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Opus Dei: ¿un CAMINO a ninguna parte?

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CORRESPONDENCIA

 

Domingo, 21 de noviembre de 2004


Sobre el programa de Tele-5 y otros.- Ana Azanza'

Hola Orejas,

Kaiser pregunta qué pasó con el programa en el que finalmente no aparecí. No hubo ningún acuerdo, sencillamente hablé con una periodista que me hizo una serie de preguntas y aunque me hizo comentarios dando a entender que les interesaba mi testimonio al final no me llamaron. Realmente el programa me pareció una tontería más en la que nadie saca la verdad de la cuestión. Incluso al propio opus le conviene programas así porque con el cuento de sí Ana Botella o la duquesa de Alba dan dinero, son cercanas o lo han sido, y con enseñar un cilicio de la época de Santa Teresa, se quedan tan anchos. Encima, ¡qué casualidad! dieron entrada a una llamada de un psiquiatra de la clínica universitaria que contó su curriculum, nadie se lo había preguntado. Y dijo que allí tratan muy bien a los enfermos, pero no contestó a las acusaciones de Moncada en su artículo y que nosotros sabemos que son ciertas pues lo hemos leído en la web (véase Carmen Charo) y las hemos vivido en directo con nombres y apellidos (recordar la colección de pastilleros de los comedores en las casas de numerarios/as mayores).

Me refiero al hecho de que el opus crea más enfermos psiquiátricos que nadie, y que como último recurso van a parar a la cuarta planta, gente valiosa a más no poder, pero terminada y enferma por la "extorsión" de la que nos ha hablado E.B.E. Tampoco respondió a la acusación reiterada en esta web e innegable: en el opus no hay auténtico cariño por las personas, sólo interés. Quien quiera a alguien, está perdido ahí dentro. Y además no aclaró su estatus con respecto a la prelatura, años que lleva dentro y desde cuando les debe el sueldo, o si les debe algo más. Todo eso son datos fundamentales cuando alguien sale defendiendo al opus, lo demás es ir "con la máscara del zorro".

Y en referencia al escrito último de Marypt, no entiendo tu postura hacia el opus, tú misma relatas su posición "elitista", su rechazo a mezclarse con los demás católicos, ¿acaso tiene algo que ver con el cristianismo semejante actitud? Dices que en el opus conociste a gente con buena formación, ¿a qué formación os referís los que decís eso? las virtudes son para vivirlas no para predicarlas, el opus predica pero no vive, ¿por qué seguir reconociéndoles unos méritos que no tienen?

En cuanto al tema del dinero, aquí se ha apuntado varias veces lo "apañados" que son para cumplir las leyes saltándoselas, y para saltárselas en otras ocasiones con la excusa de que "los directores sólo dan cuenta ante Dios" (véase el ex numerario americano). En guardar las apariencias y decir bonitas palabras son expertos, eso no se lo podemos quitar.

Yo tampoco puedo decir que he sido testigo de grandes desfalcos financieros, sólo del mío propio, y como soy una trabajadora más me duele en el alma el dinero que perdí de mi sueldo durante casi seis años. Sé que para ellos mi dinero es una porquería en cantidad, pero para mí era todo, pues no tenía nada más. Eso ya es inmoral porque me mintieron, creía dar para hacer el bien, para la Iglesia y estaba dando a una secta que me explotaba a mí y a muchos otros. Y como también alguien ha dicho últimamente, no hay ni un sólo papel que obligue al opus a devolver, el individuo ante la institución está siempre indefenso, siempre firmando papeles de inmobiliarias, de acciones que ni sabíamos, ni sabemos que han hecho con todo eso.

¿En qué se quedaría el opus sin dinero? en nada. Piénsalo, todo eso no es cristiano por más rosarios que recen y más misas a las que vayan, no se arregla. Tú misma al final de tu escrito citas unas muy bonitas palabras de un periodista, que yo traduzco a mi manera: la iglesia del poder y del dinero no es la iglesia.

Ana Azanza


(de Marlies) Informes internos sobre un numerario.

-Informe que envió la delegación a la que pertenecía un numerario, a otra delegación a la que se iba a incorporar.

dlmE ref. Codec 31/02
ref. Codec 1/01

1. Inteligente, ordenado. Sentimental. Con don de gentes. Tiene un carácter peculiar que se manifiesta en sus gustos, aficiones, y afectividad.

