Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Tus escritos: La Opus Dei y la furtiva comisión de un crimen contra la Humanidad.- Damián G. C

060. Libertad, coacción, control
Damián Galmés :

LA OPUS DEI Y LA FURTIVA COMISIÓN DE UN CRIMEN CONTRA LA HUMANIDAD

Damián Galmés Cerezo, 22/05/2023

 

Me es dado explicar que a lo largo de los últimos sesenta años, la cultura occidental ha tomado conciencia de ciertas espantosas y malas maneras que emplea el ser humano, para dañar, maltratar y atormentar gratuitamente a sus semejantes; y no solo al individuo concreto y solitario; sino también a las colectividades cortas y familiares e incluso a las muchedumbres; fenómeno facineroso y social, éste el del damnificar mental y físicamente ciertos individuos seleccionados y escogidos para ser dañados, que ha ocasionado la especulación y elaboración jurídica y filosófica del paradigma ético de los “crímenes contra la humanidad”, tal como así lo ha designado en el año 1999 en el documento “Crimes Against Humanity. The Struggle for Global Justice” por éste insigne abogado de Naciones Unidas Alan Laine.

Y entrando en esta clase de atrocidades ofensivas, vengo a presentar ahora al “despedazamiento psíquico de la persona justificado por criterios religiosos o ideológicos o didácticos” como una nueva infracción arquetípica social que la “opus dei” lleva haciendo en todos los lugares del mundo, y con todos y con cada uno de sus miembros, y con todas las gentes del planeta que se vinculan a sus actividades de formación y a sus obras asistenciales…



Dicho lo cual, me arreglo a mencionar que todos los miembros de la opus dei se vieron y aun al presente se ven asfixiados psíquicamente mediante una clase formacional semanal, por medio de seis horas de retiro espiritual al mes; y además al través de unas semanas al año empleadas en cursar ejercicios espirituales y peculiares estudios teológicos, y allí se los gasea con el machacón mensaje de obligarse a automasacrarse y autoaniquilarse física y moralmente y a hacerse holocausto de uno mismo, a fin de agradar a Dios y a sus superiores, tal como así lo predica su fundador «Hijo mío, convéncete de ahora para siempre, Es necesaria entregarse, quemarse, hacerse holocausto». 

Seguidamente, y recurriendo de nuevo a las palabras de su creador «Hijo mío, convéncete de ahora para siempre, Es necesario entregarse, quemarse, hacerse holocausto»; a su socaire me ajusto a señalar que cada miembro de la opus dei, durante el durar de su vida vocacional, se ve ametrallado con continuas y repetitivas exigencias de renunciar a tener proyectos y comportamientos propios, surgidos de su genuina creatividad; pues que cada uno de sus inscritos ha de abdicar totalmente de ejercer y de reclamar cualquier derecho protector de la dignidad humana, al modo en que así lo proclama el fundador cuando dice: Esta entrega, nos hace olvidarnos de nuestros derechos, y ceder en todo lo que sea nuestro.

También y al albur de de esta frase generada por su padre fundacional «Hijo mío, es necesario rendir el juicio» convengo en indicar que los miembros de la opus dei se notan a menudo estrangulados y coercidos a renunciar a todo aprecio y obligados a prescindir de cualquier descubrimiento cognitivo u opinión personal; pues que solo han de estimar y evidenciar y aceptar con estricta aprobación, única y exclusivamente, lo que haya sido juzgado y mencionado y pensado por sus superiores. 

Mismamente me es muy oportuno explicar, que muchos de los integrantes de la opus dei, en perfecto estado de salud mental, se han visto y se ven obligados a someterse a la torturante experiencia clínica iatrogénica de ingerir medicamentos remediadores de grandes psicosis, prescritos por médicos pertenecientes a ésta organización; toda vez que hayan mostrado o muestren algún signo indócil de no perseverar en sus filas.

