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OPUS DEI: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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MI HISTORIA EN LA SECTAPRELATURA

Coquis, agosto de 2005

 

Introducción

No cabe duda que es mucho lo que hacen con su página web, pero considero que si enviaran una carta por correo ordinario a los obispos y cardenales sería muy pertinente. Hagan saber su dirección por cuantos medios sean posibles. La sectaprelatura esta ejerciendo un intenso "apostolado de amistad networking" con los obispos y cardenales y no se diga lo involucrados que estan en el Vaticano.

Leí el libro de Hassan sobre las sectas en que recomienda poner por escrito lo vivido, así que eso estoy haciendo, les envió lo más sobresaliente desde mi pitaje hasta los 23 años.

Capítulo I. Desde mi pitaje hasta los 23 años

Leí un articulo antes de entrar en la universidad en donde se mencionaba que el Opus Dei tenía como carisma, es decir aquello que lo diferenciaba del resto de organizaciones dentro de la Iglesia católica que se dedicaba a tratar principalmente con los intelectuales. Yo, quien en aquel entonces todo lo que leía se creía, pensé que ese era mi lugar.

Mi ambición y mi inexperiencia eran infinitas. Así que con toda mi ingenuidad me enrolé en la Universidad de la ahora sectaprelatura, luego fui a preguntar a la secretaría de la facultad en donde me podía inscribir, a lo que la buena mujer (luego me enteré que ni cooperadora era) me dijo que no me preocupara que si era buena alumna seguramente ellos me contactarían.

Sin embargo llegaron los primeros examenes, obtuve los mejores grados y nada… Así que al saber que uno de mis compañeros era de la Obra le pedí me invitara, pero me contestó que mejor conociera los escritos del fundador y luego habláramos (este ejemplar numerario, a los pocos años de terminar la carrera desapareció y hace un par de años me enteré que dada su poca experiencia profesional se la pasa bastante mal)… Finalmente estando afuera del salón de clases conversando con una compañera llegó alguien y le invitó a un retiro (ellas se conocían porque estudiaron la preparatoria en labores corporativas antes de la universidad). Mi amiga Nieves dijo que no, pero yo me permití interrumpir su conversación y apuntarme, a lo que la numeraria contestó que no sabía si todavía había lugar.

Fui a ese retiro y al hablar con el sacerdote dije que quería ser de la Obra. Me dijo que antes tenía que conocer… y yo con gran seguridad dije que ya había leído Camino y Es Cristo que Pasa… Así yo queriendo y el Opus nada, nada de nada… mi curiosidad por esta santa mafia (al paso de 25 años descubrí que son más mafia que santa) aumentaba, hasta que Nieves me dijo que se comportan peor que novios, basta decirles “no” para que ellos sean los “rogonoes”… dicho y hecho: a los tres meses me plantearon la vocación, y pité. Sin ni siquiera haber asistido a una sola meditación o círculo. Bastaron dos entrevistas con la directora del centro, la primera para darme como encargo la venta de libros, de hecho ese día me dio un Via Crucis para que lo meditara y le pregunté cuanto costaba, me dijo que no lo recordaba, pero que no importaba que la próxima vez que fuera por el centro me daría el precio. La siguiente que fui por el centro pregunté por ella, con no más intención que pagarle el libro, pero ella en cambio me propuso escribir la carta y yo pensando que había sido invitada al círculo de iluminados intelectuales acepté de inmediato… ese libro ha sido el más caro ejemplar que pude haber adquirido en mi vida (ver próximos capítulos).

Mis charlas de primera formación me las dio Angelita, una numeraria mayor (tenía como 45) y cuando me fui al centro de estudios a la pobre se le ocurrió llamarme e invitarme a que le acompañara a encontrar una pieza para su automóvil que le habían robado. Lo conté en la charla con el sacerdote (en el centro de estudios se tiene: cada semana charla fraterna y confesión, más aparte con otro sacerdote una “charla”). El caso es que Angelita la cambiaron de ciudad, no sé si tuvo algo que ver lo que dije, lo comenté en la charla del centro de estudios y me dijeron que en la Obra no se juega con las amistades particulares, siempre se arranca todo de raíz antes de que llegue a más, porque convivir entre puras mujeres si falta visión sobrenatural… tú me entiendes verdad? … me hizo sentir una gran traidora, de tal suerte que jamás volví a mencionar nada de “amistades” dentro de la obra.

