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CORRESPONDENCIA
Viernes, 22 de Febrero de 2013
Por qué no recurro la sentencia.- Agustina
POR QUÉ NO RECURRO LA SENTENCIA Agustina López de los Mozos Muñoz Coordinadora de Opuslibros.org
A pesar de que ganas de recurrir no me faltan, tras considerar las razones, en un sentido y en otro, que personas con experiencia jurídica me habéis hecho llegar, finalmente he decidido no recurrir la sentencia que obliga a retirar de Opuslibros los 46 documentos relacionados en la demanda del Opus Dei y de Scriptor S.A.
La experiencia de todos estos meses me ha hecho entender que lo que se discutía en este litigio no era quien tiene la razón moral en cuanto al derecho a acceder a las publicaciones internas del Opus Dei, sino simplemente quien era capaz de jugar mejor sus cartas en un juego sobre el cual desconocemos las reglas quienes no somos abogados. Que la juez declare que Agustina López de los Mozos Muñoz ha infringido el derecho moral de divulgación y los derechos de explotación de esos documentos, no quiere decir que quienes están afectados en sus vidas por la praxis que se describe en esos documentos no tengan derecho a conocerlos. Sean los miembros del Opus Dei, sean las personas que son objeto del proselitismo del Opus Dei, sean los padres de menores de edad, o seamos quienes hemos sido miembros de esa institución, tal como escribí cuando se comenzaron a publicar los documentos internos en "¿Por qué publicamos los Documentos y escritos internos del Opus Dei?"...
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¡Catorce años, por Diossss! Hijo de Supernumerarios.- Uhuru
Hijo de supernumerarios y lo clásico: clubs, convivencias y demás ganchos. El primer hermano pita y al año se sale. El segundo también y vuelve, hecho polvo, al cabo de 12 años. El tercero soy yo y lo clásico: 14 años (¡un crío!) y te invitan a un Retiro. Eres 100% pitable y van a ir a por ti. Comento lo del Retiro con mi hermano mayor (que ya está fuera) y se ríe: “lo que te vas a divertir”. El tío ya tiene novieta y vive feliz como un pajarillo. Eso sí, sus padres le han obligado a mantener un férreo silencio acerca de las interioridades de la empresa.
Vas al Retiro (no al parque sino a lo otro). No hay fútbol ni tertulias ni nada. Un encierro en que el que inyectan una sobredosis de meditaciones (¡coñazo sublime!), rezos, rosarios y demás. Como buen hijo de supernumerario y chico de San Rafael has llegado a ese Retiro suficientemente chutado de piedad y harto de asistir a misas, rezar el rosario en familia y demás. Hartito. Y ahí te dan lo último de lo último. El cura encargado del Retiro es nuevo, nunca lo has visto antes. Es de otro club y como han juntado a pitables de dos clubs diferentes, no lo conoces. Eso sí, le han enviado los informes (violación de la intimidad de lo que me he enterado en esta web, ¡gracias!). Pues nada, ahí estamos con el rollo. Por la tarde noche llega el cura y se sienta contigo en un aparte y te dice que tienes vocación de numerario sin ninguna duda, que él (que no te conoce de nada) lo sabe fehacientemente y que tienes que pitar sí o sí. ¿Vale? Tú le dices que no sabes. Te manda a dar una vuelta a rezar para que lo veas. Porque tienes que verlo, él lo ha visto y ya está. Al día siguiente te vuelve a coger por banda: “¿Qué, lo has visto?”. “Pues no”, contestas. Vuelva a la carga: “¿Pero cómo es posible que no lo hayas visto? ¡Si está clarísimo! Además, si te niegas a acudir a la llamada del Señor te arrepentirás y serás muy infeliz el resto de tu vida”. Entonces pienso en mi hermano mayor que se lo está pasando de película fuera del Opus, son su novieta y su cuadrilla de amigos. En su vida lo he visto mejor. Le digo al cura que lo pensaré.
Consigo acabar el retiro incólume y vuelvo a casa de mis padres. Al día siguiente en el club me dice el numerario que me trata que me va a poner un plan de vida, así, sin más: y me larga que tengo que acudir a la meditación matutina y a misa todos los días, diez minutos de no sé qué, rosario… y me planta el cilicio encima de la mesa. El crío que soy yo (¡14 años por Diooossssss!) mira aquello un poco alucinado. Luego me dice que a ver si tenemos un poco de tiempo, “pasas con el Dire y escribes la carta al Padre”. Salgo y me piro del club. Llego a casa y veo a mi hermano mayor. Le cojo por banda y le exijo que me cuente, “que es mi hermano y tiene que contarme”. Y lo hace.