Consecutivamente y trayendo a capítulo éstas frases de su fundador La identidad de vocación y de espíritu establece entre nosotros lazos sobrenaturales mucho más fuertes que los de la sangre,” a su sazón me resulta muy pertinente exponer, que todas las personas incluidas en la opus dei sufrieron y sufren y padecen hambre de veracidad, dado que; se les miente y se les persuade de que las uniones fraternales habidas en la vida de familia de la tal organización son más enlazadoras y más férreas que los vínculos de la sangre. No se pierda de vista que la compulsividad proselitista de la opus hace que sus socios establecen fingidas relaciones de amistad con algún posible prosélito, para y sin ningún respeto por su íntima conciencia  convencerle ilícita e ilusamente y con muchos festejos  a su derredor de que le han descubierto y detectado en su persona una inexcusable vocación divina, la cual en ciertos momentos eufóricos el neófito lo acepta, pese a que esa inicial falaz visión embriagada y sesgada le obligará a vivir para siempre como miembro de la opus, tal como así lo expresa su fundador "Si un hijo mío ha visto su vocación una vez y nunca la ve de nuevo, debería bastarle para el resto de su vida." "Si un hijo mío deja la Obra, no puedo garantizarle su salvación."

Es más, a todos los asociados a la opus dei se les chantajeaba con la amenaza de irse al infierno, en los casos en que se decidan salir de esta supuesta sacra organización y éstas y a su respecto son las palabras de su paternidad fundadora «Si alguien se descaminara, le quedaría un remordimiento tremendo: sería un desgraciado. Hasta esas cosas que dan a la gente una relativa felicidad, en una persona que abandona su vocación se hacen amargas como la hiel, agrias como el vinagre, repugnantes como el rejalgar».

Similarmente y al amparo de este texto invencionado por su creador "...glorificado sea el dolor, santificado sea el dolor" no puedo evitar denunciar que todos los socios de la opus dei; de un lado se ven obligados a procurarse a sí mismos y con frecuencia automortificaciones que produzcan dolores y aflicciones físicas y psíquicas. Y de otra parte no puedo dejar de alumbrar de nuevo estas palabras de su presidente Javier Echevarría en las que se dice; Los fieles de la Prelatura, porque aspiramos a nuestra santificación personal y a realizar la misión del Opus Dei en la Iglesia, no tenemos inconveniente, de ordinario, en hablar con quienes nos indican los Directores —aunque sea alguien más joven—, siempre con plena libertad y con fe en la gracia divina, que se sirve de instrumentos humanos. La charla fraterna no es una cuenta de conciencia. Si en esa dirección espiritual se nos pregunta algo —y, en ocasiones, puede ser bueno y hasta necesario que nos pregunten—, procederán con mucha delicadeza, porque nadie está obligado, concretamente, a decir en la Confidencia lo que es materia de confesión. Y así que las cito, para destacar el hecho, de que con mucha frecuencia todos los asociados a la opus dei se ven vapuleados con censuras propinadas durante las obligadas cuentas de conciencia que vienen a dar cuando se confidencian de sus intimidades ante un laico y cuando se confiesan exigidamente cada semana con sacerdotes y mientras que reciben de sus propios compañeros múltiples correcciones fraternas respecto del incumplimiento de normas y costumbres prescritas con minuciosidad por el fundador. Amén de que a cada sujeto incrustado en la opus dei se le ha traicionado y aún se les está traicionando; en virtud de que a todos ellos se les ofreció y se les aplica una interesada amistad felona, dedicada a invadir ilícitamente su íntima personalidad psíquica.

