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CORRESPONDENCIA

Miércoles, 24 de Octubre de 2012

Hola Pacopepe,

Aunque con otras circunstancias distintas a la tuya, a mí también me liaron bastante. A lo mejor te sirve lo que te voy a contar, o no, pero si te alivia algo me alegraré por ello.

Yo estuve hablando con un sacerdote jesuita de gran experiencia antes de salirme. Recuerdo aún como estaba de angustiada y como lloraba... era lamentable. Pero aún más fuerte es el recuerdo del cariño y la humanidad con la que me escuchó. Hacía años que nadie me escuchaba así, sin exigencias a las que no llegaba, sin incomprensiones. Te repito las palabras que tanto bien me hicieron en aquel momento:

-"El cielo está lleno de santos que no son del opus dei"
-"Así, con ansiedad, con depresión, no puedes estar ni trabajar. Así Dios no te quiere"
-"Podrás hacer mucho bien fuera del opus dei si decides irte"
-"No eres la primera persona del opus dei que viene a contarme esto: ya le he dicho a varias supernumerarias, que si no pueden, que no vayan al círculo porque los hijos y la salud están antes"

Ahora, cuando ya han pasado años de aquel encuentro, veo claramente que ni Dios me complicaba la vida, ni me la complicaba yo a mí misma por mi forma de ser sino que me la complicaban en el opus dei. La fe es fundamental en mi vida, es más, la he descubierto con más autenticidad que antes, y en el opus dei- al que no guardo rencor a pesar de todo-, por mucho que brillen sus sagrarios, no veo a Dios por ninguna parte.

Un abrazo
Toleave

Hola PacoPepe,

Yo también soy supernumeraria y entiendo perfectamente lo que dices. No te obsesiones con el Plan de vida. Dios te quiere feliz y tranquilo.

Yo también tengo niños pequeños y mucho trabajo y sólo voy a Misa cuando realmente puedo. Me he olvidado por completo de las normas (no de Dios) por consejo de mi director espiritual (sacerdote numerario), como me consta que también lo hacen muchos otros miembros de la Obra. Eso sí, hago oración siempre que puedo porque lo siento como una necesidad para vivir con paz y serenidad. Desde que me he olvidado de las normas, he redescubierto el valor y el poder de la Eucaristía y del Rosario, y eso que sólo voy a Misa y rezo el Rosario cuando puedo realmente (a veces sólo el domingo) pero lo disfruto y lo valoro de verdad. En la Obra me han entendido y me apoyan, aunque es obvio que no todo el mundo es así. Búscate un buen director espiritual, abierto de mente y que sea realmente un hombre de Dios y no un robot de la Prelatura. También te aconsejo volver a las “primeras fuentes”, es decir, leer mucha Sagrada Escritura. Leer directamente la Palabra de Dios sin intermediarios. Ya verás qué paz y qué consuelo encuentras en ella.

MarianaC

Querido Pacopepe:

Tu dices que estás hecho un lío, pero desde fuera parece que ya lo tienes claro. Creo que solo necesitas un empujoncito, o un apoyo. A ver, algunas ideas claras: Lo que no da paz no es de Dios.

El plan de vida está diseñado por y para gente que no trabaja y atiende una familia de verdad. Tu fidelidad a Dios es un asunto privado entre tú y Dios. Nadie tiene derecho a meterse ahí, como nadie tiene derecho a inmiscuirse en tu vida conyugal. Lo que tienes no es vocación, es un engaño cruel, una manipulación para provecho de otros. Hablar con un buen cura (asegúrate que no sea de los suyos) te va a sentar estupendamente.

Hazles la prueba del nueve. Pídeles algo, a esos que siempre te piden, a los que tantas veces les has dado de todo, pídeles algo real, no que te encomienden, pídeles dinero, una consulta gratis de la clínica de la Universidad de Navarra, algo que les cueste. Eso te convencerá de por donde va su calidad de cristianos.

Que Dios te ilumine y que te ayude especialmente en la salud de tu hijo.

Un abrazo
Dionisio

Estimado Pacopepe:

Me has recordado a mí mismo hace trece años. El estrés entró en mi vida de la mano del entusiasmo que me llevó a comprometerme con el "plan de vida". Yo no concebía ser del Opus Dei sin cumplir todas las normas de piedad y acudir a todos los medios de formación. Y lo terminé dejando por el bien de mi salud mental.

