Quisiera dejar en claro algunos puntos de mi anterior mensaje, pues en verdad la falta de tiempo para participar en la web es proporcional al enojo que me produce el enterarme, periódicamente, de las dimensiones del desastre que la praxis opusdeística ha ocasionado en mi país. En efecto, en la Argentina se está produciendo una verdadera sangría de numerari@s, con las ya conocidas secuelas de daño material y moral en las víctimas. Además, es muy alto número de numerari@s que “perseveran” a costa de consumir psicofármacos como si fueran caramelos, recetados por un psiquiatra, que ya se ha ganado el mote de “pastillero”.

Lo que traté de expresar es lo siguiente:

- La práctica del Opus Dei para reclutar miembros era inmoral y peligrosa antes del Vaticano II. Dos muestras: el Decreto de León XIII es de 1890; el texto del P. Vaca es de 1958.

- Al Opus Dei le interesan sus objetivos institucionales por encima del bien de las personas y de la Iglesia universal. Por tanto, la actitud que asume ante el Vaticano II —generalmente hacia el exterior, porque en su vida interna la intitución sigue fijada en sus peores costumbres—, es la de tomarlo como algo útil, o inútil, según las circunstancias, para conseguir sus propios objetivos.

- La actitud hacia Benedicto XVI es fría, y no por casualidad. No sólo no les gusta el pasado de Joseph Ratzinger, teólogo, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, sino que son conscientes de que en el Vaticano están al tanto de todas las malas prácticas de la institución. Claro que la curia se maneja con discreción y lentitud. Yo me enteré por una buena fuente (primo cura, que no es del Opus, que trabaja en Roma…:).

Antes de despedirme quisiera felicitar a Agustina por el coraje de seguir adelante con la página.

Un afectuoso saludo,

Crítico Constructivo