CORRESPONDENCIA

Lunes, 10 de Septiembre de 2012

El viernes pasado decidí publicar únicamente la carta de Víctor. Se merecía ese espacio, ese tiempo y ese reconocimiento para él solo.

A partir de aquí van los escritos que no se publicaron ese día y los de hoy lunes.

Una aclaración acerca del escrito de Anónimo: "Demanda de nulidad del vínculo con el Opus Dei."

La Prelatura no está sometida a la jurisdicción de la diócesis ni tampoco de la nunciatura de España. Las demandas en contra de las diócesis y prelaturas solo pueden ser presentadas a la Rota Romana o según el caso, a la Signatura Apostólica.

Si alguien sabe cómo hacer este trámite, hay gente que tiene mucho interés.

Un saludo

Gaudi

Leo una pregunta en relación a la posibilidad de solicitar la anulación del vínculo con la Prelatura.

El Tribunal Eclesiástico del Vicariato de Roma tiene competencia también sobre las decisiones de los Tribunales de la Prelatura. Quizás se puede aplicar a este caso también.

Aquì el link:

https://sites.google.com/a/avvocatorotale.info/www/tribunaliecclesiastici

Italo

Hola a todos.

Quisiera comentar el escrito de Daniel_M titulado “Un análisis aplicable por analogía al Opus Dei”, en donde cita una carta acerca del fundador de los legionarios.

En dicha carta se hacen algunas consideraciones personales sobre dicho fundador, y se dice que esa asociación fue un encargo de Dios, y como prueba es la existencia de ella, habiendo otros intentos de asociaciones que no pasan de decenas de personas.

Luego dice que no entiende que algunos se hayan salido al conocerse algunos aspectos de la vida de su fundador, aduciendo que una consagración es a Dios, y no a una persona.

Pero me imagino, que si los legionarios son como el opus dei, mucha de su mística estará basada en la vida y pensamientos de su fundador.

Por otra parte, acusa de "vacuidad" a alguien, y se lo imagina en el juicio final. Nada más falta que lo condene al rejalgar... :)

Saludos cordiales.

Paiquito

Es la primera vez que hago una publicación en este espacio, desde hace algunos años me lo planteé (o mejor dicho me lo plantearon) pero por muchas razones no me atreví. Hoy lo hago porque con la perspectiva del tiempo me doy cuenta que la huella que mi pertenencia y salida del opus Dei han dejado en mí, es mucho más profunda de lo que pensé.

No he sanado muchas cosas y a decir verdad no sé si se llegué a una sanación total. Aunque los ángeles si existen, me refiero a ese amigo o a esa oreja que te escucha y a esos brazos que te estrechan cuando necesitas liberar dolor con lágrimas. Ese angelito llegó a mi vida y gracias a él encontré consuelo y mi fuerza interior para levantar la frente y tomar las riendas de mi vida, viviendo una libertad auténtica. Me atrevo a decir que esa libertad no la conocen en el Opus Dei. Gracias a mi experiencia en el Opus obtuve aprendizajes valiosos que me hacen vivir la vida con mayor plenitud. Y lo constato con otros "exes", tenemos un sello indeleble que es una visión nueva de la vida y nadie puede entendernos excepto otro "ex", siempre y cuando no se encuentre en la necesaria etapa de la justificación y culpa, que me doy cuenta, creo yo, todos vivimos.

Leí un par de veces el testimonio de Agustina, y me quedé atónita! Perfectamente podía firmar yo, me identifiqué plenamente con su proceso. Con la diferencia de que yo no conocí al fundador. Aunque creo que la mayoría somos el resultado de un proceso sistémico, fuimos "vocaciones" fabricadas, ¡lo veo más claro que nunca!

Cuando personas bienintencionadas me preguntan por qué salí de la Obra francamente no sé qué contestar ¿por dónde comenzar? Además, ¿realmente desean saber? y tampoco podía describir todo lo que viví. Aparte de que no lo entenderían muchas personas tampoco yo comprendía el verdadero motivo de mi dolor. Me sentía profundamente herida y decepcionada pero sobre todo, culpable. La depresión más profunda que he vivido fue en mis años en el CE (Centro de Estudios). ¡Qué sentimientos tan horribles! estaba totalmente despersonalizada, sin conciencia de mi propia existencia, sin ganas de vivir y tan sólo tenía 17 años casi 18. Ahora a mis casi 30 años nunca más he vuelto a sentir ese vacío. Entonces la enferma mental no era yo.

