MI
VISIÓN DEL OPUS
Perico, 27 de noviembre de 2003
Soy un tío cualquiera, sin agenda ni náuticos
ni jersey amarrado al cuello, de ventipocos años que
también fue numerario de los catorce y medio hasta
los veinte; creo, que igual que se olvidan las preces se olvidan
las fechas. Quiero decir que a pesar de mi juventud veo la
cuestión un poquillo más lejos cada año
que pasa. Viví un par de años en un centro,
no fue tanto como en otros casos. Y también soy asiduo
lector de esta página y del foro. Así que voy
a permitirme dar mi opinión sobre algunos correos y
contar algunas de mis experiencias en relación con
el Opus. Intentaré no extenderme demasiado y no molestar
a nadie con mis opiniones.
Observo que en los correos de los exmiembros se suelen enfocar
los temas desde un punto de vista cristiano o católico.
Después de mis experiencias en el Opus, de salir, de
abrir los ojos, vivir varios años como cualquier chaval
de mi edad, y de leer a Michael
Walsh y a Javier
Ropero, me da un poco de grima y creo que es algo
que se cae de maduro. Tanto en el Opus como en la iglesia.
Los únicos que merecen mis respetos en la Iglesia son
los que se lo dejan todo por los pobres, pero esos no son
los que mandan precisamente. Veo a los católicos de
"a pie" como gente que no tuvo que pasar nuestra
triste experiencia, que a su vez me ha servido para cortar
con toda creencia religiosa y para darme cuenta de que la
Iglesia es una mafia, y que unos grupos más otros menos
todos cojean del mismo pie; mención aparte para el
Opus que es agraciado con el premio gordo en lo que se refiere
a mafioseos, es decir, desvergüenza, coacción,
manipulación, etc. O caer en la cuenta de que el Opus
es un producto de la época, de la sociedad, de la guerra
civil. En otros tiempos y otras sectas fueron otras personas,
esta vez nos ha tocado a nosotros ser los primos. Es duro
pero es gratificante reconocerlo y ahorrar justificaciones.
Para algunos perder la fe puede ser una desgracia, para mí
fue una suerte; por ello no me identifico con los correos
impregnados en moral cristiana. En todo caso no por eso me
siento menos identificado con esta página y espero
que ninguna creencia religiosa ni política la monopolice.
Casi todos los comentarios me parecen enriquecedores, y los
comentarios de los orejas sensatos y claros. Digo casi todos
porque los que escriben las oficinas de prensa, o como se
llame, de las delegaciones con pseudónimos son realmente
ridículos y ofenden por considerarnos imbéciles.
Pero como lo bonito es oír a todos y que todos demos
nuestra opinión sin censuras habrá que aguantarlo.
En mi caso después de vivir la censura en los centros
disfruto más de la libertad (como para no apreciarlo).
Espero que pensando todos de diferente manera y habiendo vivido
experiencias diferentes, seamos capaces de no falsear nuestra
propia verdad, lo que vivimos y lo que sabemos que ahora mismo
hacen con muchos. Sería una lástima mentirnos
a nosotros mismos.
Creo que comprender los mecanismos psicológicos que
usa el Opus con sus miembros y su entorno es muy importante.
Parece claro que se basan en la anulación de la personalidad,
la violación de la intimidad, la represión sexual,
la privación de libertad de movimiento, la manipulación
de la conciencia y la creación de sentimientos de culpabilidad,
etc; y digo que parece claro porque aunque no tengamos ni
idea de psicología todos estuvimos allí y lo
vimos; y el que no lo vio estaría recogiendo uvas de
la higuera. Esto viene al caso de las personas que salen del
Opus y siguen yendo a círculos, siendo cooperadores,
o en todo caso frecuentando el "ambiente" y haciendo
que perdure su dependencia. También me parece excesivamente
grimoso que en el foro o los escritos se usen expresiones
del argot (de casa, pitar, ...). A estas alturas ya deberíamos
de tener claro que la jerga es otro instrumento de las sectas,
y no sé porque tenemos que seguir soportando esas expresiones
de tan ingrato recuerdo si existen otras en castellano sin
connotaciones sectarias.
