financiero no despreciable. Cuanta más gente esté avisada menos incautos engañarán, para seguir sacándoles dinero y vida. Será imposible calcularlo, pero estoy seguro de que entre todos les estamos haciendo daño en el bolsillo, que es, como acertadamente piensas, donde más les duele.

Creo que debemos felicitar el gran nivel de todo lo que se está escribiendo.

Saludos a todos.

Dionisio

P.D. A mí también me gusta mucho todo lo que escribe Victoria (1 de diciembre). ¡Sigue! Lo que no me gusta es que Ramón (1 de diciembre) se despida para siempre después de haber destapado el frasco donde guarda tanta sabiduría. Ramón, esta página creo que tiene un sitio para tí. Te ruego que reconsideres tu decisión. Otros hay que me gustaría que se despidieran para siempre, pero a mí me ha encantado tu correo. ¡Sigue!


(de Emevé)

Querido Carlosmanuel, tengo sobornada a una oreja que me ha pasado tu mail antes de que salga publicado, porque la tengo como un zancudo en la ídem, diciéndole que cuando escriba un peruano me avise... el soborno me va a costar una copita 'pisco sour', espero que tú lo sepas preparar porque yo soy un desastre (eso no se lo cuentes que la tengo engañada, jajaja)...

Te cuento que no eres el único peruano que visita opuslibros, hay varios, pero no todos son exes y no todos escriben, de hecho la única peruana que escribe actualmente c’est moi y así en puro afán paranoico me pregunto si no serás un invento de la aop regional para neutralizar mis valiosos, casi ganadores del premio pulitzer, aportes a la web... así que cuéntame por fa un poco más de ti, para romper el hielito de la duda que me cubre esta tarde...

De otro lado, pienso yo que si los ex hermanitos tuyos y míos me quisieran ubicar sólo tendrían que leer lo que escribo, porque si ocupé alguna vez un lugar en sus mentes y si de verdad me llegaron a querer y conocer, les sería fácilmente identificable (después de lo dicho confirmo que JAMAS se preocuparán siquiera en buscarme porque les exigiría unas disculpas que me merezco), y hasta me da un poco de "adrenalina" pensar en que me encuentran y les digo algunas cosas a la cara... pero es mejor evitar la tentación... por el momento.

Bueno chico, estoy expectante por saber más de ti... Espero que te animes y escribas prontito tus vivencias en la web...

Un beso por adelantado...

Emevé


(de Ibert) CODIGO DA VINCI

Estimados orejas,

En varias oportunidades se ha opinado sobre el libro de CODIGO DA VINCI. Si bien este libro es solo una novela, sin pretensiones históricas y menos aun, que el tema central sea la opus, no por ello deja de tener algunos aspectos interesantes.

Les adjunto un artículo del escritor Umberto Eco, que me parece que pone las cosas en su lugar sobre el asunto, por lo menos el histórico que es más relevante, en el libro, que el tema de la opus. Y para que Eco se haya dado el tiempo de leer algo que algunos consideran poco digno de atención, quiere decir este libro algún mérito tendrá. Desde ya, hablar de tema de la Opus, aunque no sea en forma rigurosa, impulsa la curiosidad para que la gente se interese en esta institución, más aún si fue atacada ferozmente por la misma.

Adjunto el artículo, aunque en italiano, que las orejas, como buenos exopus, dominan este idioma

Como siempre, saludos y felicidades

Ibert


(de Angel) Carta abierta a Emilio

Querido Emilio:

Planteas un interesante dilema: a quien creer a está página o a las páginas oficiales (o encubiertas) del Opus Dei. Tratare de demostrarte que no existe esa disyuntiva, sino que más bien son complementarias. Partamos de un hecho: los documentos internos que se publican aquí no sólo no han sido desmentidos; sino que incluso los del Opus Dei han aceptado que son verdaderos.

Por ejemplo, en un correo del 17 de noviembre un miembro de la prelatura que firmaba con el nombre de Joseph María decía: “Hacéis mal en publicar cosas que no se venden en las tiendas porque son de mi familia”. Y agregaba: “Los libros de Meditaciones harán mucho bien: son buenísimos. Los otros textos institucionales también son muy buenos, y desde luego no merecen que se les trate furtivamente como hacéis”.

Además, ten por seguro, que si algún documento hubiera sido falsificado, hace mucho tiempo que hubiera sido esgrimido como argumento –y con razón contra la credibilidad de esta página.

No hace falta ser psicólogo para saber que a veces el dolor o el resentimiento, puede distorsionar los testimonios personales y ponerlos en duda. Pero ningún sentimiento afecta a la objetividad de los documentos. Más aún, si analizas con detenimiento, verás que esos textos corroboran, en lo fundamental, las versiones de los ex miembros, más allá de la pasión que se le ponga.

Lo que informa el Opus Dei sobre si mismo es en líneas generales correcto. Lo que no dice es todas las consecuencias. Te pongo un ejemplo, habla de que se ocupa de proporcionar dirección espiritual a sus miembros para buscar la santidad personal. Sin embargo, oculta la verdadera naturaleza de esa dirección espiritual, ni como se utiliza y, menos aún, que la información íntima que se cuenta al director es compartida con otros en los diversos niveles, ejerciendo así un mejor control sobre los fieles de la prelatura.

