Hola Edfly, :

disculpa el retraso en contestarte (Edfly 10 y 19 de noviembre).

En España era habitual que se pidiera una carta de venta firmada, al propietario numerario de un coche. Esto se hacía por entrega y disponibilidad. Y se la entregabas firmadita al secretario del centro.

Yo siempre me negué (durante 10 años) a firmar el papelito en cuestión, y lo hacía precisamente porque el Opus Dei no respondía cuando necesitabas dinero o liquidez. Tuve que comprar un coche a plazos (4 años de pagos) cuando el año anterior al de la compra había ingresado tres millones (de pesetas de 1991) de superavit. De la caja del Centro solo salió dinero para la entrada del coche (el enganche que dicen en México) que yo mismo había ingresado ese año. En otra ocasión tuve que poner de mi dinero para liquidar un negocio que salió mal. Nuevamente tuve que pedir un préstamo aunque la cantidad no era grande y hubiera podido salir de caja. ¿Que familia más rara, verdad?

Dile a tu amigo que se haga el sordo: preguntale ¿Diste como entrada otro coche del centro? ¿pagaste al chan-chan (a tocateja) con dinero de la caja, o de tu sueldo? Pues si el coche es del centro, entonces es lógico que firmes el papelito aunque esté a tu nombre. Pero si lo has pagado tú, no te expongas a que lo vendan a tus espaldas.Y lo demás es filosofía. Normalmente no hace falta enfadarse, basta poner cara de póker y no hacerlo, nunca enfrentarse en público salvo que quieras "ponerte al brinco" e irte dando un buen portazo. Normalmente los directores sensatos soportan algunas manías de la gente para que ésta no estalle.

Yo siempre tuve muy claro que el coche era mío, aunque lo prestaba a quien lo necesitase y yo mismo consultaba usarlo: es decir no era "el coche del centro que uso" (que es el cliché en los centros) sino "mi coche, que yo pagué y que puede usar el que lo necesite", y esto durante 10 años.

De las demás cosas que preguntas no tengo ni idea. O, dicho en mexicano, ¿Quién sabe?

Un abrazo y besos a aquéllos a los que su religión se lo permita.

Zuri