Después, al salir del centro de estudios me asignaron a una casa de San Rafael donde las asistentes eran universitarias de pedagogía y filosofía (nada de famosas intelectuales pasaba por ahí y cuando lo decía, la directora decía que eso era porque yo no hacía apostolado y que la casa esperaba que llegaran mis amigas intelectuales… las veces que lo hice “me quemé” por las preguntas “idiotas” de las participantes, por ejemplo en cierta ocasión un admirada catedrática mencionó que en este tercer mundo se requiere más justicia y menos misericordia, porque los pobres tienen derechos por el hecho de ser hombres no porque graciosamente les demos limosna… A la directora se le ocurrió dar prácticamente otra conferencia sobre los problemas de la teología de la liberación…)

En esa casa vivía una numeraria que me “adoptó” llamémosla Aida, me solucionaba todo lo que se me ocurría. En una noche vimos una película, hacía frío, y lo dije en voz alta, al poco tiempo Aida se paró y amablemente trajo una “ruana” que cubrió mis faldas y las de ella. La película era de la segunda guerra mundial (de esas que no hay un solo beso pero incontable sangre, de esas que sí pasan la censura y pueden ser incluidas en la lista de la delegación). Como a la media hora de repente Aida puso su mano bajo la ruana y delicadamente toco mi mano… nadie, en mi vida, me había tratado así. La voltée a ver, ella se sonrió y cerró los ojos. Yo me asusté y me levanté, diciendo que por ser tan noche prefería irme a dormir… Como a los veinte minutos, cuando yo estaba ya en la cama y todas seguían viendo la tv apareció Aida y como si fuera mi madre me dio un beso en la frente, me dijo buenas noches y se fue. A la mañana siguiente (antes de la oración y S. Misa) hacíamos limpieza y al bajar la escalera, Aida se me acercó y me dijo algo así como: "discúlpame, te aseguro que nunca más va a volver a pasar, te pido una disculpa y por favor no lo digas". Yo la ví y como, a decir verdad, a la directora, autentico general de ejército no le tenía la más mínima confianza y a la persona con quien hacía la charla me parecía todo lo opuesto a “intelectual”, dejé pasar el tema y terminada la limpieza en lugar de hacer la oración y Santa Misa con todas, me fui a la Universidad antes, como solía hacer los días en que me tocaba “guardia”. A nadie llamó la atención. Fui a confesarme y se lo conté al cura. Quien en lugar de decirme “no le des importancia y déjate de tonterías”, me hizo preguntas como: y te ha tocado en otra parte, los pies, el cabello… o en otro lado, cualquier otro lado? Y en donde dices que fue el beso, fue solo uno? cuanto duro?… nunca en mi vida me había sentido tan avergonzada de un proceso tan inquisitorio. Me sentí fatal… al grado que lo que ocasionó es que nunca más conté algo en la confesión para evitar que volara la imaginación de los pobres curas y no ser yo quien cargara con sus malos pensamientos a la hora de mi juicio final.

En este centro mi amistad con Aida creció, pero no pasaba de recomendarle libros y ella a mí contarme de la enfermedad de su madre. Por ejemplo entre las “confindencias” que me dijo fue que le amonestaron por haber utilizado el automóvil del centro para llevar a su madre al medico… Y qué querían que en el estado en que se encuentra la suba a un autobús? … Aida esporádicamente me invitaba a rezar el rosario en la calle (pero la directoria, me sugirió que el rosario mejor lo rezara sola en el oratorio antes de la cena, para acompañar a Jesús en el Sagrario. En otra ocasión me dijo que Aida estaba mal de salud, muy tensionada por la enfermedad de su mamá y que notaba que ella, después o antes de pasar a dirección a decir que ya había llegado, pasaba a verme… me pidió que le hiciera una corrección fraterna para recordarle que yo no era la directora… y tal cual, así hice la corrección y todas las que me pidieron (nunca en mi vida hice una delación por propia cuenta): Aida, sabes… quería decirte que mi general Margarita me pidió que te hiciera una corrección: “xxx” así que dime si es falta de unidad decirtela así, porque si fuera el caso, entonces me quedan dos vías: la primera es ser mártir de guerra y proclamarme directora de facto o la segunda pedir que me cambien de casa porque valoro más la verdad que la amistad, y tu amistad a este regimiento)… Aida simplemente me dijo ve a ver a Margarita y dile que ya la hiciste…

En cierta ocasión recuerdo que no aguantaba más el ambiente de chacoteo que tenían las de San Rafael (que eran alumnas bachilleres, tan superficiales como ruidosas y tontas) Ese no era mi ambiente… No encontraba la prometida intelectualidad… luego vino mi interés por ser “de la selección”, es decir por irme al Colegio Romano, pero será otra historia…

Capítulo II. 'De los 23 a los 33 años: los más sectaestupefacientes de mi estado prelaturial'

Un feliz jueves, justo cuando terminaba de hacer la charla me dijo Vivi: bueno de examen particular, si te parece bien: decir como jaculatoria “hágase, cúmplase y sea alabada la santísima voluntad de Dios”. Ok? Yo contestando sí OK. Bueno pues quiero decirte que nos informaron de la delegación que te vas a GGG. Yo contesté inmediatamente: Pues si Dios lo quiere, yo lo amo y hoy mismo hago las maletas. Ya tienes el boleto de avión? --avión? , CAMIÓN, querida que somos pobres, no se te olvide…

Llegué después de varias horas de autobús a GGG.