Apenas comienzo a asimilar las cosas y sobre todo a darme cuenta lo que muchos ya han escrito que NO SOY LA ÚNICA y que no soy una judas y que no fue mi culpa. Aún siento presión en el pecho al recordar tantas cosas. Y más aún porque tengo familiares muy cercanos dentro.

Tengo tanto que escribir, tanto que decir, pero no muy diferente a lo que otros han escrito incluso hace muchos años.

Sólo pretendo aprovechar este espacio para por fin hablar lo que nunca había hablado a modo de liberación. Encontrar tantos testimonios y tanta información tan clara me abrieron un panorama nuevo. Me parece fascinante estar en contacto con personas como ustedes porque sé que compartimos una nueva visión de vida y de espiritualidad, porque estoy segura que no ven en mi publicación un mail más, ven a una persona con su integridad e individualidad. Sé perfectamente de lo que estamos hechos.

Ya tendré oportunidad de escribir más.

Gracias a los valientes que se atrevieron a cuestionar, ustedes me inspiran.

Samantha

Hasta aquí, los escritos que no se publicaron el viernes.

En adelante, los que se han recibido para publicar hoy lunes.

Profundamente impactada por la carta de Víctor, quiero compartir mi comentario con vosotros, no tanto como un desahogo personal por el tema en sí, que podría serlo dado el tremendo dolor que algo así supone, como por la necesidad de “gritar” que inunda mi alma, algo así como “¡esto no puede ser!”, no puede seguir siendo así. Me impresionó pensar que cuando yo ya había dejado la Obra, y había escrito mis dos primeros libros, con el mejor deseo de que, con las cosas claras, otros no tuviesen que sufrir lo que yo había sufrido, Víctor aun no había nacido.

Leyendo su escrito hubo un momento en el que necesité comprobar la fecha del mismo porque no acababa de creérmelo, no me parecía posible que pudiese ser algo actual, y ¡tan igual! Una vez más y otra y tantas… ahora como si en el caso de Víctor se agolparan todos los casos que siguen apareciendo en esta web, de personas rotas, tiradas, ignoradas o escandalizadas por lo mismo. Qué grafico lo que dice Víctor al personaje de la Obra al que dirige su carta de “me escribías todas las fiestas importantes, cumpleaños y demás… pero nunca me decías nada que tuviese que ver conmigo, creo que porque nunca me conociste”; ¡qué síntesis tan clara de lo que para la Obra suponen las personas!. Testimoniado, avalado, ¿por cuántos ya?, ¿cuántos de edades tan variadas, de lugares –de países incluso- distintos, de clase de personalidad, de educación, de ambientes…, y siempre igual, siempre lo mismo? Y cuando digo siempre lo digo desde la época de Mons. Escrivá hasta hoy. Yo el Opus que viví fue cuando el fundador vivía.

¡¡Por Dios!! ¿No hay nadie entre los que gobiernan (a veces desgobiernan) esta bendita Iglesia de Dios que reaccione? ¿No hay nadie capaz de plantear alguna solución ante tanto desamor en nombre del Dios amor?, tanta fachada mentirosa, tanta manipulación de conciencias, tanto montaje de canonización. ¿De verdad creen estos jerarcas que todos los que hemos aportado nuestra experiencia, como reclamo para evitar atropellos tan penosos, somos unos desarrapados, infieles, traidores, desertores… abocados al infierno? ¿No hay nadie con cabeza y corazón para salir al paso de semejante atropello?

¿Es que los únicos problemas importantes para la Iglesia son los de pederastas? ¿De verdad que no le importa a nadie que dentro de instituciones eclesiales se atropelle, no ya el sexo, sino el respeto al Espíritu del que, como personas, somos portadores? ¿Se pueda utilizar la buena fe de muchos (que la hay), los que creen en la Obra, a costa de arrollar valores de los más elementales para un cristiano?

