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CORRESPONDENCIA
Viernes, 02 de Octubre de 2015
El Papa investiga un caso de pederastia en un colegio del Opus Dei.- Agustina
Caso Gaztelueta
La víctima, que sufrió abusos con 12 años, se querella contra su preceptor
El Papa investiga un caso de pederastia en un colegio del Opus Dei en Vizcaya
Francisco, en una carta remitida a los padres de la víctima, que ya es mayor de edad, le anuncia que ha pedido que se instruya juicio canónico al educador denunciado y al centro escolar
Carta manuscrita enviada por el Papa Francisco. EL MUNDO
Noticia completa en el periódico EL MUNDO
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Carta del Padre 2 de octubre de 2015.- Ramana
Queridísimos, que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos
Os escribo con motivo de un nuevo aniversario de la fundación del Opus Dei, un dos de octubre de 1928 en que nuestro Padre oyó campanas y vio, con meridiana claridad, los millares de seres humanos que se alejarían de Dios gracias a su Obra, esta madre guapa que nos regaló san Josemaría, un medio propicio para la enfermedad y el desaliento de tantas hijas, de tantos hijos de Nuestro Padre y, sobre todo, un lugar eficaz para alcanzar la santidad, si no la del trabajo ordinario, sí la de los altares, y bien presto, como ya hemos demostrado en el proceso de nuestro fundador y, ahora, en el del Beato don Álvaro...
Quiero hoy, además de proclamar el gozo de un día tamaño, el más importante en la historia de la humanidad desde el del non serviam de Luzbel, arrimarme a las enseñanzas del buen papa Francisco, que a pesar de ser “de los de siempre” y cultivar una taimada sonrisa franciscana y unos gestos antiaristocráticos que habrían espeluzado a nuestro santo marqués, sigue siendo el vicecristo. Pues bien, subrayo una vez más en día tan señalado, el 87 de nuestra razón de ser, nuestra fundacional opción preferencial por los pobres y nuestra mirada compasiva y comprometida con los desdichados de este mundo.
Quiero manifestar con orgullo que hemos sido los primeros, como ya ordené en mi anterior epístola, en abrir nuestros centros de toda Europa a esa riada de exiliados que han encontrado en nuestras casas el lugar luminoso y alegre que la guerra les ha privado en sus países de origen: sean todos bienvenidos, salam aleikun, si me permitís, hijas e hijos míos.
En segundo lugar, quiero unir mi voz a la del santo Padre para recordaros nuestro compromiso absoluto con la ecología y la defensa del medio ambiente. Meditad a diario en nuestros oratorios la encíclica Laudato sí y los innumerables escritos de san Josemaría preocupándose por el planeta, nuestra casa común, para continuar orgullosos el cuido de nuestra Madre tierra, en cuyo regazo pasamos (de la mejor manera posible, con relicarios de oro y casullas de seda) esta peregrinación temporal. Si otras órdenes religiosas, “obsexas” y desviadas, se ocupan prácticamente solo de la sexualidad en sus medios de formación, con una monomanía inquietante y perniciosa que tanto daño hace en las cándidas almas juveniles o en los matrimonios, doctrinas impartidas, para más inri, por célibes sin conocimiento alguno ni experiencia práctica en tan compleja materia, don de Dios al fin y al cabo, nosotros en cambio, por indicación fundacional de nuestro Padre, hemos insistido siempre en dos aspectos radicales de la vida en la tierra: los más desfavorecidos y el medio ambiente.
Recordad que en cuestión de ecología no hay parvedad de materia y que en las charlas semanales que debéis cumplir con el director espiritual que hayáis libremente elegido, tenéis que dedicar siempre unos minutos a este tema básico en nuestro carisma: ¿qué he hecho esta semana en la defensa del medio ambiente, he reciclado, me he afeitado sin dejar correr el grifo alegremente, he tirado el aceite sobrante por el fregadero, contaminando los ríos durante miles de años?, etc., etc. La famosa “tragedia de la mantequilla” de la que ya habla nuestro padre en Camino. Un aviso muy especial para mis hijas sirvientas que sin duda lo cuidarán en lo muy pequeño, y a mis hijos grandes empresarios para que implementen en sus fábricas todos los mecanismos y cuidados que sean necesarios para mejorar el hábitat terrenal en que nos santificamos. Y ya sabéis, en materia ecológica “se gasta lo que se deba, aunque se deba lo que se gaste”, no hay excusas, entre otros motivos el más obvio: a nosotros no nos mueve el más mínimo afán de lucro, para qué querríamos las riquezas , ¡si vivimos con ejemplar empeño la virtud de la pobreza, personal y comunitaria!
Queridísimos, celebremos este nuevo dos de octubre con hechos concretos en pos de un cuidado especial del medioambiente. Yo acabo de renunciar al mercedes de san Josemaría, lo he donado a una ong que se ocupa de los refugiados, y me he comprado un pequeño coche eléctrico. Que cada uno, cada una, vea, en las medidas de sus posibilidades lo que puede hacer: la madre tierra nos lo agradecerá y, como siempre, seremos la aristocracia de la inteligencia, el ariete que quiere nuestro Fundador para dar ejemplo a cristianos y no cristianos en nuestra manera elegante de habitar el mundo.