Recomiendo a todos leer a Tony de Mello, Krishnamurti o Dyer,
y en general lo que os dé la gana, para resarcimos
de lo que no pudimos leer dentro. Hay que abrirse a nuevas
ideas, aunque dentro hayas estado acostumbrado a ser intolerante
con las que no coincidían con los dogmas del Opus.
En lo que respecta a los colegios del Opus, no tuve que
sufrir ningún contacto con ellos y parece que me perdí
una parte del pastel (que lástima...). Una vez me comentó
uno que ya tenía canas que algún día
me podrían pedir que diera clases en un colegio del
Opus. Ni de coña, abuelo, yo soy de educación
pública. Sólo sufrí a los adscritos de
los colegios pijos pijísimos en los cursos anuales.
Tonterías, por suerte en mi centro la mitad de los
adscritos iban de buen rollo y con la otra mitad nunca me
hablé, ni ellos conmigo. Y siempre había en
los cursos anuales los que cruzaban la mirada contigo en plan,
que coño hacemos aquí con esta gente tan rara?
Y venga a hablar de las tías buenas que pasaban por
la calle. Cosas de muy mal espíritu, que risa. Seguro
que con unos cuantos me reiría un montón recordando.
La sección femenina siempre ha sido, evidentemente,
un tema tabú en los centros en los que he estado. Nunca
he visto a una numeraria sin ser las de la administración.
Por lo que he leído sobre las formas de vestir y las
costumbres de las numerarias me da la impresión de
que han sufrido experiencias por lo general más duras.
Siempre sentí curiosidad por saber como eran: si nosotros
éramos extraños en la sociedad supuse que las
mujeres serían extrañísimas. Como me
gustan las mujeres lo siento más cruel aún.
Me río cuando me llaman machista, esos se ve que no
conocieron a Escrivá.
En general también veo cruel la privación de
las experiencias propias de la adolescencia, como tener una
novia con quince años, cosas que yo no pude hacer.
Ni yo ni algunos de mis amigos. Y me duele que te engañen
cuando eres un niño, sin saber qué te vas a
perder, o lo rara que puede ser tu vida ahí dentro.
Siento usar el término pero me parece una cabronada
de las grandes. Los que habiendo estado dentro y habiendo
sido captados con catorce y medio no reconocéis la
manipulación de menores y en general de personas que
se practica en el Opus, os engañáis a vosotros
mismos y veo que no os queréis demasiado: a mí
no me da igual que me hayan estropeado esos años de
mi vida. Y luego cuando sales, a currártelo campeón,
lo que se llama salir del cascarón. Que a ver si con
veinte años puedes ir por la vida con cara de gilipollas,
sin saber como entrar a una tía en una discoteca, sin
saber lo que es un cubata (¿es un tipo de vino?) y
con todo el mundo quedándose con la copla de que eres
un tío más raro que un perro verde. A darle
las gracias a Escrivá. Y venga a echarle ganas, fuerza
y paciencia y tener unos amigos y unos padres como soles para
conseguir integrarte en la sociedad y ser tú. Porque
claro, si entraste con catorce sales de allí sin tener
ni idea de cómo eres tú, no tienes personalidad
y no te conoces, y eso también es bastante duro. Pero
más vale tarde que nunca. Y dejas de ser uno de los
pertenecientes a los elegidos, y pasas a ser un tío
del montón, como todos, un tío.
El tema de la administración no tiene nombre. He
visto y he leído los libros de Maria Angustias y de
Tapias y se me han saltado las lagrimas. Sobran las palabras,
es uno de esos temas que estando en el siglo XXI, debería
no hacer falta ni explicar. Todos lo vimos: esclavas. Les
guardo cariño, pero no las recuerdo como personas o
mujeres sino como adeptas de la secta, aunque sabía
que detrás de esa fachada seguramente habría
mujeres tan estupendas y tan engañadas como nosotros.
Me recordaban a la robot de Blade Runner. Las zonas y horarios
de limpieza rayaban en la paranoia. Yo no me despertaba siempre
tan puntual como todos, así que me las encontré
muchas veces, siempre me parecieron razonables: buenos días,
buenos días; situación en la que al director
le daría un infarto. En el fondo creo que todo eso
termina alimentando el morbo de unos tíos reprimidos
sexualmente. Algo me quedó, no diría que no
a un día de lujuria con toda la administración.
