Catecismo
de la Obra: capitulo 'Salida'
(7ª edición, 14/2/2003, p. 52-55)
Dúo Dinámico, 1 de marzo
de 2004
Pensando a los fieles de la Obra que se hacen preguntas sobre
su pertenencia a la Prelatura, o a quienes hayan dejado la
Obra y siguen con dudas de conciencia, queremos publicar los
puntos del Catecismo
de la Obra que hacen referencias al proceso de salida,
haciendo también algunos comentarios al respecto. Nos
parece sumamente importante saber exactamente los derechos
y deberes que se tienen en esas circunstancias muy peculiares
de la vida de uno. Esta clarísimo para nosotros que
cada persona tiene como primer deber buscar la voluntad de
Dios para su vida. Por eso, si a uno le parece que se equivocó
cuando ha pedido la admisión en la Obra (cualesquiera
que sean las razones), tiene que buscar con mucho cuidado
cual es la voluntad de Dios para él mismo, cual es
su camino de vida cristiana y actuar en consecuencia.
Lo primero en esas circunstancias es ahondar en la oración,
buscarse algún lugar donde uno llega realmente a rezar
frente a Dios, en el fondo de su conciencia para tratar de
entender lo que Dios le está pidiendo para su vida.
Es importante que aspectos secundarios (amistades con otros
de la Obra que se podrían perder, posible perdida del
trabajo, el miedo de tener que rehacer su vida, etc.) no vengan
a interferir en la toma de una decisión tan importante
(aunque puedan interferir en el proceso, como por ejemplo
buscarse otro trabajo antes de pedir la salida de la Obra),
y también es importante tomar el tiempo necesario para
llegar a tomar una decisión (seguir en la Obra o pedir
la salida).
Ese tiempo depende de cada persona y de la capacitad de encontrarse
de verdad a solas con Dios. Puede ayudar el hecho de pedir
consejo a otras personas, pero está clarísimo
que es una decisión sumamente personal; no hay nadie
que pueda tomar este tipo de decisión para otra persona.
Allí, puede ayudar buscar el consejo de algún
sacerdote o laico que nos entienda de verdad y nos respete
(que no nos vaya a meter más presión en la conciencia,
pero simplemente para que nos ayude a aclararnos y nos ayude
a buscar la voluntad de Dios para nosotros). Hay muchas personas
así en la Obra, pero hay que buscarlas (también
para eso están disponibles los Orejas de Opuslibros
o algún buen amigo que nos comprenda). Por eso, es
también importante llegar a tener la suficiente libertad
interior para llegar a este tipo de decisión (repetimos:
sea quedarse o irse. Aquí no estamos para hacer que
alguien se vaya de la Obra. Pero si alguien busca otros elementos
de reflexión y eso le ayuda a encontrar lo que Dios
espera de él, tratamos de darle puntos de referencia
que le permitan tomar una decisión más ponderada).
También queremos añadir comentarios a ciertos
puntos que no nos parecen adecuados y que, a nuestro parecer,
sería muy bueno que cambiaran.
Parte 1 : Capitulo V: Salida de la Obra (qq 77-85)
77) Pregunta :¿De qué modo conduce el espíritu
del Opus Dei a la perseverancia de sus fieles?
Respuesta: El espíritu del Opus Dei conduce a que
la perseverancia de sus fieles sea, en todo momento, la consecuencia
del deseo constante de servir libremente al Señor y
de buscar la santidad propia y la ajena.
Letra pequeña: De este modo, cada uno
siente la responsabilidad de que si persevera en la Obra es
porque ejercita su propia libertad -in libertatem gloriae
filiorum Dei-, sin que sea posible ninguna coacción.
Por eso, si algún miembro desistiera de perseverar,
se le ayudaría con todo cariño para que reaccionara;
si, a pesar de esa ayuda, abandona la vocación, se
le procura atender espiritualmente y, si lo desea, se le puede
nombrar de Cooperador. Otra consecuencia de este espíritu
es no dejar que se pierda para el apostolado y, en lo posible,
para la vocación, ningún alma que se acerque
a la Obra.
