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CORRESPONDENCIA

Viernes, 06 de Mayo de 2016

Publicado en VientoSur

Esclavas del señor.
Relatos de vida de mujeres que se emanciparon del Opus Dei

*FERNANDO ÁLVAREZ-URÍA

Miércoles 27 de abril de 2016

En los últimos veinte años la publicación de biografías y autobiografías ha conocido en España un incremento exponencial. Las narraciones autobiográficas, un género que hasta ahora había tenido un especial predicamento en los países anglosajones, de raíces protestantes, proliferan ahora en los países de la Europa del sur, los países en los que impera el catolicismo. A las memorias de varones singulares, especialmente de políticos e intelectuales, se suman, como consecuencia de las luchas por la emancipación femenina, las biografías y autobiografías de mujeres. Existe sin embargo un subgénero, con frecuencia olvidado o relegado, pues se nutre de relatos secuenciados a lo largo del tiempo, en los que se recogen narraciones de vida en las que reflejan experiencias en organizaciones religiosas. Tal es el caso de algunos libros de mujeres que durante años fueron socias numerarias del Opus Dei, y que han optado por dejar de pertenecer a esta organización piramidal implantada en numerosos países del mundo. Sus testimonios, sistemáticamente silenciados o ignorados por los suplementos culturales y las revistas de libros, son una contribución especialmente valiosa para poner de manifiesto no sólo los esfuerzos de algunas mujeres para emanciparse de las tutelas de religiosas, sino también para desvelar la lógica de funcionamiento de pretendidas organizaciones comunitarias que durante demasiado tiempo han permanecido protegidas por una espesa niebla de silencio y secretismo...

Hola Entregado,

Me tiene bastante acongojado tu relato de tu paso por la Opus Dei. En primer lugar, por tu sufrimiento personal, que espero pase pronto y para siempre, y en segundo lugar porque me apena que la visión de Jesús, la fe, la iglesia y demás que se te ha transmitido sea tan mala para ti.

En tus escritos das a entender que padeces o padeciste algún tipo de enfermedad o condición psicológica o psiquiátrica. Aquí poco tengo que decir o aconsejarte, aparte de que busques un psiquiatra o psicólogo que te de confianza y cumplas a rajatabla lo que te diga. Y no desesperes: lo que está metido muy dentro tarda bastante en salir, por así decirlo, y el tratamiento tarda en hacer efecto. ¡Ánimo!

En segundo lugar, te recomendaría (en la medida que se puede hacer electrónicamente) que no te agobies con los temas de fe. Tú mismo lo dices: nada, nada de lo que cuentas es cristiano: amargarse la vida, vivir para cumplir unos preceptos rituales, negar patológicamente la sexualidad, etc. No encontrarás nada en el evangelio (o los Hechos o las Cartas) que apoyen ninguna de esas posturas. Es más, si de algún modo podemos saber dónde está Dios o no, es si trae alegría a la gente, dando felicidad. Si no es así (y por lo que cuentas, no tiene ningún viso de serlo), desde luego Dios no está ahí. No es de extrañar que eso te haga enfermar o si tienes alguna enfermedad o pre disposición se agrave. 

Jesús pasó por el mundo "haciendo el bien" "curando a los enfermos" "liberando a los que estaban poseídos" etc... El se veía a sí mismo como en Novio de la boda: el más alegre, el que lleva la fiesta consigo, el que sirve el mejor vino... Como el señor que organiza un banquete e invita a los menos "dignos"... El que perdona a la mujer "porque mucho ha amado".

Jesús no sabía teología, ni ninguno de sus discípulos... Pablo era un fariseo pero nos dio la gran lección sobre cómo ser cristiano en el mundo moderno. Ninguno de ellos habría sabido qué decir si le preguntáramos por la hipostasis, la epiclesis, las tres personas, el tomismo y otros ropajes inútiles que le hemos puesto al cristianismo. Por no hablar de la fe en María que comentas, que bastante tuvo con criar a su Hijo y seguirle sin entender gran cosa hasta el final en la Cruz.

Y desde luego a ver si nos dejan en paz con tanto sexo... parece que estamos en el año 40. Creo que ni en la edad media se daba tanto rollo con el sexo, ¡qué obsesión la de esta gente! A ver cuándo nos aclaramos: si hay amor, no hay pecado. No puede haberlo. Y basta. Y desde luego, desafío a cualquiera a que demuestre por qué es pecado el "placer solitario", evangelio en mano. 

