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CORRESPONDENCIA

Viernes, 06 de Septiembre de 2019

Engaño (RAE): Falta de verdad en lo que se dice, hace, cree, piensa o discurre. Así lo define la RAE entre otros significados. En Google la definición aparece así: Hacer creer a alguien por medio de palabras, acciones, etc., lo que no es verdad (me llama la atención que en la definición de la RAE se refiere el engaño como “Falta de Verdad” y que claramente empata con la certera explicación que realiza Antonio Moya en su serie de artículos sobre el Opus Dei que es la ocultación de la verdad -característica intrínseca de las sectas).

En el proceso de desengaño del Opus Dei -que cada quien hemos recorrido al formar parte de él- existe un camino que atañe a cada uno y que, en diferentes etapas, fue pasando de lo vivido sin más a lo vívido de su entendimiento, hasta que se fue desenmascarando y presentándose, a flor de piel, enfrente de nuestros ojos, tal engaño. En este camino de 90 años se han marcado patrones de conducta organizacional, institucional, que debería ser materia de persecución penal, pero, en fin, “poderoso caballero es don dinero” y las fuerzas del “bien” como es esta secta-organización (con sus intereses “divinos”), seguirán con su labor.

Cuento una anécdota...

Si a todo alcanzara el poder de los hombres mortales

Yo primero elegiría el regreso del padre querido.

Homero, Odisea, XVI

todos llegan decididos a ser santos, con el mismo tipo de férrea resolución

 con que uno decide no armar un alboroto en el dentista

Bertrand Russell, En busca de la felicidad

El deseo y la Ley

El Cid Campeador, 6/09/2019

Estos días pensaba que los miembros de la Obra van como pollos descabezados. Nunca ha sido tan actual la pregunta que encabeza una entrada de Satur: ¿Alguien sabe qué es el Opus Dei? 

Vaticino que, cuando se erija una nueva prelatura personal, será únicamente de sacerdotes y causará un mayor desconcierto todavía. Aunque si en casi cuarenta años nadie ha tenido necesidad de esta figura jurídica, probablemente no lo veamos.  

Los versos que encabezan este artículo son palabras de Telémaco esperando a su padre, que partió a la guerra de Troya y al que nunca conoció. Hasta su llegada pululaban en el palacio de Ítaca los pretendientes de su madre (y sobre todo del trono).

Estos versos me recuerdan que en el Opus Dei no hay padre, nunca hubo padre, y hay muchos miembros que lo desean; hay muchos pretendientes en forma de directores. Un director es lo más parecido a un cabo chusquero, de los que se toman un carajillo para desayunar y se pasan el día chillando a los soldaditos. Es lo menos parecido a un general con visión estratégica, capaz de centrarse en las cosas importantes. Colar un mosquito y tragarse un camello es otra forma de expresarlo.

La herencia espiritual, que debía haber sido su legado, es inexistente. Se reduce a una multitud de normas, en ocasiones contradictorias, imposibles de cumplir y complementadas con la arbitrariedad de esos directores. Las consecuencias son patentes en el equilibrio psicológico de los miembros y exmiembros.

El Padre nos ha dejado como herencia una figura jurídica confusa y que no se adapta al carisma fundacional. Tenemos un continente agujereado y además falta el contenido. Esta figura jurídica deforme no es el faro que debe iluminar la conducta de los miembros, eso no es posible. El espíritu que infunde el deseo y la Ley: la pasión por actuar y la autonomía en la actuación. Este espíritu se perdió en algún recoveco del camino. Cada numerario se tiene que inventar el suyo.

El espíritu y la Ley, el deseo y las normas autónomas de actuación, es lo que falta en el Opus Dei. Todo lo que debe informar y empapar, dar sentido a la vida de sus miembros. Los miembros están desmotivados, parece que haya “simulacros de vida espiritual”, en la predicación se usa un vocabulario espiritual en el que las palabras han dejado de tener sentido porque carecen de contexto. No se transmite ningún espíritu porque no existe nada que pueda transmitirse. Se regula a golpe de capricho siguiendo el ambiente: ahora se puede hacer esto, ahora todo lo contrario.

Lo expresó mejor que yo Raimundo Panikkar en una carta a Alberto Montcada:

Puedo empezar con algunos recuerdos personales. Los podría destilar, y describir lo que podría llamarse la atmósfera de la Institución. Empezó por ser un pequeño grupo más o menos carismático con un ideal evangélico muy puro y elemental que lentamente, a raíz de las circunstancias por una parte, y de lo que estaba latente en el espíritu del fundador, se fue convirtiendo en lo que sociológicamente se llama una secta, sin que ello signifique un juicio negativo.