Un aspecto muy sorprendente de este punto del Catecismo es
que no deja ningún espacio para la posibilidad de que
una persona hubiera podido equivocarse al pedir la admisión
en la Obra. Al contrario, se dice 'si, a pesar de esa ayuda,
abandona la vocación'. Por lo que, según los
autores del Catecismo, las personas de la Obra que se van,
están abandonando su vocación. No existen otras
explicaciones. De ser así, no es de extrañar
que los directores hagan tanta presión para que la
gente no salga de la Obra, para que la gente no se alejen
de su camino, ya que -siguiendo este razonamiento- después
de haber pedido la admisión, seguir en la Obra se convierte
como único camino para vivir su vida cristiana. Ya
no hay otro camino valido. En consecuencia, los directores
piensan tener el deber de decirlo así a los que dudan,
porque si no lo hicieran así, tendran que dar cuentas
a Dios en el día de su juicio por la ayuda -o la falta
de ayuda- que hayan proporcionado.
Es interesante darse cuenta de esto porque explica la fuerte
presión que se pone sobre las almas. Y, además,
se hace con buena intención. Eso indica como realmente
es el aspecto institucional el que prevalece sobre la busqueda
del bien de las almas. Explica también que esa presión
sobre la conciencia puede venir de personas (directores) amigas
porque piensan que hacen lo mejor para la persona, pero el
mismo tiempo están incapacitadas para escuchar a la
persona que duda. Si el único punto de partida para
razonar es que uno tiene la vocación, una vez que alguien
haya pedido la admisión -y todavía más
si llego a hacer la Fidelidad-, entonces lo único que
cuenta es el deber de fidelidad, no hay posibilidad, no hay
espacio para el diálogo, para tratar de explicitar
el porqué de las dudas. Toda duda y razón quedarán
en segundo plano frente al deber de fidelidad para seguir
en la Obra como única manera de seguir su vida cristiana.
En la misma linea va la última frase de este punto.
También en el apostolado, hay que procurar que todas
las almas se acerquen a la Obra y, en lo posible, piden la
admisión. Siempre porque se piensa que eso es lo mejor
para las almas (cfr. el escrito de don Antonio Ruiz Retegui
'Lo mejor').
De nuevo, no se busca lo que conviene a cada alma, sino más
bien que acaben por pedir la admisión porque eso es
el mejor camino de vida cristiana. No vamos a alargarnos en
este punto ya que lo hemos tratado largamente en el escrito
sobre 'Los Faroles'.
Por último, deseamos sugerir una nueva redacción
del punto del Catecismo citado ya que nos parece que dada
su estructura sintáctica causa las confusiones anteriomente
dichas.
Pensamos que para que los términos "conducción"
y "abandono de la vocación" no se malinterpreten,
y para que se deje totalmente claro que la perseverancia es
una cuestión de absoluta libertad, quizá se
podría decir algo tan sencillo como:
--- ¿De que modo invita el espíritu del
Opus Dei a la perseverancia de sus fieles?
El Opus Dei, conforme su espíritu, invita a que
la perseverancia de sus fieles sea consecuencia de su deseo
personal, libre y constante de servir al Señor y buscar
la santidad propia y ajena en ese camino particular.
Y se aclararía a pié de página: Todos
los fieles gozan de total libertad para dejar la institución
conforme lo dicte su conciencia. A quienes tengan dudas vocacionales
se les brindará con cariño, respeto y considerando
sus circunstancias personales, toda la ayuda espiritual necesaria
para que aclaren su situación y puedan decidir prudentemente
conforme lo que Dios pida a cada uno. A quienes opten por
salir se procurara atenderlos espiritualmente y, si lo desean,
se les puede nombrar cooperador.---
De esa manera no se confunde la "conducción"
del "espíritu" por encima de la libertad
personal para continuar o no en la institución. Además,
queda de manifiesto que la libertad y gloria de los hijos
de Dios -su autodeterminación activa a amarle y amar
a los demás por Él- se puede vivir igualmente
en el camino de la Obra o fuera del mismo.
78) Pregunta: ¿Pueden dejar la Obra los fieles
que todavía no han hecho la Oblación ? [Nota
: la Oblación es la primera incorporación juridica
que se hace en la Obra, después de al menos un año
y medio de la pedida de admisión o a los 18 años
para los que pidieron la admisión como aspirante antes
de los 16 años y medio].
