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CORRESPONDENCIA

Lunes, 22 de Septiembre de 2014

Queridos amigos:

Muchas gracias por vuestra cercanía, la enviada por escrito a través de mensajes, y la cordial, que la siento muy dentro.

Antes de su entierro, madrugué, y fui a confesarme.

Necesitaba estar en sintonía con La Piedra. Después de estos años de tantísimo amor que ella me ha demostrado, y este último año compartida con una ELA que no llegó a mostrar como era su crudeza... ¡me veía tan pequeño!

Topé con un sacerdote agustino. Le dije: “quisiera confesarme, pero es posible que rompa a llorar, hoy entierro a mi mujer”.

Fue una confesión confesión: pocas veces he salido de una iglesia tan contento. Y el sacerdote, de una delicadeza poco común.

Al entrar en la iglesia se celebraba una Misa. Estaba petada de numerarios de un centro, Pensé: ¡joder, volvemos al principio!

Uno de ellos se acercó a mí y me dio el pésame. Se sentó a mi lado y me dijo que cómo estaba. Le hablé de los últimos días de La Piedra, me dio unos golpecitos en la rodilla, y se marchó. Lo agradecí.

El año de la ELA compartida ha sido fantástico. Cuando se la diagnosticaron, nos abrazamos llorando en la entrada del hospital, y pactamos que nos íbamos a querer mucho más. Pero mucho. Y así fue.

Nos volvimos a casar - ¡aquello fue la leche!: una sorpresa de esas que le gustaba dar a ella... pero esa es otra historia.

Fuimos de viaje a Roma,

visitamos todos los niños recién nacidos de sus amigas enfermeras, fue madrina de bautismo de Carla... y la ELA, localizada en la garganta, venía con nosotros, pero no de un modo agresivo.

Todo se aceleró estos dos últimos meses. Se fatigaba mucho, y la capacidad pulmonar iba disminuyendo. Lo demás ya lo conocéis.

Para La Piedra Opuslibros no significaba nada. Ni fu ni fa. Pero le encantaba que escribiera, que contara cosas. Yo creo que jamás entró aquí, que yo sepa.

La Piedra tenía, sobre todo, dos grandes dones. Algo excepcional: la gente que quería era la más, la más lista, la más guapa, la más trabajadora, la más de todo. Podéis imaginar quién era yo: la Puta Maravilla Hindú. Estos días me han contado qué cosas decía de mi y, ¡coño!, se pasaba mil pueblos.

Te daba brillo. Se me ha ido mi mejor embajadora.

Con las cosas era igual: su pueblo el mejor, sus habitantes, todos, los únicos, nuestra urbanización, la leche.

Se estaba muy bien con La Piedra.

Su otra virtud era la generosidad. Se quitaba el pan de la boca, Lo daba todo a cambio de nada... por eso falleció así: no quiso que le hiciesen la traqueotomía que le permitiría vivir, por no hipotecarnos la vida a su hermana y a mí, que éramos los que estábamos más cerca. Debió pensar: “hala, toma, te regalo dos años, o uno, de vida, porque soy así de chula”.

Al llegar a casa- se me caía encima el peso de su ausencia- le escribí un wasap: “Manuela, no creo que me contestes, pero quiero que sepas que te quiero mucho, no me dejes”.

No contestó.

Muchas gracias a todos, y rezad por mí: el estado de viudez no sé cómo me va a sentar.

Satur

De todo corazón. Un abrazo Satur.

Cooper

Muy querido SATUR!

Cuando descubri OPUSLIBROS, me rei a carcajadas con tus escritos que tanto bien me han hecho y contribuyeron a sanar algunas heridas...

Te confieso que al leer la noticia del fallecimiento de tu mujer, me saltaron sollozos y empecé a llorar, por primera vez desde hace muchos años: no sé por qué... sin duda por el cariño que te tengo asi como a "la piedra".

Quiero que sepas que me siento muy unido a ti en lo sutil. Que el amor de los que te rodean fisicamente y espiritualmente cuajen en bendiciones que te traigan mucha paz en tu dolor.

Con todo mi cariño!
UBIVULT

Hola Satur, 

En estos momentos tan duros para ti, recibe el cariño y el agradecimiento por lo que te apreciamos, porque nos has enriquecido a todos nosotros con tus espléndidas aportaciones.

