No hay bondad sin libertad
La Lectora, 1/03/2024

En muchas ocasiones, en los escritos que se suben a Opuslibros, veo que se repite la idea de “gente buena o bondadosa” dentro de una institución nefasta como es el Opus Dei. Y cada vez que leo algo así, me pregunto: ¿Yo encontré gente buena dentro del Opus?, ¿Vi esa bondad?

Yo no encontré una “bondad” especial dentro del Opus Dei más allá de la que se pueda dar en las relaciones interpersonales, cuando estas son sanas y generamos vínculos con otras personas, ya sea fuera o dentro del Opus. Claro que me encontré con gente maja, como en todos sitios, pero lamentablemente, por esa idea deformada que tienen de los afectos y la amistad, muchos amigos reales allí dentro no hice. La gente del Opus no es mejor o más bondadosa por lo que soportan o el sacrificio que hacen…

 Quiero desmitificar esta idea porque no creo que sea real. Es imposible medir esa supuesta bondad, pero lo que sí es demostrable es lo que hace una institución como el Opus con las buenas intenciones de las personas. Cómo las engaña, las manipula, se aprovecha de lo que pueden ofrecer y termina dañando sus cuerpos y sus mentes, generando un círculo de alternancia entre la víctima y el agresor al estar supeditados a un sistema jerárquico controlador que es imposible que funcione.

Lo que sí vi, y mucho, es sacrificio y cumplimiento. Y diría que cumplimiento hasta el fanatismo. El sacrificio tiene que ver con la razón; la bondad, con el corazón y la libertad. Uno puede hacer algo bueno por otra persona porque considera que es su deber y se esfuerza en hacerlo, pone voluntad, pero si eso no conecta con sus sentimientos y no lo hace libremente, es algo meramente funcional, no nutre personalmente y no veo en ello ninguna cualidad bondadosa. Siempre tuve la sensación que se estimaba a la gente sacrificada porque eran buenos. Y no creo que exista necesariamente una correlación entre ambos términos. Es más, cuando haces algo por alguien por cariño, no hay sacrificio, aunque te requiera esfuerzo.

Algo muy sencillo que aprendes cuando te vas del Opus es que el sentimiento, el pensamiento y la acción deben estar en equilibrio para que una persona pueda evolucionar. Es decir, que haces aquello que has pensado porque así lo sientes y porque te da la gana, con toda la libertad del mundo. No la libertad basada en el “sometimiento para no equivocarse o que debes acatar por humildad” que te enseña el Opus. Esto último es sencillamente manipulador y un modo de control.

Y esto es lo primero que se rompe dentro del Opus. Haces cosas que no quieres y no entiendes, o son contrarias a tu conciencia, o no las has elegido libremente. Te enseñan a que tus palabras no sean la expresión de lo que sientes ni de lo que piensas, hasta que enfermas y te vas o te echan.

Una razón más para añadir a la lista que escribió Eilad: “Motivos objetivos para irse” de por qué la gente se marcha del Opus, es justamente esta: la grieta que se abre en la persona en su eje central, su sentir no se corresponde ni con sus palabras ni con sus acciones. La persona se desconecta de sí misma.

Y otra razón de esta marcha masiva de gente del Opus es la absoluta desconexión con el mundo actual. Seguirán tirando de sus recursos internos hasta que se agoten: hijos de supernumerarios, adoctrinamiento en colegios y obras corporativas, personas próximas a su ideología y un largo etcétera. Pero sin flexibilidad mental para cambiar de rumbo, sin entender la libertad, resistiéndose a reconocer sus errores y el daño que han causado, y con una dirección cada vez más envejecida (los que mandan son numerarios y sacerdotes en su mayoría muy mayores), les va a resultar muy difícil conectar con las nuevas generaciones. Si eran gueto, lo van a ser aún más. Y un gueto cada vez más envejecido.

Recuerdo que después de marcharme del Opus, alguien me invitó a una charla de una supernumeraria en un centro. Viví en un centro como unos seis años, después del centro de estudios, no hice la fidelidad, tampoco estuve en contacto con el mundo de las supernumerarias, quizá por eso me impresionó aquella charla. Creo que fue entonces cuando me di cuenta de lo que nos metían en la cabeza. Cómo aquella mujer hablaba de lo que era el matrimonio, el papel de la mujer, lo que era bueno y lo que no, lo que debías dar al marido, etc., me voló la cabeza, me impactó oír esos argumentos machistas en boca de una mujer joven, sentí vergüenza ajena. Fue como ver la institución desde el otro lado y me horrorizó. Una frase se me quedó grabada: Si a tu marido le apetece tener relaciones y no te encuentras bien o sin ganas, te aguantas. En fin, que me levanté a mitad de la charla y me fui delante de todo el mundo. Esa fue la última vez que pisé un centro. Lo curioso es que el “mundo numeraria”, me enfermó; pero el “mundo supernumeraria”, me abrió los ojos. Si no han cambiado el discurso, la gente joven -aún siendo hijos de supernumerarios- no van a aceptar ciertos planteamientos.

Hace unos meses, una persona que imagino sigue siendo del Opus, me mandó un mensaje por whatsapp para sugerirme un puesto vacante de trabajo en un colegio, por supuesto sin saludar, sin preguntarme qué tal estás después de un montón de años sin contacto, vamos lo normal en ellos y lo raro en el resto del mundo. Busqué el colegio, por si acaso esa persona no era ya del Opus y mis sospechas eran infundadas, y, como ya imaginaba, era un colegio del Opus. No dudo que tuviese buena intención, pero no contesté, no quiero trabajar para el beneficio de una institución que considero una secta. No podría por respeto hacia mí. Y si ellos siguen igual, no creo que les interese alguien que no práctica, tiene pareja y no está casada.

CMV, gracias por enumerar tus 25 heridas que hacemos nuestras. He leído tu escrito con un nudo en el corazón. Espero que esas 25 razones sean suficientes para que personas que están dentro se identifiquen, reflexionen y les ayude a buscar el cambio dentro, como bien dices, de ese “laberinto que no lleva a ninguna parte”.

Creo que el Opus, si no pide perdón, por lo menos debería dar las gracias por la valentía de tantas personas en Opuslibros y otros canales similares que les están ayudando a ejecutar ciertos cambios, aunque se resistan a verlo y para ellos este foro sea el enemigo.

Un feliz día.

La lectora