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CORRESPONDENCIA

Viernes, 04 de Mayo de 2012

Tengo varios hermanos. Dos de ellos son del Opus desde hace muchos años. Sólo los que no han pertenecido nunca o  los que no pertenecemos ya a la cosa, aunque hayamos pertenecido anteriormente, navegamos por internet desde hace tiempo. De los dos mencionados, que no pertenecen al opus, uno de ellos ha repetido hasta la saciedad en las reuniones de familia (de sangre), que él (ella en este caso) no se conecta a internet, porque “no le interesa”, “no es algo sobre lo que sienta curiosidad”, “no le aporta nada”, “no lo necesita”, etc. Todo menos decir que se lo tienen prohibido, o que es algo peligrosísimo...

Pues bien, en las pasadas navidades, ¡oh sorpresa! ¡había cambiado de opinión! “¡Yaaaa me conectooo a internet!”, nos espetó en un tono triunfante, “nunca pensé que sería algo tan interesante”… etc, etc. Cantaba las aleluyas de internet como para dar a entender que “se había normalizado” que era como cualquiera de nosotros. En fin nos dio su dirección de correo electrónico y ahí acabó todo aunque no dejó de causarnos sorpresa un cambio tan radical.

Feliz por la “normalización”, tuve un arranque de fraternidad (de sangre), y le escribí un largo mail, amable, cariñoso incluso, en el que le adjuntaba un par de fotos, de lugares entrañables para la familia…de sangre (perdón por la reiteración, que evidentemente es intencionada).

Pasaba el tiempo y no recibía respuesta. Hasta que hace unos días, me llegó:

- “Preciosas. Una de ellas ya la conocía. Gracias.”

Mi amable mail no merecía más. Aceptado.

Pero le daba vueltas al tema hasta que en mi cabeza empezó a tomar forma  este argumento:

Mi hermana es, por naturaleza, exuberante, locuaz y efusiva. No me cuadraba a mi tanto laconismo en la respuesta si no había sido inducido por tercera persona.

Cualquiera que haya estado en el opus, más o menos tiempo está al corriente de lo que es la violación (voluntariamente autorizada, ¡Faltaría más!) de la correspondencia recibida en una carta, dentro del lado oscuro.

Entonces, ¿Por qué  no va a ser tratada del mismo modo la correspondencia recibida por los “fieles miembros” a través de un mail?

Ergo… los mail también los leen los directores… y como es habitual “sugieren” las respuestas más sensatas y adecuadas.

Por otra parte,  los directores lo tienen fácil para controlar los correos: Basta con que los fieles autorizados a tenerlos, comuniquen al director su dirección de correo y su contraseña. Asunto resuelto.

Si acaso alguno elude estas condiciones teniendo un correo (o dos, o más) secreto, incurre en un problema de conciencia. Con todo lo que eso lleva consigo. Algo que te corroe por dentro… Oh, oh, oh, horror… (un pecado mas para añadir a la lista, otra atadura con cuerda de acero, que te puede catapultar al infierno…

De todas maneras me gustaría saber algo más sobre el tema. Por eso pregunto ¿Alguien de los que escribimos en Opuslibros, o que nos lee, ha tenido oportunidad de comprobar si es cierto lo que hasta ahora es una suposición mía?

Para todos, paz en libertad.

ExApéndice

Estimado Daneel:

Te agradezco el interés con que lees mis escritos publicados en Opuslibros. Tus sutiles análisis del 02.05.2012 a mi aportación del 30.04.2012 me recuerdan la severidad con que, siendo yo joven, el director de mi tesis doctoral me corregía los borradores de los capítulos de la tesis que le iba entregando mientras la redactaba. Sólo por eso, me caes bien. También estoy de acuerdo contigo en que un varón célibe, si tiene apertura de mente, puede comprender bien la vida matrimonial; el problema de muchos eclesiásticos actuales es que, con independencia de su celibato, son sobre todo cortos de miras para muchos aspectos de la vida y, lo que es peor, para el propio Evangelio...

Estoy de acuerdo con lo que Haenobarbo expuso en su artículo Las prelaturas no nacieron por inspiración divina (02.05.2012) acerca de cómo se fraguó la figura jurídica de “prelatura personal” en el Concilio Vaticano II (1962-1965). Habría que investigar las actas del Concilio –esto sería un arduo trabajo– y leer en ellas los debates de los padres conciliares y las distintas fases redaccionales del decreto Presbyterorum ordinis (1965) para precisar qué es lo que cada uno de ellos aportó en la creación de esa nueva figura jurídica.