En todo caso, ya podríamos aplicarnos un poco más en otros temas que de verdad son escandalosos, como la corrupción, la evasión fiscal, el blanqueo de dinero, el abuso de poder, la ley mordaza... y dejamos en paz a la gente de a pie con sus cosillas. Bastantes cosas gordas tiene Dios para juzgar actualmente.

En fin, entregado: cuídate, pasa de todas esas estupideces y vive la vida que Dios te ha dado, no le hagas el feo de vivirla mal y echarla a perder.

Un abrazo. Que Dios, el de Verdad, te proteja.

Ramón

Motivos a favor de llevar a los hijos a un colegio del Opus Dei:

a) La educación es católica casi en su totalidad: por ejemplo, no creo que en un colegio de esos se les enseñe a los niños nada contra la doctrina de la Iglesia, ni sobre la fe (infierno, purgatorio, presencia real del Señor en la Eucaristía, sentido sacrificial de la Santa Misa) ni sobre la moral (anticonceptivos, aborto, homosexualidad, divorcio, relaciones sexuales fuera del matrimonio, pensamientos impuros, el fin no justifica los medios, es peor un pecado venial que una catástrofe natural, etc.). Para unos padres católicos no es suficiente "educación en valores, formar ciudadanos críticos y honestos, educación de primer orden".

b) No es mixto, lo que dificulta las relaciones sexuales de un tipo u otro entre adolescentes, el embrutecimiento de las niñas y las distracciones de los niños (con sus compañeras y con las profesoras).

En contra:

a) No son 100% católicos, porque el Opus Dei no lo es: ni en la fe (ellos creen con fe divina que el Opus Dei y su fundador son perfectos) ni en la moral (para ellos el fin del bien del Opus Dei justifica los medios: por ejemplo mentir).

b) El riesgo de acabar siendo del Opus Dei es mayor que en otros colegios, y ser del Opus Dei es un mal (por lo dicho en el punto anterior, porque la vida en el Opus Dei es "rara", porque desobedecen a la Iglesia, y por otros motivos).

c) Son caros.

En mi opinión, los motivos a favor pesan más. Unos padres informados pueden contrarrestar los inconvenientes (salvo el dinero), en cambio en otros colegios es difícil que encuentren las ventajas.
Una observación más: yo creo que en los colegios religiosos de España la doctrina católica no se enseña íntegramente, pero si estoy equivocado me alegraría.

antiguo

Que la "caridad de Cristo" nos urgiera no era para mí sino objeto de preocupación más que de consolación. ¿Por qué en las cartas mensuales no se decía otra cosa que “más oración, más mortificación, más, más, más…”? ¿No es el amor un don al que nos abrimos y solo reflejamos cuando estamos abiertos a recibirlo tras un discernimiento claro de los movimientos del corazón? ¿Por qué más de todo si lo que hace falta es discernir primero y abrirse al don del agradecimiento?

Ahora intento vivir el agradecimiento como algo ontológico, como algo que no puedo expresar siempre con palabras o con gestos, porque el sufrimiento puede impedirlo, pero que aun así puedo expresar diciéndole sí a mi ser, sí a quien Dios me ha hecho con todo lo que conlleva, sí a lo que esté por llegar, al sufrimiento redimido, al don de la alegría, al otro… ¿No es el “más” un momento ético-ascético que debería tener un momento receptivo de uno mismo primero? Por eso tuve problemas cuando leyendo a otros autores leía que Dios es “siempre más”, lo interpretaba al estilo del Opus, más exigencia, más sacrificio…

Después he ido entendiendo el siempre más como lo que es, que Dios es siempre más de lo que te imaginas, más misterio, más amor, más de todo y que por eso no se puede nunca agotar. Ahora ni siquiera me planteo lo que significa "la entrega" que tanto se predicaba, no tengo ni idea de a qué se refiere (pues entiendo que la entrega era solamente a la institución y no a Dios, al menos en mi caso). No veo que Dios "me pida más", como se predicaba, sino que simplemente haga mi vida a su servicio, con lo que este servicio pueda conllevar, que puede aumentar en su exigencia. Pero no es una "entrega" a nada, más que al servicio a Dios y a los demás en la medida que pueda.

No es la entrega a la institución y sus disposiciones, y sus prácticas ascéticas. Eso no tiene nada que ver con la entrega a Dios. Para que haya una "entrega" a Dios primero tiene que haber una llamada y en mi caso, como en el de muchos no la había en aquel momento. Siento de verdad que tantas personas piensen que tienen una vocación que en realidad no tienen y que lo descubran muy tarde en su vida.