2. Cumple el plan de vida. Es sentimental en la oración, que sale bien si hay afectos: alegrías, penas, enfados… Le resulta más complicado hacer la oración con un libro, meterse en las escenas del Evangelio, profundizar sobre algún aspecto más concreto
.

[...]

(Nota: El informe completo se ha colocado también en los libros silenciados, pues se trata de un documento interno)


-Informe sobre un numerario que se envió a la delegación para solicitar que se le concediera la fidelidad.

  1. Ordenado e inteligente. Detallista. Responsable con los encargos que se le dan; si no se considera capaz de llevarlos a cabo lo expone claramente. Conoce a la gente y sabe ganársela.

  2. Tiene un carácter peculiar que se manifiesta sobre todo en sus gustos, aficiones y en el papel exagerado que juegan en él la afectividad y la confianza humana. Hemos hablado a fondo con el sobre su afectividad.

[...]

(Nota: El informe completo para la fidelidad, se ha colocado también en los libros silenciados como documento interno).

Continúa Marlies:

El numerario no supo y quizá no lo sepa aún, que cuando llegara a su nuevo destino, ya se le había encasillado y etiquetado. Tampoco debió tener constancia de que sus confidencias se aireaban nuevamente, al solicitar el consejo local 'la venia' para que hiciera la fidelidad. Una información redactada "gracias" a los datos obtenidos a través de su dirección espiritual. Dirección espiritual que obliga en conciencia (¡¡!!) a no ser divulgada. Quizá los del opus tienen bula para el chismorreo de lo más sagrado que tiene una persona: la intimidad que ha puesto en manos de su director espiritual. ¿No tiene nada que decir a quien corresponda de la Iglesia Católica que tanto les admira? ¿No tienen nada que decir los propios miembros de la obra al saber cómo se guarda el secreto de sus confidencias? Qué pena!. Qué inmoral y qué anticristiano y que lejos de toda ética se encuentra el opus.

Un saludo. Estaremos en contacto.

Marlies


El proceso de la vocación.- E.B.E.


El suceso que Ana relata el día viernes, me hizo recordar una novela de Diderot que se llama “La religiosa”, donde relata en primera persona un “proceso de la vocación” muy conocido por nosotros: esa mujer sufre el proceso de seducción, de coacción, le fabrican una vocación y al rechazarla la someten a todas unas acusaciones y extorsiones, mientras ella busca por todos los medios escapar. Es una novela –muy dura-, pero parece demasiado real. Baste comparar este libro con el de Carmen Tapia, especialmente el capítulo donde se enfrenta a la figura del fundador.

«Me parece, no obstante, que en un estado bien gobernado debiera suceder lo contrario: entrar difícilmente en religión y poder salir fácilmente. (…) ¿No se percibirá nunca la necesidad de reducir la abertura de estas simas donde van a perderse futuras generaciones?», reflexiona la protagonista y bien puede aplicarse esto a la Obra.

Pienso en algunos relatos de Mercy y me parece estar leyendo la novela de Diderot: «Me llevaron con una doctora supernumeraria para que me revisara y su gran diagnóstico fue que tenía un problema en la espalda, pero que Dios era muy bueno conmigo al darme mi vocación de auxiliar porque de lo contrario si me hubiera casado no habría podido jamás embarazarme, mi espalda no hubiera soportado eso y habría puesto en peligro mi vida y la del bebe». Qué perversidad argumentar de esa forma: subliminalmente le estaban diciendo/amenazando: si te fueras de la Obra, no podrías embarazarte jamás sin poner en serio peligro tu vida.

Ese falso diagnóstico sobre el pasado, pretendía ser un pronóstico profético a futuro con el cual la Obra buscaba retenerla, provocando miedo y socavando toda autoestima. Es perverso.

No es el primer caso que oigo: se repite la conducta de la Obra, es un “pattern”, es patológico.

Lo que cuentas, Ana, no es exclusivo de las sectas formales: la vida en ese convento concreto -que relata Diderot- era terrorífica. Sin llegar a ser técnicamente una secta, vivían de hecho como secta. Y eso es peor, porque la cara externa dice todo lo contrario de lo que sucede adentro.