Respuesta: Los fieles que todavía no han hecho
la Oblación pueden, en cualquier momento, dejar la
Obra; y el Prelado o el Vicario Regional pueden también
disponer la salida de esos miembro, si no los encuentran con
las aptitudes oportunas.
Este punto y los siguientes relativizan un poco el anterior,
ya que queda más claro que hay libertad para salir
de la Obra. En el caso de los que no han hecho la Oblación
es lo más facil. Es suficiente decir a los directores
que uno ya no quiere seguir en la Obra y queda automaticamente
fuera. No hace falta esperar ninguna respuesta por parte de
los directores. Pasa lo mismo por parte de las autoridades
de la Obra. Pueden decidir en cualquier momento que alguien
no tiene que seguir (porque no tiene las condiciones idóneas
y entonces eso sería un signo que no tiene vocación).
Sin embargo, es experiencia común que los directores
no tan fácilmente van a dejar que alguien salga de
la Obra si ellos no lo ven, y que van a tratar de 'hacerle
reaccionar' como se dice en el punto 77. Por eso, aunque se
diga que los fieles de la Prelatura que no han hecho la Oblación
tienen el derecho de dejar la Obra, no se lo facilitarán
si los directores no lo ven así.
Uno tendrá que dejar claro que su decisión
es firme e irrevocable, porque los directores aprovecharan
cualquier vacilación para tratar de hacerle volver
sobre su decisión (siempre buscando lo que piensan
es 'lo mejor' para un alma, es decir seguir en la Obra).
Sabemos que por ese motivo muchos se han quedado en la Obra
durante años y años a pesar de que veían
que no era su camino, que veían que no iban a vivir
toda su vida en la Obra. Esto a la larga es dañino
y destructivo tanto para la persona que persevera sin quererlo
en conciencia, como para la Obra.
79) Pregunta: ¿Qué conviene hacer si, antes
de su incorporación a la Prelatura, se ve que una persona
no debe seguir como Numerario o Agregado?
Respuesta : Si, antes de su incorporación, se ve que
una persona no debe seguir como Numerario o Agregado, pero
tiene vocación a la Obra, puede quedar como Supernumerario.
Antes de la Oblación, existe la posibilidad de pasar
de Numerario o Agregado a Supernumerario, en el caso que los
directores lo "vean conveniente". Lo puede pedir
el interesado, pero normalmente (si los directores no lo ven
así y que les parece que tiene las condiciones para
seguir como Numerario o Agregado) lo más probable es
que se le dirá que es una falta de generosidad y se
le denegará el permiso.
Aquí lo interesante está en que algunos directores
de la Obra no suelen aceptar la "alternativa" por
parte del interesado siendo uno de sus derechos si tiene la
"vocación al Opus Dei". Y el punto está
en que no se trata solo de lo que los directores "vean"
sino también de lo que el interesado ve en su conciencia.
El argumento utilizado para denegar el cambio generalmente
es el antedicho: si uno tiene las "cualidades" para
ser numerario o agregado ¿por qué ser tan poco
"generoso"? Ese razonamiento puede terminar siendo
un abuso de autoridad espiritual que impone externamente un
modo de vida. La vocación no es sólo cuestión
de las "condiciones" que se perciban desde fuera,
sino también de lo que el interesado con rectitud de
conciencia ve cara a Dios. Además, nos parece despectivo
respecto la condición de los supernumerarios, porque
entonces sería ver su vocación como algo de
menor "rango", siendo que en principio en la Obra
todas las vocaciones son iguales -excepto en cuanto a la disponibilidad
de tiempo para determinadas funciones de gobierno y actividades
apostólicas-, pero la generosidad hacia Dios es la
misma ya que en principio todos toman del "mismo puchero".
Una persona puede perfectamente tener "vocación
a la Obra" y haberse equivocado al inicio respecto la
"concreción" de ese llamamiento, y pedir
el cambio a supernumerario conforme conoce de qué va
la vida de numerario o agregado y se da cuenta que el modo
de vida, la aplicación de la praxis, rebasarán
sus capacidades o no son lo que esperaba ni quería
como medio de santidad "en medio del mundo". "Conducirlo"
o sugerirle que "tiene condiciones" o que optar
por otra cosa sería "falta de generosidad"
puede violentar su conciencia y "obligarle" a seguir
por el miedo o deseo de no fallarle a Dios, pero eso tarde
o temprano terminará rompiéndolo por dentro
precisamente porque internamente no era lo que deseaba ni
podía realizar.
