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CORRESPONDENCIA

Viernes, 27 de Febrero de 2015

En mi casa no siempre hubo agua potable, ni luz eléctrica, ni comida. Pero siempre hubo alegría. Los programas de reportajes, las lecturas, me enseñaron que vivía en una parte del planeta sin esclavitud, sin matrimonio infantil, sin burkas. Mi educación dependía de la disciplina que tuviera para estudiar por mi cuenta, pues siempre tuve acceso a libros. Dos tazas de té con azúcar, una marraqueta con margarina y un plato de arroz con tomate al día, resultaba suficiente para mantenerte leyendo un verano entero. Ya después de los 15, siempre podías trabajar si necesitabas algo. El mundo era el límite y me asomaba a él con agradecimiento y ganas.

Un día me topé y entré al Opus Dei. Un lugar para darse y crecer. Lleno de sentido, el que veías reflejado en los miles de destellos de luz de las impecables ventanas y en el brillo de las velas. Dios estaba ahí para mí y yo estaba ahí para todos. Otra vez era una privilegiada. Sin embargo, el precio era alto. Tu vida entera, tu corazón, cabeza, voluntad. Como se trataba del mismísimo Creador, qué importa, si todo es suyo. Yo no más lo oficializo con mi entrega, que los detalles(zos) se los dejamos a la Obra.

Uno se vincula a personas y a instituciones, de manera profunda y duradera, por amor. Porque te sabes amado y amas. Porque te aceptan. A veces más, otras menos. No importa mientras sumes más que restes. Pero si empiezas a restar más que sumar, al final del día, la tolerancia de la estupidez dependerá netamente de tu auto concepto. De cuánto creas o no que te mereces esto o aquello, o cuanto quieras o no tolerar por "razones superiores". Pero una mañana despiertas, después de muchos días -meses, años-, sin nada más que dar. Este cabriamiento espiritual ocurre cuando llevas una temporada más o menos larga trabajando por otros sin sentir cariño de vuelta. Si ya es jodido que esto te pase en la vida, lo es mucho mas que te pase en el Opus Dei, porque no tienes “un” interlocutor válido a quien reclamar lo que echas en falta, pues en el Opus Dei no existen las relaciones personales. El único “otro” allí es Dios. Y si te crees aquello de que la voluntad de Dios para ti te llega por los directores/ras, estás frito. Ya te dijeron: "viniste al Calvario, no jodas".

Cuando me salí del Opus Dei, sentí otra vez que estaba en deuda con la vida. Ayer una amiga me dio una crema para el cabello y hoy me la apliqué. Me quedó super. Díganme si soy o no una privilegiada.

Lizzy Babieca

Hay que ver lo que hace que tu apellido empiece por la letra “A”. Así empezaba el divertido escrito de JLA, ex-numerario del Opus Dei, para ironizar sobre cómo se hacen las cosas ahí dentro:

… me estaba labrando una gran reputación, sobre todo después del genial “paper” que acababa de publicar y que estaba siendo citado sin parar por las principales fuentes académicas controladas por ese “mundillo” y, por qué no decirlo, de la mayoría de revistas de las que se conocen como “literatura sana”, o sea, que casi todas se hicieron eco y el impacto mediático era tal que poco a poco empecé a necesitar realmente la agenda. El artículo hacía mención a la mejora significativa que suponía el uso –con criterio interno- de las nuevas tecnologías aplicadas a un campo concreto. Lo titulé (ficticio): “La teología al servicio de la economía aplicada”...

Se me hace difícil de creer que detrás de este último ataque a Opuslibros se encuentre la propia Prelatura o ninguna persona significada de la misma. Seguro que es algún elemento descontrolado, fanático, actuando contra el criterio de sus directores.

El documento interno del Opus Dei sobre Opuslibros, publicado por Agustina el 6 de marzo de 2013, es un modelo de mesura, donde prima la caridad cristiana, la humana comprensión e incluso una preocupación genuina por los que escriben en esta web (rezan por nosotros).  Las líneas de acción que propone el documento son verdaderamente ejemplares e indirectas. Esta acción directa de boicotear la web solamente puede ser fruto de algún hacker opusino fuera de control.

En cualquier caso, muchas gracias a Agustina por sus esfuerzos para restablecer la página.

JaraySedal

Agustina y compañía, los felicito por mantener el web a flote. No es tarea sencilla hacer esta buena labor de denuncia. La urgencia de silenciar esta página tiene que ser el mandato desesperado de algunos que ya no saben cómo defender sus argumentos podridos. Un abrazo a la distancia y mi apoyo de siempre.

RodrigoC

Como respuesta a lo que escribió Tomasiano sobre qué hacer si se cae la web Opuslibros, deberíamos dar a conocer con más intensidad el sitio OPUS-INFO, donde se encuentra toda la información que tuvo en su día Opuslibros. Seguro que Bruno va colaborar si hay otra vez un ataque como el del fin de semana.

Un abrazo fuerte desde Austria

Dietmar

Nota de Agustina.- Totalmente de acuerdo. Un abrazo.

El viernes 20-02-2015, Ramón comentó el artículo de Cesar Vidal publicado en Libertad digital, al que hice referencia el miércoles 18, y comienza diciendo a los lectores “los médicos la quitamos del índice DSM en los años 70, y bien quitada que está”.