Seguramente este libro estaba entre los prohibidos (por el “index” que está en los centros de la prelatura pero que no tiene ninguna referencia institucional, ni quien lo imprimió ni quien lo elaboró… todo raro de por sí). El razonamiento para la prohibición era el siguiente: tales libros eran anticatólicos por lo que allí relataban y por tanto lo que relataban era mentira. Se descartaba la posibilidad de que tales cosas sucedieran.

La experiencia muestra que esos relatos reflejan cosas que suceden y no por ello son anticatólicos, al contrario, lo anticatólico es que eso suceda y se encubra.

Saludos,

E.B.E.


Nunca es tarde, pero sí difícil.- Victoria

Hola orejas, aqui VICTORIA, ex-supernumeraria, ahora feliz y liberada, sin la inmensa y pesada losa de la cosa.... fluyo, floto.... supongo que igual que vosotros el dia de vuestra salida.

Después de muchos años de aguantar lo inaguantable, presiones, amistades, entorno familiar, colegio al que yo fui, al que aún va alguno de mis hijos..... médicos, angustias, mentiras.... ahora me siento yo, por fin, creando mi vida, mi propia vida, partiendo de cero !a estas alturas!!!!!!!... pero nunca es tarde.... aunque sí difícil.

Espero contaros mi testimonio más adelante, cuando ordene un poco mi cabeza o quizás no haga falta el orden, y escriba a la vez que me surjan las ideas de forma espontánea.

Un abrazo a todos, hasta pronto

Victoria


Sobre residencias universitarias.- GT

Confirmo lo que ha dicho (perdón pero no recuerdo el autor), cuando yo viví en una residencia del Opus Dei, a los pocos días de que las residentes habíamos llegado se organizó una convivencia en donde a parte de conocernos entre las que viviríamos ahí, nos explicaron que era una residencia del Opus Dei y lo que era el Opus Dei ya que la gran mayoría no teníamos ni idea de lo que se trataba. También se nos re explicó las reglas de la residencia, eso de no poner pósters, no tener tele en el dormitorio, los horarios (que por cierto no eran nada fáciles de cumplir), etc, y aunque al principio cuesta acostumbrarte y extrañas todas esas cosas que en tu casa eran perfectamente normales , puedo decir que al poco tiempo la gran mayoría sentíamos a la residencia como nuestra casa. Reemplazamos la tele con una buena conversación entre amigas, dar una vuelta o lo que sea, cada vez tienes más imaginación para hacer cosas divertidas y más osadía para las travesuras como lo cuenta Yoha, aunque drogas no ví nunca, ni de ¨consumo personal¨. En cuanto a la religiosidad de las residentes, obviamente te invitan a asistir a todo cuanto hay , pero tampoco pasa nada si no vas. Creo que sí hay libertad en ese sentido. Las visitas masculinas no pasaban de la salita de visitas que había junto a la puerta de entrada, y aunque era incómodo muchas veces, ahora me parece justo porque por los pasillos de los dormitorios siempre te encontrabas con alguna que o tenía la cara verde por algún tratamiento facial o tenía la cabeza llena de rulos. En fin cosas que nos gusta hacer a las mujeres pero sin que te encuentre ningún galán en ese estado. Supongo que los chicos tendrán también lo suyo.... En fin haciendo un balance, creo que lo positivo pesa muchísimo más que las cosas negativas (que también las hay como en todo), y que sigas en contacto o no como es mi caso siempre agradecerás y recordarás con cariño.

GT


Iglesia popular .- José Carlos


Antes de retomar el hilo, quiero compartir con vosotros una experiencia que me ha impactado. Estaba en México asistiendo como ponente a un congreso, en la capital de uno de los estados periféricos: una “capital de provincias”, diríamos en España. El hotel estaba situado en un tramo de nuevos hoteles, separados de la llamada “zona industrial” por una amplia carretera con tráfico continuo. A mi llegada, indagué sobre la localización de la iglesia más cercana, y se me informó que la “Iglesia de la Estrella” estaba localizada precisamente en el corazón de la zona industrial.

