Permitidme que hoy cuente algo que me sucedió a mis 19, estudiaba COU (el curso preuniversitario que hacíamos en España. Ahora ya ha cambiado la cosa).

Pues bien, Juan Pablito II visitó en el mes de mayo Fátima y, desde la ciudad donde yo vivía en aquella época, se organizó el típico viaje para jalear a Su Santidad así que, como siempre, todos como locos a llenar el bus invitando a todos nuestros amigos, con toda la "santa coacción" (Qué desfachatez hablar así) de que fuéramos capaces.

Invité a un amigo mío (el destino quiso que, como tantos otros, aquella amistad no perdurase puesto que allí no se tienen amigos, sino personas a las que se instrumentaliza), el pobrecillo acababa de perder a su padre (debo decir también que fue mi primera experiencia con alguien próximo que pierde a un ser querido) y lógicamente estaba "hecho polvo". Bueno, le convenzo y tal, "te hará mucho bien, te ayudará en este trance, patatín y patatán". Le acompaño a hacer los trámites( necesitaba permiso materno para salir del país) y, dos días antes, me comunica el impresentable del director que yo no puedo ir a Lisboa porque tengo que estudiar ya que se aproximaba el fin de curso y, ciertamente, nunca fui un estudiante fetén (otro motivo por el que se me quitó de enmedio, supongo) pero hablamos de un viaje de un fin de semana un mes antes de acabar el curso, en fin, aceptado.

Y ahora viene lo "divertido": yo, con un cabreo descomunal, me encaro con el director y le comento que debo decirle a mi amigo la verdad y el motivo por el que no voy a Lisboa. Respuesta absolutamente amenazadora y pidiéndome que mintiera. Era algo así:
"Mira a este tío le va ir muy bien ir a ver al Papa. Dile que has hablado con tus padres (ellos hubieran estado encantados de que fuera a ver a Wojtyla. Además vivían a unos 700 km) y que te prohíben ir a Lisboa porque tienes que estudiar. Si no le dices esto y él no va a este viaje, serás el único responsable y Dios te lo tendrá en cuenta"

Así le dije y mi amigo fue, solito, triste, aguantando las sandeces, las canciones y toda la parafernalia que le hicieron vivir quienes, para él, eran completamente extraños"

¿Esta es la voluntad de Dios que nos llegaba a través de los directores?

En este caso hablo de una persona con graves problemas de comunicación, de esas que ni se le entiende cuando hablan.

Amandus