CORRESPONDENCIA
6-junio-2004
(de Angel) Del Opus Dei virtual al real
Como he comentado, hace casi treinta años que dejé
de ser numerario, después de estar más de once
dentro. Sin embargo, pese a los años transcurridos,
veo que mis experiencias y en general las de los veteranos,
son similares a las de quienes se han alejado recientemente.
Podrá existir más o menos dolor, mayor o menor
trauma, pero el origen de los problemas son los mismos y no
están en las personas sino en la institución...
[...]
(Nueva entrega de Ángel, "Del
Opus Dei virtual al real", a su escrito "¿Qué
nos hicieron?")
(de mayko) a los s.o.s.
Hola orejas.
Si algún día me da el punto escribo mi experiencia,
tan común a la de tantos, de mis dos décadas
como numerario (de los 19 a los 39). Han pasado ya casi 5
y lo voy superando.
Sólo quería decir que podéis dar mi
mail a los que lanzan s.o.s, como han hecho Angeles
y Alfonso.
En concreto a JAV,
que escribió el 30 de mayo pidiendo ayuda psicológica,
pues vivimos en la misma provincia. No soy psiquiatra, ni
psicólogo, ni médico; pero también estoy
convencido que la cercanía de alguien que te comprende
arregla muchas cosas
Saludos a todos
mayko
(de Satur) A quien pueda interesar
Hanibal Lecter a su lado es una catequista cantando con sus
niños en un fuego de campamento eso de ¡¡¡
si los buenos actuamos con las manos, plas, plas, plas...!!!.
Me refiero a una de las personas más excéntricas
que he conocido. Un tipo original, irrepetible, inimitable
y, por muy fuerte que suene escribirlo, de mente perversa.
Su hobby era fabular situaciones, crearlas, hacerlas vida,
que provocaran en el personal auténticos ataques de
histeria colectiva. Doy fe de ello; lo conseguía. Le
llamaremos Arround Degüer...
[...]
(Nueva
entrega de Satur a su escrito "A
quien pueda interesar")
(de Otaluto)
Durante los primeros dos años de haberme ido, seguía
con el rollo de siempre, de si no habrá sido culpa
mía, de si no estuve a la altura del llamado divino,
de si había puesto los medios, etc, etc. y abrigaba
por la obra un cierto respeto, y también, porque no,
cariño. Más allá de lo que había
visto dentro, no dudaba de algo, de que la obra era algo serio.
Resulta que en este contexto, un sacerdote diocesano, pariente
político mío, me contó que deseaba ir
a Roma a hacer un doctorado y me consultó sobre el
instituto que el opus dei tiene en dicha ciudad. Debo aclarar
que se trata de un hombre joven y con mucho empuje, que ejerce
su labor en una diócesis realmente pobre y en contacto
con una realidad cotidiana muy dura, es decir, ha visto todo.
También es de los que usa sotana, y aclaro el detalle
porque viene al caso con lo que sigue después.
Recuerdo que me deshice en halagos sobre la formación
doctrinal de la obra, su profundidad, el profesionalismo de
sus profesores, en fin, se lo presenté como la mejor
y única alternativa para cursar sus estudios. Demás
está decir que nunca tuve información de primera
mano sobre dicho instituto, y hablaba guiado por un reflejo
condicionado: todo lo relacionado con la obra es de Dios,
y por lo tanto debe ser lo mejor. Siguiendo mi consejo este
sacerdote pidió una entrevista para informarse más
y le dieron cita en la Comisión.
Cuando me contó la entrevista sentí vergüenza
ajena. Si bien le había llamado un poco la atención
el ambiente lujoso y aristocrático, y el porte del
curita con sotana impecable y gemelos de oro que lo atendió,
no salía de su asombro ante el contenido de lo que
hablaron. Prácticamente no se hizo referencia alguna
al programa de estudios ni a los profesores, tampoco ningún
interés sobre otros aspectos académicos, la
conversación se había centrado en la obligatoriedad
de ir vestido con ropa clerical, respetar horarios, y otros
aspectos formales. Lo que intentaba determinar el prelatureitor
es si el postulante iba a dar con el ambiente o no. Cuando
me lo contaba se reia a carcajadas, como quien ha tenido un
incidente con un lunático y yo, mientras me moría
de vergüenza, entendí por primera vez que detrás
del fantástico tinglado del opus dei hay poco o nada
para rescatar.