Después de un Univ de regreso de Roma, pasé por Nueva York por problemas con la interconexión y en el centro de New Rochel vi que Don Alvaro les dejó varios objetos del avión, que solo se dan en primera clase, así que sobra decir que igual que en todas partes, inclusive los regimenes soviéticos hay clases, lo que pasa es que los méritos para llegar al lugar de goce se consiguen de modo diversos. En el Opus Dei es muy fácil: basta obedecer!, la obediencia es omnipotente, porque en cuanto se cuestiona se esfuma todo. Es como vivir drogado, una maravilla mientras dura la hipnosis. De ahí el dicho: Si en la borrachera te ofendí en la cruda me quedas debiendo… Asi es la sectaprelatura una borrachera estupenda, lo malo es cuando, se despierta y se ve la realidad, cuando todo se descubre que no era sino apariencia (Ya lo decía Gracian: Es más importante parecer que ser)… se pasa sin saberlo poco a poco del juego a la teatralidad, a la superficialidad de la superficialidad, y luego el gran salto: solo se atreve quien no tiene personalidad propia o quien no tiene otro lado a donde ir: Una cosa es para afuera: pagina web y libros promocionales de la Sectaprelatura y otra cosa por dentro: mentira, engaño, fraude…

(Nota: He denominado a la institución “sectaprelatura”, aunque me parece un pleonasmo, ya que la prelatura tiene en su intrínseca naturaleza para la mejor distribución del clero, el carácter separatista, sectario, pero el título de “secta” pienso que obedece a que el Opus Dei, por tanto querer huir de los modos clericales y considerarse lugar de laicos entregados, incurrieron en el mismo problema de las sectas protestantes).

Decía que había llegado a GGG. Me fue a recibir a la estación de autobuses una elegante numeraria, directora de San Miguel de la Delegación y la directora de San Rafael. No me conocía pero no tardamos en identificarnos: El aire de familia, ese cariño y sonrisa como de quien encontrara a su más antigua y querida amiga, hija o hermana. Me llevaron en su Nissan blanco hasta la delegación donde me invitaron a cenar y luego de una charla en donde me dijeron que llegaba como agua a tierra seca, en que se esperaban mucho de mí, me llevaron a mi nuevo centro. La directora ya me espera, mi cuarto preparado con una hermosa tarjeta de bienvenida, me hicieron el tour de la casa, me dejaron el horario del centro en una hoja, todo, absolutamente era perfecto, el oratorio toda una obra de arte… el centro era de numerarias auxiliares y todo giraba en torno a las administraciones. Yo llegaba para elevar el nivel intelectual del centro y para trabajar en una nueva universidad.

Yo llegué a la universidad y me hicieron sentir como señora feudal. Todo absolutamente todo se hacía como yo decía. Pienso que al cabo de los años esto me ayudó mucho porque me comparaba con mis compañeros de generación y ellos ganaban no solo menos sino que no tenían una oficina propia ni daban ordenes a profesores de más de cuarenta años… Yo lo atribuía todo a mi brillante talento y gran inteligencia… En mi forma de actuar ni Hitler me hubiera superado. Por ejemplo en nuestro comité de admisiones se funcionaba asi: se separan los folios de candidatos hombres de un lado, de mujeres en el otro. Teníamos 80% solicitudes de mujeres y 20% de hombres. Todos los hombres, por el solo hecho de haber tenido el privilegio de haber nacido así eran admitidos, salvo que probaran con esfuerzo lo contrario (solo recuerdo de un caso que no aceptamos por tener 35 años y haber sido cura). Luego entrábamos a las mujeres, se seleccionaban por universidad, ya que no era lo mismo venir de una escuela pública que de una privada seleccionada. Entre ellas, yo directamente hacía la última selección, para pasar al comité (con no más selección que dirección donde habitaban, es decir las buscaba de colonias ricas, ya que necesitábamos construir un ambiente elite, donde todos quisieran venir para hacer relaciones, finalmente la selección era la fotografía, mujeres guapas que pudieran pitar de numerarias. Entre mis lecturas de aquel entonces estaban los diálogos de Platón y me impactó mucho eso de que “la belleza otorga una superioridad natural”). Para reforzar mis criterios de selección estaba el comentario de la entonces secretaria regional que decía que “para mandar numerarias a los Estados Unidos no bastaba tener la visa, era necesario además ser rubia, porque no hay labor con negros, las pocas negras que han pitado es porque lo han hecho en España” (ya sé que suena terrible ahora, pero en aquellos años, incluso el fundador decía: tengo hijos blancos como los Ángeles y negros como mis zapatos”).

Eso de darle a una persona tan joven tal responsabilidad lo agradezco mucho, ya que me hizo saltar etapas, creerme que yo era de otra estirpe, la de los hijos de Dios seleccionados… (Ahora pienso que esa irresponsabilidad de la prelatura de darle a jovencitos puestos de dirección mientras que a los experimentados los recluyen en centros de mayores, si no es que por el mobbing realizado los expulsan, sigue el mismo criterio de otros grupos fanáticos. Esto tiene un gran riesgo: queman a quien no esta preparado para tal cargo).