Por eso también hay tíos para todo, desde
el torquemadilla de turno del consejo local, que hace marcajes
al hombre y se dedica a amargar la vida a la gente, hasta
el numerario que salía de marcha y de botellón
y todos a mirar para otro lado. Yo también me deslicé
alguna vez; visto ahora que me quiten lo bailado. Cuando era
adscrito algunas veces me escapaba a fiestas o salía
por la noche, bebía, fumaba algunos porros y si se
daba el caso establecía contacto con alguna niña
de mi edad, con poco éxito porque evidentemente la
práctica no podía ser mucha. Como los del centro
no salían por la noche no podían verme. Lo de
la doble vida parece y es triste, pero gracias a eso estaba
más abierto que los demás y sabía lo
que había en la calle, lo que hacía la gente
de mi edad. Tampoco he tenido yo nunca mucha conciencia, así
que no tenía remordimientos de ningún tipo.
Sabía que no hacía daño a nadie, ¿cuál
era entonces el problema para mi conciencia? Ninguno. Lo mismo
con respecto a la masturbación, tema recurridísimo
y extremadamente paranoico en la dirección espiritual
del Opus. ¿Queda alguien que piense que no es natural
que un chaval de quince años se masturbe? Yo creo que
es de lo más normalito que se vende. Lo lamentable
es ver a gente con remordimientos que les amargan la existencia
por culpa de la idea de pecado que se inculca. Yo lo de los
pecados ya me lo ahorré, bastantes tuve en el Opus.
Y si realmente creen que existen los pecados, el grande fue
el que hicieron con nosotros.
La represión sexual y sentimental de adolescentes
en el Opus es especialmente lamentable. Seguro que el número
de revistas porno compradas por los adscritos supera la media
de los pavos españoles, y sus razones tienen. Como
pueden esperar que un chaval de esa edad sea casto, cuando
es la época de descubrir la sexualidad y tener las
primeras experiencias sexuales.
Tocando tantos temas esto parece camino. Ahora unas gotitas
de pobreza. En el Opus viven de miedo, y tienen unas casas
flipantes. Eso lo sabemos todos, para que nos vamos a engañar.
Y en África los niños se mueren de hambre, sí
flaquitos. Cada dos segundos muere uno: tic, tac ... tic,
tac. El Opus no hace nada por los pobres; nadie se chupa el
dedo. Incluso en las colectas de las iglesias para el Domund
estaba prohibido echar dinero. Todo a la caja. Todo para Bruno
Buozzi. Curras más que el contable de Villa Tevere.
Pero la mayoría de la gente de los países ricos
no son del Opus y tampoco hacen nada por evitar las desigualdades.
Así que sería un poco hipócrita echar
en cara algo al Opus que nosotros tampoco hacemos. Sobretodo
con la cantidad de aspectos negativos que tiene la secta.
Como anécdota me contó un director, para que
yo hiciera lo mismo supongo, de un numerario que yo conocía
que tenía un buen trabajo y que se gastaba en gastos
ordinarios menos de dos mil pelas al mes. Eso es exprimir
a la gente hasta el final. Conmigo la llevaban clara.
Para abreviar, y para contribuir al debate de si el Opus
tiene cosas buenas o no, diré que lo único bueno
que saque fueron unas pocas, secretas y disfrutadísimas
partidas de mús.
También mi mensaje para los que están dentro
y dudan, por la razón que sea. Que salgan rápido,
nada de esperar a dispensas ni tonterías, no vamos
a seguirles el juego, se trata de terminar con el juego. Yo
lo hice así, maletita y listo. Entre que si el director
ya se lo huele y que los del centro van preparando las caras
de póker, tú ya estás cogiendo el taxi.