El tema no es si el opus puede cambiar, el tema es si tiene
algo para ofrecer.
Otaluto.
Paz a todos.
(de Nacho) LA GUILLOTINA
En los bajos de la sede del gobierno de la obra en España
existe una guillotina para eliminar libros o documentos que
puedan dañar, según ellos, el alma de los fieles
de la institución. Al igual que en la Revolución
Francesa se utilizó la guillotina para "cortar
cabezas", ahora se hace para las obras de los que no
son adictos a la prelatura y han publicado libros que no convienen
a sus intereses.
Al igual que en los mataderos de animales, allí llegan
los libros y esperan para ser triturados y que nadie los pueda
volver a utilizar. Tengo noticia de que los libros publicados
por María Angustias Moreno, Alberto Moncada, Carmen
Tapia y Luis Carandell pasaron por esa trágica situación...
[...]
(Nueva entrega de Nacho, "La
guillotina", a su escrito "¿El
'buen' pastor?")
(de ASB)
Querida Marta,
te agradezco tu
escrito del día 3. Me parece ser una buena
lección para todas personas de nuestra web. Tienes
más sabiduría, que muchas otras personas academicas.
Yo también aprendí muchas cosas, que hoy ayudan
a mi familia. Tengo un marido muy amable (sin algun contacto
con la obra), y tenemos también 7 hijos. Claro, que
no quiero, que mis hijos viven lo que yo viví, que
sufren lo que yo sufrí durante mis años en la
obra.
Si quieres, pides mi dirección, te puedo enviar un
foto de mi familia.
Un abrazo muy fuerte,
ASB
(de Jorge) DETRÁS DE LAS PUERTAS
DE SALIDA Y UN DESPUÉS DESPERDICIADO
Estimado Jose,
tu breve pero profundo escrito (4 jun) me ha invitado a escribir
de nuevo. Me permito retomarlo para ahondar en los cuestionamientos.
Dices: Un futurible. ¿Qué hubiera pasado si
aquel director de la delegación que se desplazó
adrede para hablar conmigo, en lugar de lanzarme veladas amenazas
de infelicidad si decidía irme, me hubiera dicho: Dios
te quiere libre y feliz, y si tú crees que éste
no es tu lugar sigue el camino que consideres, aunque la Obra
cree que tienes aptitudes para continuar dentro. Pero si te
vas y necesitas alguna cosa o te sientes solo sabes que aquí
tienes buenos amigos de años que te intentarán
ayudar...
[...]
(El correo completo de Jorge está colocado en
Tus escritos. Se titula "Detrás
de las puertas de salida y un después desperdiciado")
(de E.B.E.) automovil de nacho
Hola Orejas,
Lo que cuenta
Nacho es tal cual. En los cursos anuales los «dueños»
de los automóviles temblaban. El llamado al desprendimiento
se completaba con un llamado a la irresponsabilidad y al uso
anónimo de las cosas, en este caso del automóvil.
Este tipo de experiencias desanimaban a más de uno
a comprarse un automóvil. Y en caso de tenerlo, alentaba
a no llevarlo al curso anual, buscando la excusa que fuera.
Un ejemplo más de la ascética hipócrita,
que no busca el mejoramiento de las personas (por el desprendimiento,
por ejemplo) sino la depredación de sus cualidades
y posesiones.
Muy bueno el cuento
de Diogneto.
Saludos,
E.B.E.
(de Félix) El Banquete
En el país de Cercadeti hay un hombre importante que
lleva dando un banquete, ininterrumpidamente, desde hace años.
En esa comida siempre hay muchos invitados; las viandas que
se sirven son de primerísima calidad: toda suerte de
pescados frescos y sabrosos, las carnes, de las más
caras que se pueden encontrar en el mercado; postres exóticos,
frutas exquisitas... Los cocineros hacen una maravillosa obra
de arte con todos esos alimentos, pues son de los mejores
que hay en su oficio...
Mas el anfitrión, sin ser visto por nadie, se entretiene
en echar un veneno muy potente en cada puchero, olla y sartén
que se utiliza. Esa pócima carece de color, tampoco
huele a nada y ni siquiera tiene sabor, por eso una vez disuelta
en la comida nadie puede percatarse de ella.