A lo que expuso Haenobarbo conviene añadir un punto del que ya se ha hablado en Opuslibros en alguna ocasión. Los padres conciliares no pensaron nunca en que el Opus Dei se transformaría al cabo de los años de instituto secular en prelatura personal; ellos más bien tenían en su mente la acción pastoral de los sacerdotes obreros de la “Mission de France” o Prelatura de Pontigny cuando propusieron la creación de la figura jurídica de prelaturas personales, y lo que con ellas se pretendía lograr era una mejor distribución del clero secular que cubriera peculiares y difíciles necesidades pastorales. Como he escrito más arriba, en Opuslibros ya se ha hablado de esto anteriormente; véase, por ejemplo, Gervasio (febrero 2009), El Opus Dei como prelatura personal; Idiota (24.07.2006), La discusión sobre la figura jurídica de prelatura personal (I); especialmente interesante es el estudio de Ronald Klein, La prelatura personal en el entramado constitucional de la Iglesia (Echter, Würzburg 1995).

Josef Knecht

Entre las muchas cosas irritantes que tiene servidora, está (lo confieso) el pensar bien y creer siempre lo bueno de la gente. Que si tiene la piel tan estirada que al guiñar el ojo se le encoge la pierna, yo posiblemente diga “tiene buena piel”, difícil que yo –a la primera- diga “tiene más cirugías que la biografía del Santo” (no Roger Moore).

El defecto este se me hizo irritante porque el otro día me vi en mi espejo (es decir, vi mi defecto en otra persona) y sentí un deseo crecer desde el fondo de mi vientre, en medio del primer chakra (del forro, en cristiano) de pegarle un zapatazo y decirle “despierta, no seas tonta”. Y entonces tuve una revelación: la tonta soy y siempre he sido yo.

Y a qué va esta inesperada y descontextualizada confesión, pues a que el otro día encontré en mi facebook la foto de sutanita, pariente de mi gran amiga menganita. Y la veo y digo “wow, qué grande está, cómo ha crecido” está linda: “ya es una señorita” (lo sé, lo sé, solo yo soy incapaz de darme cuenta que si la biología fuera justa yo debería peinar alguna cana y planchar alguna arruga y por lo tanto las que son menores 5 años que yo, son mujeres hace largo tiempo). Y luego fotos con ropa de un estilo “familiar”, chicas, chicas desconocidas, chicas más conocidas, casas conocidas aunque remodeladas, fotos con no tan chicas conocidas (con miradas tristes y cara de enfermas). Mi3rd4. Ha crecido. Y ha pitado.

Este 19 de marzo me dicen que decidió irse, y le dicen que eso del 19 es mero trámite y puede volver cuando quiera. Sé que es un engaño. Sé que las normas de la Iglesia no permiten ese daño, pero sé que ellos mienten con descaro abusando de las bienpensadas. No sé qué hacer. Se me hace más fácil cuando me contacta alguien a quien no conozco.

Busco en opuslibros lecturas para hacerle ver que ha hecho bien, que la contradicción entre la vida en el opus y la de un católico corriente no es solo aparente, que en realidad en el opus se saltan las normas. Y no encuentro nada que denote pura y cristalinamente esa contradicción sin incluir comentarios sobre la poca santidad del fundador, de la fundación y del amo del circo (Álvaro). Ya sé, ya sé, a mí también me cuesta no ser irónica (por cierto Luxindex, magistral en lo del 02.05).

Y es que a estas alturas esa niña (en realidad una mujer de más de 30 y por tanto a punto de quedarse para vestir santo: cosa que yo ya hago hace bastante tiempo) piensa que en el opus todos son muy buenos y ella no encajaba y que los sigue queriendo y seguramente en breve se hará cooperadora. ¿¿¿O se creerá eso de que lo de no renovar el 19 es una formalidad, que sigue siendo numeraria??? Y me temo que sabiendo lo que sé, ella volverá unos años, para salir destruida en otros cuantos años más, como dicen testimonios en esta misma web sobre estos mismos casos.

¿Por qué no hablé a tiempo? ¿Por qué pensé tantos años que ellos eran buenos, la equivocada era yo? Si yo no hubiera pasado tantos años siendo tan bien pensada, quizá habría alertado a tiempo a menganita y jamás habría llevado a baby sutanita al centro, y esta historia de dolor y desengaño no se repetiría.

Y lo cuento por si alguien más está a tiempo de evitar esta triste historia en su entorno.

Por cierto, bienvenido de vuelta Lapso, la bienpensada se alegró muchísimo de saber que aún andabas vivo…

Saludos a todos.

Emevé

Con el tema de los alimentos para los pobres me acordé que para la llegada de Juan Pablo II, en la región se decidió que se le iba a regalar una custodia. La diseñó un universitario que acudía por el centro y se hizo la campaña para recolectar dinero, joyas, oro, lo que se necesitaba para hacerle un mágnifico regalo....

Se fue consiguiendo de todo, pero al final no hubo regalo para el Papa. Pregunté si se iba a regresar lo que se había donado para este fin. La respuesta: Obviamente no, eso va para labores internas de apostolado.

Total al pobre Papa lo birlaron y se recolectó de seguro una buena plata y joyas para la Cosa.

Sebas

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