A propósito de fanáticos:

En una excursión en mi curso anual coincidí con la directora de estudios de la asesoría y me preguntó si había pensado en irme al Colegio Romano, dije que no porque aunque me gustaría pensaba que no tenía el nivel de vida interior requerido, era muy humana y me faltaba visión sobrenatural. Ella me dijo que me encomendaría y que yo también lo pidiera, no solo a Dios sino también a las directoras, porque en el Colegio Romano podría aprender muchas cosas y también crecer en vida interior.

Dicen que el amor es ciego, y yo estoy convencida que no solo ciego, sino mudo y sordo. En esta época yo era del Opus Dei y el Opus Dei era mio, absolutamente todo era perfecto, si llegaba a pedirme trabajo un profesor que decía que había perdido su puesto en una obra corporativa porque llegó una directiva del prelado diciendo que fueran miembros de la Obra los directores, entonces yo pensaba que era mentira lo que él afirmaba y que no era sino atribuido a su ineptitud y mi universidad no era refugio de expulsados y menos profesores de niveles no universitarios…

Si veía que se presionaba a una numeraria grande para que no fuera gravosa, pensaba que seguramente me faltaban datos para juzgar, porque seguramente ellas sabían más, y ese modo de actuar es para que las mayores no se aburguesen y quieran vivir de sus rentas… (que dura es la juventud al juzgar).

En el casa donde vivía moraban unas numerarias “extrañas” y yo con un gran cariño, recibía solamente muestras de afecto de ellas. Por ejemplo, a una hipocondríaca que no sé si realmente estaba enferma o era depresión, llegaba a su cuarto (junto al mío) y le decía: Hola, qué gusto tenerte todavía por aquí, cómo está mi tesoro? Pensé que ya estarías en una caja fuerte del banco… A lo que ella contestaba, no- no- no querida, para eso te falta, antes me entierras, ya voy a bajar a cenar? (en la Sectaprelatura se predica que los enfermos son su tesoro, pero sorprende lo bien que viven la pobreza con ellos, porque se desprenden de ellos con una gran facilidad)

En la casa inmejorablemente mejor tratada, me daban un tratamiento de magnate, intelectual, ni Miss Simpatía hubiera sido mejor acogida. Yo no leía, veía, oía, hablaba con alguien diverso al circulo del Opus Dei, me parecía lo único limpio, perfecto, feliz… Así que si veía que en Noticias le cantaban al Padre, yo me esforzaba los fines de semana en aprender a tocar la guitarra y en aprender a cantar canciones locales para cuando me fuera al Colegio Romano. Las auxiliares son un boleto de ida y regreso como se les trata. Así que basta invertir 1 de cariño y se recibe 10. Yo las llevaba de excursión, les acompañaba de compras de ropa, nos íbamos de romería… En fin me esforzaba en que la Directora no pudiera encontrar un apoyo tan incondicional como el mío. La Obra era mi familia, mi trabajo, mi círculo de amistades, mi todo… en una palabra yo no era yo, era la Obra quien vivía en Mí y yo no tenía otro ideal que hacer el Opus Dei siendo yo misma Opus Dei.

En esos momentos de mutua felicidad… a alguien se le ocurrió que podría hacer mucho apostolado en una casa de San Rafael… Fracaso total, pues estando en ese centro, me la pasé fatal. Llegaba en la noche y las de San Rafael de “travesura” habían quitado el queso y salami a la pizza y me dejaban el pan seco… Así que para no interrumpir en la labor ni molestar a la administración, mejor comía cualquier cosa antes de llegar a la casa donde no encajaba para nada… pedí el cambio y a pesar de ello me dijeron que una numeraria debe saber adaptarse a todos los ambientes y además solo faltaba poco tiempo porque ese año, seguramente sí me podría ir al Colegio Romano…

Me vinieron vómitos, dolores de cabeza y de espalda… Me llevaron a médicos, al principio pensamos que eran parásitos pero nada… luego llegó el neurólogo quien descubrió que tenía “inmadurez en la corteza cerebral”… Caí de la gracia de todos, ni en Gattaca, la película de los genes pre-diseñados hubieran respondido así. Me dieron medicamentos para tratar a niños hiperactivos, otras pastillas que me hacían llorar sin causa, el médico se le ocurrió decir que tenía trastornos hormonales y que no podría tener hijos… un día les di un gran susto, pensaron que moría… todo consecuencia de la sobredosis médica que olvidé que ya me la había tomado y dupliqué la dosis.

Nuevo cambio de centro, regresé a mi centro predilecto en mi ciudad natal. Me propusieron irme a casa de mis padres una temporada mientras me mejoraba… pero y Roma? Y mis planes? Y todo lo que me habían dicho? En el nuevo centro dejé las pastillas me la pasé fatal tres meses y luego… Nuevos bríos, pero profesionales, porque nunca más pude recuperar la confianza de la Sectaprelatura. Había que dejar el paso a las jóvenes…

Capítulo 3: UN DIA COMO CUALQUIER OTRO ENTRE MIS 34 Y 37 AÑOS

Viernes 3 del 3 a las 03:00hrs. Alguien delicadamente abre la puerta de mi cuarto, en voz muy baja dice mi nombre, “Coquis, Coquis”... Despierto: gracias. Efectivamente era viernes primero de mes y me tocaba la Vela al Santísimo. Me visto apresuradamente, tomo el libro “Del Padre” y un par de Noticias (revistas que no es necesario que apruebe un obispo, ya que son documentos de familia, por eso no tienen Nihil Obstant. Así me lo explicaron cuando fui nueva vocación y pregunté por qué tratándose de temas doctrinales no tenían el Imprimatur católico).