Si quieres saber que significa realmente en la práctica dirección espiritual para el Opus Dei, tienes que leer el informe interno sobre un numerario que se traslada de una delegación a otra; y el informe interno sobre un numerario para el que el consejo local solicita que se le conceda la fidelidad, que están publicados en esta página.

Veamos otro caso. El Opus Dei sostiene que no incorpora niños. Sin embargo, en estas páginas encontrarás más de un testimonio de que ingresaron a los 14 y medio, 15 o 16. En una de las webb oficiales del Opus Dei que has leído se afirma: “Nadie puede incorporarse jurídicamente a la Prelatura hasta que ha cumplido al menos dieciocho años de edad, la mayoría de edad legal en casi todos los países. Por otro lado, lo cierto es que casi todas las personas que se incorporan al Opus Dei lo hacen después de haber cumplido los veinte o treinta años; y bastantes lo hacen aún más tarde”.

Añade: “Una persona que ha pedido formalmente ser admitida en el Opus Dei, debe esperar como mínimo un período de seis meses antes de que se le conteste afirmativa o negativamente. Durante ese tiempo de espera, se le explican detalladamente los aspectos espirituales y prácticos del Opus Dei. Al finalizar ese plazo, si continúa deseándolo y se cree que tiene realmente vocación al Opus Dei, esa persona es admitida. A lo largo de los siguientes doce meses (como mínimo), se le explican de nuevo todos los aspectos que deberá vivir a lo largo de su vida, y se da respuesta a todos sus interrogantes. En todo este tiempo, a pesar de haber solicitado formalmente la admisión y de habérsele concedido, la persona interesada no está todavía incorporada jurídicamente al Opus Dei.”.

Continúa: “La edad mínima para incorporarse jurídicamente al Opus Dei es de dieciocho años. Por tanto, nadie puede ser admitido antes de los diecisiete, ni se toma en consideración la petición de admisión de quienes no hayan cumplido los dieciséis años y medio. Las personas que, a partir de los catorce años y medio, deseen pedir la admisión, podrán hacerlo como aspirantes (…) Los aspirantes no son por tanto fieles de la Prelatura. En el momento en que una persona pide la admisión como Numerario o Agregado, queda bajo la jurisdicción de la Prelatura. Los aspirantes, por tanto, no están aún bajo esa jurisdicción, y no son fieles del Opus Dei ni han adquirido ningún compromiso jurídico”.

¿Es falso lo que afirma el Opus Dei?, por supuesto que no. Pero si se lee con cuidado el énfasis se pone en que “jurídicamente” es así, aunque al que comienza este itinerario en ningún momento se le dice que está en periodo de prueba o de manera temporal, sino que se le recalca desde el primer momento que es para siempre; y no se permite dudar de la vocación que los directores han descubierto.

Pero hay más. Si lees con cuidado se afirma que “en el momento en que una persona pide la admisión como Numerario o Agregado, queda bajo la jurisdicción de la Prelatura”. Es decir que si comienza a los 14 y medio su camino, seis meses después –cuando es admitida- o sea a los 15 años; ya está “bajo la jurisdicción de la prelatura”. ¿Y donde quedó el mínimo de 18 años? ¿Es posible estar bajo la jurisdicción y no ser jurídicamente fiel de la prelatura, como se afirma?.

Todo este galimatías se aclara si lees las Constituciones los Estatutos y otros documentos que aquí están publicados, además de los testimonios. El Opus Dei no da la información completa y hace como aquel que se fue a confesar y se acusó de robar una cuerda. Pero no dijo que la cuerda estaba atada a un burro y éste a una carreta, que llevaba encima una cosecha.

¿Por qué sucede esto?, porque existe una contradicción esencial en el Opus Dei. Se presenta como un movimiento laical y es de naturaleza clerical. Se trata de una prelatura, conformada y dirigida por clérigos, a la que se asocian laicos sólo en calidad de “fieles”.

Esos fieles, especialmente los que viven en celibato apostólico –numerarios y agregados- tienen una forma de vida poco secular, fruto de sus objetivos y de que se trató de adaptar para ellos las prácticas tradicionales de los religiosos: cilicios, disciplinas, lectura de la correspondencia, cuenta de conciencia (confidencia o charla en el Opus Dei), el capítulo de faltas (las autoacusaciones de rodillas en el Círculo Breve), etc. Viven como religiosos de los de antes, sin serlo jurídicamente.

Asimismo, las mujeres en el Opus Dei realizan en las casas las tradicionales funciones de los legos o donados en los conventos. Además, consideradas hijas de Eva, han heredado la carga negativa de que las rodeó la visión tradicional de cristianismo. Por eso, duermen sobre madera y no en colchones y se proclaman esclavas del Señor.

Se trata de presentar como expresión de modernidad religiosa, pero responde al más rancio fundamentalismo católico; y no sólo en sus concepciones espirituales, sino también en su praxis.

Estas contradicciones llevan a destacar sólo lo que interesa a la imagen pública, manteniendo en la sombra aquello que desdice de esa imagen o podría abrir debate sobre su verdadera naturaleza. En los testimonios de estas páginas, podrás encontrar lo desgarrador que resultó para algunos este divorcio entre lo predicado y lo vivido.

Un saludo
Ángel




 

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