Parte del problema también viene en que en los medios
de formación iniciales no se habla claramente de la
opción. Quizá se explique y se mencione alguna
vez, pero no se repite continuamente que uno tiene libertad
para otra cosa. Más bien se repite por todos los medios
posibles, conforme la "psicología del anuncio",
que la vocación es eterna, que Dios la quiso "desde
antes de la constitución del mundo" para cada
uno; que Dios no "hizo una silla para ponerla patas arriba
y utilizarla de perchero"; que no se puede "mirar
atrás y dejar el arado"; que Dios requiere "almas,
almas de apóstol" para Él y para su gloria;
que la "fidelidad es felicidad" -entendiendo por
fidelidad la permanencia como numerario o agregado-; que quien
se salga de la "barca
de la Obra" se perderá; etcétera.
No negamos la existencia de la vocación ni la posibilidad
de realizarse conforme el camino de la Obra. Lo que cuestionamos
es que no se hable más de que existen otras opciones
-y entre ellas la libertad de dejar la Obra con toda paz interior-
y que no se enuncien con la misma frecuencia que los otros
mensajes (cosa que debería hacerse cuando menos hasta
que se opte por la incorporación definitiva -fidelidad-).
80) Pregunta: ¿Pueden dejar libremente la Obra
los fieles incorporados a la Prelatura?
Respuesta: Los fieles incoporados temporalmente a la Prelatura
pueden libremente abandonar la Obra, una vez pasado el término
para el que hicieron la Oblación.
Letra pequeña: En cambio, si alguno
desea salir voluntariamente antes de cumplirse este plazo,
o después de haber hecho la Fidelidad, necesita la
dispensa que exclusivamente puede ser concedida por el Prelado
del Opus Dei.
Otra vez, se indica claramente que cada fiel de la Prelatura
es libre para dejar la Obra si lo quiere. En el número
78 se decía para los que no han hecho la Oblación,
aquí para los que han hecho la Oblación o la
Fidelidad. La diferencia está en el momento en que
juridicamente se puede dejar la Obra. Para los que han hecho
la Oblación pero no la Fidelidad, lo más facil
es de salir de la Obra el 19 de marzo, cuando normalemente
se tiene que renovar, ya que el término del que se
habla es para todos el 19 de marzo. Es suficiente no renovar
ese día para quedar automaticamente fuera de la Prelatura.
Si se quieren evitar situaciones confusas en relación
con la perseverancia que plantean con coacción algunos
directores, es mejor decir antes que se piensa no renovar.
Si no se hace así o si uno esta dudando, lo más
probable es que aprovecharán la situación para
tratar de que se siga en la Obra por un año más.
Eso es posible para uno que no haya renovado el mismo 19 de
marzo 'sanando' la renovación, es decir que los directores
pueden otorgar el permiso para renovar, aunque no se haya
hecho el mismo día 19.
Así que si alguien no quiere renovar, lo más
simple es decirlo antes (ya se sabe que el diálogo
con muchos directores no será facil y que en varias
ocasiones tratarán de poner dudas de conciencia como
explicamos en el comentario al punto 77), no renovar el mismo
día, y para que no quede ninguna duda informar al día
siguiente que no se ha renovado (o hacerlo por carta, e-mail
o mensaje al móvil del director
). Si tratan de
decir que no es valida la 'no renovación' por no haberlo
dicho el día mismo a los directores, están tratando
de engañar porque no existe la 'no renovación'.
O se renueva o se queda automaticamente fuera de la Obra.