Pasan varios días y yo dándole vueltas a la cabeza al tema. No escribo la carta ni nadie me requiere para hacerlo. Deben pensar que el trámite se puede hacer en cualquier momento y no tienen prisa, que ya me han enrolado en el Opus Dei Corps. Tengo que apuntar que yo iba a un Instituto Público Mixto, dado que, en ese momento, mis padres no pasaban por un buen momento económico, y que el Colegio del Opus Dei estaba en construcción. Y yo tenía mi grupo de amigos… y amigas, sólo amigas. Mi trato con ellas era de lo más natural y, es más, apreciaba su amistad (eran las que mejor pillaban los apuntes). Cuando mi hermano mayor me dijo que todo se iba a reducir a rezar, no tratar con tus amigos y amigas externas, no poder ir al cine ni salir ni nada de “estar en medio del mundo aspirando a santo”, algo huele a quemado en mi neurona. Se suponía que no había rezado lo suficiente en casa de mis padres y me iba a comer una ración extra ¡y para toda la vida!
No volví a pisar el club. Me llamaron, naturalmente, y dije que “bueno, vale, ya pasaré”. Ni de risa. Mis padres me preguntaron. Les di un capotazo.
No volvió a pitar nadie más en mi familia. Todos mis sobrinos están alejados de cualquier cosa que huela a Opus, excepto dos. Estos dos van al colegio de Fomento para darle un gustazo a mis padres, pero lo que no saben ellos es que tienen expresamente prohibido por parte de mi hermano (pequeño) y cuñada acudir a ningún club relacionado con el Opus. Nada. Sólo el Colegio. Mi hermano vigila atentamente cualquier intento de captación.
¡Catorce años tenía yo! ¡Catorce! Cada vez que lo pienso me dan unas ganas…
Uhuru
Juzgar al Papa con los mismos criterios que quien se va de la obra.- Libero
Han pasado diez días desde que Yago de la Cierva publicó su artículo titulado “Traición de la Tradición” sobre Benedicto XVI y su decisión de renunciar. He querido dejar pasar todo este tiempo para examinar las distintas reacciones que se iban produciendo en sectores diversos de la Iglesia. Creo poder afirmar que ninguna intervención sobre la decisión del Papa ha recavado tanto consenso, en contra, como dicho artículo. Y por eso estoy convencido de que Yago, y con él la Obra, se han pegado un tiro en un pié, por utilizar una expresión poco original pero muy gráfica, haciendo, paradójicamente, un gran servicio a la verdad. Me explico.
Si yo o cualquier otra persona hubiera escrito ese mismo artículo diciendo que eso es lo que piensan la mayoría o muchos de los miembros del Opus Dei, y singularmente, sus directores, os puedo asegurar que hubiera caído una lluvia de críticas sobre aquél que osara afirmar tal cosa. Se atacaría a la persona y se desmentiría su contenido de arriba abajo. Esto que acabo de decir podría ser una temeridad para algunos, pero quienes hemos pertenecido a la Obra sabemos que es cierto y que incluso nos hubieran pedido que hiciéramos artículos de prensa para desmentirlo todo...
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Confirmado.- Ponciopilatos
Querida Agustina: recurras o no la sentencia, lo cual es decisión totalmente tuya, tu has ganado, ya que como muy bien dice BDM ahora una autoridad judicial ha confirmado la existencia de al menos 45 obras que, gracias a ti, han salido a la luz. Muchas de estas obras son desconocidas por la mayoría de los que están dentro, como lo fueron para los que nos marchamos. Nos has brindado la oportunidad de tener una razón más para poder decir a nuestros familiares de dentro que todo en el opus dei es una mentira y que jamás se les ha dicho la verdad. Si quieres seguir el recurso cuenta con mi ayuda, pues me brindo en todo lo que pueda ayudarte y esté en mis manos.