A la par y trayendo a colación este texto del Protágoras de Platón en el cual Sócrates dice que “todos los seres humanos y gracias a un gran regalo de los dioses, a la sazón tienen conciencia plena del sufrir que padecen, tanto cuando se encuentran desprovistos de sus comportamientos pudorosos, como cuando se ven obligados a ello” a su merced se me hace imprescindible detallar, que a todos los miembros de la opus se les desolla psíquicamente y se les extrae con artes impudorosas y con la “santa coacción” escrivariana toda la información posible que puedan aportar; no sólo sobre los avergonzadores recuerdos que tuvieron y tienen de las afecciones relevantes que compusieron su intrahistoria; sino también sobre cómo entienden desnudamente al mundo rodeante que tuvieron y que tienen; y además de las aspiraciones y motivaciones e ilusiones sonrojantes que tuvieron y que tienen en orden a conseguir su plena felicidad en lo porvenir, tal como queda reflejado en estas locuciones emitidas por el fundador, En vuestra labor, hijos míos, habréis muchas veces de penetrar en el espíritu de los demás: escuchando, primero, con delicadeza y atención, lo que en ocasiones no os interesa y aun os fastidia; y luego, interrogando, con discreción y caridad para sacar, como con gancho de trapero, entre tanto trapo sucio, entre tanta vanidad y simpleza, la flor brillante que en casi ningún corazón deja de vivir. Cada uno deberá ahora preguntarse: ¿qué he hecho yo con mis sentidos hasta ahora? ¿Qué he hecho con mis potencias: con la memoria, con el entendimiento, con la voluntad?

Toda vez extraídas estas informaciones personales y sagradas, y una vez tomadas todas esas intimidades noticiadas, se las hace circular indiscretamente por todos los estamentos organizativos de la opus dei, hasta que un superior las juzga infundadamente, y las censura ilegítima y antipáticamente. cosa que así queda refrendada en el documento de “Consideraciones generales sobre la charla fraterna” donde se explicita que el “laico director de la opus que lleve la dirección espiritual de sus súbditos ha de enseñar a emplear la libertad en la entrega a Dios, sin consentir estados de aburguesamiento o de media entrega en los demás, sin permitir que hubiese aspectos que no estén orientados hacia Dios”, de tal manera que bajo amenaza de perder la amistad supuestamente prometida por la opus dei, se les exige que saquen de su mente cualquier genuina propia y subjetiva consideración psíquica sobre su mismidad y se les ordena que se den a penitenciarse por sus abyectas memorizaciones deleitantes y por sus egoístas entendimientos gozosos y por sus proyectos egocéntricos. Ocasionando de esta manera tanto un arrepentimiento inútil y artificial, como una malévola lesión de autoestima y además el autoinfligirse de forma masoquista castigos inmerecidos. Y es que no hay que olvidar que es frecuente oír en las tertulias de los miembros de la opus dei, lo de "tener el derecho de no tener ya ningún derecho".

No debo dejar de recalcar ahora que todas las mujeres vinculadas a la opus dei bajo la categoría de “numerarias auxiliares” son reclutadas de entre entornos psicosociales algo menesterosos, para hacerlas actuar luego como meras servidoras domésticas de miembros célibes y sacerdotes y para trabajar como camareras reclusas durante décadas y sin pago, tal como así lo relata una de estas sufridoras «Trabajábamos desde las seis de la madrugada muchas horas: limpiezas, rezos, horas de plancha. Es más, ahora mi brazo derecho, se resiente por la presión que le apliqué a lo largo de numerosos años..

Así las cosas, me es permitido advertir; de una parte que todos los afiliados a la opus dei entregan con voluntariedad obligada gran parte de sus haciendas económicas y de sus salarios junto con muchos de sus enseres y trebejos valiosos; y de otra parte también se les aconseja y exige subrepticiamente a otros ciertos asociados a la opus dei que donen sus heredades sus bienes inmuebles y propiedades y negocios. 

Llegado aquí me es dado notificar, que en tanto que se va conociendo de a poquito el dolor vivido y el sufrimiento que aún viven sus miembros en los centros y residencias de la opus dei, la gente se va sintiendo horrorizada; del mismo modo que el poeta argentino cuando escribió   “Las cosas que aquí se ven; ni los diablos las pensaron” – José Hernández, Martín Fierro.

Y puesto ahora a fundamentar más el tema de los crímenes contra la humanidad; me es muy adecuado citar ahora éste texto del fundador de la opus dei y que se halla en el punto 399 de su libro “Camino”, el cual reza así “Si por salvar una vida terrena, con aplauso de todos, empleamos la fuerza para evitar que un hombre se suicide..., ¿no vamos a poder emplear la misma coacción —la santa coacción— para salvar la Vida (con mayúscula) de muchos que se obstinan en suicidar idiotamente su alma?” y así que lo traigo a capítulo para mostrar que su autor al escoger y agarrar a la fuerza física que se emplea contra una persona dispuesta a suicidarse y al igualarla con la santa coacción que se ha de aplicar al “alma” o a la realidad psíquica del ser humano; a su albur y con excelsa sensatez y con mucho arte literario de escribidor castellano, no hace otra cosa más razonable y justa, que establecer un paralelismo identitario entre el cuerpo de todo individuo humano y su personalidad psíquica.