Para los que han hecho la Fidelidad o que quieren irse antes
del 19 de marzo, está previsto que se puede pedir la
dispensa al Padre. Al parecer -y viendo los diversos casos
que se contaron en esta web- no hay plazos fijos para obtener
esa dispensa. Para algunos se retraso durante más de
tres meses, para otros fue menos de un mes. En el caso de
María del Carmen Tapia la dispensa fue directa, pero
es un caso bastante particular, ya que fue nuestro Padre en
persona que le dijo que pidiera la salida. Por eso, si alguien
no ha hecho la Fidelidad, nos parece que lo más simple
es esperar al próximo 19 de marzo. Si es numerario
o numeraria, puede pedir permiso para dejar de vivir en el
centro (la anteriormente llamada "dispensa de vida en
familia") e irse adaptando a la vida ordinaria. El 19
de marzo siguiente no tendrá nada que hacer y quedará
automaticamente fuera de la Obra.
Cuando se ha hecho la Fidelidad, el único camino de
salida légitima es pedir la dispensa de los compromisos.
La Prelatura puede hacer esperar la respuesta pero nunca lo
puede denegar. Si lo hace en algún caso, el fiel tiene
el derecho de introducir su causa al tribunal de la Prelatura
(el tribunal de apelación es el tribunal del Vaticano),
pero solamente con aludir a eso, creemos que se dará
la dispensa rápidamente, porque la Prelatura no quiere
complicarse la vida. Además que, según nuestro
conocimiento, el tribunal de la Prelatura es una cosa puramente
ficticia. Nunca se hizo ningún proceso. Este tribunal
sirve solamente para que la estructura de la Prelatura se
parezca más a las Diocésis (de puertas para
afuera).
Hablaremos de la salida legítima en comentarios más
adelante.
81) Pregunta: ¿Puede la Autoridad del Opus Dei
determinar directamente la salida de un fiel incorporado a
la Prelatura?
Respuesta: En algunos casos, la Autoridad del Opus Dei
puede determinar directamente la salida de un fiel incorporado
a la Prelatura; concretamente, denegándole el permiso
para renovar la Oblación; o, en otros casos, decidiendo,
según derecho, su salida de la Obra.
Letra pequeña: Puede denegar el permiso
para renovar la Oblación, por justas causas, el Vicario
Regional. Por causas justas, el Padre, o el Consiliario en
su circunscripción -con voto deliberativo de su propio
Consejo o de la Asesoría respectiva- pueden decidir,
según derecho, que un miembro salga de la Prelatura
antes de cumplirse el plazo para el que hizo su Oblación
o después de haber hecho la Fidelidad. Causa suficientemente
grave para decidir la salida de un miembro que esté
incorporado al Opus Dei, es la falta del espirítu propio
de la Obra, que constituya motivo de escándalo para
los demás, o cometer faltas externas y graves, de la
misma especie o de especies diversas, contra la legítima
autoridad de la Iglesia, contra la moral cristiana o contra
el espíritu de la Obra; y que, después de dos
advertencias formales, no se corrija. Si es necesario decidir
la salida de un miembro de la Obra, se hace con la máxima
caridad; pero antes se aconseja que pida espontáneamente
la oportuna dispensa.
Aquí, se detalla los derechos de la Prelatura para
decidir la salida de algún fiel. Es lógico que
la Prelatura tenga también ese derecho ya que el lazo
entre la Prelatura y el fiel es un contrato. Los dos tienen
el derecho de romper el contrato. Normalmente, la Prelatura
utiliza este derecho sobre todo para denegar la renovación
de algún fiel el 19 de marzo.
Como varios testimonios lo han demostrado, eso ocasiona un
fuerte shock psicológico en los interesados porque
muchas veces ellos no quieren salir de la Obra. Las razones
acostumbradas para esa decisión son sobre todo si uno
no llega a vivir las normas y costumbres de la Obra (apostolado,
nivel de estudios en caso de numerarios que no consiguen aprobar
en la universidad, etc.)
82) Pregunta: ¿Qué efectos jurídicos
produce la salida legítima del Opus Dei?
Respuesta : La salida legítima del Opus Dei lleva consigo
el cese del vínculo que se estableció entre
la Prelatura y la persona interesada; y, por tanto, también
de los derechos y deberes correspondientes.
Segun derecho, la salida légitima es la que sigue
una de las formas que se ha tratado en los puntos previos.
En caso de salida légitima, el fiel de la Prelatura
ya no tiene ninguna obligación, ni derecho con la Prelatura.