Señores/as directores que me leéis: sé de antemano que os váis a quedar impertérritos ante mis palabras, pero no por eso voy a renunciar a decir lo que mi conciencia me indica: la verdad se sabe siempre. Como madre a la cual habéis raptado un hijo, tengo ahora muchísimos más argumentos jurídicos para denunciar al opus dei. Creo sinceramente que deberíais plantearos redirigir vuestra "santa obra" y decir de una vez la VERDAD a todos los que tenéis dentro y que poco saben donde están metidos. Si de verdad creéis en que Dios os va a juzgar y creeis en la justicia, misericordia pero también severidad de su juicio, os encontraréis con un Dios que os dirá: "habéis olvidado uno de los mandamientos que os di: no dirás falso testimonio ni mentirás"
Josef Knecht: muy acertado en tu comentario a las declaraciones de Julián Herranz en "El Pais". Mediterraneo: ¡Cuánta razon tienes en tus dos puntualizaciones!
Manzano: estoy totalmente de acuerdo contigo en que Oscarin no ha armado ningún revuelo. En esta web se contesta, tal como dices, con educación, sumo gusto y de muy buena fe.
Giovanna: la sentencia era bastante esperada pues, de momento, "ellos" casi siempre ganan. Pero tu lo dices muy bien: la Iglesia católica debería tomar muy buena nota de la decisión de la autoridad judicial que confirma la existencia de estos documentos. Como Madre, la Iglesia debería tomar una decisión sobre el Opus Dei.
Ponciopilatos
De la imposibilidad de entenderse.- Zartán
Desde hace tiempo aparecen por estos lados insignes pedagogos que intentan por todos los medios hacernos entender como son en realidad las cosas al interno de una cierta prelatura personal. Durante bastante tiempo Calandria ha puesto su mejor voluntad en hacernos entender, últimamente han hecho sus aportes Oscarín y Enrique. Estos -como otros predecesores- llegan, instruyen, vuelven a instruir, insisten y al final, visto que los alumnos no consiguen entender lo mas básico, se rinden y nos abandonan en nuestra ignorancia. Unos dan portazo al despedirse y nos dejan epítetos como “amargados”,”resentidos” y otras delicadezas por el estilo. Otros simplemente nos dejan tal vez con la tristeza de no haber conseguido hacernos ver lo que ellos ven con claridad meridiana.
Parto de la idea de que vienen con la mejor intención y no puedo ni quiero admitir que estas aportaciones sean una brillante idea de algún Vitrubio-boy para hacernos girar a todos en torno a un punto fijo: un pedagogo suelta su afirmación rotunda y contundente y ya tenemos varios días en que todos se dedican a darle pescozones, todos nos ponemos a jugar el juego que ellos han iniciado. Descarto la confabulación organizada o sugerida.
Por otro lado no me considero del todo cretino, no he conocido a ningún naufrago cretino y de los “in” tengo que decir lo mismo. Entonces, si hablamos de las mismas cosas (dirección espiritual, gobierno, familia, ...) ¿cómo es posible que no consigamos ponernos de acuerdo?
Un día, pensando en esto, tuve una epifanía: me vino a la memoria un texto con el que se pretendía introducirnos en el latín en uno de mis primeros cursos anuales. Eran unos marineros en su barco que le hacían gestos raros a otros señores que estaban en la orilla y la didascalia decía algo así como “nautas vexavant agricolae” (no pasé el latín por lo que no garantizo que esta frase sea correcta) . Los “nautas” no podían entender a los “agricolas” y los “agricolas” pensaban que los “nautas” estaban todos mal de la cabeza. No podían entenderse porque estaban en mundos diversos. Hablaban de las mismas cosas pero entendían cada uno lo suyo.
Si quieres entender a los “nautas” haz el esfuerzo mental de considerarte embarcado. Si un “nauta” (abogado él) te dice que le importa un rábano la forma jurídica de la prelatura, recuerda que hubo un momento que a ti efectivamente te importó un rábano (por lo menos a mi me importó menos, incluso con mi doctorado en canónico, leer que solo los clérigos forman parte de la prelatura). Que pueda entender en algunas cosas a los “nautas” no significa que tenga que estar de acuerdo con ellos ni que entienda otras muchas otras razón por la cual sigo buscando otra epifanía.
Por otra parte, no estaría nada mal que los “nautas” se pusieran por un momento en lugar de los “agricolas” e hicieran algún esfuerzo por entender lo que decimos en lugar de intentar convertirnos, educarnos, amaestrarnos o desmentirnos según los casos. Y, sobre todo, agradecería que evitasen esas afirmaciones tan sorprendentes del tipo “siempre uno se ha podido confesar con quien le ha dado la gana” y que pretendan que lo tomemos en serio cuando todos hemos vivido otra cosa por muchos años. En su momento lo acepté pacíficamente (como otras tantas cosas y sin saber que era contrario a lo recomendado por la Iglesia) pero no me vengan con historias: uno se confesaba sí o sí con el cura del centro y punto. Y tres cuartos de lo mismo te pasaba con quien tenías que hacer la confidencia, se te indicaba el designado y se te gustaba bien y si no... pues también. Lo demás es puro revisionismo histórico en su peor sentido.