¡¡Por Dios, que alguien reaccione!!

Yo, porque sigo teniendo fe, sigo creyendo que hay que seguir gritando y esperando/ de esperanza.

María Angustias Moreno

Nadie muere porque sí. Menos aún el que decide su muerte. Porque lo intenta y lo intenta una y otra vez hasta que su logro es su paz, su sueño  y su alegría. También el dolor, la sorpresa y la angustia de todos los demás.

Ante la despedida de Víctor  ciertamente surge la pena y la rabia, el dolor y la cólera, las lágrimas y la furia.  

Pena, por un dolor innecesario, gratuito y bastardo que se extendió por toda una vida.

Dolor, por el hombre tronchado sin haber alcanzado a vivir su juventud y  ni siquiera su vida.

Lágrimas, porque quiso ser feliz y – simplemente!- no se lo permitieron.  

Rabia, por la injusticia que unos  fanáticos  perpetraron en su contra con la más absoluta impunidad.

Cólera, porque  los gritos de auxilio parecen quedar en un desierto  prefabricado por la indiferencia, los renuncios  y el abandono.

Furia, por un episcopado ausente y un Vaticano que continúa sin mirar, sin actuar,  sin pronunciar palabra. Ignorantes, estultos o simplemente cómplices ?  

Pero también debemos darnos tiempo para la ternura.

Y pensar en toda la dicha que este joven – defraudado y de destino aciago-  finalmente alcanza y goza.

No es poco consuelo imaginarse a Víctor feliz aunque nosotros tengamos tanta pena!

Soyyootravez

No sé qué decir, se me ha quedado el corazón encogido.

La carta de Victor es desgarradora y da un inmensa pena ver el sufrimiento de una persona y, en este caso, una persona tan joven. Menos mal que eran los buenos...

Agradaceros a ti, Agustina, y a Carmen Charo vuestros esfuerzos por ayudarle e imagino el dolor que sentireis, pero habéis sido más hermanas que sus "hermanos" y más familia que su familia.

Ahora depende de todos nosotros que su voz no caiga en el olvido.

Un abrazo

Inés

Querido Victor,

No puedo mas que apoyar tu carta. Sé que has tratado de transmitir el dolor que sentías de vivir como un fantasma en esta sociedad, sobre todo porque tu entorno era el opus, y no puedo imaginar lo terrible que debe ser sentir esa dualidad de amor y odio. Yo tuve una historia contemporanea y parecida en cuanto a eventos relacionados con la supuesta vocación. Y te entiendo tambien porque yo he tenido dos momentos importantes donde el suicidio era o parecia ser la unica salida... Tambien sentia como tu que ellos eran responsables, tambien queria y deseaba con mucha fuerza que me pidan perdón, es decir en resumen comprendo tus sentimientos y los he compartido tambien. Afortunadamente mi medio no tenia que ver con el opus, y aunque todas mis amigas iban por los centros, en realidad mis amigas de la infancia que por suerte nunca quisieron ir fueron mi soporte, me levantaron como un huevo frito, dejé la univerisidad porque no era capaz de hacer nada, por suerte ya trabajaba y aunque bajo mi rendimiento, fue tambien mi sosten, qué años tan dolorosos...

Ciao a tutti,

Non so cosa dire dopo leggere la carta di Victor. Sono molto fortunato di avere uscito in tempo, di avere trovato mia moglie, di avere la famiglia maravigliosa che ne ho. Ma potevo avere finito come Victor. E veramente, non c''è bisogno di tanto dolore.

Vivo a Genova. Si c''è qualcuno depreso, triste, con voglia di parlare con qualcuno, sono disponibile per ascoltare. Sono in Italia da quasi tre anni. Scussate il mio italiano.

Sul serio. Si sei dentro, fuori, da poco o da tanto, e ti serve parlare con qualcuno, chiedete la mia mail. Non sono psicologo ne psiquiatra. Ma a volta serve solo qualcuno che possa ascoltare. Ero supernumerario, dopo numerario, per sette anni.


A presto.

