EL
COMPLEJO DE INFIDELIDAD
Enviado por 'Crítico Constructivo'
el 29-9-2003
Después de respetar y aceptar escribe
a este propósito el P. César Vaca- la doctrina
moral sobre la responsabilidad que engendra la vocación
y la obligación moral de responder a llamamiento de
Dios, se exagera mucho, incluso en libros espirituales que
tratan del tema, sobre los peligros del abandono de la vida
religiosa, sin distinguir lo suficiente en los casos en los
que ese abandono es por voluntad propia y falta de fidelidad
a la gracia, de aquellos otros en los cuales la vocación
no se reveló con plena claridad. Para algunos, el hecho
de que un niño haya ingresado en una escuela apostólica
o en un seminario es ya es señal indiscutible de vocación,
y mucho más cuando se trata de un profeso, aplicándole
entonces, sin duda con la mejor intención de fortificar
su decisión de perseverancia, toda la doctrina de temor
a quien es infiel a la voluntad de Dios.
Las consecuencias de esta actitud son desastrosas para
esas pobres almas que, al abandonar por fin el convento, vuelven
al mundo con un verdadero complejo de infidelidad, que les
aleja de la vida religiosa. Estoy seguro de que muchos de
los escándalos dados por antiguos seminaristas y religiosos
que gozan de mala fama arrancan de este proceso. Al salir
del convento creyeron que dejaban a Dios en él. De
mi experiencia personal puedo decir que entre los muchos casos
que he conocido y aconsejado
de ninguno podría
asegurar que fuese una vocación clara y, por consiguiente,
una infidelidad culpable. ¿Quién puede saber
esto con certeza sino Dios? Y si no podemos estar ciertos
de la vocación, ¿con qué derecho emplearemos
amenazas de condenación eterna contra esas almas?
(cfr. Vaca, César, en Actas del Congreso Nacional de
Perfección y Apostolado, vol. III (Madrid, 1958), p.
799).
Hasta aquí, las palabras del autorizado teólogo
agustino Fr. César Vaca, OSA, cuya lectura me sugiere
las siguientes reflexiones:
-el autor se refiere a vocaciones sacerdotales y religiosas,
pero sus consideraciones pueden aplicarse mutatis mutandi-
a los miembros numerarios y agregados que abandonaron el Opus
Dei;
-en sentido coincidente se expresaba Don Antonio Ruiz Retegui,
en sus Reflexiones íntimas, al deslindar lo
teologal de lo institucional;
-si a esto agregamos que, debido al proselitismo agresivo
que desarrollan muchos miembros de la Obra, ingresan en la
Institución numerosas vocaciones cuanto menos dudosas;
-y si además consideramos que la perseverancia de
muchos es más el fruto de manipulaciones de la conciencia
e infusión de temores que una respuesta generosa al
llamamiento divino;
-podríamos concluir que muchos de los ex miembros
célibes no han tenido auténtica vocación,
o al menos esta no se reveló claramente y con certeza;
-por lo que no han sido infieles a Dios y deben erradicar
de sus almas un enfermizo complejo de infidelidad.
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