No sólo porque pueden conducir a malentendidos homosexuales, sino, como he leído en OpusLibros, porque llevaría a que se hable de lo que uno piensa, siente, desea, u opina con otra persona de la obra que no es director@. Por lo tanto, el Padre y la comisión pierden la capacidad de mantener el imaginario mágico que transmiten sobre cómo interpretar lo que se ve, lo que se vive. Imagínense ustedes una tertulia pirata al estilo de las reuniones que recientemente se hacen en Youtube (Gracias Antonio Moya Somolinos!), donde se discutan “las acciones del Papa y su implicación para nosotros”, “Como reparar en el caso de las 43 (o son 4300?)”, “lo fuera de realidad de las cartas protonotariales”, “El suicido del queridísimo P. Danilo”, y cosas así. En fin, un circo de libertad de expresión, como si fueran personas comunes y corrientes de la calle.

Todas las dictaduras, sectas, etc., ejercen la censura drástica de muchísimas formas. La más terrible es la acusación familiar. Conocí personas que pasaron por la revolución cultural en China, o por la represión de la STASI en Alemania Oriental. Como siempre, es distinto escuchar a la persona que leerlo en un libro de historia, en los diarios, o en los documentales. Lo mismo me pasa cuando hablo hoy día con las ex nax, con otros ex, o con algunos “in” que cuestionan las cosas. La inmensa sabiduría recogida en OpusLibros de repente cobra vida de un modo poderoso, emocional, con una tangibilidad de roca dura de granito.

Esa perversión de la fraternidad en la obra es lo que Juan Pablo II llamaba “un error profundamente Antropológico”, como me comentaba alguien que sigue Opuslibors desde sus inicios. Porque es una divinización del fundador, que no era más que un hombre, y una demonización de todo lo verdaderamente humano que son las emociones, el juicio crítico, el respeto, la sinceridad, la apertura. Y a cambio se pretende una versión de la persona sin sentimientos, que es pura cosecha de virtudes. Y eso lleva a la dureza, a la brutalidad, al maltrato de uno mismo y de los demás. Y todo en nombre de Dios, porque lo que le reveló a Escrivá es ‘santo, perpetuo, e inviolable’. Lo mismo diría cualquier autocracia pseudomarxista de sus modos de ver, pensar, y hacer. La libertad de expresión no es solo un derecho fundamental, sino un modo de que respeten los otros derechos, y la verdad encuentre un camino para brillar.

La amistad, particular o no, es esencial para el ser humano. Hoy día no se fustiga tanto como en mis tiempos en la obra, y se acepta la amistad con personas que no son pitables ni ordeñables (así, con ñ). Incluso con otros de la obra. Eso está bien, pero es superficial, porque obedece a la desesperada necesidad de que no se sigan yendo tantos mayores. Desafortunadamente, permanece el silencio, el secreto, el no mirar a los ojos, y toda una cohorte de comportamientos inhumanos y absurdos. El verdadero amor, la verdadera caridad de Cristo, no son martillos de hierro.

Resulta pues peligrosísimo para los directores centrales o regionales que las personas lean, se enteren, averigüen, y luego lo compartan con los demás de la obra. Y con lo virulentas que son las redes sociales, ni se diga. Pero como se ha dicho muchas veces, no se le pueden poner puertas al campo, y menos aún hoy día cuando los medios de comunicación han evolucionado a un toque de pantalla en tu reloj. Sin embargo, hay aún un esfuerzo enorme dentro de la obra por mantener esas puertas, no en el campo, sino dentro de la mente de los miembros (Sean lo que sean los miembros). No hace mucho compartí en una red social una noticia respecto a las ex nax que han presentado una denuncia ante el Vaticano. Un amigo mío de hace muchos años, sacerdote numerario, me dijo que ‘era imposible que eso ocurriera, porque las personas buenas del opus dei jamás cometerían tales abusos’. Es decir, en un buen hombre, hay una negación a priori de algo así pudiera siquiera ocurrir. Eso es un éxito de esas puertas en la mente. Lamentablemente, ‘Las cosas que aquí se ven, ni los diablos las pensaron’, como cita Mediterráneo. La realidad de muchas cosas acabará por imponerse, y será cada vez más difícil tapar el sol con las manos. Pero se seguirá intentando.

Y que tengo yo de especial para venir a decirles a ustedes estas cosas? Nada. Me sirve escribirlas, para articular mis ideas. Así tal vez puedo ir entendiendo mejor como poder dar algo de soporte a quien lo necesite, especialmente las personas más vulneradas por ese modo de actuar institucional. Sí, me refiero a las ex nax. Cuando comparten sus historias, y ve una que no era ella sola la que pensaba así, y que tal anécdota no es un ‘caso aislado’, se genera una fuerza en la unidad de experiencia que vence el miedo o la apatía. Me consta porque han tenido la gentileza y amabilidad de compartirlo conmigo. No tengo suficientes palabras para agradecerles su cariño.

Gracias a todos y todas en Opuslibros, por escribir, por leer, por apoyar, por estar ahí. Un abrazo,

Noob