No podía compatibilizar las exigencias de mi vida cotidiana con el plan de vida y tuve que asumir vivir mi relación con Dios de otra manera menos programada y más espontánea. La respuesta que obtuve en el Opus Dei fue: "Así no podrás perseverar en tu relación con Dios."...

Hola,

Ha llegado a mis manos un mail que, a pesar de llevar escrito más de 300 años (el escrito, no el mail) me impactó y quiero compartirlo con vosotros.

Me llena de rabia y pena leer escritos como el de Pacopepe donde se destila por donde se mire, miedos, inseguridad y dudas de todo tipo.

Espero que lo que transcribo a continuación sirva de ayuda para alguno-a de los que sufren en sus mentes por tanto adoctrinamiento sin sentido!

Un sincero y comprensivo abrazo para todos ellos

Machus 

Baruch de Spinoza

Nació en Amsterdam el 24 de Noviembre de 1.632 y murió en la Haya el 21 de Febrero de 1.677.

Fue un filósofo neerlandés, de origen sefardí portugués, heredero crítico del cartesianismo, considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII junto con el francés Renè Descartes y el alemán Gottfried Leibniz...

Querido Pacopepe:

no me extenderé demasiado, ya que la respuesta a todo lo que planteas estoy segura que ya la sabes.

Creo que tú sabes lo que es mejor, solo tú, y si quieres mi opinión, te diría que hagas lo que te dice tu corazón. Nadie desde afuera te puede decir a ciencia cierta lo que está bien o mal. Por lo que cuentas tu conciencia está bien formada, y si ella te dice "basta", si te pide una tregua, no dejes de escucharla. Acallar la conciencia hace mal, muy mal.

Sé perfectamente lo que cuentas, porque lo he vivido. Y se me ocurre que debes sufrir mucho cuando no puedes prestarles la debida atención a tus hijos, tu padre, tu mujer, simplemente porque "debes" pasar una hora (60 minutos) haciendo oración obligado... por poner un ejemplo. Hacer normas como autómata ni te hace mejor persona ni te acerca más a Dios. Y de eso se trata, verdad?

Yo no puedo decirte que lo dejes, pero te puedo aconsejar, por tu salud principalmente, que no dejes que nadie, pero nadie, se meta entre tú y Dios. Solo tú en conciencia sabes lo que Él espera de ti, y solo tú sabes lo que tu familia también espera de ti y que en justicia le corresponde. Tus hijos necesitan un padre, tu mujer un marido y tu padre un hijo. Y tú necesitas principalmente paz, equilibrio y sobre todo salud, física y mental.

Termino como comencé: tú sabes lo que debes hacer. La respuesta la encuentras en tu corazón, lo demás son meras apreciaciones subjetivas. Rezo por ti, para que dejes de estar "hecho un lio". Y si quieres "hablar" no dudes en contactarme, Agustina te dará mi correo. 

Un abrazo,

Luciana

Estimado Pacopepe:

El problema que te planteas es bastante frecuente dentro del opus. Resolverlo no suele ser fácil porque se mezclan y se superponen consideraciones y puntos de vista muy arraigados en nosotros mismos, a veces variados y otras veces contrapuestos.

No puedo, analizar tu situación, ni, por lo tanto, darte ningún consejo. Lo único que puedo decirte es algo sumamente sencillo. Plantéate estas pocas preguntas:

1. ¿Qué es lo que Dios quiere de ti?

2. ¿Qué es lo que el opus quiere de ti?

3. ¿Qué es lo que tú quieres?

Sin embargo, me atrevo a decirte algo de acuerdo con mi experiencia:

.El opus siempre te hará que creer que lo te dicen “ellos” es lo que te dice Dios. Están en un error. ¿Quién son ellos para atribuirse semejante pretensión?

.Por lo tanto no identifiques a Dios con el opus. Quiero decir que lo que te pide Dios no tiene por qué coincidir necesariamente con lo que te pide el opus.

.Concluyendo; tú tienes la última palabra y tú eres dueño y señor de tus decisiones, porque Dios ama –no solo respeta- tu libertad. Dios no ha firmado ningún acuerdo con “ellos” autorizándoles a ser intermediarios entre Él y tú.

.Así es que piensa con libertad, en presencia de “tu Dios”, en hilo directo con Él, en la intimidad con Él… y decide “tranquilamente” sin preocuparte de lo que te digan o puedan decirte “ellos”, si no te parece sensato o simplemente repugna a tu inteligencia.