Un abrazo muy fuerte y hasta pronto,

Mercedes López de los Mozos

Claramente, no hay nada que yo pueda decir, que te haga sentir mejor o con menos "pena". Las palabras, en estos casos, resultan no tener poder, ninguna fuerza, estar demás. Pero sí te puedo hacer llegar mi cariño, porque somos muchos los que te queremos, Satur, aunque no sepamos ni cómo es tu cabello, o si salivas o no al hablar.

Como lectora de OpusLibros, es mucho el rato que he pasado contigo y también con la Piedra, a la que quise solo por el hecho de tener que tolerar tus despliegues mañanísticos. Recuerdo vivamente un relato que nos hiciste llegar de ella, dormida en tu hombro, planchando orejas, porque no aguantaba lo largo de las películas. Y dijiste que para ti, mirarla así con el cachete aplastado, quietito tú y con el brazo entumecido, era la expresión máxima de la felicidad. Y es que la experiencia del amor doméstico es la más grande de todas, porque no hay por dónde salir arrancando, y que tampoco uno quiere, que quedarse junto al fuego con el otro es lo más que hay. Qué suerte tuvieron los dos. Y que dolor me produce que te hayas quedado solo, y que valiente me parece ella, y qué pillina, hasta el final.

Yo no te echo de menos aquí, porque siento que nos has dejado para dar y regalar. Porque entendí, cuando se acababan tus aportaciones, que tenías necesidad de circular, de moverte. Te imaginaba con la Piedra, feliz y no feliz, que cada día tiene su cadaunidada, pero no sabía que estaba enferma. Me golpeó la noticia, en el desayuno supermega familiar en el campo, que terminando, me fui con mi taza de café y mi pucho bien al fondo, cerca de la huerta. El pastito era verde y soplaba algo de viento. Y me imaginé que otros muchos que te queremos, estábamos en las mismas, tratando de recuperarnos para ver cómo te hacíamos llegar nuestro amor. Los comentarios en tu blog son solo una muestra pequeña, que somos más.

Pensamos en ti, en ella. Las palabras no consuelan, pero al menos si puedes sentirte acompañado por nuestro cariño.

Lizzy Babieca

Leo que La Piedra se ha ido. Iba a decir “se nos ha ido” aunque me ha parecido demasiado atrevimiento. A pesar de todo, nos has contado tantas cosas de ella… que te lo has buscado, querido Satur. Lo tengo que decir: tu querida Piedra se nos ha ido.

He releído lo que nos sugiere Agustina, lo que nos comunica Elena, lo que aparece en El Barullo. Qué alegría he sentido en medio de la pena.

No me voy a extender. Tú, y tu Piedra sois algo nuestro. Lo mismo que Agustina, Elena y tantos otros que nos unimos, estoy seguro, en esta multitudinaria “pandilla” que es Opuslibros.

Yo, también tuve mi Piedra (Ana) que se fue –eso pienso- a donde se fue la tuya. Me dejó tres hijos, a cual más guapo. Ahora tengo otra Piedra que se llama Helga.

Por eso quiero que hoy sientas mi cercanía y mi cariño lleno de buenos deseos para ti.

Abrazos Javier.(Ex_apéndice)

Estimados: Espero que estén bien.

Sólo quería escribir para enviarle un ABRAZO GIGANTE a Satur. No lo conozco personalmente (me encantaría hacerlo) pero cuando leí sus escritos años atrás en está pagina no paré de reirme y sentirme su amigo. Me puso muy triste lo de la Piedra.

No me aflojes Satur! Animo!

Gustavo

Satur, mi más sentido pésame por la pérdida de tu esposa, tu "Piedra" Preciosa, tu cayado de viaje, tu gran amor... Dios la acoja en su seno.

Class

Hola Nikita,  

No creo que proceda iniciar un debate aquí sobre lo que saben y no saben los papas de los turbios manejos que suceden en la iglesia. Pero si uno mira en internet algo relacionado con la pederastia (algo tan sencillo como buscar en google términos relacionados con pederastia, iglesia católica, abusos infantiles y similar) tanto en español como en inglés, se te cae el alma a los pies. Simplemente con entrar en wikipedia y leer lo que dice allí, con entrar en las webs de los afectados y ver cuál es su historia, pasada y presente, te dan ganas de mandar a todo el mundo "con una piedra al cuello al fondo del mar".

