Estimada Anita:

Hacía muchos meses que no escribía en la página, pero tu petición de ayuda me mueve a hacerlo. Quizá te ayuden dos cosas que a mí me han venido muy bien en mi trato con la gente de la Obra después de salir (y que ojalá hubiera sabido antes).

1) Me parece clave la asertividad. Me imagino que sabes lo que es, pero en cualquier caso me atrevo a recomendarte el libro "La asertividad: expresión de una sana autoestima", de Olga Castanyer. Me atrevería a decir que las personas manipuladoras (estén o no en el Opus Dei) no tienen más poder que el que les damos. A veces estas personas -como parece que es Mariana- saben engatusar muy bien. Otras veces coaccionan directamente. Pero siempre somos nosotros los que nos dejamos engatusar. Las razones para ello son diversas: desde que nos caigan bien esas personas y no queramos contristarlas, a que nos hayan amenazado con el fuego del infierno y la pérdida de la felicidad terrena, si no les hacemos caso. Su estrategia se deshace llamando a las cosas por su nombre: lo del mensaje a las 2 a.m. es raro, nadie tiene el poder de proclamarse tu director espiritual si tú no se lo otorgas, y su táctica envolvente no está respetando tu legítima libertad. Cosas que detectas claramente. Lo bueno es que nadie te puede arrebatar esa libertad: Mariana arriba, Mariana abajo, tú siempre le puedes decir lo que quieres y lo que no, con claridad y respeto. Si ella no lo respeta, el problema lo tiene ella, y no merece que se le haga el más mínimo caso.

2) También es clave el discernimiento, palabra bastante ajena a la Prelatura. Parece que el P. Gustavo te ayuda. ¿Por qué dejarlo? Sería fácil entrar en la óptica de todo/nada, blanco/negro tan habitual dentro del esquema de pensamiento del Opus Dei, pero merece la pena hacer más caso a San Pablo: "Examinadlo todo, quedaos con lo bueno". (1Tel, 5:21). Hay mucha gente buena dentro de la Obra, pese a todos los desmanes a nivel institucional. Pongo el ejemplo del recién expulsado Manglano. Gente que solo quiere hacer el bien, que quiere a Cristo y, por las razones que sea, sigue dentro. Puede ser que el P. Gustavo sea de estos y te ayude. O puede ser que sea un manipulador más sutil que Mariana y también te exija cosas que no quieres hacer. Pero seguro que hay signos evidentes para discernirlo claramente.

Un abrazo a Anita y a todas y todos

Dax