En el ágape, algunos prueban una mínima cantidad
de esos manjares, tienen mucha prisa en resolver otros asuntos
importantes y, excusándose ante el anfitrión,
se van de allí al poco de llegar. Por la minucia que
han comido el tóxico no les hace efecto. Estos son
los que divulgan a lo largo y ancho del mundo el refinamiento,
la abundancia y la bondad de ese convite, del que se sienten
grandes admiradores.
El resto de los comensales, conforme avanza la comida, se
va encontrando cada vez peor por lo que una parte de ellos
decide abandonar el agasajo. Ya repuestos, cuentan que ese
banquete es una maravilla, pero que a ellos dicen
les debió sentar mal algo de lo que comieron, quizás
por una indisposición personal ante tan gran exquisitez,
por una reacción alérgica o por cualquier otro
tipo de circunstancia que, desde luego, no tiene nada que
ver con los alimentos consumidos que de suyo son perfectos.
A determinadas personas esa droga les produce unas alucinaciones
que les lleva a creerse iguales al anfitrión; estos
son los que se van junto a él y se aplican, con entusiasmo,
en echar en las viandas tanto o más veneno que quien
les invitó.
Determinados comensales se llegan arrastras hasta la cocina
y allí descubren como el jefe y sus fanáticos
intoxican las comidas antes de servirlas. Hacen ímprobos
esfuerzos y, a duras penas y maltrechos, consiguen evadirse
de esa trampa. Desde que se van, como voz que clama en el
desierto, intentan convencer a las autoridades y vecinos del
daño que se está infringiendo en la mesa de
ese aparente gran hombre. Pero... casi nadie les hace caso.
Los que siguen ingiriendo esa exquisita comida emponzoñada
empeoran de tal manera que llega un momento en que carecen
de fuerzas hasta para levantarse de la mesa. Permanecen dóciles
en su sitio, sentados en la silla que les asignaron al llegar,
comiendo las mismas viandas que generosamente
les sigue procurando quien les invitó... y así
perseveran, muriéndose a chorros, hasta que la vida
les dice adiós.
Félix
(de Lapso) Bluf Story II
Y es que una cosa es dar un nuevo sentido a la vida, y otra
diferente cambiar de vida. Ambas tienen su aquél, desde
luego. Lo puñetero empieza cuando en realidad debes
hacer lo segundo cuando solamente habías decidido lo
primero. Aunque esa palabra -"decidir"- es muy pero
que muy polisémica. O al menos, tiene sus días
raros.
Eres apenas un niño. Un niño repleto de ilusiones,
de generosidad, con unas ganas inenarrables de dejar huella,
con ideales, con una fe capaz de mover cordilleras enteritas.
Eres ese tipo de crío que los mejores padres quieren
y sobre todo temen tener. Y encuentras un entorno en el que
se te transmite la más absoluta certeza: este es tu
sitio, este es el cauce por el que tu deseo de entrega a un
ideal superior debe fluir.
Vas conociendo muy poco a poco las reglas de funcionamiento
del asunto. Como a origen has asumido que lo entregas Todo
Todo Todo, no cabe la posibilidad lógica de que a continuación
te plantees los porqué o los cómos. Solamente
puedes plantearte el ritmo de tu entrega, el caudal de tu
generosidad. Nunca si tal o cual cosa es idónea o adecuada,
si coincide con la visión que tenías de tu vocación
de servicio a ese superior ideal que te enamoró (y
te sigue enamorando). No cabe un análisis de los contenidos,
ni siquiera de las formas. El Todo Todo Todo lo abarca todo,
obviamente. Y el único recurso racional que queda en
la conciencia es la autoevaluación del nivel de tu
respuesta. O mejor dicho, el grado de identificación
de tu respuesta con la respuesta que de ti se espera. Con
muy poquito margen (o sencillamente ningún margen)
para la aplicación de tu propia conciencia, para el
cotejo entre lo que esperabas, lo que soñaste aquella
deliciosa noche, con lo que ha resultado efectivamente ser.
Una cosa es decidir y otra cosa es aplicar. Y ahí
entra en juego la debilidad, la distorsión, el cambio
de circunstancias
Eso tiene todo el sentido del mundo.