Por ejemplo, no tiene sentido que el cardenal Goer siguiera siendo cardenal después de tener que abandonar su diócesis por tapar escándalos, o que la santa sede en el año 2000 dijera que "eso es un tema de cada diócesis" o que BXVI (si, Benedicto 16) se negara a suspender a divinis a curas cuyo obispo se lo requería.

Y lo que tiene aún menos sentido es que haya obispos en USA que se oponen a leyes que favorezcan las denuncias de las víctimas como sucede AHORA MISMO en Connecticut. Y, como dice un obispo australiano, cuando les llegaba un caso, tendían a pasarlo por alto.

Podemos creer lo que quieras, querer creer la versión más dulce, pero en fin. También podemos informarnos y sacar conclusiones. Vosotros mismos.

Ramón 

P.S. Y mi más sentido pésame al gran Satur, a quien tanto queremos, con lo que nos ha hecho reír y llorar. Lloramos con él.

Cair, te aconsejo que pruebes con las terapias PNL, Programación Neurolingüística. Creo que uno de los mejores especialistas mundiales, es el padre Carmelita Descalzo, Luis Jorge González, uno de los mejores especialistas del mundo; Luis Jorge, es de nacionalidad Mexicana, y  imparte cursos en todo el mundo y  en  México. Ahí están los libros que ha escrito y los cursos que imparte.

Dios nos cuide.

Ruta de Aragón.

Uno de los muchos aciertos de la monografía de E.B.E., El Opus Dei como revelación divina, consiste en demostrar que la versión oficial de la Obra de Escrivá, incluida la supuesta espiritualidad de la “santificación del trabajo en medio del mundo”, no es más que un “discurso pantalla” que encubre la realidad teológica del Opus, magníficamente analizada por E.B.E., realidad que el Opus se encarga de mantener oculta a propios y ajenos bajo esa pantalla oficial.

Hace pocos días encontré por casualidad en una librería una reciente publicación que me llamó la atención: Anselm Grün – Friedlich Assländer, La espiritualidad en el trabajo. Dar un nuevo sentido a la profesión, Desclée de Brouwer, Bilbao 2014.. Quisiera reseñar este libro a continuación, no sin antes advertir que Anselm Grün ya ha publicado otro libro sobre este mismo tema: Vida y trabajo. Un desafío espiritual, Sal Terrae, Santander 2007.

Teniendo en cuenta que su autor es católico (Grün es un benedictino; al otro autor no lo conozco), supuse, nada más leer el título, que en algún pasaje del libro sería citado Sanjosemaría, el santo hace pocos años canonizado que, según la versión oficial del Opus, ha rescatado del olvido a comienzos del siglo XX por inspiración divina la “santificación del trabajo profesional de los cristianos corrientes en medio del mundo”, constituyéndose así en un precedente de la teología del laicado que promovería el Concilio Vaticano II (1962-1965). Mi suposición se basaba en que los teólogos del Opus han escrito numerosos libros y artículos hasta la saciedad elogiando las geniales aportaciones de su fundador y, a raíz de tan abundante literatura propagandística, sería de esperar que otros especialistas se hicieran eco de ella. Pero, en cuanto hojeé el libro de Grün y Assländer, comprobé que no es así. El gran maestro en espiritualidad que es Grün no menciona ni de lejos el nombre de Escrivá ni hace suya ninguna idea de éste. El libro toma en serio la realidad del trabajo humano y la aborda desde la perspectiva de las dificultades que el trabajador encuentra para hacer compatible su quehacer profesional con una auténtica vida espiritual.

La diferencia entre Grün y Escrivá es clara. Grün parte de los problemas reales –laborales, psicológicos, económicos– en que se encuentra todo trabajador y aporta posibles soluciones a partir de su experiencia como psicólogo y como acompañante espiritual de muchas personas. En el caso de Escrivá, por el contrario, la enseñanza sobre la santificación del trabajo se mueve en un plano muy teórico, como si eso se viviera en las nubes estratosféricas de un romántico encuentro del cristiano corriente con Dios. Mientras Grün y Assländer pisan suelo firme, Escrivá desarrolla una doctrina pastiche, sentimentalmente conmovedora para la inocente Obdulia, y nada más. (NOTA: la inocente Obdulia es un personaje de ficción inventado por Gervasio en su artículo El Opus Dei como prelatura, del 4.02.2009).

