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CORRESPONDENCIA

 

Miércoles, 27 de Mayo de 2015



El amor tras salir... ¿nos aferramos al primero que nos quiere?.- Dudas

Buenos días

Llevo un tiempo dando vueltas a este tema. Los que estuvimos mucho tiempo dentro nos hemos "perdido" la época en la que la gente empieza a conocer a chic@s, a salir con ell@s, a aprender lo que quiere y lo que no quiere... Nos falta experiencia en este tema, pero además el tiempo juega en nuestra contra.

Como durante muchos años no hemos recibido amor de verdad me asusta pensar que nos podemos quedar prendados del primer@ que nos mira a la cara y nos trata con cariño, que acepta nuestro pasado y no sólo eso, sino que le da absolutamente igual: nos respeta y nos quiere como somos. De hecho me parece que he leído algunos testimonios de ex-numerari@s que se casaron al poco tiempo de salir de la Obra o con el primer@ que conocieron.

He tenido la suerte de conocer a un chico que me demuestra con hechos concretos que me quiere. Las circunstancias de la relación son difíciles (cargas familiares, distancia...) pero ya llevamos más de 6 meses saliendo. La cuestión es que no estoy segura de si realmente yo le quiero a él o si lo que me gusta de él es precisamente que me quiere mucho. Como estoy saliendo con él me parece mal quedar con otros chicos si sé que no quieren sólo ser amigos, o les dejo claro que estoy saliendo con otro, para evitar malentendidos o falsas esperanzas, y por eso no conozco a otros chicos ni tengo otras experiencias que me permitan aclararme.

Algunos de mis amigos me animan a dejarlo y a conocer a otras personas porque dicen que lo normal es que la persona con la que esté me quiera mucho, y que si no estoy segura es mejor dejarlo cuanto antes. Pero yo no sé qué hacer, porque a la vez estoy a gusto con él, me gusta,...

Buff, ya veis que tengo mucho lío mental... ¿alguien me puede ayudar o dar algún consejo?

¡Gracias!

Dudas





El tránsito.- elcanario

A propósito de los comentarios que se están haciendo en estos días sobre el paso del Opus Dei de instituto secular a prelatura personal, quisiera dar mi aportación sobre lo que viví en aquellos momentos.

Hasta que Juan Pablo II promulgó la Bula "Ut sit", en la Obra teníamos claro que no éramos instituto secular y rezábamos para que la solución jurídica llegara cuanto antes. Así lo había manifestado repetidamente el fundador. Con el cambio de Papa, se nos dijo que con el nuevo lo de la "intención especial" iba a ir mucho mejor. Los hechos confirmaron lo que nos decían los directores. Aquel primer domingo de Adviento de 1982 fue de especial alegría y se festejó grandemente en los centros del Opus Dei. Hasta que se promulgó la bula "Ut sit", numerarios y agregados del Opus Dei, al hacer la incorporación a través de la llamada "oblación", hacían los votos de pobreza, castidad y obediencia.

Hubo un tiempo que cuando llegaba el 19 de marzo, se renovaban esos votos públicamente en la misa que se celebraba en los centros, pero añadiendo una pequeña coletilla. Después de la Consagración de la Misa, los que aún no habían hecho la incorporación definitiva a través de la fidelidad, se acercaban al altar y decían una frase parecida a la siguiente: En la presencia de Nuestro Señor, yo (fulano de tal) renuevo mis votos de pobreza, castidad y obediencia según el espíritu del Opus Dei hasta el próximo 19 de marzo La coletilla era "según el espíritu del Opus Dei". Era una manera de distinguirse de los religiosos y que no hubiera confusiones. El hoy San Josemaría había repetido insistentemente que en la Obra no quería votos, ni botas, ni botines, ni botones. Eso fue precisamente lo que nos imaginamos que vendría con la solución jurídica. Muchos de los que pertenecíamos al Opus Dei pensamos: Ya somos totalmente laicos. Pero por lo que se ve a raíz de los últimos comentarios no estábamos en lo cierto.

Para llegar a esa situación, recuerdo haber oído al fundador que se veneraba mucho a los religiosos, pero que ellos no tenían nuestro espíritu. Estaba contraindicado confesarse con un sacerdote que no perteneciera al Opus Dei y menos si era religioso, San Josemaría indicaba que ellos eran buenos pastores de su rebaño pero no del nuestro. Cuando he dejado de pertenecer a la institución me he enterado que algunos, sobre todo supernumerarios, se confesaban fuera, sobre todo por pecados de pureza. La verdad es que he sido muy inocente creyendo que todo el mundo cumplía. Es lo mismo que a numerarios y agregados se les decía que no debían ir a los cines y espectáculos públicos y, sin embargo, iban sin permiso. A algunos se les autorizaba, pero eran las excepciones. Una vez los directores de la Obra me indicaron que siguiera a un agregado que se había ido de "Casa", teniendo hecha la incorporación definitiva o fidelidad. Había que acercarle e intentar que hiciera el trámite de la transformación del Opus Dei. No me enteré de más cosas. Yo confiaba ciegamente en los directores e hice todo lo que se me indicó. Aquella tarde en que el que quería irse se acercó fue fructífera. Uno del consejo local me dijo que hubiera tenido problemas. La prelatura fue misteriosa hasta en esos trámites del tránsito a prelatura personal.