Entro al oratorio, Jesús expuesto y por alguna razón estaba yo a solas con Jesús, nadie más (por lo general se programan de dos en dos). Así que: Señor y Dios mío creo que estas aquí? Me ves? Me oyes? Quisiera adorarte con profunda reverencia, pero ya ves aquí estoy con mis pecados… y no solo con mis pecados que ni enumerarlos puedo, aquí estoy peor que limón exprimido, ya no puedo más. Fue posible que me engañaras? Tú no traicionas, luego entonces por qué ya no puedo más? Estoy tronada. No sirvo, soy un estorbo para el Opus Dei… sin embargo te amo a ti y a tu Obra, yo más no te puedo dar, así que ya verás qué haces…

Regreso a dormir un poco… apenas había terminado de ponerme mi pijama cuando vuelven a tocar la puerta, Coquis? -Yo ya bajé, algo pasó con la lista? – NO sé de que hablas soy Martha, es viernes y te toca acompañare a la compra… --Perdón sí, se me había olvidado. A las 4:00 me encuentro a bordo de una camioneta vieja para ir a la compra de gestoría… Aún recuerdo esos días de invierno, en donde me daba la impresión que estaba en la guerra saltando cuerpos dormidos entre papas y zanahorias… Finalmente regreso y tenemos que esperar a que nos abran para la Bendición y Misa.

Desayuno y corrección fraterna: Coquis te puedo decir algo? Mira llevamos viviendo más de dos años juntas en esta casa y me parece que hay costumbres que no cuidas, por ejemplo en todo este tiempo nunca te he visto hacer una enmendatio en el circulo, ni mirar el cuadro de la Virgen cuando entras a una habitación y ayer, que me tocó hacer limpieza en tu cuarto, encontré tu escapulario sobre la mesa, por lo que parece que no estas cuidando esas cosas pequeñas. -Muchas gracias. Fue mi contestación.

Trabajo, qué jungla es ésta… Mortificación por el Padre: no comer nada entre comidas. Llegar a la casa y hacer la lectura, libro Peter Berglar, biografía del fundador. Disfrutar de la tertulia y luego con unas ganas enormes de tomarme una siesta, bajo a hacer la oración de la tarde. Toda la tarde con charlas y círculo de supernumerarias, santo rosario de camino a la panadería, cena, tertulia y hasta mañana… y así un día y otro y otro más, en donde si no era Vela al Santísimo era acompañar a alguien al hospital, (de otro centro, por cierto), otro día en la policía porque otra había chocado, otro pasar toda una tarde de farmacia en farmacia tratando de comprar medicamentos controlados sin receta, hasta que finalmente (por una hermana enferma yo llegaba hasta donde fuera necesario, no solo la puerta del infierno… y doy gracias a Dios de haberme ido, porque poco me faltó para no dar a la cárcel, pues por lo menos en diez ocasiones falsifiqué firmas de recetas médicas obtenidas de una supernumeraria de mi grupo casada con un médico. La secretaria del centro que me las encargaba solo me decía: el medico que las receta solo las da con consulta y son muy caras, lo que pasa es que él no sabe que en las farmacias ya no las hacen de la cantidad de antes), y para colmo de males mis padres diciéndome que por qué ya no me veían tan contenta como siempre… Que se cumplían 40 años de matrimonio y que organizaban una ceremonia a la que yo no podía faltar y que era una desnaturalizada por no querer ni siquiera pasar ese día con ellos en una ciudad no tan lejana de donde yo vivía, que significaba tanto… El terminar molesta de esos encuentros familiares, preferí mejor pasar el domingo haciendo arreglos manuales en la casa o atendiendo la portería. Quedaban lejanos los días en que podía llamar a amigas… Ahora estaban casadas, algunas con hijos y no disponían de sus fines de semana… Pero a fin de cuentas para que la Obra se realizara era necesario el sacrificio y si yo no estaba contenta era porque me faltaba visión de altura, sobrenatural, solo así no me quedaría en estos mosaicos y podría ver la gran pintura… Como ven, los de la Sectaprelatura (perdón nuevamente por el pleonasmo, para la institución que se ha distribuido el mejor clero), se pintan solos.