¿Pero que es lo que hace que los “nautas” no se inmuten cuando leen en el CIC los cánones 294 y 295? En mi opinión es esa seguridad de que el barco es lo estable, el resto (mar, costa y “agricolas” incluidos) es pasajero, cambia, fluye. En algunos casos (al menos el mío lo era) es que no te importa lo que pase fuera de tu metro cuadrado, en otros puede ser esa sensación de seguridad absoluta sobre la tenencia de la verdad en forma exclusiva: por ahora la Iglesia no se ha dado cuenta de que los laicos si que forman parte de la prelatura pero con el tiempo reconocerá que es así. Los “nautas” tienen su punto de referencia, su centro del universo, en el mástil del barco y los que se mueven son la tierra y el mar. Para los “agrícolas” lo que se mueve es la pía unión, el instituto secular o la prelatura personal.
Hay dos centros de referencia y -por tanto- no hay forma de entenderse. Lo que unos llaman cariño otros lo llaman formalismo, lo que unos llaman familiosis otros lo llaman amor fraternal...
Y sigo dándole vueltas al tema y, con cariño por los “nautas” lo único que este naufrago puede decir es que “eppur si muove”.
Zartan
Qué cosa es la obra de monseñor Escriba.- Juan Marcos
A primera vista la cosa parece un pueblo gobernado por sacerdotes, un pequeño pueblo, tribu o linaje que se siente rodeado por pueblos más grandes, de ahí vendría la "ansia de hijos" que la cosa comparte con gitanos y judíos. Pero no. Por desgracia para los miembros de la obra de monseñor Escriba, la obra no es una etnia, pues rompe los vínculos familiares. Y el "ansia de hijos" proclamado no es de forma natural como en judíos y gitanos, sino que se refiere al aumento de la clase de tropa, se refiere al aumento de la militancia.
Parece pero no, es pero no es. Esto es típico de la obra de monseñor Escriba. Parece un pueblo gobernado por sacerdotes, "mamlekeh kohanim wegoy qados", "reino de sacerdotes y nación santa", pero no, aunque podría evolucionar en esa dirección. Los monjes judíos, el monacato judío de los numerarios -que marca el comienzo de la obra de moseñor Escriba- no encaja en esta obra como no encajó en su tiempo; la obra final, por tanto, tal vez podría evolucionar hacia el encaje histórico en tiempos del Segundo Templo: judaísmo fariseo para los supernumerarios y judaísmo sacerdotal para los Jefes y mandos intermedios...
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Evocaciones de Almodóvar del Río y su castillo medieval.- Pinsapo
VIAJE DESDE GRAZALEMA A LAS PLAYAS DE CALAIS Autor: Pinsapo
I. Etapa feliz en el club “El Pinsapar” y otras aventuras
II. Que es lo que nos atrapa de esta web y música como método para sanar
III. Rápida y fácil entrada: así se las ponían a Fernando VII IV. El centro de estudios como huída hacia adelante
V. Evocaciones de Almodóvar del Río y su castillo medieval.
Catillo de Almodóvar del Río
El pueblo de Almodóvar del Río situado a orillas del Guadalquivir a 22 kilómetros de Córdoba y unos 8.000 habitantes, es conocido gracias a su imponente castillo medieval, propiedad del Marqués de la Motilla, cuyo antepasado el XII Conde de Torralba en el año 1.901 procedió a una larga reconstrucción en la que muchas familias del pueblo vivieron del trabajo que generó esta magna obra, hasta que en 1.936 es tomado por el bando republicano para usarlo como prisión. Como en toda villa señorial andaluza, arraiga una honda tradición comunista que aún perdura en la persona de su alcaldesa, siendo el testimonio del abrupto final de las obras la proclama del bando perdedor de la guerra civil esculpida a cincel en una losa de piedra del patio de armas que dice “Viva la República”.
