Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Tus escritos: El mecanismo de control social.- Otaluto

060. Libertad, coacción, control
otaluto :

Mucho se ha hablado del control de las conciencias que el opus ejerce sobre sus miembros. Sin embargo, quizás ha pasado algo desapercibido un mecanismo de control más sutil pero tan relevante como el anterior, me refiero a lo que se podría dar en llamar “control social”. Recuerdo una película del fundador en la que, para ejemplificar la diversidad que existe en el opus, decía que un “hijo suyo” llevaba el pelo largo y a él le parecía muy bien, sólo le había pedido que lo mantuviera muy limpio. La pregunta es, ¿por qué era necesario aclarar que aprobaba el uso del pelo largo? ¿y qué puede decirse con respecto a la presunción de que aquel que lleva el pelo largo es a la vez sucio? El mecanismo de control social, tan bien ejemplificado por el fundador en este episodio, consiste en singularizar en público los comportamientos que no se desean dentro de la obra, alabándolos como ejemplo de “pluralidad”, pero dando a entender que no deben generalizarse.

En mi caso particular el control social fue más efectivo que el de conciencia. Mi personalidad fue siempre un poco excéntrica para los cánones de la obra. Si bien no tenía el deseo de sobresalir ni de llamar la atención, había cosas en mí que no pegaban con el ambiente. El director del centro de estudios captó esto y en lugar de sermonearme, destacaba esos rasgos de personalidad, los convertía en anécdotas divertidas o con matiz épico. Me parecía gracioso al principio, pero luego percibí que la gracia consistía justamente en destacarme como alguien distinto, como puede causar gracia un extranjero. Con el tiempo opté por fundirme con el entorno, abandonando todo rasgo de originalidad. Quizás pudiera pensarse que el control social lo ejercen solamente los directores, pero su verdadera eficacia reside en que son los mismos pares quienes controlan a sus pares.

En la obra todos están pendientes de lo que hacen los demás, de cómo se visten, de cómo hablan, de lo que dicen o dejan de decir. Y no me refiero a la corrección fraterna, sino a las acciones más cotidianas. Si uno, por ejemplo, se pone una prenda original, se intercambian miradas y sonrisas en el desayuno o la tertulia, se hacen comentarios sarcásticos por lo bajo y por lo alto. Cuando pité estaba sorprendido por esto, me parecía estar rodeado de viejas chismosas y sin embargo eran todos numerarios jóvenes. En la obra todo se sabe, todo se cuenta. Todos son jueces de sus pares. Todos estan atentos a detectar el menor desvio de la norma. Intercalo acá una anécdota personal para ilustrar el punto.

Cuando era pequeño mi padre había comprado una corbata de seda italiana en uno de sus viajes. Era naranja brillante porque esa era la moda, naranja como uno de esos peces japoneses tan comunes en los acuarios. Y así le llamábamos: la corbata del “pescadito”. A mí me fascinaba ese color tornasolado, y mi padre me parecía el hombre más elegante del mundo cuando la usaba. Cuando me dijeron que me mudara al centro de estudios, recogí de mi casa mi ropa y algunas cosas que mi padre ya no usaba, entre ellas la corbata naranja, que entregué diligentemente en Secretaria. Días más tarde la encuentro en una bolsa para tirar a la basura, y sin pensarlo dos veces decidí quedármela. ¿Para qué la había traído si iba a terminar en la basura?

Llegado un dia de fiesta “A”, no se me ocurrió mejor idea que ponérmela. Demás está decir que fui el hazmerreir de la casa. El director puso cara de irritación, como si se tratara de un pecado, y al final de la cena me indicó que fuera a cambiarme (estas cosas pasan, Ocariz, tranquilo). Como si de por sí no fuera suficiente humillación, al llegar al ascensor sube conmigo uno que había estado en la misma mesa. Alli, solos los dos, moviendo la cabeza en señal de desaprobación, me suelta en tono agresivo: “la verdad que no entiendo para qué hacerse el payaso gratuitamente”. Como decía, el control social lo ejercen principalmente los pares. Me puse muy colorado. Parecía fuera de lugar a esa altura explicar la historia de la corbata y sus evocaciones infantiles. Preferí callar y soportar esos segundos interminables hasta llegar a mi piso. A partir de ahí aprendí mi lección y comencé a vestir en azul, gris o bordeaux, que son colores legítimamente aprobados para el numerario medio.

Alguien puede pensar que lo que cuento es insignificante, y realmente lo es. Lo que no es insignificante es la persistencia de este control social y los efectos que tiene a lo largo de los años sobre la personalidad, uniformando la conducta y entristeciendo la vida. Paz a todos.

Otaluto.




Publicado el Friday, 05 August 2022



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 060. Libertad, coacción, control


Noticia más leída sobre 060. Libertad, coacción, control:
La libertad de comunicación en el Opus Dei.- Oráculo


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.117 Segundos