Incluso san Pablo afirma que es conveniente que haya sectas. Poco a poco, lo jurídico, la prudencia del espíritu o de la carne, la necesidad de pensar en uno mismo para sobrevivir como grupo diferenciado, y la ideología que casi inconscientemente se iba formando, hizo que la Obra se convirtiera en el patrón absoluto para juzgar sobre la moralidad de toda actividad personal o colectiva. Se hace lo que conviene al Opus Dei, puesto que tiene los mismos intereses que la Iglesia y que Dios mismo.

El Cid Campeador

Orange, difiero de tus comentarios… el opus dei visto desde lejos… desde una persona que no conoce nada… NO VE NADA.

Ve un grupo religioso conservador y nada más… ni sabe lo que se hace ni lo que es, ni nada de nada. La opacidad es total, con una imagen pública discreta. Si por curiosidad el ingenuo individuo mira el opus dei ya con más detenimiento e insistencia, verá sólo lo que ellos quieran que vea.

Lo que tú describes, no lo percibe una persona de fuera de la estructura. Para ver esto que dices tienes que estar integrado en la organización, de una forma más o menos intensa.

El opus dei se conoce por fases, poco a poco, y vas asumiendo las sorpresas una a una… si te las dijeran todas de golpe… es posible que te asustaras.

Yo al opus dei lo conocí virgen en su conocimiento, ya que no provengo de familia opusina y fui viendo poco a poco y lo que me quisieron enseñar en todo momento.

Y lo que vas viendo en los momentos iniciales todo encaja.

Haz la prueba con otros movimientos “ultras”… legionarios, kikos, lumen dei, comunión y liberación…

De todos modos… cuando te metes en un movimiento determinado o parroquia concreta verás miles de injusticias y disputas de poder, y más ahora con la escasez de vocaciones que el laico va cogiendo protagonismo y se crean estructuras de poder excluyentes.

Una parroquia es territorial y debe acoger, teóricamente, a todos los fieles que abarca su zona. Cuando llega un cura a la parroquia de novo, pone sus normas, suele rodearse de su gente “afín”, barriendo la anterior estructura. Ahora con la escasez de sacerdotes, estos grupos se quedan más “sueltos” pudiendo haber verdaderas batallas campales y situaciones de lo más injusto.

A MODO DE EJEMPLO, en mi zona ya hay escasez de vocaciones y las misas dominicales en ocasiones son sustituidas por liturgia de la palabra… ya tenemos, un primer desencuentro… La comunidad no acepta las mujeres dando la liturgia de la palabra, cuando aparece un diácono la gente se queda y cuando aparece una mujer, se va un grueso de la feligresía antes de empezar. Estas “sacerdotisas” (para llamarles de alguna manera), organizan parte de las actividades de la parroquia y tienen cierto poder, y se crean ciertos roces al no ser aceptadas por la feligresía, creando situaciones de lo más diversas e injustas de ninguneo y discriminación por ambas partes. Todo muy cristiano…

Y en cada parroquia, movimiento, grupo … hay toneladas de casuítica.

Y por último, en todas las casas cuecen habas y cuanto mayor sea el conocimiento de la casa, más ves el caldero de las habas.

Class

El Opus Dei catalán queda tocado por la suspensión de Mn. Tomàs Pons por pederastia

El Colegio Bell·lloc, de la Obra, es donde se produjeron los abusos

Este lunes se hizo público un comunicado del Obispado de Gerona en el que se informaba de la decisión de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de suspender de sus funciones al sacerdote Tomàs Pons Caulús, después de examinar la documentación que el citado obispado hizo llegar a Roma sobre las denuncias que diversos alumnos habían presentado por los abusos que recibieron por parte de este sacerdote ahora nonagenario. Los abusos ya han prescrito civilmente, pero a nivel eclesial ha llegado ahora esta suspensión con importantes penas canónicas, como suele hacerse en estos casos, en un momento de gran sensibilidad sobre el tema.

Es curioso que en ningún medio de comunicación se vincula al sacerdote Tomàs Pons con el Opus Dei, y los abusos perpetrados con un Colegio de la Prelatura. Fíjense por ejemplo con el caso "Maristas", toda la institución fundada por San Marcelino Champañat salpicada por la actuación de un profesor laico de gimnasia. Porque mosén Tomàs es un sacerdote agregado al Opus Dei, es decir de aquellos que están incardinados en una diócesis y que por tanto dependen de un obispo pero que su vida espiritual está vinculada a la Prelatura a través de los círculos de sacerdotes, donde se les forma, se les acompaña y se les dirige espiritualmente.

Artículo completo en Germinans

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