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CORRESPONDENCIA

 

Lunes, 14 de Diciembre de 2015



Pedir perdón: magnífica aportación de CuG.- Conrad

La lectura de la última aportación de CuG (11/12/2015) ha conseguido que, al menos momentáneamente, venza la agrafía que últimamente me atenaza. Pedir perdón está unido a reconocer que algo no se hizo bien y a reparar. Precisamente es lo que le falta al Opus Dei en relación con tantos y tantos de las personas que le hemos dado los mejores años de la vida. La aportación de CuG, en mi opinión, señala el camino correcto para una verdadera compensación del daño causado.

Lamentablemente el Opus Dei a través de las declaraciones de Fazio elude esa postura. Es verdad que reconoce que se ha podido equivocar, pero siempre, curiosamente, buscando el bien del perjudicado. Si hay equivocación, hay que pedir perdón y hay que reparar el daño causado de modo que se disminuya en lo posible el impacto de aquella equivocación. No hacerlo así es, también en mi opinión, inútil.

Así, ¿por qué Fazio no mueve los hilos pertinentes para que se compense, por ejemplo, a Antonio Esquivias por sus años de dedicación a la burocracia de la prelatura y por su falta de cotización a la Seguridad Social? Y así con tantos, incluso de los que siguen dentro privados de una verdadera libertad de elección.

En tal sentido, reitero lo que ya expuse en mi escrito “Pedir perdón, asumir responsabilidades, reparar el daño” (03/03/2014).

Enhorabuena CuG, lo has clavado.

Un abrazo.

Conrad.



Pidiendo perdon.- Hormiguita

Hola a todos y especialmente a CuG.

Me ha emocionado tu escrito del pasado viernes, en donde "pides perdón" por una serie de hechos y actitudes que viviste en el opus dei. Gracias asimismo, por la cita del Papa Francisco con la que comienzas tu escrito.

Hace unos años, yo me "perdoné a mismo" todas las imbecilidades que cometí estando en el opus dei. Muchas actitudes y comportamientos míos iban en la linea que tú bien describes. Sé que no es bueno "recriminarse" el pasado, pero para mí ha resultado bueno, acordarme, que me incorporé a una secta. (El ¿porqué?, Dios lo sabrá...)

No sé qué más decirte, salvo agradecerte tu escrito. Recibe un abrazo.

Hormiguita





Las malas prácticas están en el ADN del espíritu del Opus Dei.- Agustina

El escrito de Cug titulado “Pidiendo perdón” es la mejor demostración de cómo la obra nos enseñó a hacer y actuar de manera innoble, anticristiana y fanática. Por lo que pide perdón Cug –y cualquiera de los que estamos fuera y cualquiera de los que siguen dentro podrían firmar ese testimonio-, es por haber vivido y practicado “el espíritu de la obra”, ese que había que “esculpir a fuego en cada uno de nosotros”, ese “si no pasáis por mi cabeza y mi corazón, habéis equivocado el camino”, ese que por el que se nos calificaba como “muy de casa” si se practicaba bien y se ponía en duda nuestra entrega si no se vivía o no se luchaba por adquirirlo en su más fiel seguimiento.

Es curioso que, cuando se desvelan tantos casos de malas prácticas dentro del Opus Dei se responda desde la institución que “esos errores son cosas de personas concretas” como si toda la formación interna en los mal llamados “medios de formación” no hubieran tenido nada que ver en cómo teníamos que vivir y practicar “el espíritu” y dar cuenta de ello en la charla y en la confesión.

Señores del Opus: las malas prácticas aprendidas en “casa” son institucionales, son estructurales, están en sus principios más básicos, son el ADN de su doctrina y espíritu. Debe ser el prelado y su camarilla los primeros que tienen que pedir perdón por haber inculcado ese mal espíritu. Al fin y al cabo, la obediencia debida tiene en algunos casos una explicación o cierta justificación ya que, habiendo inculcado machaconamente que quien se va de la obra se va al infierno, recuerden aquel amenazante “Obedecer o marcharse” del santo fundador. ¿A quién había que obedecer? ¿A la propia conciencia? ¿A Jesucristo? ¿Al Papa? ¿A los padres? ¿A las leyes de cada país? ¿Al sentido común?... No señores del Opus Dei: había y hay que obedecer a su peculiar espíritu y a su errónea doctrina, por muy infumable que ésta sea. Por eso, marcharse, es una liberación y el comienzo de una limpieza espiritual y mental para ponerse a bien con Dios, con la vida, con las leyes, con la familia, con los amigos, con el mundo y con la propia conciencia.

Agustina López de los Mozos





CuG: no te preocupes demasiado. ¡Estuvimos en una secta!.- Orange

Me ha impresionado el testimonio de CuG en el que manifiesta su necesidad de pedir perdón por el mal que piensa que hizo a mucha gente mientras estuvo en el Opus Dei. Creo que quizás todos los que hemos pasado por esa institución hemos experimentado esa vivencia en mayor o menor grado. En el envío de CuG, además de sentimientos personales, hay una detallada descripción de la conducta que seguimos mientras estuvimos dentro.

Cuando estás en la Obra, al comportarte de esa manera tan robotizada, tienes el ciego convencimiento de que estás en el verdadero camino hacia la santidad. Pero cuando sales y ves las cosas con objetividad, te quedas asombrado al pensar sobre todo lo que hiciste. Yo todavía me pregunto ¿cómo pude comportarme de esa manera durante tanto tiempo?... ¿cómo podía estar yo tan contento de hacer y decir tantas sandeces y de utilizar sin miramientos a los demás para cumplir con los fines marcados por el Opus Dei?

Creo que este asunto es sencillamente una prueba más del carácter sectario de esta peligrosa institución. Cuando tienes el cerebro secuestrado por una secta piensas que todo lo haces bien y que eres un tipo fantástico, aunque estés todos los días llevando una vida patética, siendo manipulado y manipulando a los demás. La objetividad que alcanzamos cuando estamos fuera nos deja helados al caer en la cuenta de los desatinos de nuestra vida dentro de esa nociva estructura. Quizás el desquiciamiento mental que conlleva el vivir dentro de una secta pueda estar en la raiz de los graves trastornos psicológicos que tantos y tantas han sufrido y sufren.

En descargo de la tensión de conciencia que este tema puede generar, pienso que el hecho de ser prisionero de una estructura sectaria durante una época de la vida puede atenuar en buena medida la responsabilidad personal de los actos realizados en ese periodo de tiempo.

Control mental de menores de edad... control absoluto de la conducta personal... frialdad y alejamiento de la familia... prohibición de la amistad dentro del grupo... convicción de poseer la verdad absoluta... manipulación de la amistad fuera del grupo en aras del proselitismo... despojo del dinero y de los bienes materiales de los miembros... radicalización doctrinaria... represión de los sentimientos... exaltación y veneración del amado líder hasta el endiosamiento... presiones psiquiátricas para apuntalar la permanencia dentro del grupo... amenazas y ley del silencio para los miembros que abandonan el grupo... ¿No se hacen todas esas cosas en la Obra del amado líder Escrivá?... ¿No es de aurora boreal sostener que hay que realizar todo eso para ser un simple cristiano corriente?... ¿No son esas muchas de las notas que definen lo que es una secta ?

Orange





Escritos recomendados.- Agustina

Por qué dejé el Opus Dei. Domenc Fita y Molat

Pretensión del Episcopado por San Josemaría Escrivá. Marcus Tank

Reflexiones sobre la vocación al Opus Dei. Remagen




 

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