DE LOS 38 A LOS 44 AÑOS

A mí me gusta la pesca… y en todo el tiempo que estuve en la sectaprelatura (ppp = perdón por el pleonasmo) anduve sin anzuelo y sin sedal… y así fue todo jajajaja. Me creí que existía la pesca submarina, y me creí que sabía usar el verbo “creer”… sólo para despertar y darme cuenta que había desperdiciado mi vida y me habían utilizado… y como quien es martillo todo lo ve con ojos de clavo, pues hasta me confesé de eso y afortunadamente el director de la delegación tuvo a bien decirme: Se te acabó el entusiasmo? Debes trabajar con la abnegación de quien sabe lo que es la conciencia del deber…

Así que aprovechando mi curso anual (en esa casa de retiros donde en veinte años las instalaciones habían mejorado inversamente proporcionalmente a la libertad en vigor), frente al Sagrario y en plena presencia de Dios, me propuse regresar a lo básico, así que si mi “deber” era luchar con todas mis fuerzas por la santidad, Viva Coquis Jones, (Indiana, en las indias orientales sería poco), no escatimaría esfuerzo para huir de convertirme en una burócrata de una mediocre agencia de empleos… así que en el fondo descubrí que el error había sido mío, al considerar que en la sectaprelatura (ppp) podía encontrar no solo la farmacopea, sino la felicidad.

ANIMO COQUIS, PARA ESO NACISTE: Mi felicidad estaba en cinco pilares que bajo mi propia responsabilidad y con la infraestructura de la sectaprelatura tenía que alcanzar. Yo sí haría el Opus Dei, a pesar de la de la sectaprelatua (ppp).

Salud.- Hacer ejercicio por lo menos media hora. (la adrenalina es el mejor antídoto para las depresiones… así que un cuerpo de lujo, Coquis, no te vendría mal).

Trabajo.- Relacionarme con los mejores en mi profesión (sin importar el género) y en ellos forjar verdaderas amistades, jamás presentarme como miembro de la sectaprelatura (ppp).Yo diría la verdad: Soy una solterona que vive en una residencia para profesores de la universidad, administrada por la sectaprelatura (ppp) porque así no tenía que dedicar tiempo a lavar y planchar. No haría absolutamente nada de apostolado, ya había pagado mi cuota. Ahora solo requiero ser simplemente la primera opción en la mente cuando se tratara de una posición abierta.

Finanzas.- Si la sectaprelatura no me podía dar dinero para pagar mi tratamiento del dentista “porque no había dinero”, pues se acabó, pediría a mis familiares que me desheredaran a cambio de que me adelantaran para mis “gastos extraordinarios”. Acordé con mis hermanos una suma mensual y mis padres, a mi petición, hicieron testamento donde fui de testigo, pero no fui incluida en la sección herederos.

Imagen.- Vestirme bien, sin importar sus ridículas correcciones fraternas. Completar con dinero de otras fuentes, y “aguantarme” que me digan que la próxima vez necesito ir acompañada.

Privacidad.- Éste sería mi verdadero contrato con D I O S, no con sus burócratas que le habían traicionado.

Qué tal mis propósitos??? La realidad es que puse todo mi esfuerzo en cumplirlos, a pesar que no faltaba que la directora en turno escogiera precisamente el tiempo de mi ejercicio físico para sus “imprevistos”, que al principio me dijeran de todo… Yo sabía que no importaba el precio por el premio… La verdadera santidad, la verdad os hará libres (por fin, leer lo que me de la gana!!!) valía la pena el esfuerzo… Pasado un par de años, la sectaprelatura (ppp) se hizo a la idea, se acostumbró a “mi estilo”, “carácter” y como fuera de eso en la casa procuraba ser la misma de siempre… terminaba agotada!. No quería ser una de esas “traumadas” numerarias mayores, amargadas, rígidas, estresadas, hipocondríacas, hoscas, aisladas… que atribuyen a la “Obra de Dios” sus males. A tiempo me di cuenta que la sana sobrevivencia mental en la sectaprelatura requiere una doble vida, trabajar como dos, hacer en los tiempos libres lo que los demás hacen en su trabajo, yo era dos: Numeraria y Coquis, (no existe la numeraria Coquis, o se es masa o se tiene personalidad). Ante tal disyuntiva, pero gracias a eso, no caí en la esquizofrenia de la sectaprelatura, que se dicen prelatura cuando son secta.

DE LOS 45 AÑOS AL PRESENTE Y DESPEDIDA

Cara Web,

(En ambos sentidos en el sentido que “Querida” en unos idiomas y costosa. Realmente fue muy oneroso enterarnos de lo que significa “opus dei”, sectaprelatura (perdón por el triple pleonasmo y no usar mayúsculas, porque nunca supe qué tenía de propio ese nombre).

Difícil de describir lo que pasaron estos últimos siete años, los pasados desde lo relatado en mi último relato hasta hoy. Así que empiezo por el final:

7:13 a.m. suena el teléfono de mi lujosa oficina (que ni quien se imagine que vivo en un pequeño cuartillo anexo con baño, siempre cerrado con llave- mis empleados consideran que como “a veces” me quedo a trabajar tarde para atender asuntos extranjeros es para emergencias)

8:30 llega la profesora de tailandés. (Me divierte aprender idiomas, me mantiene intelectualmente “joven”)

9:30 fin de la clase y acompaño a la profesora a la calle, mientras saludo a los doce colegas.