Pero un análisis desapasionado no debe excluir que
también entra en juego ese bucle lógico que
te dice una y otra vez que si lo has entregado Todo Todo Todo
no te puedes plantear legítimamente la búsqueda
del más mínimo matiz. Si al mismo tiempo la
mera reflexión acerca de ello constituye en sí
misma una grave defección contra aquello mismo que
constituía el objeto de tu reflexión
entonces
aparece la jaula íntima en que no hay manera de volar
sin estrellarse una y otra vez contra los voluntarios barrotes
que tu mismo has construído alrededor de tu libertad,
de tu conciencia, de la mismísima almendrita de tu
humanidad.
Una lógica impecable si se está en condiciones
objetivas e indiscutibles de arrostrar a origen los millones
de consecuencais que tiene y tendrá sobre tu vida y
tu libertad. Una lógica dura, pero indiscutible. Otra
cosa es el estado en que asumes ese grandioso compromiso.
No dudaría, de entrada, de su legitimidad y validez
en condiciones de madurez suficientes. Pero sí es muy
cuestionable cuando se incurre a una edad y/o en unas circunstancias
en las que a todas luces se carece de lo más elemental
para embarcarse en semejante lid.
Y no es argumento aquello de los períodos de prueba,
los sucesivos pasos de incorporación, etc. No es argumento
desde que en la realidad, en el día a día, no
se les da jamás tratamiento de períodos "de
prueba" o de reflexión o evaluación, sino
que se insiste constantemente en que la entrega es una y única,
y esos sucesivos hitos no son otra cosa que confirmaciones
(en todo caso) de la entrega emprendida con aquél primer
(y en términos reales único) compromiso epistolar.
Nada de "pensémoslo mejor, con tiempo, analicemos
si hemos acertado o no". No sólo no se fomenta,
sino que el simple hecho de plantearlo es una tentación
diabólica contra el mayor tesoro, la vocación.
Ni pruebas, ni nadená. Desde el primer minuto, compromiso
definitivo e irrenunciable. Así son las cosas, digan
lo que digan los papeles antiguos y los nuevos. Catorce y
medio. Y punto.
[...]
(Lapso continúa con su escrito "Bluf
Story" en esta segunda
entrega)
(de Mariano) Sobre cargos y cargas...
Orejas!
Como no vivo en España no me había enterado
lo del obispado
de Barcelona. Y la verdad es que no extraña,
pues la Obra hace años que tiene obispos repartidos
por latinoamérica (Perú, Chile, Argentina, Brazil,
Colombia, Ecuador y El Salvador) pero en Europa hay uno solo,
y en Austria!
Qué papelón! España fue el semillero
de curas numerarios y no hay ni un solo obispo de la Obra
(al menos numerario)! todavía no puedo entender cómo
se les escapó de las manos.
Así que no me sorprende que hagan lo que puedan para
quedarse con algún obispado. Todos sabemos que la santa
desverguenza y la santa intransigencia perdonan todos los
desmanes!
Repasando la historia de la Obra vemos que el primer obispo
numerario fue el prelado de la prelatura de Yauyos (Perú)
en el año 1957.
Qué casualidad! el fundador de la Obra en el concilio
vaticano segundo presiona para que la figura de las prelaturas
personales (y no territoriales como la de Yauyos) sean incorporadas
al Derecho Canónico...
Mariano
(de Jose) Más sobre Obispos de
la Obra
A la cuestión que se formula Hormiguita
(4-6-04) respecto a ¿y si a la obra le fuese
bien tener un obispo? Para que empiecen a ver otra realidad
considero que obedece más a un deseo, que comparto,
que a una posibilidad efectiva. Ojalá la Obra se fuera
eclesializando, como tantísimas otras instituciones
y órdenes religiosas. Pero me temo que aunque promuevan
a D. Jaime Pujol obispo las cosas no cambiarán demasiado.
¿En qué me baso? Primero, en mi experiencia
en la Obra, porque la Obra es capaz, con una sagacidad y unos
ejercicios de funambulismo increíbles, de utilizar
el aparato de la Iglesia para reconducirlo hacia sus propios
fines. Anécdotas las hay a cientos. Y por si eso no
bastara, existe toda una reglamentación (qué
raro, ¿no?) en torno a cómo debe actuar un miembro
elevado a algún cargo dentro de la diócesis.