La versión oficial del Opus y su supuesta espiritualidad laical no son más que un “discurso pantalla” desligado de la dura realidad de la vida. Pero gracias a esa versión oficial se ha logrado ni más ni menos que la canonización de Escrivá, según la cual el fundador del Opus ha aportado en el siglo XX inmensas novedades en el terreno de la espiritualidad laical. Además, el Opus pretende que Escrivá sea algún día elevado al rango de Doctor de la Iglesia. Para esto y sólo para esto ha servido y sirve ese “discurso pantalla” y no para impulsar avances en la realidad de la vida espiritual cristiana.

Unos verdaderos especialistas como Grün y Assländer no han picado el anzuelo ni se han dejado embaucar. Grün y Assländer sí aportan sugerencias útiles sobre esta cuestión, a la vez que no aspiran a ser nombrados Doctores de la Iglesia.

Josef Knecht

Tiene toda la razón Ana Azanza (17.09.2014) cuando advierte que la Obra de Escrivá no es uno de los “nuevos movimientos laicales” nacidos en la Iglesia Católica a finales del siglo XX, a los que el Papa Juan Pablo II encomendó la “Nueva Evangelización”. Por razones históricas y jurídicas, el nacimiento del Opus y su organización interna no responde a los parámetros de un “movimiento laical”. De esta cuestión ya traté en un escrito del 10.10.2012, pero no me importa referirme a ella otra vez ahora.

Sin embargo, el Papa Juan Pablo II también depositó en la Obra de Escrivá toda su confianza para que esta institución eclesial, que él transformó de instituto secular en prelatura personal en noviembre de 1982, llevara a cabo la “Nueva Evangelización” junto a los “nuevos movimientos”. Por eso, se puede afirmar que, desde su visión personal del gobierno de la Iglesia, ese Papa incluía de manera impropia y genérica al Opus entre los “nuevos movimientos” porque a efectos prácticos la Obra escrivariana cumplió a finales del siglo XX por encargo del Papa la misma función evangelizadora que estos. De hecho, Álvaro del Portillo publicó el 25 de diciembre de 1985 una carta, incluida en Romana 2 (1986), en que, haciéndose eco de la iniciativa papal, propuso la participación de la Obra de Escrivá en la nueva evangelización de Europa, los Estados Unidos y el Canadá.

En tres aspectos, más bien funcionales y que no afectan a la constitución jurídica de cada institución, la Obra de Escrivá y los denominados “nuevos movimientos laicales” coinciden: 1) funcionan en el plano formativo y psicológico de sus miembros como “guarderías de adultos”, 2) sostienen posiciones teológicas conservadoras y a veces integristas y se codean con las corrientes neoliberales y neocon del mundo de la política y de las finanzas, y 3) actúan como “grupos de presión” o lobbies, cada uno en la medida de sus posibilidades y circunstancias, ante la curia vaticana y los obispos diocesanos con la pretensión de condicionar las decisiones de la jerarquía a favor de los intereses de cada movimiento. Estos tres aspectos, sobre todo el 1) y el 3), se oponen de lleno a una de las enseñanzas más importantes del Concilio Vaticano II: la “comunión” eclesial; esta es una de las razones por las que la decisión que tomó Juan Pablo II de encomendar a los “nuevos movimientos” la “Nueva Evangelización” no fue nada acertada, de manera que es justo afirmar que el pontificado de ese Papa ha supuesto por esa y otras razones un grave retroceso en la aplicación del Concilio.

El propio Opus siempre ha procurado distanciarse de los “nuevos movimientos” para salvaguardar la integridad de su “carisma” fundacional y evitar confusiones con el carisma de otras instituciones; ya lo explicó muy bien Daniel M. en su escrito “Una explicación de la razón por la que El Opus Dei no se mezcla con los movimientos laicales” del 9.06.2007. (Por cierto, la pretensión de evitar confusiones entre el carisma del Opus y otros carismas es muy difícil de lograr, porque lo más confuso del mundo es eso del carisma fundacional del Opus, si es que ese carisma existe: ver el libro de E.B.E.).

Ana hace bien en insistir en que el Opus no es un “nuevo movimiento laical” porque, pese a algunas semejanzas externas y circunstanciales comunes a ellos, que más arriba he señalado, en realidad no lo es por razones históricas y jurídicas. El Opus se fundó con bastante anterioridad al surgimiento de los “nuevos movimientos” y ha seguido un complejo itinerario jurídico distinto de estos.

Josef Knecht

Falta una semana para la Beatificación de D. Alvaro y acabo de saber lo siguiente.