Vamos a ver, Ramón, cuando se argumenta en contra de una proposición cualquiera, no se debe cambiar de asunto. Vidal narra un hecho histórico, como a resultas de la presión de grupos pro-gay se forzó a la Asociación Americana de Psiquiatras a retirar la homosexualidad de su índice DSM. Así que el “asunto” objeto de su artículo es quién, cómo y cuando se retiró la homosexualidad de dicho listado. No es si “está bien quitada” o no.

En cuanto a la “entrada” de trastornos y enfermedades en dicho índice, es un hecho bien conocido que con cada nueva edición del DSM no deja de aumentar el número de trastornos que lo integran. Es decir, parece que cada vez “entran” más y más (y alguno sale, por lo que se ha visto)

A mí esto me lleva a pensar que dicho índice tiene mucho más de convencional que de “científico”. El famoso DSM no sería más que el fruto de un acuerdo, o convención, entre los psiquiatras que forman parte de dicha Asociación americana. Me parece que no le deberíamos otorgar el valor de  “Palabra de Dios” respecto a la psique del ser humano.

Ramón finalmente acaba mezclando churras con merinas: “Ojalá los médicos no hubiéramos tenido prejuicios racistas, etnocéntricos ni religiosos, que fueron los que nos llevaron a Auswitz, al apartheid, a tantas aberraciones hechas con negros...”.Sinceramente, no sé qué tendrá que ver todos esos sucesos con la retirada de un trastorno del listado del DSM, pero me da que esos hechos históricos tuvieron otros actores principales, más que “los médicos”.

Lo más gracioso de todo es que Cesar Vidal es protestante. Pero su artículo le ha servido a Ramón para criticar al Opus Dei, organización que como es sabido se encuentra bastante alejada del protestantismo.

Dios nos guarde, Ramón, de caer en la intolerancia.

Eleu

Hola.

Quisiera comentar el último escrito de Ebe, que habla de la beatificación del fundador del opus dei, y que resalta un conflicto entre la fe y la razón, especialmente para muchos quienes vivimos bajo la atmósfera de la prelatura durante un tiempo, y no coincidimos con el sistema de vida propuesto.

Ya he comentado mi impresión de que dentro del opus dei, en el ambiente de los numerarios se vive en un sistema parecido al de una milicia. Y yo creo que ese sistema de vida no es tan común ni tan corriente. Quizá haya personas que puedan vivir en sistemas militares, pero no creo que eso pueda ser llamado un sistema de laicos comunes y corrientes.

Creo que el opus dei debe de darse cuenta que ese tipo de información es muy importante para quienes aspiran ser admitidos. Y así como creo que se llama la compañía de Jesús, o los legionarios de Cristo, quizá el opus dei pueda llamarse de una manera similar, que indique la configuración de su naturaleza.

Quizá ese conflicto de fe y razón sea un poco la diferencia que existe dentro del tipo de vida militar, que no necesita muchas razones, sino admiraciones y prototipos, y el estilo de vida común que necesita darle importancia a las razones.

Saludos.

Paiquito

Tras el ciber ataque a la Web de OpusLibros y la segura intercesión de “Enriqueta la tonta” me hice una pregunta ¿Por qué Escrivá le puso tal apelativo? Para los nuevos lectores, “Enriqueta” fue un personaje real o imaginario de San Josemaría (los biógrafos no la mencionan) que, por su poca inteligencia y excesiva piedad, San Josemaría le ordenaba que rezara. De este modo, “Enriqueta” era útil para “Dios” (¿O para San Josemaría?) y Escrivá comentaba que sus plegarias fueron causa de cierre de un pecaminoso diario (lo biógrafos no dicen nada de ese diario o si era pecaminoso por ir en contra de la Obra). Pero… llamarla ¿Tonta? Un santo, que llame “tonta” a una… “santa” como “Enriqueta”…Me suena raro. Pudiera haber sido más suave con ella ¿Verdad? Cuando me topo con hijas o hijos de amigos que padecen un trastorno cognoscitivo o son Down ni por asomo se me ocurre comentar: “¡Ah! Tú hija es con Enriqueta la tonta… será una santa rezadora” ¿Se imaginan la reacción de un padre o madre de familia normal?

¿Por qué Escrivá no empleó otro término existiendo ya en el léxico médico este tipo de trastornos cognitivos?, ¿Santo humor? Y más preguntas: ¿Por qué mujer y no varón?, ¿Por qué no “Perico el tonto”? Se supone que Escrivá decía de sí mismo que su apostolado era con los más pobres y mendigantes de las periferias y hospitales de Madrid ¿No conoció un tonto varón piadoso? Parece que no, y eligió una mujer para ponerla como ejemplo delante – sobretodo – de sus hijas numerarias y auxiliares ¿Por qué?, ¿Para reprimir el impulso de auto superación de sus hijas y se contentaran con hacer lo que “el Padre” les pedía ya que todo lo que pide “el Padre” se cumple?

Todo un personaje para analizar y cuestionar, por muchos tomos – sin acceso - escritos por sus “hijos fidelísimos” que forman parte del expediente de su canonización y otros tantos en los archivos subterráneos de Villa Tevere.

Nicanor Wong Ortiz

nicanor.wong@outlook.com

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