10:00 junta para establecer el plan de negocios con el cliente “x” de la junta de hoy.

11:30 llamada telefónica con un cliente de Miami que esta interesado en nuestros servicios. Quedé de enviarle nuestra propuesta al final de la semana.

12:00 (Salida a la S. Misa. Porque cuando tengo ganas voy a donde quiera, sin que sea obligación, ni porque me esté prohibido. Por ejemplo llevaba más de cuatro meses sin pararme en una iglesia los domingos).

13:00 almuerzo con potencial asociado, trabaja en firma de consultoría y quiere independizarse. Parece buen candidato: (guapo, con necesidades de rico, trabajador, entusiasta… sigo con mis criterios de selección natural. Lo bien aprendido, nunca se olvida… aunque me lo critiquen… lo más redituable es contratar gente con ambición).

15:00 Visita a una de las más grandes empresas del país para explorar nuevos servicios en el área de consultoría. Llega la persona que me lo presentó a las 16:00 disculpándose porque estaba en una asociación profesional y al poco tiempo cortamos para tomarnos un café. El potencial cliente –vicepresidente de esta megaempresa- me regala un CD grabado por él con un artista profesional y la imagen de la cubierta del disco diseñada por su esposa. Me dice que no es un regalo. Es un “karma” significa que él en lugar de dar ese dinero para una fundación decidió hacer realidad su sueño de juventud. El a los 20 quería ser músico, compositor… y le parece que si todos a los 20 tienen ideales, cuando se llega a la edad de ponerlos por obra nadie lo hace… (yo para mis adentros pensaba: “pues a mi me traicionaron, yo no dí, ME DI del todo, si escatimar, tiempo, dinero, esfuerzo… puse mis ideales por encima de mi misma…), después del café regresamos al trabajo hasta las 17:30. Noté que si bien el proyecto para la empresa no podría representar una gran oportunidad de negocios, para el funcionario le permitiría viajar y tener una nueva experiencia… así que confío en que todo saldrá bien.

18:00 regresé a la oficina, todavía había tres trabajando, los que provienen de una clase social no tan elevada parece que si no son los últimos en irse se sienten mal… Un saludo, reviso mis correos electrónicos, y “salgo”, pidiendo a los abnegados e indispensables trabajadores que por favor se aseguren de cerrar muy bien y poner la alarma a la oficina.

19:00 Visito una librería, hojeo un par de libros nuevos y voy a cenar a un restaurante que aunque la comida no es muy buena queda a una distancia a pie de la librería. Me asignan una mesa cerca de la pantalla grande donde se ve un partido de un juego como combinación de football, basketball y volleyball… pido una cerveza y un emparedado. Mi mesa no solo estaba cerca de la pantalla sino con vista a la calle… me asombró a un grado extremo que el único automóvil que se quedó viendo “el ambientillo” era el de dos curas (con el inconfundible “uniforme” de curas de la sectaprelatura y únicos que visten de curas en este país- en un “Golf blanco no precisamente “último modelo”).

El resto de la cena no pude dejar de pensar en mi vida en la sectaprelatura. Qué lejanos me parecen esos días en que “gozaba” de ir furtivamente al cine, tomarme un helado, una copa de vino en un bar, escuchar un walkman, caminar a solas por la calle con un colega… Lo que parece que viví ayer eran esas charlas con las directoras, a solas o en grupito (tres), incluso una visita con dos sacerdotes y la directora de la casa de retiros a donde me desaparecieron por tres años, en que me decían: “Coquis: “POR FAVOR”, no hay mandato más fuerte, recuerdas? No escandalices… dicen que en tu ultimo viaje a AAA te han visto en el restaurante XXX, el coche de tu familia no es propio de numeraria regrésalo,… no puede ser que uses una ropa que nadie sepa de donde la sacas… te RUEGO que POR FAVOR te lo lleves a la oración…

Posiblemente no recuerdo nada peor que aquella “amiga” de la que hablé en mi primer capítulo. Cierto día me llamó, siendo directora de la delegación, para “Cómo andas de tiempo? Te invito un café? Puedes? “Yo sabía que entre numerarias no nos invitamos “cafés”, pero viniendo de quien venía... le dije un café por ningún motivo, si aceptas un Cognac XO, tú dime a donde paso por ti... me pidió que fuera al puesto de periódicos de la esquina:

(No dudo que lea esta web y me llame pronto, así que simplemente me referiré a ella como “M”:

“M”- Coquis: Esto que estoy haciendo y lo que te voy a decir, NUNCA lo he hecho con nadie, y si dicen que lo dije, aquí me desdigo. Hablo? Aceptas?

COQUIS.- “M”, Tú lo sabes todo, tú sabes que no solo es admiración lo que tengo por ti.

M.— Vengo en carácter de directora a decirte que por favor pidas tu dispensa.

C.- Carácter de Directora? Y qué me dice la persona “M”?