Que san Josemaría, muy pronto doctor de la Iglesia y desde siempre abanderado de la causa ecológica de manera, como es habitual en él, profética, adelantándose en casi un siglo a esta preocupación, os guarde.
Vuestro padre Javi
Ramana
El problema de los refugiados es de los otros…- La otra orilla
El 6 de septiembre de este año, el Papa Francisco hacía un llamado urgente a toda la comunidad católica:
“Queridos hermanos y hermanas:
La Misericordia de Dios se reconoce a través de nuestras obras, como nos ha testimoniado la vida de la beata Madre Teresa de Calcuta, de la que ayer hemos recordado el aniversario de su muerte.
Ante la tragedia de decenas de miles de refugiados que huyen de la muerte por la guerra y el hambre, y están en camino hacia una esperanza de vida, el Evangelio nos llama a ser «prójimos» de los más pequeños y abandonados. A darles una esperanza concreta. No vale decir sólo: «¡Ánimo, paciencia!». La esperanza cristiana es combativa, con la tenacidad de quien va hacia una meta segura.
Por lo tanto, ante la proximidad del Jubileo de la misericordia, hago un llamamiento a las parroquias, a las comunidades religiosas, a los monasterios y a los santuarios de toda Europa para que expresen la realidad concreta del Evangelio y acojan a una familia de refugiados. Un gesto preciso en preparación del Año santo de la misericordia.
Que cada parroquia, cada comunidad religiosa, cada monasterio, cada santuario de Europa acoja a una familia, comenzando por mi diócesis de Roma.”
Comentaba un periodista de El País que estas palabras del Papa sonaban no a una sugerencia sino a un mandato, a una actitud de obediencia ante el grave problema que se vive.
En la Carta de octubre, o sea en la de este mes, el prelado dice al respecto de este llamado de hace casi un mes:
“¿Qué hacer, también cada uno de nosotros, con iniciativa y responsabilidad personales? Lo primero es no dejar que resbalen en nuestra alma, con pasividad, estos sucesos; y para eso, rezar y plantearse qué medios concretos cabría poner en acto para aliviar de algún modo las necesidades de esas gentes. En muchos casos, será oportuno —según las posibilidades de cada uno— colaborar con las diócesis y con las parroquias, a quienes el Papa dirige de modo inmediato su llamamiento, o con organizaciones que se ocupan de ofrecer esa ayuda. Ninguno ha de desentenderse de estas graves carencias de tantos hombres y mujeres, prójimos en quienes hemos de descubrir al mismo Jesucristo. Supliquemos al Espíritu Santo que nos ilustre y nos impulse a la acción, sabiendo asesorarnos oportunamente.”
La verdad que al leer este texto entré en shock, no lo podría creer. Anoté las siguientes conclusiones:
- Este es un problema de la Iglesia, no del opus; son las diócesis, las parroquias, las casas religiosas los monasterios…
- Olímpicamente se lava las manos y no abre ni las parroquias ni las iglesias del opus a este llamado ni las casas de retiro y en cambio los manda a las organizaciones que se preocupan de atender esos problemas… Ellos no tienen ninguna institución que haga algo por los más necesitados.
La verdad me he quedado frio y perplejo ante tanta dureza de corazón, sobre todo pensando en el palacete en el que vive el prelado y su “equipo de trabajo”, la forma en la que viven los numerari@s que no les falta nada y que de ordinario viven en las mejores urbanizaciones de las ciudades donde están. Qué pena me dan pues demuestran que no son parte de la Iglesia, sino que hacen grupo aparte. Ante estos “consejitos del prelado” es lógico que se crucen de brazos y se les resbalen todos aquellos que pasan por alguna necesidad. Pero eso sí, era importantísimo que, en la canonización de Fray Junípero Serra en los Ángeles Ca., la semana pasada, se cantara el nombre del fundador en la letanía de los santos y que, en la fiesta de las familias en el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia, sonara el nombre del opus Dei en el testimonio de una familia acomodada de Nigeria que recibe formación y tiene el suficiente dinero para hacer un viaje tan largo para testimoniarlo.
Y termina con unas palabras muy sobrenaturales como para paliar la frialdad de la respuesta al llamado del Papa: Ninguno ha de desentenderse de estas graves carencias de tantos hombres y mujeres, prójimos en quienes hemos de descubrir al mismo Jesucristo. Supliquemos al Espíritu Santo que nos ilustre y nos impulse a la acción, sabiendo asesorarnos oportunamente.”