Queriendo decir así con ésta impecable argumentación, que la “forma ontológica” que ciñe a la limitada “materia óntica” carnal de cada individuo humano, se compone de por dos “realidades esentes” iguales y necesarias; manifestando al respecto que una de esas consistencias metafísicas es la peculiar constitución fisiológica o corporal de cada hombre; y la otra realidad ontológica y sagrada, es la específica contextura anímica o la psique de cada sujeto.

Así pues y una vez iluminada esta comparación identitaria descubierta por el fundador de la opus dei, me atrevo a proclamar con toda propiedad, que cada agresión aplicada a la personalidad psíquica de una persona, por parte de un sujeto ofensor, es igual de injusta y dañina y pecaminosa que cualquier lesión carnal, infligida al cuerpo del agredido. 

Y una vez asentado, gracias a Escrivá, el principio moral de que “todo daño aplicado a la psique de un individuo es igual de reprobable éticamente que cualquier lesión ocasionada en su cuerpo”; al entonces se puede y se debe hablar con toda justeza del delito de “asfixia de la personalidad psíquica”, siempre y cuando que cualquier persona basada en criterios religiosos o ideológicos consigue por medio de cualquier arte persuasiva, que otro sujeto se obligue a censurar y a despreciar su “yo” y a repeler cualquier afección o pensamiento o entendimiento o aspiración creativa, que sea genuinamente suya.

En cualquier caso y cumplimentando más lo establecido respecto del “deber ético de igualar los daños mentales a los daños físicos”; en virtud de ello se puede definir ahora al delito del “fusilamiento de la personalidad psíquica”, como aquel ilícito que se comete siempre y cuando que cualquier individuo basado en criterios religiosos o ideológicos logra por medio de cualquier técnica convincente, que otra persona se dé a autoagredirse renunciando a verse protegida y patrocinada por cualquiera de los derechos que dignifican al ser humano.

Sin dejar de avanzar en el tema del “deber ético de igualar los daños mentales a los daños físicos”; a raíz de ello se puede establecer ahora el delito de “descoyuntamiento de la personalidad psíquica”, detallándolo como aquel quebranto de la justicia que se comete siempre y cuando que cualquier individuo basado en criterios religiosos o ideológicos se dedica a desacreditar todas las opiniones de otra persona, mientras que a la vez le exige el sometimiento de su conciencia libre a sus particulares creencias. 

Y penetrando aún más en el asunto del “deber ético de igualar los daños mentales a los  daños físicos”; a raíz de ello se puede establecer ahora el delito de “desollamiento obsceno de la personalidad psíquica”, determinándolo como aquel deterioro del buen convivir en sociedad, que se perpetra siempre y cuando que algún sujeto basado en criterios religiosos o ideológicos consigue que otro individuo desnude incómodamente su personalidad y declare sus íntimas vivencias, mientras que va sufriendo a la sazón, graves daños psíquicos derivados del ver perdido su apreciado pudor sentimental.  

De añadido y acatando el “deber ético de igualar los daños mentales a los daños físicos” en relación a ello se puede explicar ahora al delito de “desnutrir la personalidad psíquica”, como aquel ilícito que se comete siempre y cuando que cualquier individuo basado en criterios religiosos o ideológicos y con artes suasorias hace que otra persona se autoagreda y se rehúse a alimentarse de cualquier alivio anímico inocente o algún cándido consuelo; impidiéndose así disfrutar de toda satisfacción familiar, social, cultural y demás.

