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CORRESPONDENCIA

 

Viernes, 22 de Agosto de 2014



Sobre la vocación.- Lizzy Babieca

Sobre la vocación
Lizzy Babieca, 22/08/2014

El domingo fui liberada de la tarea de cocinar, pues mi marido se ofreció a ir por un pollo y papas fritas. ¿Me da un poco de remordimiento darle chatarra a los niños? Sí, pero se me pasa luego, es un solo día en la semana, me repito, tratando de convencerme a mí misma, mientras dispongo los platos ya servidos, frente a mis tres ansiosos angelitos: Atila (5 años), Bellaquín(4) y Chuqui(2). De pronto veo que Bellaquín se detiene antes de dar el primer bocado, con el tenedor al aire, el cejo fruncido y cierto aire de preocupación: "mamá, ¿de dónde nos viene ser egoístas?", me espeta. Se me atragantó el pedazo de pollo que me había robado, subrepticiamente, del plato de Chuqui...



(Leer artículo completo...)




Matizaciones.- Jiménez

Ya que, involuntariamente, soy uno de los “protagonistas” del correo de Eleu, quiero con estas letras salir al paso de algunas de sus afirmaciones.

Jamás interpreté la respuesta de Aquilina a mi anterior escrito como una “guerra de sexos” en la que “las mujeres” hacen piña ante cualquier crítica masculina. Yo expuse mi criterio con libertad y Aquilina el suyo. Eso fue todo. No comparto gran parte de sus razonamientos y, en especial, me dolió que calificara mi nota como un “ataque personal” (???) hacia Carmen Charo –a la que aprecio como participante de la web, igual que estimo a Aquilina-, pero no voy a hacer un mundo de eso. En cualquier caso subrayo que no veo por ningún lado un corporativismo de mujeres contra hombres o viceversa.

Aunque lo intenté dejar claro en mi escrito, quiero insistir en mi posición favorable a las iniciativas que aparecen o puedan surgir en OpusLibros. Mi desacuerdo radica en los eventuales reproches de algunos cuando las adhesiones a esas causas no colman sus aspiraciones iniciales.

En cuanto a lo que Eleu afirma respecto a la petición de Antonio Esquivias, ello responde, obviamente, a sus particulares criterios. Yo dije lo que dije, y comencé informando que había suscrito la solicitud colgada en internet, que considero muy justa y digna de mi respaldo. E incluso coincido con Ana Azanza con que no debiera ser una iniciativa de un solo exmiembro sino una denuncia conjunta de muchos –laicos y sacerdotes- que dedicaron años a las labores internas y a los que la santa prelatura no reconoce económicamente ese trabajo.

Envío un cariñoso saludo para todos.

Jiménez





Bajo el añoso tejo.- zartan

Las cosas han cambiado mucho en la cosa, o eso es lo que dicen.

En un lejano verano del siglo pasado, bajo un añoso tejo y en San Felice d''Ocre, un ilustre tertuliano nos contaba el mundo de las publicaciones internas, cómo nacieron, cómo se consiguieron los primeros equipos de impresión, cómo … todo muy edificante, como era de esperar. La tarea era presentada como muy profesional tanto en la maquetación como en el dar un estilo común o el refundir varios artículos en uno solo cuando no daban el peso por separado. Don XX contaba todo con gran entusiasmo conforme a su forma de ser.

Entre otras nos contó una aneddddota muy edificante sobre el sentido común y práctico del fundador: en una Crónica se había publicado que en el oratorio de San Miguel en Villa Tevere había (entrando a la derecha) un lugar donde se conservaban anillos de la fidelidad de numerarios que se habían ordenado, cosa que no era cierta por lo que se imponía, en honor de la verdad, sustituir esa página por otra con la descripción correcta de ese oratorio o, y aquí venía la genialidad práctica, simplemente poner algunos de esos anillos donde decía Crónica y todos felices de la manera mas eficaz.

En la primera oportunidad que tuve verifiqué la exactitud del dato (mi jodida manía de pesar, medir y comprobar antes de marcar como buena una información) y sí, estaban los anillos en una cajita de plástico que me recordó a las que se usan para tarjetas de visita, un poco cutre la cajita pero cajita y, al fin y al cabo, con unos cuantos anillos. No sé si seguirán estando (por razones fácilmente deducibles hace tiempo que no encabezo giras turísticas por Villa Tevere) pero durante años esos anillos estaban en su lugar, tan calladitos pero hablando del sentido práctico del fundador. ¿Por qué irse por el camino difícil si hay uno sencillo? Y estoy de acuerdo.