Para allí me fui el miércoles de mi llegada, buscando una misa de tarde. Después de cruzar la carretera con serio peligro para la vida del peatón, me adentré en el barrio: chiringuitos de comida carretera, casitas destartaladas, paredes de ladrillo enrevesado a medio construir, solares abandonados… un viejecito en una carreta tirada por un burro, muchas bicicletas, coches de carrocería oxidada… El ambiente, muy distinto del que estoy acostumbrado, pero las actividades eran las mismas: hombres volviendo del trabajo, mujeres de la compra, niños del colegio, parejas enamoradas en la plaza…

Esperé en vano fuera de la iglesia, con las señoras que también habían acudido a la misa de 7: estaban la congregación y el cura de peregrinación a un santuario, y todavía no habían vuelto. Después de pasearme por la plazoleta como si fuera un pulpo en un garaje, me volví al cabo de un rato de espera infructuosa.

A la mañana siguiente, jueves, me dirigí de nuevo para allá ya con la luz del día, velada por la neblina. La Parroquia de Jesucristo Sacerdote es un edificio de nueva planta, hexagonal (lo cual le proporciona su apodo popular de “iglesia de la estrella”), para reforzar la idea de comunidad. Paredes prefabricadas, suelo de hormigón, rendijas y huecos por los que entra el aire y la luz del sol: no hace falta calefacción ni aire acondicionado.

Hacía frío; me senté delante en uno de los pocos bancos con reclinatorio, porque no me quería manchar mis pantalones de conferenciante. Sagrario, crucifijo con Jesús resucitado y revestido de Eterno Sacerdote, enorme cuadro de la Virgen de Guadalupe rodeado de flores frescas: no había dudas de que era una iglesia católica.

Salió el celebrante. De repente, sin aviso ninguno, se alzó una voz de la congregación: “Qué alegría cuando me dijeron…” acto seguido se unieron otras, en una cacofonía sin acompañamiento, que al cabo de una estrofa o dos se fue unificando en una preciosa e invitante armonía. Siguió, de la misma manera – sin indicación del sacerdote y por iniciativa del que se le ocurriera – el “Señor, ten piedad”… así cantamos TODO, la misa entera.

Miré alrededor: había más de cien personas, de todas las edades. Vestidas más o menos modestamente, las señoras mayores con chales y ponchos para protegerse del frío: arrodilladas en el hormigón, cantando a voz en pecho, musitando sus oraciones o poniendo sus monedas –y billetes– en la cestilla del ofertorio…

Un señor hizo la primera lectura; una mujer cantó el salmo responsorial, a pelo; varios voluntarios se ofrecieron para la oración de los fieles. “Te presentamos el vino y el pan…” Se sucedían los cantos con esas oraciones que me sé de memoria, dichas en otro acento con ligeras modificaciones locales (“El Señor esté con ustedes”, me recordaba a Gaby, Fofó, Miliki y Fofito de mi infancia)… durante la Consagración, se oían los suspiros “Señor mío y Dios mio”; luego, solamente el ritmo pausado del celebrante, acompañado del arrullo de las palomas anidadas en las vigas del techo, el pipío de los pájaros que revoloteaban dentro y fuera del recinto, y las toses de enfermedades crónicas y poco medicadas.

Llegó la paz: un revuelo enorme de saludos, abrazos, con gente saliendo de sus bancos y mezclándose por todos lados, en una tertulia espontánea que se prolongaba durante el Agnus Dei; muchos se me acercaron, con sonrisas que acentuaban las arrugas de sus caras curtidas por el sol, revelando dientes que carecían del cuidado más elemental, pero cuyos ojos mostraban acogida y cariño verdaderos.

Y ahí estaba yo, con mi bienio y mi cuadrienio filosófico-teológicos (“de la buena”, como dice Satur), con mi preparación profesional y científica, vestido de conferenciante, lector y contribuidor asiduo a opuslibros, empequeñecido y avergonzado de tantas mezquindades; edificado por la piedad y dignidad de estas gentes, que participaban en la liturgia con ganas, pues era suya. Con Dios sabe qué problemas y luchas por salir adelante, en un mundo tan diferente del mío de toda la vida…

Después de la comunión, también por propia iniciativa, empezó una feligresa a recitar una oración pidiendo por los sacerdotes e implorando vocaciones sacerdotales, y se le unieron todos. Al terminar la misa, siendo jueves, apareció una custodia reluciente, iluminada por un foco especial: y todos se quedaron a adorar al Santísimo, cantando emotivos cánticos que no conocía. Luego entonó el cura el Pange Lingua, y ése sí me lo sabía (la primera estrofa gracias a la Obra y la segunda a Mocedades); pero era el único, y cantamos sólo el cura y yo. Luego salió un canto vernáculo, y volvieron a unirse todos.