.Las personas tenemos el derecho a cambiar y a “refundar” nuestras vidas cuantas veces notemos que nos hemos equivocado, porque errar es humano y rectificar… también es humano (¡qué caramba!) Sobre todo cuando somos conscientes de haber sido engañados, sea por el opus o por cualquier otro hijo de vecino.

Con el deseo de que no te tortures demasiado, porque no vale la pena.

Un abrazo

Ex-Apéndice

PacoPepe, te entiendo perfectamente y tras pasar por algo parecido, he llegado a las siguientes conclusiones:

Los 10 mandamientos se resumen en “amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo” por tanto…

Lo único que importa es nuestra UNION CON DIOS que se materializa en el cariño a los demás (tu familia, tu hijo, tu padre…) y en cuidarnos a nosotros mismos (evita caer enfermo psíquicamente). De aquí surgen la alegría y la paz, compatibles con todas las desgracias que nos ocurran.

En el orden de la caridad, efectivamente la familia es lo 1º: tienes que cuidarla y el trabajo es un medio imprescindible para que puedan comer. Tú también te tienes que cuidar.

La normas y los medios de formación, no son un fin en sí mismos sino herramientas para tratar y conocer a Dios, un modo de “calentar motores”, pero El los puede calentar de muchas maneras y a veces lo hace directamente sin mediación nuestra, a través del Espíritu Santo. En general suelen ser una buena ayuda, pero a veces pueden convertirse en un obstáculo (creo que ahora es tu caso: no te acercan a El sino que te agobian y hacen enfermar)

En la Obra los medios se convierten en fines, lo que provoca desasosiego, agotamiento y caos mental. Incluso la Obra y la vocación son un medio para nuestra santidad y puede ocurrir que en algún momento sean un obstáculo para ello. Uno puede marcharse y no pasa nada: como tú dices, se puede ser “un cristiano, católico, apostólico y romano”.

Tienes miedo de que al dejarlo todo te distancies de Dios. Por si te sirve te contaré mi experiencia:

Yo también soy perfeccionista y voluntarista: Estuve 25 años en la Obra intentando hacerlo todo al 100% . Por la incoherencia que veía entre lo que se decía y lo que se hacía y otros motivos, me fui rompiendo a lo largo de este tiempo y al final me quedé como un trapo, incapaz de hacer nada.

Llevaba ya varios años sin poder leer ninguna publicación interna, ni escuchar “las cosas de Casa”. No hacía ninguna norma, ni nada de nada.

En la dirección espiritual me dieron el OK, aconsejándome que dejara de hacer todo lo que me producía desazón y agobio, ya que eso no lo puede querer Dios.

Así estuve unos años dentro y así sigo fuera después de 12 años. Tantas normas y obligaciones me produjeron empacho y ahora solo puedo ir a Misa los domingos.

Y lo más importante, Dios no me ha abandonado en todo este tiempo. Mi trato con El es mucho más fácil y cercano, en la línea del abandono: ya no tengo que hacer nada porque El lo hace todo.

…. Así que, tranquilo, bastante tienes con preocuparte de tu familia y “sus garbanzos”, todo lo demás se te dará por añadidura. Como diría S. Agustín "Ama y haz lo que quieras".

GPS

No sé si habéis visto la película de Matrix donde las personas viven en un mundo virtual, no real, pero no lo saben y viven tan contentos con un trabajo, unas creencias e incluso con una comida que les sabe buenísima pero que no es tal… es todo apariencia, una ilusión, hasta aquí todo perfecto. El problema es cuando uno de ese matrix, un individuo cualquiera, “despierta” y ve la realidad, ¿Qué pasa? Pues sencillamente que es imposible que siga dando valor a esa vida que ha resultado ser tan solo una apariencia. O poniendo otro ejemplo para los que no han visto la película, supongamos que tengo una piedra preciosa de incalculable valor y que la guardo celosamente, pero al cabo de un tiempo decido investigar y formarme para yo misma poder examinar dicha piedra preciosa. Y después de un tiempo de investigación se comprueba que es un cristal que no vale nada. Para cerciorarme voy a otros expertos y me corroboran que aquello que yo había dado un valor incalculable durante años no vale nada. ¿Qué hacer con dicha piedra? Ya no la guardas, ya no te dice nada, ya no tiene valor...