Para recoger el pack con la invitación del corralito de la ubicación, el librito de la Misa del sábado y del domingo y algún detalle que muchos recordaríamos de ocasiones anteriores, hay que pagar obligatorio 20 euros para ayudar a los gastos de la Beatificacion. Aunque no quieras el pack, aunque hayan insistido y publicado que es gratuita la entrada, debes pagar esa cantidad.

Si calculan que irán 100.000 personas multiplicado por 20€ = 2.000.000€. Con esta cantidad se pagan los gastos de la Beatificación y ademas hacemos hucha. Si despues de la Beatificación dice la prensa que han ido 200.000 personas pues sumar mas cantidad. Porque no solo dan 20 € las personas que van, a algunas les han dicho que den lo que puedan y sean generosas que hay muchos gastos. 

A las que no van por mayores, les han dicho que paguen su entrada para la que no pueda y den más para ayudar a los club de bachilleres para pagar todos los gastos, que ellos no pueden...

Y los centros que han organizado los viajes pagan por adelantado a la delegación la cantidad ya citada que les ha pedido la propia delegación, que a su vez, les ha pedido la asesoría, que a su vez deben mandar a Roma PORQUE SE LO HA PEDIDO ROMA. Total que realmente el dinero llama al dinero y los del Opus lo bordan porque con motivos altruistas y de religión sacan a la gente su patrimonio.

No me sorprendería oir que después de la Beatificación la Prelatura entrega al Vaticano un donativo.... ¿cuánto? ¿de quién? ¿y de qué modo conseguida? Total, la vida sigue igual como dice la canción. ¿Han cambiado? ¿Quién lo dice?... ¿Pobres? Pobres ellos no son.

junio

Hola Agustina, hola a todos:

Ayer me reuní con una amiga muy querida. Pedimos la admisión al Opus Dei el mismo año (1980), en el mismo centro. Fuimos supernumerarias solteras y casadas. Ella lo dejó hace dos años, yo hace unas semanas. Teníamos mucho tiempo sin vernos. Nuestros procesos de separación de la Prelatura fueron completamente independientes el uno del otro. Tuvimos muchas coincidencias, según nos dimos cuenta ayer. Nos fastidiaron bastante y lo permitimos. Lo permitimos. Ella ha vivido ya su duelo, afuera. Yo también, pero dentro. Ya pasó, actuamos de buena fe, pensando que agradábamos a Dios. Él lo sabe y es lo que importa.

Deseamos olvidar e ir hacia adelante, después de más de 30 años de pertenencia al Opus Dei. Somos católicas y queremos seguir siéndolo. Es un volver a empezar después de los 50 años de edad. Esa es la maravilla del catolicismo.

Mi amiga conoce OpusLibros; no le gusta leerlo porque hace corajes al enterarse de más cosas negativas que no experimentó personalmente y que la dejan con la boca abierta. Para mí ha sido un ejercicio intelectual y emocional importante, porque yo sí rendí el juicio y la vida desde niña. Fui bastante “numeraria” aunque fuera supernumeraria. Estoy agradecida con la página y sus colaboradores, con los escritos de Ebe, en particular. No creo participar mucho más en OpusLibros en el futuro. Siento que puedo aportar muy poco. Hay otras colaboraciones de exsupernumerarias, como las de salypimienta, que ya dicen mucho de lo que yo he vivido estos años. Y luego, pues la parte conceptual, como Ebe, Heraldo, Joseph, Ana, Agustina, entre otros…, es mejor leerlos y reflexionar. Los libros silenciados -una ventana abierta a la verdad, a la tan deseada autocrítica que nunca se ha vivido en la Prelatura- los he leído con gran interés. Gracias por subirlos.

Pero… por favor, Agustina, tienes mi correo. Si vuelven a enviar una carta colectiva al Vaticano, mi amiga y yo desearíamos conocerla y participar. Tenemos cosas que decir. Tómennos en cuenta, por favor. Consideren el punto de vista de dos exsupernumerarias, que algo podremos añadir. En especial, si es verdad eso de que están buscando cartas “agradecidas” de exmiembros, que nos parece el colmo del descaro. En lugar de buscar mejorar y hacer una reforma profunda, como históricamente lo han hecho tantas instituciones de la Iglesia a lo largo de los siglos, la Prelatura desea justificarse en sus errores y reafirmarse. Muy triste.

Un abrazo a todos y que Dios los bendiga.

NikitaSoy

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