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CORRESPONDENCIA
Lunes, 15 de Enero de 2018
Fidelidad.- Pepito
Es curioso pero es claro que uno de los puntos más vidriosos del bagaje de “virtudes heroicas” de Escrivá, concretamente el de la caridad (y lo mismo cabe decir del menos adusto Portillo), sea el de sus preceptos y proclamas al respecto de la “fidelidad”, con sus augurios de infelicidad y la promesa del famoso rejalgar para cuantos se les bajaran de la barca.
Es curioso, digo, porque parece como si nuestro santo, nel mezzo del camin di nostra vita, o probablemente antes, se hubiera sentido facultado para someternos a una especie de juicio particular anticipado, condenando el resto de nuestra vida, y ello –que yo sepa- sin autorización alguna del Altísimo.
Además, y pese a cuanto ya se sabe sobre vocaciones falsas, equivocadas, impuestas, debidas a cualquier mindundi por él delegado en no se sabe qué grado para colocárselas a los pobres chicos que se pusieran a tiro, en todos casos se siguiera por igual y para todos la misma doctrina de Dios llama una vez y para siempre; y el que se vaya, tras las huellas de Judas (Portillo dixit) allá él, aunque dejando claro que el trato que sus antiguos hermanos le dispensen en adelante no podrá en modo alguno dar a entender que es lo mismo irse que quedarse; es decir, la aspereza dosificada, lo contrario del ubi caritas et amor….
Pepito
Es difícil desprogramar una mente a la que se le inocula esos mensajes.- Neo
He leído la meditación 269 despacio y varias veces y quiero compartir con vosotros que, si ese es el mensaje que se transmite de la vocación y sobre todo de Dios, a mí en primera persona me genera cuanto menos rechazo y temor.
Me parece que generalizar y dar mensajes de que si te vas del Opus Dei y no perseveras vas a ser un desgraciado y un desdichado es cuanto menos un mensaje que lo que pretende es crear miedo, perturbación y sobre todo ejercer un control férreo hacia todo el que se plantee salir por diferentes motivos, generando en la persona una zozobra interior casi como decir que se va al infierno, al llanto y rechinar de dientes y ahí está la trampa: “conseguirás una precaria paz espiritual a cambio de una total entrega y obediencia a las rígidas y limitadas normas y costumbres del Opus Dei “.
¿Qué mensajes alentadores, de esperanza, de alegría, de amor, de caridad se ven en esa meditación 269?, ¿dónde se habla de Dios Amor?
Se habla de vender la vocación, pero bueno, como se puede hablar así de una cosa tan sagrada como es la vocación que tenemos todos los seres humanos, en el Opus Dei y fuera del Opus Dei, sólo por el hecho de que todos compartimos esa parte de filiación divina que nos hace tender a Dios, y esa vocación no se vende por salir de la obra. Me parece indignante que se hable de esos términos, que lo único que hacen es distorsionar la conciencia de una persona y hacer que viva en un estado de sumisión y de falta de libertad.
Es difícil desprogramar una mente a la que se le inocula estos mensajes de culpabilidad, de miedo, de perseverar a costa de la propia salud física y psíquica. Los caminos de Dios son inescrutables, distintos para cada persona y dar generalidades y mensajes unitarios para todos es un dislate, cada uno tenemos un momento, una evolución, un despertar espiritual, un recorrido distinto y cada uno en su diversidad ha de ser respetado como hijo de Dios sin fórmulas generales para todos.
Un saludo, Neo.
La farsa del aval de Dios a Escrivá.- Cosmicom
Saludos, quería decir un argumento para destruir de raíz, desde la ortodoxia católica, el opus dei.
1º Yo recibo una revelación privada de Dios para fundar una organización en la cual tú te salvas si me entregas tu herencia, salario, libertad, pensamientos, y todo con "entrega total"; y te condenas si rechazas con ingratitud esta revelación.
2º Necesito una prueba para acreditarte esta revelación de Dios, no puedo fundarme en mi sola palabra, necesito el aval de Dios.
3º Con el aval de Dios, esta revelación privada se convertiría en revelación pública de Dios, sabes que lo que digo es verídico, tienes seguridad en lo que no ves, ya que sabes que Dios me avaló.
4º Sin el aval de Dios, mi revelación privada se mantiene en revelación privada; no puedes saber si lo que digo es verdad o no, ya que sólo me apoyo en mi palabra.
5º Según la doctrina infalible de la Iglesia Católica, la revelación pública terminó con la muerte del último apóstol. El magisterio de los obispos y del papa sólo puede explicar o explicitar lo que ya fue revelado públicamente.
6º Ergo la doctrina católica rechaza que yo pueda tener el aval de Dios para que mi revelación privada se convierta en revelación pública. Mi pretensión es, por lo tanto, una farsa.
7º En este caso me autoproclamaría fraudulentamente el decimotercer apóstol de Cristo.
8º Esta farsa es un grave fallo moral, ya que suplanta a los verdaderos apóstoles de Cristo, e incurre en anatema.
9º incurre en herejía, ya que pretendería que, a los dogmas de la Iglesia, se sumara el dogma de que Dios se me reveló y me avaló, ya que, al ser revelación pública, estarías obligado a creerme por la obediencia de la Fe.
10º tal desastre sabes que no viene de Dios, sólo puede venir del diablo.
11º aunque me avalara un ángel del cielo o un papa, estás obligado a rechazarme, como hijo del diablo.
Cosmicom
La perseverancia de muchos está constantemente en peligro…- Agustina
Tras la publicación de la meditación “El grito inútil y de tardío arrepentimiento por el error irreparable”, recomiendo la lectura del capítulo del libro don Antonio Ruiz Retegui titulado “Perseverancia”. Entre otras muchas reflexiones, destaco la siguiente:
"Es frecuente referirse al abandono del camino concreto vocacional, en un tono trágico, como si quien lo hiciera estuviera apartándose de Dios y abocándose a una vida necesariamente infeliz, lo cual es probadamente falso. Cuando en el lenguaje institucional se dan muchos juicios de ese tipo, se predetermina además la opinión de las personas sobre los que no perseveraron. Probablemente ese cúmulo de "expresiones condenatorias" del abandono de la institución vocacional, sea debido a la conciencia implícita de que la perseverancia de muchos está constantemente en peligro, y, en consecuencia, al empeño por asegurar la perseverancia de personas que no pueden estar "atadas" por otros vínculos externos, como es, en el caso de los religiosos, la situación pública y social. Pero el recurso a las presiones referidas resulta contrario a la naturaleza de las cosas, y, en la medida en que incluye esos juicios morales, es además violentador de las conciencias. Éste es uno de los casos en que aparece el intento de dominar a las personas a través de la conciencia".
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