Qué importante el asesorarse oportunamente para no “hacer cosas indebidas o hacer más de la cuenta”…
La otra orilla
La Felicidad en la Obra.- Atlast
Conforme vamos llegando a la edad de Isabel Sala, que tiene 50 años, parecería que uno simplemente debe tener cierta antigüedad "perspectica" para entender e ir decantando no solo el mundo o la vida, sino el mismo Opus Dei. Así dicho cuando nos cierren en la cara la tapa del ataúd, el opus dei será un tema subjetivo, y personal, según el modo en que hayamos podido liberarnos de su influencia-o no-, aunque lo que ocurre en realidad es que a los muertos ya no les importa nada. Suponiendo, claro.
Luego para mí, que vivo, y con 50 años, el factum opusino me sigue pareciendo un horror bifocal, pues siguiendo los consejos de cualquier oriental, si la vejez no nos hace más clarividentes, al menos no debería volvernos ciegos. Que es lo que puede ocurrir en algunos casos. Aquí pasa pues que alguien no se ha quemado con leche y el refrán dice "el que se quema con leche cuando ve una vaca llora", no dice "sólo el que se quema", pero debería decirlo. O no, no sé.
Dicho esto me centraré en el punto de hoy. Se puede ser muy feliz en un colegio del opus dei pero esa felicidad tal vez no tenga que ver con el opus dei. O justamente esa felicidad surge del simple hecho de que aún dentro del opus dei se salvó del opus dei (buena noticia, entonces, es posible salvarse). Ya en marcha, afirmo que lo que ocurre en los colegios de la Obra es para analizar muy largamente, necesitaríamos sociólogos rusos o alemanes.
El Opus Dei caerá en algún momento de la historia, y se recordará en la historia de la Iglesia como se recuerdan en los manuales las cruzadas o la inquisición, o el asunto de los templarios, y esos breves horrores que la Iglesia Madre padece como un hijo bobo o un engendro.
Atlas
¿Son dignos mis pantalones?.- Elbe
La tontería humana abunda por doquier, empezando por cada uno de nosotros, que cometemos errores y ya está, somos así. A cambio, contamos con virtudes y talentos, que nos hacen llevadera nuestra miseria, sintiéndonos así agradecidos y felices. De vez en cuando, no está de más relatar alguna de esas tonterías como anécdota, por supuesto diciendo el pecado, que no el pecador. Y claro está, haciendo un acto de humildad, diciendo: Oye, que yo también las meto gordas, eh.
Como cada ambiente, el opus tiene su propio estilo. No quiero decir con ello que todos sus miembros cometan los mismos errores siempre, pero hay algunas meteduras de pata que son muy estilo opusino.
En uno de mis últimos cursos anuales, la víspera del 15 de agosto, se preguntó que quién quería salir a leer en la misa del día siguiente (fiesta grande de la Virgen). Yo, con toda mi ilusión, me presenté voluntaria. Y por la tarde, dediqué un tiempo a ir al oratorio con la lectura que correspondía para prepararla. Me encantaba el latín, y quería saber lo que leía y pronunciarlo bien.
Ya había decidido qué ropa me iba a poner, la mejor que tenía, que mucha no era, pues era "pobre". Todo estaba preparado para la fiesta, flores bonitas, velas impecables... Después de la tertulia de la noche, ya camino de mi dormitorio, la directora me paró por el pasillo y me preguntó:
-Elbe, ¿qué vas a ponerte mañana para la Misa?
-Pues...un pantalón azul marino (con raya planchada y todos los requisitos), esto y lo otro...
-Ya... porque.... ¿qué más tienes? Este que llevas puesto, la falda de tal y cual....
-Sí, también, pero el más nuevo y elegante es el azul marino.
-Ya... pero es que esos pantalones no son muy "dignos".
Mi reacción fue rápida y falsa, como bien había aprendido a hacer. Una gran sonrisa y un:
-Ah, no importa, que lea otra, no pasa nada, de verdad.
-Bueno.... pues entonces ya se lo encargo a otra. (Alguna palabrita más que no recuerdo). Buenas noches. Pax.
-In aeternum.
Me di la vuelta y se me pusieron los ojos como a Candy Candy. He de decir que ya estaba yo en los comienzos de mi depresión, y estaba un poco sensible. Pero vamos, que me fui a la cama bebiéndome las lágrimas. Al día siguiente fui a comulgar, y le di las gracias a Dios, que aunque no soy digna, entró en mi casa. Pero mis pantalones no lo eran.
No es justo generalizar, pero cierto es que sólo en una atmósfera ñoña y obsesiva como la del opus, pueden aflorar categorizaciones de este tipo, como que unos pantalones sean dignos o no. Así se pierde tan a menudo la "visión sobrenatural", quedándose en una visión pequeña y absurda, como que lo que llevas puesto importa más que tu corazón.
Cambiando de tema, Inés!!! Muchas gracias por tu mensaje tan cariñoso de la semana pasada! No tengo nada que perdonar, todos hemos hecho lo mismo, proselitizar era nuestra principal misión, y estábamos convencidos de que era lo mejor para los proselitizados. Me encanta que estés feliz con tu nueva vida! Estamos en contacto, vale?
Gracias mil veces a todos! No sabéis cuánto me he alegrado al encontraros. Espero que algún día se haga justicia, y que deje de hacerse tanto daño.
Elbe
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