Conocí este precioso lugar a mediados de los años ochenta, cuando la mejor forma para llegar era el tren regional que desde Sevilla en dirección a Córdoba iba recorriendo todos los pueblos de la vega del Guadalquivir, y aun en la actualidad por allí transita la línea de tren de alta velocidad. Al descender del tren en la vieja Estación y preguntar el modo de dirigirnos a nuestro destino en la cantina, nos preguntaban: ¿dónde van, al opus de abajo, al de arriba o al opus de en medio? Gracias a la generosidad de la familia Solís, existían tres lugares en el pueblo gestionados por la obra para sus actividades: el Centro de Promoción Rural “Torrealba” al este junto a la estación (abajo), la casa de retiros Peña del Águila en la carretera hacia Posadas al oeste (en medio), y el Castillo (en el cerro de la Floresta) cuyo uso estuvo cedido a la obra desde los años setenta hasta el año 2.000, cuando comienza su explotación turística por la propiedad…
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En diálogo con Oscarín.- Josef Knecht
Querido Oscarín:
También por mi parte te escribo con mucho gusto. De entrada, no tengo más remedio que darte la razón cuando afirmas (20.03.2013) que juicios como el que emití acerca de ti (15.02.2013 y 18.02.2013) sin habernos conocido personalmente (es decir, sin vernos las caras y sin conversar con calma) son muy arriesgados y se prestan o a ser equivocados de raíz por parte mía o a ser malentendidos por parte tuya.
No dudes de que escribo siempre desde una posición sincera. Si pienso que la dirección espiritual del Opus Dei te engaña situándote en una ensoñación o en una nube, es porque eso me pasó a mí durante muchos años hasta que caí de la nube y, tras golpes y porrazos, puse los pies en la tierra. Al poco tiempo de mi desvinculación de la prelatura, un buen amigo mío, que era sacerdote y que conocía bien tanto el Opus como mi persona, me dijo con realismo y sin metáforas: “¡Bienvenido a la realidad!” Además, ten en cuenta que a otros muchos usuarios de Opuslibros, según testimonian acerca de sí mismos, y a otros ex miembros que no escriben en Opuslibros les ha pasado lo mismo que a mí, lo cual demuestra que no soy un caso excepcional ni raro. Es por eso por lo que supongo que tú debes de encontrarte en la misma situación en la que estaba yo (y tantos otros) dentro del Opus: en una nube...
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Opus Dei: las máscaras se funden con los rostros.- Carocha
Todos los regímenes autoritarios se parecen, nada más cierto, porque sólo existe un modo único de dominar a la gente – pero, aún así, los habitantes de Cuba no tienen “plan de vida” para cumplir cada día, absolutamente a cada momento de cada día, ni la perspectiva de la vida eterna tiene nada que ver con las consignas del partido, ni plana sobre ellos una presencia envolvente y legitimadora de los abusos, por parte de una institución como la Iglesia.
Carocha
Sentencia contra Agustina.- Conrad
Tras darle algunas vueltas, me parece muy adecuado el resumen que finalmente hace Agustina (20/02/2013) en relación a la desgraciada sentencia dictada por el Juzgado de lo Mercantil número 10 de Madrid. Efectivamente, si no puede discutirse el fondo de lo que se dice en los documentos en cuestión ni tampoco se acreditan razones para dudar de la autoría o de la pertenencia de esos documentos a Scriptor o a la Prelatura, no merece la pena gastar tiempo, dinero y esfuerzo en recurrirla.
Puede ser efectivamente que alguien alardee de esa sentencia y confunda la "certeza judicial" con la realidad. En mi opinión, en este caso (igual que en el de Kaiser hace unos meses), nadie con dos dedos de frente y una mínima formación (no necesariamente jurídica, basta con que sea general), puede entender que tales resoluciones sean el resultado de un verdadero juicio sobre el fondo de la cuestión, ni que supongan poner punto y final, gracias al auxilio de la administración de justicia, a un intento serio de reflexión crítica sobre el Opus Dei (el que se desarrolla en esta página). Son, simplemente, el (esperado) resultado de la concreta y estricta aplicación de la ley española (de la propiedad intelectual, en un caso, y de la enjuiciamiento criminal en base a una conformidad del acusado en el otro). Es decir, no hay cerrada vía alguna, ni siquiera la judicial, a que algún día pongamos las cosas en su sitio y demos a cada uno lo suyo. En definitiva, en eso consiste la justicia ¿no? Naturalmente, sin acritud.
Un saludo.
Conrad.
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