En caso que alguien no haya pedido la dispensa (después
de haber hecho la Fidelidad, ya que en otros casos, es suficiente
esperar al 19 de marzo) o todavía no la ha recibido,
tendría que hacerlo para que jurídicamente ya
no tenga nada que ver con la Obra.
Aunque sabemos que el "proceso de salida" suele
ser doloroso y difícil, y que en ocasiones implica
fuertes confrontaciones con directores, sugerimos que se pida
formalmente la dispensa y se insista hasta adquirirla. Ello
a la larga brinda tranquilidad interior dado que no queda
duda alguna de que todos los vínculos con el Opus Dei
cesaron.
Un problema que se presenta y causa conflictos morales fuertes
es que, una vez solicitada la dispensa, la Obra no acostumbra
indicar el tiempo en que será otorgada. Ello debe ser
revisado en la Prelatura para no orillar a los fieles a conflictos
de conciencia. Y al miembro que ha decidido salir le recomendamos
no conflictuarse en exceso, procurar vivir como buen cristiano
mientras comienza una vida normal de reinserción al
mundo real, buscar ayuda espiritual externa, e insistir incesantemente
hasta obtener la dispensa. Posiblemente no se logre mayor
diálogo con los directores, pero sí se puede
insistir en el derecho de salida y de comenzar a actuar con
libertad para reconstruir la propia vida.
83) Pregunta: ¿En que situación quedaría
un miembro incorporado a la Obra que abandonase su vocación,
sin haber obtenido previamente la dispensa necesaria?
Respuesta: Según la moral cristiana, el miembro incorporado
a la Obra que abandonase su vocación, sin haber obtenido
la dispensa necesaria, pecaría mortalmente, como cualquier
persona que incupliera un compromiso en materia grave.
Este punto dice claramente que si alguien se va sin pedir
la dispensa queda en estado de pecado mortal. Sin embargo,
recordamos que para que haya pecado mortal, es necesario no
solamente la plena advertencia de lo que se hace y consentimiento,
pero también materia grave (cfr. Catecismo de la Iglesia
Catolica n°1857 y siguientes).
De ahí que a nosotros nos queda la duda de que si
alguien, en conciencia, no piensa hacer nada malo saliendo
de la Obra ¿por qué por su manera de salir queda
directamente en pecado mortal?
Además, en caso de duda de conciencia, siempre podrá
pedir la dispensa más tarde si lo quiere (si no es
que ya antes decidieron otorgarla los directores).
De nuevo, el nucleo está en el 'abandono' de su vocación.
Si uno piensa en conciencia que no tiene vocación,
los compromisos quedan vacíos de contenido. Pero no
estamos aconsejando el no pedir la dispensa (al contrario)
sin embargo nos gustaría llamar la atención
sobre que la conciencia está siempre por encima de
aspectos formales y jurídicos.
Por el contrario, si alguien piensa que tiene la vocación,
pero por falta de generosidad o por otras razones pide la
salida siguiendo los pasos légitimos (es decir previstos
por el derecho interno de la Prelatura), quedaría con
una falte grave porque estaría actuando en contra de
su conciencia, lo que no se puede hacer según la moral
cristiana.
De todas formas se ha de recordar que alguien que tenga dudas
de conciencia para saber si ha hecho algo mal saliendo de
la Obra, tiene siempre la misericordia de Dios en el Sacramento
de la Reconciliación. Misericordia de Dios que es infinita
y está siempre disponible para perdonarnos cualquier
falta, por grave que sea. Como es bien sabido, el único
pecado que no puede ser perdonado es el pecado contra el Espíritu
(es decir el no reconocer a Dios y a su misericordia). Y,
aunque la Obra tiende a verlo así, salirse de la Prelatura
no es ningún pecado contra el Espíritu divino.
La misericordia de Dios es mucho grande que la de los hombres
y de las instituciones humanas. Es suficiente recordar la
magnifica parabola del Hijo Pródigo para enterarse
de lo que es realmente la misericordia divina.
84) Pregunta: Si un fiel sale de la Obra, ¿tiene
derecho a pedir alguna compensación económica?
Respuesta : Si un fiel sale de la Obra no tiene derecho
a pedir compensación económica alguna por los
servicios que en la Obra haya prestado, ni por las donaciones
o limosnas que haya hecho.