De esa anebbbbdota se pueden deducir un par de cosas. Una que, ya desde el principio, era pacífico el uso del revisionismo histórico, al menos para Crónica: donde digo Diego, pasado mañana puedo decir que a los franceses les gustan los caracoles y… tan panchos (los caracoles, los franceses y los lectores todos del universo orbe) basta con sustituir una página por otra y yastá. Y la otra cosa que se puede deducir, también fundacional, es que siempre que sea posible hay que hacer las cosas en la forma más conveniente y práctica ¿Para qué meterse en berenjenales si basta poner una caja con anillos de fidelidad?

Las cosas han cambiado mucho en la cosa, o eso es lo que dicen.

Pero no todos los cambios son para bien. Me explico: Antonio Esquivias anda pidiendo que le reconozcan de alguna manera los años que trabajó en forma interna. Es evidente que la ley, entre prescripciones, cambio de país, zarandajas y otros subterfugios, posiblemente no le ampare (ojo que digo la ley y no la justicia) pero, por quieto vivir y aplicando el principio de “arrea niño por el camino mas sencillo”, yo que ellos le daría la cajita con los anillos. Si no aplicas principios de justicia o de caridad, aplica –al menos- el principio de conveniencia que, fundacionalmente, se usó incluso para no tener que cambiar una simple hoja de Crónica. Puede que este sea uno de los cambios que tanto se cacarean pero, para mí, que esto no es mejora sino “peora”.

Si saben que Antonio puede presentar testigos que, como yo, le vieron llegar a Roma y trabajar por años en cosas internas, si saben que puede montar un circo mediático con trompetas, focas y hasta elefantes, si saben que arreglar su demanda económica sería un cero coma nada por ciento de su presupuesto anual… ¿por qué no llegar a un acuerdo con él?

¿Qué razón hay para no poner en silencio todo por unos cuantos miserables eurillos? No es por un tema de justicia ya que la justicia pide que se acoja la solicitud íntegramente. ¿Tendrán miedo que si ceden en una se les vengan encima tropecientas solicitudes? No creo que sea esta la razón ya que la mayoría de los que hemos sido “numerarios auxiliares” no tenemos ninguna gana de pedir nada. ¿A alguien se le ocurre cual puede ser la razón?

Cuentan que, cuando instalaron el obelisco que hay en plaza de S. Pedro, como no estaba disponible Obelix, montaron todo un sistema para ponerlo en pie y, para que las ordenes llegasen bien a todos los trabajadores se prohibió, bajo pena de muerte, que nadie hablase. A un cierto punto, cuando las cuerdas empezaron a crujir y amenazaban con romperse, un tal Bresca jugándose el gaznate, gritó “aiga ae corde!!” (agua a las cuerdas). Desde fuera lo estamos gritando ¿habrá alguien dentro que lo haga?

Estas cosas tarde o temprano explotan. Y cuando lo hacen se dice que es un ataque a la madre guapa, que los malos somos muy malos y con munchos cuennnos, que es puro odio a la Iglesia que… muy victimista todo.

Y que conste que te lo dije antes de que pasara y con palabras del famoso maestro Yoda “bueno no es la vida complicarse”.

Desde la selva un abrazo

Zartan de los Nomos





Giovanna lo has clavado.- Class

Giovanna, en tu escrito las clavado. Y lo "Guarderías para adultos", de Josef Knecht, lo clava también. Tengo que decir que la forma de escribir de Josef me gusta mucho, cuando dije, "Aunque admiro a muchos de vosotros, como argumentáis, con datos, pelos y señales. ¡Os envidio! A mí no me sale". Estaba pensando especialmente en él, por la finura, elegancia y rigor a la hora de dar los datos.

Gracias a los dos y a todos.