Elcanario 





Los temas jurídicos de la Obra: un rompecabezas.- Rocaberti

Apreciados:

Estos días he seguido la publicación de varias cartas relacionadas con los aspectos jurídicos de la Obra. Es un rompecabezas, pues los directores sólo se sirven de las normas jurídicas cuando les conviene. Para ellos el Derecho no tiene otro sentido que justificar sus actuaciones. En la Obra se vive en un limbo jurídico, incluso se menosprecian las normas canónicas con un único fin: que las directrices de los directores no tengan ningún límite. Nadie, de los del pelotón, conoce las constituciones, ni los aspectos jurídicos reales, todo se embrolla en una serie de indicaciones, consejos y advertencias para conseguir la docilidad de la grey. Recuerdo la sorpresa que tuve, en los estudios internos, al leer en el Código de Derecho Canónico, las normas sobre la dirección espiritual que se viven en la Obra en contra de lo establecido por la Iglesia.

El Opus Dei es muy raro: por una parte predica una espiritualidad laical, pero convierte a los numerarios en unos religiosos de rigurosa observancia.

Me desconcierta la personalidad del fundador: por una parte aporta a la espiritualidad de la Iglesia una riqueza nueva, con la santificación de la vida ordinaria, pero, por otra parte, transforma esta vida en algo plagado de ñoñez, de beatería, con un montón de normas, costumbres, etc., que hacen de esta vida ordinaria algo fuera de lo común. Supongo que era un persona buena, pero a veces me da la sensación que perdió la chaveta por su afán de protagonismo y de darse importancia a través de la Obra.

Hace pocos días estuve en un santuario mariano que al fundador le gustaba mucho, en Suiza. No hay rastro de su presencia: todo muy barroco, super ordenado, a lo suizo. Supongo que fue un país en el que se debió encontrar muy a gusto, pues todo está en su sitio. Reflexioné que mientras formé parte de la Obra, el fundador y sus directores tenían más poder sobre mis actuaciones que yo mismo. Me había metido en una tela de araña de complicada estructura.

No creo que la Obra haya sido un bien para la Iglesia, lo hubiera podido ser, pero el invento se estropeó por un afán de poder y control desmesurado. Hay que volver a responsabilizar a la gente de sus actos, y a ayudar generosamente, sin buscar el beneficio propio. Quien sea feliz en la Obra que esté y quien se sienta desgraciado ayudarle a encontrar el camino mas adecuado.

Un saludo.
Rocaberti





Un cuento de ficción.- Paiquito

Hola.

Quisiera narrar un cuento de ficción, de muertos y aparecidos, a raíz de la imaginaria desaparición de una persona, que me llevó a contratar a Sherlock Holmes como garantía para llegar a encontrarla.

Ella se dedicaba al servicio doméstico en una residencia del opus dei. La habían visto salir por la puerta de atrás del edificio, aunque al parecer nadie se dio cuenta.

Fue el papá de ella que, al darse cuenta de la desaparición de su hija, se preocupó en extremo, aunque ya no podía corroborar él mismo la situación, pues había muerto hace algunos años y ya no podía dejar el cementerio que era su casa. Aún vivo también se preocupaba, pero el trabajo extenuante y las necesidades de la sobrevivencia no le dejaban ni energías ni tiempo.

Yo me encontraba en la oficina de Sherlock Holmes leyendo uno de sus libros cuando se escucharon unos pasos en la escalera y súbitamente entró un señor con una cara de angustia y preocupación y alzando la voz se dirigió al detective por excelencia. -Señor Sherlock Holmes, necesito que encuentre a mi hija pues ya no vive en una residencia del opus dei en donde habitó por más de 10 años, y temo por su vida. Ella salió de la residencia hace ya más de 3 días y no ha dado señal de vida. Los de la residencia no me saben explicar el lugar dónde vive mi hija. Me dicen que yo estoy muerto y que soy el primero que estando en el otro mundo habla con ellos. -¿Hace cuánto tiempo no la ve? -preguntó el detective-. Hace ya más de 10 años. Ni siquiera fue a mi entierro. -¿Y qué quiere que haga? preguntó el detective. -Quiero saber dónde está, y quiero que sepa que en su casa la esperan su madre y sus hermanas. -¿Es una residencia del opus dei?- preguntó Sherlock. - Así es, contestamos tanto el papá como yo. -Si es algo del opus dei, me debo dirigir al inframundo y preguntar por algunas cuestiones. -En dos días tendrá su respuesta- , dijo Sherlock Holmes, y aquella persona desapareció tras de la puerta.