Cachi

Me es difícil describir el impacto que han causado en mí las palabras de Víctor, conforme iba desgranando su carta. Seguro que no soy el único lector impactado. Pero también seguro, desgraciadamente, que ha habido muchos Víctor antes. Muchos de ellos anónimos en su sufrimiento, en su vida destrozada, en su enfermedad vivida día a día con resignación pero no por ello sin avidez de demanda de perdón. La demanda de perdón que Víctor solicita repetidamente. Víctor, desde el cielo ayudará a que no se repita jamás su historia en otras personas. Por que Víctor ha sido y es generoso, y aunque parece ser que ninguna persona de las por él nombradas le ha pedido perdón, él ha perdonado.

Muchos lectores de esa carta nos hemos sentido identificados, en mayor o menor grado, con las vivencias que nos ha relatado. Quizá no nosotros, pero sí un hijo/a, un familiar, un amigo. Muchos hemos recordado y revivido etapas de nuestro paso por el Opus. Etapas llenas de horror, de mentira, de falta total de libertad.  Con palabras de Carmen Charo en su último escrito: “lo hemos hecho todo y la Iglesia sigue muda”...

Mois replicaba las opiniones del padre fortea, que reproduje el pasado 3 de septiembre. La pregunta de Mois es: ¿Debemos entender que si hay detrás de una fundación muchos seguidores, allí está Dios?

Pienso que hay que tener en cuenta el contexto de la respuesta del Padre Fortea. Se dirige a una mujer católica, sobre una organización católica y su fundador. Un presupuesto de ese contexto es que para el Padre Fortea la religión católica es la única íntegramente verdadera. Yo entiendo que él se refiere sólo a las fundaciones en el seno del catolicismo, porque éstas pueden ser -o no- inspiradas por el Espíritu Santo. 

Atomito comienza retratándose en su opinión del pasado miércoles 5. Quien insulta como forma de argumento, da pistas de la calidad de sus opiniones: el camino simplón de la falacia ad hominem… Como nada aporta, nada hay que decirle. 

Agradezco a Carmen Charo sus palabras, que hacen pensar. ¿El Opus Dei tiene algo bueno? Habrá que definir lo que consideramos bueno. ¿Es bueno que el fin de una entidad sea predicar a Cristo? Si (al menos para el creyente). ¿Es bueno que aliente a las personas a un seguimiento de Cristo? Si (al menos para el creyente) ¿Es bueno cada uno de los medios que el Opus Dei usa para ese fin? Ah, eso es lo discutible, lo cuestionable. Algunos podrían ser buenos y otros, claramente, pueden ser malos. Habría que discernir sobre cada uno de ellos.

El viernes se publicó la carta póstuma de Víctor. Tremenda. Impactante. Muy triste. Es una clara reprensión a los medios que emplea la organización Opus Dei, su manera de captar vocaciones para el apostolado. He aquí un claro caso de algo malo.

Creo que reconocer lo bueno y lo malo de una organización, con toda su posible gradación moral o ética, es estar en la verdad de forma objetiva. Y ese era el sentido de mi colaboración del lunes 3 de septiembre.

Pero no digo más sobre este asunto, pues las colaboraciones que se publiquen este lunes se centrarán más en la carta denuncia de Víctor.

Daniel_M   

Víctor, varios hemos sobrevivido. No eres el único que se ha ido por causa del carisma de Escrivá y el modo como lo viven sus hijas e hijos numerarios, agregados, supernumerarios y auxiliares. Testimonios hay de personas que han visto muertos a sus hermanos y hermanas tras serias depresiones que, en el Opus, se les denomina “tibieza” o “pasar por un mal momento”. En especial recuerdo la madre de un Director de AOP que, al enterarse de la decisión de su hijo, hizo un derrame cerebral. Por suerte la señora sigue viva. Y, otro muchacho, hijo de supernumeraria, que no fue de “los elegidos” y se arrojó de un cuarto piso. También sobrevivió al caer sobre unos setos.

¿Quién sabe cuántas historias como la tuya han quedado en informes personales? El mismo Mons. Ignacio María Orbegozo ocultó su enfermedad hasta que fue mortal ¿Por qué? ¿Por qué aquella numeraria que conocí me comentó en confidencia: “espero no vivir muchos años”?, ¿Por qué tantos anhelan no despertar al día siguiente y morir “en casa”?, ¿De qué forma nos dieron y dan a entender el sentido de la muerte de Cristo? ¡Basta ya!