Class





Mi punto de vista sobre el caso Antonio Esquivias.- Orange

Tras lo publicado en El Mundo (12-8-2014), causa tristeza el ver la calculada frialdad con que los directores aristócratas del amor tratan a quien dio por ellos muchos años de su vida. Mientras, los directores aristócratas del amor, continúan como si tal cosa, haciendo oración, besando el suelo diciendo serviam, rezando los martes el Salmo ll, flagelándose, teniendo como patrono al apóstol del amor fraterno, a San Juan…

Francamente, no sé de qué pueden hablar con Dios estos directores mientras chantajean y tratan de esa forma al que fue un hermano suyo que se gastó por ellos como numerario y como sacerdote durante muchos años y al que han llevado al extremo de tener que pedir públicamente ayuda y justicia. Es una actitud que debería hacerles sonrojar.

Ya no cumplen ni sus propias normas internas: "A los que no perseveran se les trata siempre con mucha caridad y delicadeza —como querríamos que hiciesen con nosotros, si nos encontrásemos en las mismas dolorosas circunstancias—" (Vademécum del Gobierno Local de 2002). Quizá, en la próxima edición del Vademécum, este texto debería decir: "A los que no perseveran se les trata siempre con frialdad y se les debe hacer chantaje, dadas las dolorosas circunstancias en las que se encuentran, siempre con mucha visión sobrenatural y por el bien de la Obra, etc., etc., etc...."

Señores directores: alguien dijo que en estos casos lo que hay que hacer primero es reconciliarse con Antonio y, una vez reconciliados, irse a hacer todas las normas de piedad que uno quiera. Esto está en Mt 5:24, y aunque se trate de un libro sin la enorme importancia que tienen las Instrucciones y Vademecums internos para la salvación de la humanidad, créanme que no les vendría mal practicarlo de vez en cuando.

Y, al fin y al cabo, aquí no se ventila ninguna cuestión teológica sino que estamos hablando sencillamente de incumplimiento de la ley laboral y de dinero. Todo esto ocurre por la empecinada postura de no querer reconocer que lo hacen fatal con el tema de la seguridad social de los sacerdotes y de los miembros que se dedican a labores internas. Como botón de muestra, el Opus Dei no se dio de alta como empresaria hasta el 15-12-2006, es decir, ¡¡con 78 años de retraso!!, que ya es tener cara dura, y ello solo en lo referente a los sacerdotes. ¿Y qué pasa con la seguridad social y los derechos a pensiones de incapacidad o jubilación de los laicos que se dedican a trabajos internos?

Quiero recordar que en el examen del circulo breve se leía una pregunta que más o menos decía: ¿Soy consciente de haber procurado un mal cierto a la Obra de Dios por mi apatía, por mi imprudencia , por mi tibieza o frialdad en el cumplimiento de mis deberes religiosos, familiares, sociales o profesionales? ¿En qué piensan varios cientos de cabezas cuando oyen todas las semanas eso del "cumplimiento de los deberes sociales"?

En definitiva, se trata de un dinero que para ellos es una insignificante calderilla. Pero como saben que para Antonio es importante, no lo dan. Actúan así para que se fastidie, y si no, -piensan ellos-, que hubiera sido un cura sumiso de los que se tragan todas las irregularidades que ven sin rechistar, así no se habría ido de la Obra y ahora estaríamos tutti contenti. Luego, lo envuelven todo con ese lenguaje hipócrita de "ayudarle en su nueva etapa" y de que "todo está en regla y conforme a la legalidad", cuando en el fondo detestan este asunto porque les pone su mal comportamiento delante de la cara.

Con esta miserable actitud, buscan todas las artimañas y resquicios para no darle lo que en justicia le corresponde y solo soltarían el dinero obligados por la ley o por la vergüenza pública. Pero nunca lo harían de corazón, como expresión de reconocimiento a Antonio que quemó muchos años de su vida allí. En esos años, calladamente y abusando de su buena voluntad, se fueron ahorrando las cotizaciones a la seguridad social mes tras mes y año tras año. Y por eso Antonio esta ahora pagando las consecuencias. Es algo sencillamente indigno.

En su envío de 27-1-2006, Antonio narró con aplomo el largo y sibilino acoso del que fue objeto hasta su salida de la prelatura por mantener sus puntos de vista y su dignidad. Merece la pena releerlo, porque de aquellos polvos vienen estos lodos (... y también por releer la cobarde respuesta del cardenal al que le dirigió su carta).

Antonio Petit... Antonio Ruiz Retegui.... Antonio Esquivias.... suma y sigue... (.... por quitar un poco de hierro al asunto, si yo fuera cura numerario y me llamara Antonio, estaría francamente preocupado...)

Querido Antonio: ¡Animo!

Orange




 

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