Entregado 

Hola, hola a Agustina y a todas y todos. Espero que se encuentren bien en sus personas, familias y trabajos.

Hace tiempo que no escribo por aquí, pero ayer pasé cerca del búnker de lujo del opusdei en Santa Fe, Ciudad de México y tuve curiosidad de ver cómo van las cosas con los que hemos dejado la secta en Opuslibros. ¡Qué bueno que lo hice! Encontré dos escritos que me han interesado mucho. Uno, de 2009, de Al chile, sobre la ruta del dinero. Escribí al autor a su correo, muy impactada, porque recordé muchos episodios económicos, de cuando tuve dinero y hacía aportaciones de toda especie -incluido el búnker de lujo- muy convencida.

Ahora escribo con el mayor interés a Inés, por su narración. Quiero informarle que, aunque estoy a punto de un nuevo trabajo y me va a faltar tiempo -¡gracias a Dios!- sí estoy pensando en cómo denunciar eclesialmente las indiscreciones sobre mi vida espiritual y personal que los activistas del opusdei, probablemente curas incluidos, realizaron contra mi honra una y cien veces.  

No puedo olvidar el día en que “la hermana con la que hacía mi charla”, encima “celadora”, me espetó de buenas a primeras el “trato íntimo" con mi prometido. Yo no le había dicho a esa señora nada del tipo de trato que tenía o no tenía con mi prometido (él viudo y yo también, por cierto, es decir, maduritos). El padre J. me dijo, tiempo antes, que el catecismo de la secta se había corregido y que la materia de confesión no tenía por qué decirse en la charla, ya que la dirección espiritual en la Iglesia “no se hacía así”. Es más, me dijo algo así como que el propio Papa Benedicto XVI los había llamado a cuentas por ese asunto; los líderes de la secta defendieron la infame usanza diciendo que era “fundacional” y que el fundador ya era santo, algo así como “ni modo, Santa Padre”. Ah, Benedicto XVI, ¡cómo te admiro y admiraré!, me dijeron que respondiste algo así como “será ‘fundacional’ pero está mal y yo soy el Papa”. No sé si esta historia sea exacta, pero la cosa es que es verdad que con letras chiquitas le añadieron una leyenda a un punto determinado del catecismo de la secta, sobre la charla fraterna y la materia de confesión. Yo alcancé a leerlo.

Desde entonces, empecé a confesarme fuera de la secta, dejé de informarlo y la presión de la señora celadora y las numerarias jefas iba en aumento para que yo “hablara”. La adición al catecismo de la secta les daba lo mismo: me querían “ayudar". Y bueno, pues simultáneamente se acabó mi dinero y entré en una muy mala época económica, desconocida para mí. Lo último lo gasté para pagar dos boletos no recuperados para una beatificación de la secta en Madrid, a la que no fui, pero que contribuyó a que se reuniera un grupo lo suficientemente grande para que la numeraria C. pudiera viajar gratis a Europa. (No pongo el nombre de C. en atención a su hermano, una muy buena persona, pero ¡qué bruja codiciosa resultó C.!). Y luego, pues esa misma C. y la directora, Ana, me dijeron que no volviera más al centro por ¡whats’upp! sí, leíste bien, fui removida de la secta opusdei por whats’upp, después de 34 años, más mi niñez. Yo ya no iba por ahí, no quise volver a sentarme en la típica salita con foto de la “abuela” y como tenían que decir la última palabra, pues usaron el whats’upp. Asssssssco.

No he vuelto a saber nada de nadie de la secta -salvo alguna pobre supernumeraria que me ve en misa y se asombra, porque el bautismo es patente del opusdei según la pobre-. A nadie le ha importado si estoy viva o muerta, sana o enferma, viuda o casada, pobre o rica. Simplemente, jamás existí. Qué fea es la secta opusdei. ¿Podremos ver su extinción algún día?

Me casé, encontré trabajo, estoy contenta y después de una gran hoguera + trituradora de papeles en que di salida a miles de pesos en libros de la secta y afines, estampitas, folletería, etc. no pienso en ellos. Pero ayer pasé junto al búnker de lujo…

Creo que sería bueno organizarnos para contar estas experiencias sobre el sigilo a la Santa Sede. Un abrazo

NikitaSoy

Mi historia en la Sectaprelatura. Coquis

La Administración, esa desconocida. U2

Así me hicieron un numerario a los 14 años. Miguel L.

Bluf Story. Lapso

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