“Cantemos al Amor de los amores… Dios está aquí”. Sí, Dios estaba allí. Pensé en el reciente “Mane nobiscum” del Papa: Dios presente en la Eucaristía, Dios presente entre sus hijos. Cuánto bien me hizo rezar con ellos.

Durante mis dos décadas en la Obra, participé de dos labores sociales: un mes en México y otro en la India. Entretanto, muchas convivencias de universitarios, campamentos guay, excursiones a esquiar, viajes chachi a ver al Papa… alguna que otra visita de pobres, apresurada, rara, quizá insincera. ¿Por qué no hice más?

Entiendo que la Iglesia tienda la mano a todos, ricos y pobres, intelectuales y obreros, economistas, políticos, taxistas y agricultores; pero incluso desde un punto de vista puramente egoísta, sé que como hombre entregado a Dios en búsqueda de Jesús, yo hubiera aprendido más, me hubiera beneficiado más, y quizá Le hubiera tocado más de cerca, con un poco más de contacto entre sus predilectos.

José Carlos


De acuerdo con Ana Azanza.- marilola

Hola orejas,

estoy en contacto con vosotros desde hace muy poco, pero conozco a la perfeccion todo lo que contais y así es. He leido hoy el escrito de Ana y puedo decir con toda seguridad, que de las dos personas que habla, las dos estan en su pleno juicio, aunque efectivamente lo que van diciendo por ahí es lo contrario, pero es la manera de tranquilizar muchas conciencias. ¡Un saludo muy fuerte a las tres!.

Si algun día me siento con fuerzas os iré contando cosas que yo tambien viví, mejor dicho -que me obligaron a vivir.

marilola


Aquí en Argentina, el Opus es muy fuerte.- Ore

Es interesante cómo el Opus se infiltra en TODAS las Organizaciones tanto gubernamentales como no. De hecho por ejemplo en Argentina todos los dias aparecen noticias que involucran a "gente" relacionada. Asi es como podemos ver a politicos, religiosos que le dicen al gobierno que no hace lo que "debe"... Por otro lado también es interesante conocer la manera en la que actuan, deformando en sus propias escuelas e institutos de "formacion" profesionales que son dirigidos como ustedes ya saben con tutores. Lo más interesante es ver que no tienen escrupulos al tanto pro derecha, como izquierda segun las conveniencias, es mas si en la lucha alguno perece no es mas que su funcion... Aqui el opus es muy fuerte y ligado muy cercanamente con el gobierno (formando parte de el en su cupula)...

Para finalizar me queda pensar que el "diablo no existe" es una creacion para someter y obtener el poder de manipular a su antojo a los fieles, instrumento que en manos equivocadas ya sabemos lo que pueden hacer...

Desde mi humilde lugar, interesado en hacer el bien, un servidor.

Ore


(de Curiosa) Zigzag19
Mobbing and rejalgar
¡la vida es bella!

Bueno, el 'mobbing' es una palabra inglesa para decir en castellano vulgar y grosero 'puteing', es decir, puteando que es gerundio. Así pues, en un país donde la característica más esencial es la envidia que todo lo corroe y lo pudre, deforma e incita, decir mobbing es una auténtica sandez o eufemismo, pues ya tenemos palabra en castellano.

Yo sí creo que en el caleidoscopio que forman los testimonios aquí publicados hay por lo menos, cuando charlas con algún Exmiembro, algo que les hace ver que tienen tendencias distintas. Unos son aquellos que hablan continuamente de un pasado muy doloroso, otros, los menos, que a pesar de ello, aportan un testimonio de reconstrucción personal mirando al futuro.

Así, ante la misma injusticia, el comportamiento nada cristiano del asunto que nos ocupa, es decir, la organización mundial o multinacional del espíritu Opus Dei, da lugar a varios 'punto de lucha' que pueden llegar a ser divergentes, por aburrimiento, pues es impepinable, que hay dos formas de ver el asunto: estar en el pasado o dominar el presente.