No he leído dicha normativa pero ¿para qué
queremos entonces a la inefable Pilar, sino es para que nos
revele algunos datos interesantes? En su libro sobre el fundador
cuenta cómo éste estipuló que esos miembros
(hijos suyos) Obispos o Cardenales, cuando regresaran de sus
despachos a los centros de la Obra metan toda la bisutería
que llevan colgada en un cajón, porque en la Obra nadie
es más que nadie (disculpadme, la cita no es
textual (pero casi) porque no tengo el libro aquí delante,
pero lo de bisutería que supongo
se referirá a los anillos, vestimenta y demás
atavío propio de los Obispos- sí que es textual.
Llamar a eso bisutería, por cierto, denota
bastante mal gusto y no sé si una falta de respeto.
Es decir, que los Obispos del Opus Dei (los que antes han
sido numerarios o agregados) se deben tomar ese cargo como
un mero ejercicio de trabajo profesional, sin que el hecho
de participar en el gobierno de la Iglesia interfiera
en su vocación a la Obra. Como el que es abogado, por
ejemplo, y tras su jornada laboral, una vez llega a su centro,
se pone a disposición de los directores para realizar
la labor interna.
Entiendo que si el planteamiento es ése, malamente
un Obispo de la Obra va a llegar a entender de vida parroquial,
pastoral, grupos eclesiales y todos los aspectos que rodean
la vida diocesana. Mucha teoría, sí, como aseguraba
Ludovicus
hace dos días, pero nada más. Como dice un amigo
mío sacerdote diocesano, en la Obra no salen a la calle
por miedo a constiparse.
Jose
(de J.C.) De un Papa o un Obispo de la Casa.
Vuelven los rumores
sobre posible nombramientos de algún Obispo de la Cosa
y parece inquietar el cotarro por los más entendidos
de la cuestión eclesial, sobre la repercusión
en la Iglesia Local. Experiencias anteriores ha habido, sobre
todo en Sudamérica, pero creo que no son extrapolables
a Europa, donde hay más fuerza en las Conferencias
Episcopales. Vamos creo que entre la estructura de la diócesis
de Cataluña y la Obra, gana la primera, y ningún
Obispo Auxiliar, ni siquiera el titular, por muy Cardenal
que sea, pueda imponer los criterios de la Obra, ahora métodos
y modos, pues sí. Debemos tener en cuenta que una cosa
es la Política Vaticana, y otra batirse el cobre en
la Iglesia de todos los días.
Sin embargo algo me dice que no sería descabellado
pensar como Hormiguita.
Si un numerario es nombrado obispo, o Papa o vaya usted a
saber, y es honesto, yo creo que dejaría de hecho,
o de corazón de ser del Opus, y al final pondría
las cosas en su sitio. Seria cuña de la misma madera,
y desde luego, o va de mala fe, o no le valdrán los
engaños que la Cosa utiliza con la Jerarquía
Eclesiástica. ¡Imaginaos poniendo el criterio
el obispo o el Papa y los del Opus acusándole de falta
de unidad!. No sé, habría que verlo, Yo cada
vez que lo pienso, recuerdo lo de Sto. Tomas Becket, y como
le salió mal al Rey de Inglaterra querer dominar la
Iglesia; pues sea la responsabilidad del cargo, o para los
que tenemos fe, el Espíritu Santo, pueden más,
aunque tampoco hay que tentar eh.
J.C.
(de ANT) La Ciudadela
Estimado Orejas:
Antoine de Saint-Exupèry, además de escribir
"El Principito", tiene un montón de ensayos
y novelas escritos. Hay un tratado que tituló "La
Ciudadela" que, en el fondo, es un estudio sobre el poder,
en todas sus facetas. Yo recuerdo haberlo leído (sin
previa consulta, para evitar la desobediencia), estando dentro
de la Opus. Me abrió los ojos y me dio muchas luces.
Reconozco que es, aparte de largo, a veces tedioso. Pero el
estilo poético de Saint-Exupèry lo hace ameno
hasta en lo más denso. Os lo comunico porque creo que
tiene ideas de gran interés y con moralejas muy explícitas
si piensas en la Opus cuando lo lees. Por ejemplo:
"Cuando las bestias que has instalado en un establo
mueren una tras otra, no busques en ellas la causa del mal.