Nos dirigimos al inframundo, y traspasamos el velo del más allá. Llegamos a un lugar desierto que, muy al fondo, daba señales de vida. Caminamos hasta ya casi al llegar al santo fundador y al beato que le sustituyó. Se les notaba muy serios y pesimistas y casi ni nos dirigieron la mirada. El más educado fue el santo fundador quien se acercó a nosotros y sonriendo nos preguntó -¿Qué buscan?- Sherlock Holmes sonrió también y le dijo -Yo también estoy muerto-, entonces el fundador retrocedió unos pasos y preguntó -¿Entonces?- Yo me di fuerzas para hablar y alzando la voz dije -Busco a una mujer que trabajó en el opus dei, que salió hace tres semanas de su residencia y no aparece- entonces se acercó el beato y dijo -No nos molesten, que nada ya nos interesa-.

Al regresar le pregunté a Sherlock Holmes el propósito de la visita al inframundo, a lo que me contestó pensativo: -Me habían hablado del opus dei, pero tenía mis dudas-. Entonces regresamos a su departamento y esperamos pacientes a que se cumpliera el lapso de 2 días. Recibimos la noticia de la localización y de que ella se dirigió a casa de sus padres. Le había llevado tiempo el regresar a su casa ya que dentro de la residencia alimentaban su conciencia con noticias de desamor de parte de su familia, y no creía ser sino una molestia.

Sherlock Holmes me dijo muy serio -quizá haya personas que se mueren pensando que no las quiere nadie- pero al menos hoy no pasó eso.

Paiquito





Fallecimiento Mons. Vicente Pazos.- Nicanor

Hoy ha fallecido en Lima el Padre Vicente Pazos, uno de los primeros de la Obra en llegar al Perú y a quien muchos debemos habernos dado un empujón para haber decidido salir del Opus Dei (no precisamente por la sabiduría de sus consejos).

Dios lo tenga en su misericordia Don Vicente y ojalá sonría un poquito por allá donde lo hayan delegado.

Nicanor Wong Ortiz
nicanor.wong@outlook.com





Elitistas y equilibristas. ¡Esos pobres ricos!.- Manzano

El nuevo beato y mártir Monseñor Romero decidió un día vivir el Evangelio a fondo, de verdad, y “optó preferencialmente por los pobres”. Ese fue el motivo de su asesinato y para hacerle definitivamente callar. Hubo gran resistencia a elevarlo a los altares por prejuicios de sectores conservadores. Deseo verle pronto canonizado, sabemos que por el Papa Francisco no quedará.

Y viene a colación las declaraciones de Mariano Fazio, recién Vicario General del Opus Dei, a través de la manida entrevista publicada recientemente. No es ninguna novedad e ignoro la necesidad de mentir nuevamente negando evidencias como lo del elitismo, sabiendo que es algo endémico de la obra, pues su “opción preferencial por los ricos” ha sido descarada a lo largo de sus pocas décadas de historia. ¿Quién dijo que “de los pobres ya se ocupan otros”?

Como es habitual en la Prelatura la culpa la tienen los demás. Ahora les toca a los burgueses, son ellos los que la han convertido en elitista. Es que no tienen tiempo para otra cosa, esos burgueses, más que para difamar, acudir a misa, confesarse, rezar algo y asistir a algún círculo. Y encima ponen pegas para retirarse de vez en cuando unos pocos días a algún palacete: póngame Castelldaura Sr. Director, que está cerca del mar y viene el veranito. Y es que esos hijos del fundador son unos desagradecidos (¿habrá también algún aristócrata entre ellos?), no tienen remedio, se dedican a morder la mano de quién les da de comer, espiritualmente hablando claro. Lo del otro comer es exactamente al revés.

Cómo diría mi socio, el objetivo del Opus Dei es y ha sido poner a Cristo en la cumbre de todas actividades de los Consejos de Ministros. Y para eso hay que dar la talla, pues el mundo no se gana en las barriadas periféricas, se gana con buenos colegios, con centros apostólicos en las mejores zonas y atendidos con exquisitas sirvientes. Y así servimos, nos servimos de la Iglesia.

Es que esos burgueses… ¿qué se habrán creído? ¿Acaso no saben que también hay algún colegio desperdigado en algún rincón de África y en algún país andino que son promovidos por el Opus Dei? ¡Es que nos quieren hacer quedar mal! ¡Siempre nos atacan! Nuestras universidades son de lo más cercano al proletariado, nuestras escuelas de negocios son simples centros de acogida y asesoramiento para pobres; esos pobres que no saben ni qué hacer con sus millones. Los formamos para que se hagan más pobres, les ayudamos a vivir la pobreza como nadie y ahora se nos revelan. ¡Todo sea por Dios!

Imagino que el consejo general del Opus le pediría a su nuevo vicario Fazio : ¡mano dura ahora con los burgueses!

Y es que sólo tenían que haber escrito algo así como:”…a partir de ahora dejaremos de ser tan elitistas para acercarnos más a los principios evangélicos con renovada fidelidad al Romano Pontífice”, y hubiera quedado como un señor. Pero no, se empeñan en hablar por la cuerda floja y se han convertido en unos maestros equilibristas de la palabra, la mentira y la confusión.

Manzano

P.D. Una copia de dicha entrevista fue entregada en papel a todos los empleados de los centros docentes vinculados al Opus Dei. Lo curioso es que lo hicieron sin mediar explicación. En muchos casos se limitaron a depositar los dos folios en las casillas o buzones nominativos de los profesores.




 

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