Uno es el hecho de estar continuamente en el pasado. Para unos es un pasado reciente, pero para otros es un pasado de hace muchísimos años, han 'rehecho sus vidas más o menos' sin embargo, aparentan estar en punto muerto.

Estos, con todos mis respetos, no sirven de HILO DE ARIADNA para alguien que quiera salir del LABERINTO opus dei o existencial. Pues se queda un poco pensativo; '¡uy cuánta amargura! '¿a dónde iré?' Así no se demuestra lo contrario de aquella maldición a mala leche de san Chema que decía lo del rejalgar en cuanto salieseis: 'no vas a ser feliz nuncaaaaaaaaaa'.

Sin embargo, hay algún testimonio que apelaba a la responsabilidad personal, creo recordar de Lapso (su Bluff History), y está enterrado entre los miles de testimonios. Otros, como por ejemplo, los de EBE, que son tan claros como cuando un cirujano utiliza un bisturí, con precisión. Un testimonio muy doloroso, el de Amapola (te mando un saludo). Un testimonio bien reciente, 'el de cómo preparar la salida', escueto, claro, sencillo. Los testimonios de Aquilina, que me ayudan a mi, por ejemplo, ¡qué lucidez la de Aquilina! Las aventuras del Satur, tienen mucha miga y buena dosis de humor. El salido por poeta y por salido del EPI, que también tiene una forma curiosa de ver la vida. Cesar el mejicano, de estos últimos días, etc.

Los libros silenciados, los documentos internos, eso es una información muy necesaria e importante, pues ayudan a abrir los ojos. Aunque el que no quiere ver, no quiere ver. Así que, ¡allá ellos! Siempre dirán que es mentira.

Pero cuando alguien está en la desolación, lo que más le ayuda es la alegría, el calor humano. Ser ex y ser feliz. Ver cómo son felices muchos EX, chincharía muchísimo a esos que lanzan maldiciones per secula seculorum.

Con los Ex que yo hablo, muchos no escriben. Y, eso a mi me da un poco de rabia, porque yo no soy ni EX ni IN, soy gentil, sigo las vidas que aquí se juntan con respeto, pero yo no puedo hablar aunque también he sufrido. Y me gustaría muchísimo que estas personas que han conseguido poner paz y armonía en sus vidas, a partir de una experiencia muy desgarradora como dolorosa, escribieran para decir que se puede SER EX, FELIZ Y NO MORIR EN EL INTENTO.

Pues el Mobbing, es algo tan antiguo. Que te 'obbilizan', por desgracia, en cualquier lugar del mundo mundial, es una verdad. Así, usando este americanismo que me evita ser una grosera y vulgar, yo creo que sería muy bonito y constructivo, que estas personas cuenten qué les ha ayudado, cómo lo han conseguido, qué ideas les hacen sentirse bien, felices; en fin, testimonios futuristas. Así, aquellos que estén con un pie a punto de salir, se animen y digan: ¡vaya! ¡¡¡La vida es bella!!!!! ¡Avanti! ¡¡Viento de popa y a toda vela!!! O aquellos que lo han pasado muy requetemal y sigan pensando en ello, piensen: ¡caray! ¡Yo también voy a ser feliz! ¡Puedo ser feliz y lo seré!

Y sin ir más lejos, he descubierto el otro día navegando por aguas internacionales, que hay un barco que lleva mi nombre: ¡¡¡zigzag!!! Os mando la dirección, es el tercero del flash:


Curiosa en zigzag
(¡¡jo!! De sueños se viveeeee)
http://www.sailamerica.com/discoversailing/flash-yes.cfm


(de Ántrax) LA DOCTRINA DE LO TRIVIAL

En las últimas semanas se ha establecido un debate en esta web que a mi se me antoja de gran interés. Se trata de un debate político y me parece erróneo que haya participantes que lo rechacen o se disculpen por introducirlo en una página centrada en el Opus Dei.

Precisamente opino que éste es un importante núcleo de la doctrina de esa institución, que ordinariamente ha alardeado sobre la libertad política de sus miembros y también de su no alineamiento en ese campo.

