Comenta EBE en su escrito “Si el Opus Dei ya mintió, ¿por qué va a decir ahora la verdad?” un dato muy relevante para los intereses de la secta: que los datos sobre el número de miembros están falseados. Hasta eso es complicado de verificar ya que la imprecisión comienza a la hora de definir "miembro o socio" en esta secta. Para la Iglesia los únicos que estricta y jurídicamente pertenecen a la opus son los curas, los demás son como voluntarios de Manos Unidas o Cáritas, miembros sí pero porque algo hay que llamarlos.

Otra cosa es la clasificación que haga la opus para su uso interno, que tampoco corresponde con las creencias que los adeptos tienen sobre la naturaleza de su propia relación con la secta. Por tanto, si el líder contabiliza a los sujetos asignados a todas las categorías posibles: sacerdotes, individuos de San Rafael, San Miguel, San Gabriel, Cooperadores, etc., surge un dato que se puede aproximar a la realidad y para la Iglesia ser válido y coherente pero que no lo es en absoluto con el relato inscrito en los lavados de cerebro para adhesión a la secta, el autoconcepto relacional que supernumerarios, numerarios o agregados han recibido.

El objetivo nº 1 de la opus es el poder y para ello sólo tiene un camino: crecer, hacerse grande y expansiva, acumular sujetos, inmuebles y dinero ya que carece de otra posibilidad de influencia ya sea histórica, teológica, jurídica, territorial o de otra índole. Dejar de crecer sería considerado debilidad y le haría perder influencia. De hecho, es justo lo que le está pasando. La opus se encuentra desde los 90 en recesión y la Curia Vaticana, inigualables oliendo a sangre financiera, ya saben que cuando la pasta baja en la opus significa pérdida de socios.

Por eso los han mandado al rincón de los trastos viejos, han dejado de "aportar".

Jago