RobertLeeJones, leo tu escrito, y me viene a la cabeza, la época en la que con unos 23 años empecé a llevar charlas fraternas... ¿Te suena?

Pues bien, llevé la de una subdirectora de un Consejo Local que dependía del Consejo Local de mi centro. Llevaba una época que según la opinión de la directora de mi centro, comentado ampliamente en las reuniones de Consejo Local, a esta chica "se la veía aflojar". Estaba preocupadísima con la entrega de esta persona, que según ella, se veía que no... que no...

Y por supuesto, todo eran indicaciones para que yo desde la Charla Fraterna (¡menudo poder! ¿no te parece?) le apretara las tuercas y por supuesto ¡bajo mi responsabilidad la santidad de esa persona!!! Así que le tenía que exigir, le tenía que reprender y le tenía que reprochar un montón de cosas. Y por supuesto, yo.... ¡chitón! guapa, que estás aprendiendo y si no trasmites lo que el Consejo Local te dice a esa persona, estás siendo un "aislador" de la Gracia Divina... ¡ni las películas de espíritus!!! (así lo veo yo ahora, pero entonces, lo veía seguramente como tú)... Total que dale que te pego, que hay que apretar y apretar... ¿El qué? Pues que se espabilase y saliera pronto del Centro para que fuera al apeadero donde ella hacía labor... ¿Que se retrasa 10 minutos?  ¡Por Dios!!! ¡¡¡!Que se nos va de las manos!!!

¿Sabes que le pasaba a esa chica y que nos enteramos meses después? Pues que estaba pasando la Hepatitis y la pasó de pié.

¿Sabes a quien se le quedó el remordimiento de conciencia por haber estado atosigando a una pobre criatura enferma que hacía lo que podía???? Pues a mí. Lo de la Hepatitis además me enteré casi por casualidad y yo era del Consejo Local, pero claro, era mucho pedir que la directora, experimentada y además médico reconociese que el que obedece también se equivoca porque los que mandan se equivocan.

¡Que se vayan al cuerno y dejen vivir a la gente buena!! Realmente no merece la pena vivir con tanto esfuerzo en cosas tan tontas con la de cosas importantes que hay en la vida.

Te podría contar más cosas. Espero que me digas algo a esto.

Un saludo,

Penélope