Sin embargo se puede constatar que la supuesta libertad política queda fuertemente restringida por algunos de sus principios doctrinales y propagandísticos más destacados. Epi, claro exponente de la doctrina opusiana sobre el particular, incide en ellos cuando dice: “Está claro que con criterios morales: habrá que votar al partido que mejor defienda a la familia, al no nacido, la libertad de expresión religiosa, la libertad de elegir colegios...

En la práctica disponemos de la evidencia de que la “defensa de la familia”, tal como la entienden los discípulos de Monseñor Escrivá, implica el apoyo radical a políticas anti-divorcistas y, por supuesto, contrarias a las familias monoparentales y homosexuales. Esto es política.

También es política la firme resistencia, no ya a leyes que puedan favorecer el aborto, incluso en los supuestos más severos relacionados con la violación o el estupro, sino a cualquier forma de contracepción.

¿Habrá que suponer que “la libertad de expresión religiosa” alude al libre uso del chador en los centros docentes? Me temo que no. Sin embargo, se trata de un tema político muy en primera fila durante los últimos años.

Por último, la cuestión de la libre elección del colegio se instala en un debate político de gran relieve, en tanto que pone de nuevo sobre el tapete el histórico tema de la escuela pública vs. escuela privada, y también el de una enseñanza laica vs. otra confesional.

El Opus Dei, y también una parte importante de la Iglesia Católica, han centrado su doctrina político – moral en estas precisas cuestiones, y en eso tiene mucha razón el citado Epi. En consecuencia, sí que hay una precisa fijación doctrinal fuertemente restrictiva para los miembros de la institución.

A mi me parece que definir la actitud política de los cristianos en torno a tales pilares constituye una notable (e interesada) trivialización del propio cristianismo, cuyos principios más elementales supongo que seguirán sustentados en documentos tales como el Decálogo: “no matarás” (¿o “no matarás secundum quid”?); “amarás a tu prójimo como a ti mismo” (o “sí, pero depende, porque, por ejemplo…”).

Por otra parte, me gustaría saber qué posibilidades de elección de colegio existen para los ciudadanos de Guatemala o de Guinea Ecuatorial, o, sin ir más lejos, para lo inmigrantes en España. O si deben abortar, o no, las mujeres violadas masivamente en comunidades indígenas de América Latina, y, sin ir más lejos, en los recientes y olvidados conflictos balcánicos.

Sin entrar en casuísticas morales de mayor fuste, pienso que el Opus Dei y la aludida parte de la Iglesia Católica piensan en una humanidad bienpensante aproximadamente ubicable en el Barrio de Salamanca de Madrid, o en el limeño Miraflores y afines.

Sigo metiéndome en política y debo imaginar que los “valores tradicionales” defendidos por la derecha hallaron sus principales adalides en personajes como Hugo Banzer, Augusto Pinochet, Alfredo Stroessner o Jorge Videla, sin olvidar al muy piadoso Presidente George Bush, que al parecer sólo manda ejecutar a “culpables” en Faluya y Bagdad, por pequeñajos e inofensivos que parezcan a primera vista. Las penas de muerte de Texas son harina de otro muy tradicional y piadoso costal.

La otra cara de la trivialización la hallamos en el análisis (¿?) y severa evaluación de las izquierdas en su conjunto, sin parase demasiado a distinguir entre Pepe Estalin, Rosa Luxemburgo, Billy Brandt y José Luis Rodríguez Zapatero. Tan elemental y horra de matices resulta la descalificación de la izquierda en su totalidad, como el penoso reduccionismo de la doctrina cristiana a tres o cuatro preceptos o ideas fuerza particularmente manejados por el Opus Dei y de los sectores más reaccionarios de la Iglesia Católica.

Pero no es mi intención cargar personalmente sobre ninguno de los que aquí escriben el pesado talego de una doctrina elaborada y acariciada laboriosamente por instituciones. Ellos se limitan a repetir ideas que nos son muy familiares a quienes hemos conocido y seguimos recibiendo ecos de una doctrina que se aferra a las cuatro mentadas simplificaciones para afianzar un poder omnímodo sobre sus asociados. El sueño de la razón, efectivamente produce, más que monstruos, monstruosidades.

Antrax


 

 

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