Añadidamente y asumiendo el “deber ético de igualar los daños mentales a los daños físicos” a su socaire se puede enunciar ahora al delito de “vulnerar la personalidad psíquica”, como aquella malicia que se ejecuta siempre y cuando que cualquier persona basada en criterios religiosos o ideológicos se dedica iterativa y machaconamente a convencer a otro sujeto de que debe de creer argumentos falsos y absurdos, amén de que haya de adoptar comportamientos antinaturales y autodestructivos.

Y prolongando más estos razonamientos basados en el “deber ético de igualar los daños mentales a los daños físicos” a su abrigo se puede expresar ahora al delito de “intoxicar la personalidad psíquica”, como aquella maldad que se lleva a cabo siempre y cuando que cualquier individuo anclado en criterios religiosos o ideológicos al después de extraer ilegítimamente información íntima de la mente de otra persona amén de ello se de a juzgarla y censurarla. 

Convenidamente y sobre la pura sustentación, asimismo en el “deber ético de igualar los daños mentales a los daños físicos” en base a ello se puede describir ahora el delito de “desbaratar narcolépticamente la personalidad psíquica”, como aquella malignidad que se ejecuta siempre y cuando que una persona basada en criterios religiosos o ideológicos obligue a otro sujeto a ingerir drogas anuladoras de la voluntad; a favor de conseguir que el intoxicado se dedique a perjudicarse a sí mismo física y psíquicamente. 

Y postreramente y tomando apoyo en el “deber ético de igualar los daños mentales a los daños físicos” a su seguir se puede reseñar ahora al delito de “mutilación de la futura seguridad de la personalidad psíquica”, como aquel desafuero que se comete siempre y cuando que una persona basada en criterios religiosos o ideológicos se aproveche del trabajo y de los bienes de otro individuo sin compensarle lo debido por su uso ajeno o rapiña.

Llegado a este párrafo me lanzo a descubrir que cada afiliado de la opus dei se halla sufriendo los quebrantos éticos de la asfixia y del fusilamiento y de la desnutrición y del descoyuntamiento y de la vulneración y de la intoxicación y del desollamiento junto con el desbaratamiento narcoléptico y la mutilación de la futura seguridad de su “personalidad psíquica”, por parte de cualquiera de sus superiores en todo rango y jerarquía. 

Y por tanto y a partir de ello se puede inferir con toda razón que el conjunto de todas éstas transgresiones conforman el singular crimen contra la humanidad del despedazamiento psíquico de la persona justificado por criterios religiosos o ideológicos propios de la opus dei

Secuencialmente nadie pierda de vista, que habida cuenta, de que la actividad de la opus dei se efectúa en todo el globo planetario, a propósito de ello se hace inevitable aludir dizque, al Papa Francisco; y en este sentido, te señalo que el Motu Proprio "Ad Charisma Tuendum", emitido en Roma el 14 de Julio de 2022, muestra de manera clementina y por entre líneas a todos los católicos, el fundamental hecho de que en la opus dei desde su fundador y hasta monseñor Ocáriz, todos sus presidentes no han sido muy leales con el Vaticano. Pues que se han apoderado de cierta facultad sagrada de mando, recibida de la Santa Sede para organizar con la debida prudencia y caridad cristiana a sus seguidores; y la han convertido ilegítimamente en una reprensible potestad anticristiana propia de un cualquier tirano despiadado, sádico e inhumano; permitiéndose así descuartizar a la personalidad psíquica de sus asociados. 

Y por último no quiero dejar de dar cuenta de que, si bien a día de hoy, apenas hay gentes e instituciones que se hacen cargo de la horrorosa realidad del “crimen contra la humanidad debido al despedazamiento psíquico de la persona justificado por criterios religiosos o bien ideológicos o didácticos”, sin embargo, sí es fácil vislumbrar que en el próximo futuro cercano, todo el orbe de la cultura occidental comenzando por el Vaticano se va a dar cuenta de ello y lo va a corregir.

Damián Galmés Cerezo




Publicado el Monday, 22 May 2023



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 060. Libertad, coacción, control


Noticia más leída sobre 060. Libertad, coacción, control:
La libertad de comunicación en el Opus Dei.- Oráculo


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.130 Segundos