Inclínate ante el establo y quémalo."
Me llama la atención encontrar en esta obra pensamientos
que luego he descubierto que son pura psicología actual
(y, por otra parte, de lo más desconocida ahí
dentro); como esos:
"La virtud es la perfección en el estado
de hombre y no ausencia de defectos. Si quiero construir
una ciudad, tomo el hampa y la canalla y las ennoblezco con
el poder. Les ofrezco otras embriagueces distintas a la embriaguez
mediocre de la rapiña, de la usura o del estupro. He
aquí que construyen con sus brazos raquíticos.
Su orgullo se transforma en torres y templos y murallas. Su
crueldad se convierte en grandeza y rigor de la disciplina.
Y he aquí que sirven a una ciudad nacida de ellos mismos
y en la cual se han cambiado en sus corazones. Y morirán
en sus murallas para salvarla. Y no descubrirás en
ellos más que virtudes esplendorosas. Pero tú,
a quien desagradan la potencia de la tierra, la grosería
del humus y su podredumbre y sus gusanos, pides al hombre
en primer lugar que no sea, y que no tenga olor. Censuras
en ellos la expresión de su fuerza. Y colocas los inmaculados
a la cabeza de tu imperio. Y persiguen el vicio, que es potencia
sin empleo. Es la potencia y la vida lo que persiguen. Y a
su vez se vuelven guardianas de museo y velan un imperio
muerto..."
Y también:
"Pero no era yo tan cándido como para creer
que el fin del imperio se debía a esta decadencia de
la virtud, pues bien sabía que esta decadencia de
la virtud se debía al fin del imperio."
Me siento incapaz de glosar a Saint-Exupèry, pero
creo que muchos como yo salimos escaldados de la Opus por
culpa de los directores, quienes ostentaban el poder, y que
acabaron apareciendo ante nuestros ojos como "guardianas
de museo" y celosas veladoras de un imperio muerto. Me
parece especialmente destacable el hincapié que hace
el autor en reforzar, aumentar y apoyar la valía personal
con independencia de la "ortodoxia", para conseguir
buenos guías, en contraposición al "personaje
institucional" que todos hemos sufrido dentro; y las
razones con que ilumina su opinión.
-Mis generales, con su sólida estupidez, me fatigaban
con sus demostraciones. Porque, reunidos como en congreso,
disputaban sobre el porvenir. Y así era como deseaban
volverse hábiles. Porque se les había enseñado
la historia antes que nada y conocían una por una todas
las fechas de mis conquistas y todas las fechas de mis derrotas
y todos los nacimientos y las muertes. De tal suerte les parecía
evidente que los acontecimientos se dedujeran los unos de
los otros. Y veían la historia del hombre como una
larga cadena de causas y de consecuancias que nacía
en la primera línea del libro de historia y se prolongaba
hasta el capítulo donde se anotaba para las generaciones
futuras que la creación había así felizmente
desembocado en esta generacion de generales. (...) "Así
debes actuar para la felicidad de los hombres o para la paz,
para la prosperidad del imperio: Somos sabios -decían,
hemos estudiado la historia..."
No quiero aburrir a los lectores de Opuslibros. Quiero que
lo que me ha ayudado ayude a otros en similares circunstancias.
Por eso escribo para recomendar esta lectura; para eso basta
un link en el apartado de "Recursos
para seguir adelante" o lo que sea. Nota: Saint-Exupèry
murió en 1944: no es probable que conociera la obra.
No sé si este ensayo está actualmente a la venta.
Es posible que no. (Yo trabajo con una versión de las
obra completas editada en Plaza y Janés en 1967...
).
ANT
NOTA: cuando el oreja que está de
guardia contesta a alguno de los correos, en asuntos del opus,
su comentario va en cursiva y es la opinión personal
del oreja que contesta. Lo hace expresando su opinión
como uno más de los que escribís, no
como línea editorial de la web. Sus opiniones son igual
de personales -y criticables y respetables- como las opiniones
que se vierten en los correos que se reciben. Cuando el
tema al que responde el oreja es una pregunta en relación
a cuestiones técnicas, sugerencias, inclusión
de nuevas secciones... etc., lo hace en nombre de los orejas
que creamos la web, la mantenemos y la actualizamos.
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