El cardenal austriaco Franz Koenig ha declarado que si se le pidiera hoy ser testigo para el proceso de beatificación de Escrivá de Balaguer, "no lo sería". Koenig es uno de los 92 testigos incluidos en el proceso de beatificación y su testimonio lo envió por escrito al Vaticano en octubre de 1982. También firmó la petición de iniciación del proceso en 1975, como muchos otros cardenales.

Koenig, que mantiene en secreto lo que contestó por escrito a lo que se le preguntó en 1982 sobre la beatificación de Escrivá, ha asegurado ahora a este periódico: "No me referí a la persona de Escrivá de Balaguer, en su dimensión espiritual, porque yo no lo conocía lo suficiente como para dar un juicio en esa materia". Igualmente opina sobre "los actos heroicos del fundador del Opus Dei", respecto a los cuales manifiesta: "No pude declarar, porque no conocía lo suficiente al servidor de Dios". A la luz de estas manifestaciones, el testimonio de Koenig fue muy limitado. "Me refería a la labor y no a la persona", ha declarado.

Fuentes cercanas al arzobispado de Viena confirmaron que en el documento enviado por Koenig al Vaticano se hacía una descripción general del trabajo del Opus Dei en la diócesis de Viena y, en el último párrafo, el cardenal estimaba que no podía "dar un juicio" sobre la dimensión espiritual de Escrivá de Balaguer. Durante aquella etapa, Koenig formaba parte de la más alta jerarquía eclesiástica de Austria y "naturalmente, tenía que contestar si era requerido".

En la actualidad, Koenig justifica su apoyo inicial al Opus Dei en 1975, porque "los conocía muy poco". Recuerda que se reunió con Escrivá de Balaguer en varias oportunidades en España y "me invitaron a comer con otros miembros de la Obra". Ahora Koenig estima que el proceso de beatificación "se realizó con extremada rapidez". En una entrevista publicada ayer por Der Standard, Koenig indica que "el Opus Dei está formado por personas muy tenaces y hábiles".