Uyy, creemos que casi no hacen falta comentarios. Es evidente
la falta de caridad y, más grave todavía, la
falta de la más mínima justicia.
Pero para que queda todavía más claro, es suficiente
pensar en los fieles de la Prelatura que han pasado toda su
vida en labores internas. Para concretarlo, se puede ver el
caso de Maque
que describe en su testimonio. Se ha ido de la Obra después
de 27 años en los que siempre ha trabajado en labores
internos (como Administradora o Directora de centros). Nunca
ha tenido seguros sociales -estamos hablando de alguien de
España, no de un país de África donde
eso a veces ni existe-, no tenía ningún tipo
de experiencia profesional que se pueda valorar en un Curriculum
Vitae, obviamente, no tenía ahorros porque todo lo
que ganan los numerarios y agregados se deja en la caja del
centro. Y así se encuentra en la calle. Y ¿Qué
es lo que tiene previsto la Obra para ayudar a una persona
así que dejo la piel para hacer el Opus Dei durante
tantos años? "No tiene derecho a pedir compensación
económica alguna". No tiene derecho al paro, no
se ha cotizado para su jubilación, pero da igual, la
Obra no quiere hacerse cargo de nada. Y, si sus padres tampoco
la acogen o ayudan y no tiene trabajo, da igual, ya no es
el problema de la Obra.
Eso es solamente para dejar constancia de un caso concreto
que todos hemos leido, pero claro está que no es un
caso único. Pasa lo mismo con todos los que se han
ido. Algunos recibieron ayuda de su familia o tenían
un buen sueldo, pero para mucha numerarias auxiliares, muchas
numerarias y numerarios, agregadas y agregados (sobre todo
los que tenían trabajos internos o estaban en un trabajo
relacionado con la Obra y que tienen que dejar por el hecho
de irse de la Obra), se encuentran en la calle sin un duro
y así tienen que reempezar su vida.
85) Pregunta: ¿Como se han de comportar los fieles
del Opus Dei con los que no siguen adelante en su vocación
?
Respuesta: Los fieles del Opus Dei procurarán que
no se alejen de Dios, ni del calor de la Obra, los que no
siguen adelante en su vocación.
Letra pequeña: Si se ha de evitar que
nadie que se acerque a la Obra se separe de la labor apostólica,
con mayor razón se intentará que no se alejen
quienes, con rectidud de intención y deseo de servir
a Dios, pidieron la admisión.
Después del trato 'económico' que se hace con
los ex-miembros, queda un poco risible que la Obra diga que
quiere ayudar a sus ex-fieles para que no se alejen de Dios.
Si se empezara por la caridad más elemental, quizás
sería un poco más creíble su afán
de ayuda espiritual a sus ex-miembros. Pero bueno, sí
es verdad que, suponemos que a todos, se ofrece la ayuda espiritual
a los que se van. Pero eso, siempre se hará a escondidas,
en iglesias públicas y no en los centros. O sea que
será siempre puramente espiritual y para los que quieren
seguir viviendo este tipo de espiritualidad.
Porque al mismo tiempo abundan los testimonios de mucha gente
a quien los fieles de la Obra dan la espalda y no quieren
saber nada de los 'traidores' a la causa -y todavía
más si uno se atreve a decir lo que piensa y lo que
ve que se tendría que cambiar en la Obra. No es una
casualidad que muchos de los que escriben en esa web prefieren
hacerlo en el anonimato.
Sin embargo, en honor a la verdad, hay también que
decir que algunos fieles de la Prelatura siguen con un trato
amistoso con ex-miembros, como se ve en algún correo
que envían a la web. Pero eso concierne sobre todo
a los que aceptaron quedar de cooperador. Y allí, también
sería interesante conocer la proporción de los
miembros de la Obra que actuan así y que nos parece
ser una pequeña minoría, no porque la gente
de la Obra sea mala gente, pero porque no se hace, aunque
se diga que hay que hacerlo.
Quizás la letra pequeña hace justamente referencia
('los que actuaron con rectitud de intención y deseo
de servir a Dios') a los que desmustran esa rectitud de intención
aceptando ser nombrado cooperador. Bueno, que nos disculpen
esa pequeña ironía y que todo lo expuesto motive
a la reflexión.
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