M.- Que si a mí a tu edad me lo hubieran dicho, hoy les estaría prendiendo fuegos artificiales de agradecimiento

COQUIS.- Pero no me conviene… yo estoy muy contenta y ya sabes que “al son que me toquen bailo”, si me mandan a una casa de retino, escribo un libro, si me dicen que me dedique a las auxiliares, me convierto en fermento en la masa y me hago una “feminista más” en lucha por la reivindicación femenina y hasta invitaciones al Senado… “Tú sabes que lo nuestro es estar en el mundo”…

M.- Yo mis cartas ya las jugué. Tú sabes lo que haces, pero este jueguito no te va a durar mucho. Para qué quieres un escándalo? Mejor vete bien, te queremos mucho, has sido numeraria de “selección”, todas te conocen,… POR FAVOR, hazlo por mí, por el Padre, no le causes un disgusto mayor... Te conoce muy bien y encomienda… le preocupas… le estas causando un gran dolor… Mira, aquí traigo papel y pluma.

C.- Yo mi vocación la defiendo… y si no, que me regresen lo que les dí.

M.- Dime que quiere y llévatelo.

C.- Los años perdidos.

M.- Piensa en los que te quedan

C.- Y quien me cuidará a los 100?

M.- A quien conoces que haya durado tanto aquí y FELIZ, dame un nombre, solo uno.

C.- El tuyo y apostaría cualquier cosa por ello. Tú recuerda que fuimos hechos para ser santos, pero la santidad, beatitud significa felicidad. Yo he encontrado mi felicidad siendo numeraria. No tengo queja, aunque a veces las contradicciones de los buenos o buenas directoras me pongan piedritas en el camino, pero ya sabes, entre más me patean, más lejos llego…

M.- Mira la verdad es que dejemos las cosas como están. Si no te conociera, pensaría que estoy con una cínica… Muchas gracias por este café, hace mucho que no me tomaba un Cognac de verdad… y me encanta estar contigo.

C.- A mi me tienes y tendrás siempre. Si nos separamos por lo que sea es porque tú quieres. Dime qué quieres que diga, haga… Que si por ser directora te dieron el mensaje, simplemente contéstales que ya me lo diste y que te contesté que “me lo llevaría a la oración, pero con “h”, que es cuestión de horas en que sepan lo que Dios quiere de mi. Pon la fecha de hoy y si no me dicen nada más, prometo que no oirán queja alguna de mi.

M.- Piensa muy bien y lo que tu decidas yo lo apoyo.

PASARON DOS AÑOS DE LIMBO. (Esporádicamente y muy, muy en confianza, hablando a solas con numerarias mayores y preguntándoles si tuvieran otra vez la edad de su pitaje… solo una, que me dijo que al ver lo mal que les había ido a sus hermanas casadas (abandonadas, viuda y divorciada) ella tenía suerte… otra me contestó que lo mejor es siempre ver a adelante y nunca pensar en lo pasado… y cinco, de inmediato me contestaron que ni locas hubieran pitado si supieran lo que les esperaba a l final…

Luego la muerte de mi padre en un accidente, (el horrible sentimiento de que las numerarias asistentes confundieran esos momentos con momentos de tertulia entre ellas… la automatización de todo… y lo peor… recibir un mensaje de pésame de las de Roma de parte del Padre, IGUAL, IDENTICO, EL MISMO que otra numeraria con quien había coincidido en el curso anual pasado… SI ESO ES FAMILIA… Prefiero la independencia… dije que viajaría a “recoger” algunas cosas de mi padre y simplemente… nunca regresé… no me atreví a dejar sola a mi madre… o tenía miedo de regresar?… simplemente a alguien de la Delegación más cercana después de una temporada fue a pedirme la famosa carta de dispensa y poco más de tres meses alguien más se apareció a la salida de mi trabajo de entonces para decirme en el estacionamiento “Coquis, te esperaba, solo para decirte que tu dispensa fue concedida”… Ahora si alguien, por algún motivo, el que sea se pregunta por qué yo, con tan buena posición, relaciones… sigo sola, en confianza la respuesta es: “Por favor no se lo digas a nadie, pero YO SOY DEL OPUS DEI”. De la clase más secreta, confidencial que existe, si quieres te enseño mi disciplina y cilicio… soy de la clase “ULTRANUMERARIA“, de las que después de ser INSCRITAS, Dios les concede la “independencia y libertad para hacer lo que quieran, absolutamente lo que quieran, con no más requisito de actuar frente a él con todas sus fuerzas, corazón e inteligencia, es como el pintor que una vez graduado de la escuela puede expresarse libremente… Pero por favor no se lo digas a nadie”.

Simple: prefiero comprar que robar. Necesito recuperar el tiempo perdido, las penas con pan son menos, no quiero ser una cigarra en el invierno de mi vida, trabajo como obrera hormiga… Prefiero ser una persona que compra su automóvil con el dinero de su propia empresa a gozar de la emoción de quien roba uno... Cuestión de honestidad… y mil, un millón, cien millones, infinitud… de gracias por la WEB TERAPIA.

Coquis

 



 

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Gracias a Dios, ¡nos fuimos!
OPUS DEI: ¿un CAMINO a ninguna parte?