Hola, Anita.

No entiendo bien por qué tienes que seguir manteniendo el trato con ellas si no quieres. Me parece demasiado superficial decirte que lo interrumpas sin más, porque imagino que algún motivo tendrás para seguir yendo, pero por eso no entiendo cuando dices que necesitas algún consejo “para poder huir”. Yo creo que no hay que huir. Hay que marcharse y punto. Al menos esa es mi opinión. Si no te cuadra, si no es lo que quieres, vete. Con la cabeza bien alta porque no has caído en la trampa.
¿Por qué no puedes? Y más si conoces a ese primer sacerdote, por lo que sabes que no te quedarás sola, que tendrás un guía. Eso es mucho más de lo que muchos hemos tenido nunca. Una vez dentro, no podrás acudir libremente a un sacerdote que no sea del Opus Dei. Por eso tampoco entiendo por qué tuviste que verlo tú a escondidas si todavía no eres miembro de la organización. Si es por temor a las críticas de tu Mariana, o de cualquier otra persona, ahí tienes la prueba de su manipulación y fanatismo.

Si lo que te frena a alejarte de ellas es el miedo a perder a tus amigas, a perder todo tu mundo, te diría que si tu mundo es ese, te armes de valor para abandonarlo y buscar otro. Aunque ahora mismo te parezca que no, ese otro mundo existe y está ahí fuera para ti, para que vayas a buscarlo. Si los motivos son otros, piénsalos desde la libertad. Haz lo que tú quieras hacer, pero que lo que quieras hacer sea lo que quieras hacer, no lo que otros te digan que deberías querer hacer. Que es MUY distinto. Esa es la trampa.

Saludos,
Plutone