Y se acabó, aquí nadie va a decidir tu vida
por tí. No digo que no tengáis miedo, porque
entiendo que es para tenerlo, y yo también me lo pensé
lo mío y las pase canutillas, pero desde fuera se ve
de otra forma. Vale la pena (siento copiar los eslogan a Escrivá
, pero viene al dedo. El único que me gusta es "soñad
y os quedaréis cortos" porque cuando cojo la cama
...). También entiendo que nadie escarmienta en cabeza
ajena, si yo estuviera dentro cualquiera que intentará
convencerme para salir probablemente no tendría mucho
éxito. Creo que sólo juntareis las ganas para
largaros si abrís los ojos lo suficiente, que no es
mucho, para daros cuenta de que aquello es aberrante. Cada
vez que me entero de alguien que sale me alegro. Hasta les
digo bienvenido y de buena te has librado, y no es para menos.
Lo del Opus da para escribir una biblioteca entera. Yo sólo
estuve seis años, y no me imagino como puede ser la
vida de alguien que haya pasado treinta o cuarenta allí.
Por suerte en mi familia no son del Opus ni les gusta nada
el tema, y además me echaron una gran mano cuando me
salí, después de haber visto y sufrido mis errores.
Pero los que son hijos de supernumerarios tienen sufrimiento
aparte. Para mí sería la peor de las pesadillas
educarme en una familia de supernumerarios, sería tener
el centro en casa: represión total. Además es
realmente desagradable observar las consecuencias de la socialización
de las segundas generaciones (sí, lo leí
en la tesis). Los niños van a Fomento, y luego al centro
y los meten con catorce años y medio, cuando no saben
ni donde están ni han visto una teta en su vida. Es
como de película de ciencia ficción, viven en
una burbuja aparte, crean numerarios en serie. Se me ponen
los pelos de punta.
Lo de que los ex demos nuestro nombres en los correos también
parece haber creado debates. Todo el mundo sabe lo que se
puede ganar y lo que se puede perder (sobretodo) si nos identificamos.
Yo no lo doy, no creo que valga la pena. En todo caso si ellos
actúan como organización creo que tenemos las
de perder si salimos a título personal. Eso sí,
si jugamos todos puede que sea diferente. Sería un
tema a debatir, pero sinceramente la mayoría de exmiembros
que conozco tienen miedo y no se mojarían, y muchísimos
más sufren el síndrome de Estocolmo (sí,
los que van a círculos, o son cooperadores, o son tan
primos de ir a confesarse con curas del Opus para que la secta
siga enterándose de todos sus asuntos y controlando
sus vidas). Ya somos todos mayorcitos para saber si queremos
dar nuestro nombre o no así que no nos castigue más
el de la oficina de prensa con sus invitaciones a identificarnos,
que ya nos salió barba.
Reformar el Opus, lo considero complicadísimo, si
no imposible. En algunos correos algunos exmiembros consideran
que el Opus tiene cosas buenas y que las malas se pueden corregir.
Cuando leo cosas así me pregunto si esa gente estuvo
en el mismo Opus que yo. En todo caso antepongo la convicción
de que a la sociedad no le hace falta para nada organizaciones
de este tipo. Sectas y mafias no, gracias.
Es un lujazo y un placer poder comunicarnos todos por internet
y poder compartir información sobre el Opus. Si no
fuera así sería complicadísimo en algunos
casos encontrar los libros y escritos y quitarnos la venda
de los ojos, quien todavía la lleve, que veo que son
unos cuantos. Es evidente que al Opus no le gustan estas páginas,
ni que los exmiembros se comuniquen, ni que se sepa la verdad
de lo que es la organización, ni en general la libertad
de información. Hago publicidad de la página
entre los exmiembros que conozco. A mí me vino muy
bien y aclaré muchos aspectos y leí los puntos
de vista de otras personas de otras edades, lugares y sexo.
Por último comentar acerca de las proposiciones para
contar hechos históricos no muy conocidos en relación
con el Opus Dei que pueden ser muy interesantes. En mí
seguro que tendrían un lector.
Se me quedan muchísimos temas en el tintero, como
la imposibilidad de criticar nada del Opus desde dentro o
que se ventilen los contenidos de las charlas y confesiones.
Es que tienen tantas "virtudes". Por no hablar del
estreno de santo de Escrivá. A los católicos
suerte con el próximo papa, que como sea Herranz la
lleváis clara. Todo puede ser, el otro día encontré
en Internet un club de fans de Ratzinger.
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