Nicanor
nicanor.wong@gmail.com  

En primer lugar expreso mi más profundo dolor por el fallecimiento de Víctor. Que en paz descanse.

Aún estoy muy consternada por tan triste noticia y, sumida en duelo, no me atrevo a comentarla de momento. Sólo quisiera hacer una sugerencia en la línea de lo que ya propuse el 25/05/2007 sobre el fallecimiento de don Antonio Petit, aunque entonces mi sugerencia no se llevó a cabo. Esta noticia debería divulgarse en distintos medios de comunicación, porque la opinión pública española tiene derecho a saberla. Una sociedad no puede ignorar el daño que las prácticas sectarias del Opus pueden causar a algunos de sus ciudadanos. Una sociedad tiene derecho a estar informada de ello y a defenderse.

Lógicamente, no todas las personas damnificadas por el Opus Dei acaban suicidándose. El de Víctor es un caso muy extremo, si es que realmente se suicidó, pues aún no tenemos pruebas ni certeza de ello (lo correcto sería hablar, por el momento, de “presunto” suicidio). Ahora bien, daños psicológicos, traumas o frustraciones morales y crisis religiosas de distinta gravedad son causados por el Opus en muchos de sus miembros y ex-miembros: muchos miembros soportan dentro del Opus y muchos ex-miembros arrastran ya fuera de él, durante largos años de sus vidas, las secuelas del sectarismo sociológico y del integrismo teológico de esa institución (recordemos el artículo de Oráculo sobre El integrismo teológico del Opus Dei, del 14/05/2007, publicado tras el fallecimiento de don Antonio Petit). Por eso, informar a la sociedad de ello es un imperioso deber moral.

En este caso, además, la carta de “despedida” de Víctor persigue esa finalidad. Aunque esté dirigida a una sola persona, don Antonio, al mismo tiempo Víctor quería que se publicase en opuslibros, es decir, su voluntad era que la carta por él escrita y suscrita tuviera la máxima difusión posible. No es una carta íntima entre dos personas, sino un texto redactado según el estilo literario de una carta personal, pero con voluntad de máxima difusión (algo así, salvadas las muchas distancias, como las cartas encíclicas que el Papa escribe a los obispos, sabiendo que las va a leer todo el mundo, y por eso la Editorial Vaticana las publica como si se tratara de libros, y también se cuelgan en la página web del Vaticano). Divulgar la carta a través de medios de comunicación y de la Red responde a la expresa voluntad de Víctor, y creo que esta voluntad suya debería cumplirse.

Giovanna Reale

Qué carta más fuerte, sincera y triste. Creo que muchos conocemos personas que han pasado casos similares y algunos hemos tenido la desdicha de ver personas que han buscado la misma solución que Victor. Que en paz descansen.

Cuándo van a entender los del opus el daño que hacen en la gente y cuándo lo van a corregir?

RodrigoC

Querido Víctor, no te conocía hasta que he leído tu carta en la web. Ya has sufrido bastante y estoy seguro de que descansas en paz.

Mi petición a Jesús es que consigas la felicidad que no has podido alcanzar en la tierra y por esa intención dedicaré mi oración. Nadie tendría que volver a pasar por lo que tú has pasado ni en el Opus Dei, ni en la Iglesia, ni en el mundo; ya que el verdadero mensaje de Jesucristo es de Amor, de Caridad y de Cariño. Espero que tus palabras remuevan las conciencias de los que leemos en esta página web.

Habría mucho que comentar y que reflexionar sobre todo lo que nos has contado, pero yo prefiero que resuenen tus palabras por sí solas en todos los que te hemos leído y que nos sirvan para cambiar y mejorar aunque sólo sea como personas.

Gracias Agustina por hacernos llegar esta tremenda historia de una vida que no tendría que haber terminado así. Víctor, descansa en paz.

Ggomer

Correos Anteriores

Ir a la correspondencia del día

Ir a la página principal