Pacopepe, te entiendo perfectamente, porque en mis épocas de vibrante fiel numerario me pasaba lo mismo. Uno tiene la conciencia tan programada por el Opus, que no se da cuenta de lo absurdo de la situación. Uno se está haciendo un problema terrible porque no completó los 60 minutos de oración mental, pero no siente ningún remordimiento por no darle de comer al hambriento, de beber al sediento o visitar al enfermo.

En definitiva, la vida de santidad que te vendieron, es la que predicaban los fariseos, que ataban cargas pesadas sobre los hombros de los demás. No tiene nada que ver con la que predicaba Jesucristo. El cumplir con fórmulas, sean estas rezar el rosario o no recoger espigas en un sábado, es la moral de los fariseos. Lo que dice Jesucristo que va a tener en cuenta en el jucio final, es si le diste de comer al hambriento.

Hay cosas de las enseñanzas opusdeisticas y católicas en general, que están en clara contradicción con lo que decía Jesucristo. Por ej. Jesucristo dice “cuando oreis, no hagais como los gentiles, que piensan que por hablar mucho serán escuchados”. Qué sentido tiene repetirle 200 veces a la virgen “ora pro nobis”? O repetir oraciones vocales n veces? Lo de usar un ábaco (el rosario es un ábaco) para contar la cantidad de veces que uno repite una oración (porque tienen que ser 50 avemarías, no 46 ó 53) es una costumbre que los cristianos sin duda adoptaron de los paganos. Si la virgen existe, y escucha nuestras oraciones, le va a hacer alguna diferencia si rezamos misterios de 10 avemarías o de 3? Una costumbre como la del rosario, donde uno repite n veces lo mismo, por muchas ganas que uno le ponga, se convierte en algo mecánico, no me imagino que pueda tener ningún valor para la virgen o para Dios. Es propio de mentes fariseas, pensar que una fórmula como esa le va a resultar agradable a Dios.

En definitiva, si realmente crees en Jesucristo, hacé lo que el decía, no lo que dice Escrivá. Te aseguro que la gente a tu alrededor (excepto los directores del Opus) van a estar más contentos, y vos te vas a sentir mejor. Que le cambia a nadie si rezaste el angelus a las 12 en punto, o si rezaste los 5 misterios del rosario entero? A Dios o a la virgen les va a cambiar algo? En cambio, si no atendiste a tu padre enfermo como es debido, eso sí que te va a pesar en tu conciencia por el resto de tu vida.

Atomito

Pacopepe, empiezo diciéndote: Lo que no da paz, no es de Dios. 

En los 27 años que estuve en el Opus comprendí que las normas son un medio… NO UN FIN y que son precisamente MEDIO para acercarte a Dios… pero ¿realmente crees que el vivir las cosas con ese afán de CUMPLIR es lo que te acerca a Dios?  Te lo digo por experiencia porque como numeraria cuando tuve a mi cargo supernumerarias y luego agregadas, fui muy consciente de que a veces cargamos a la gente con muchas cosas cuando nosotros (los n) no tenemos las mismas dificultades. Uno entra al oratorio y “que nadie me interrumpa porque estoy haciendo la oración”.  Y el agregado y el supernumerario con un sinfín de actividades, con problemas económicos y familiares, ¿puede realmente pedírsele lo mismo?...

Quizás muchos de los que formamos parte de la Obra o los que simplemente participan de alguna manera de ella -antes y ahora-, no entienden que están siendo utilizados burdamente: utilizados en una estrategia para obtener poder terrenal y solo eso.

La realidad es que muchos (por nuestra ingenuidad y nuestra buena fe), creímos en una institución que poco y nada se preocupa por la salud general y espiritual de sus miembros, sino que más bien busca sacarle a cada uno lo que le pueda sacar, para construir ese gran "templo humano" que es el Opus Dei...

Doserra documenta detalladamente las mentiras de algunos responsables del Opus Dei de los años 70, respecto a la solicitud de María del Carmen Tapia de certificación de los estudios teológicos realizados.

Afirma que Escrivá ordenó esas mentiras, pero no hay constancia documental de que él fuera partícipe de aquello. Y, como bien sabía el propio Escrivá: “lo que no consta en acta, no existe en Derecho”. Sin prueba directa sobre Escrivá, no se puede determinar que tuviera responsabilidad alguna sobre la actitud de aquellos responsables del Opus Dei hacia María del Carmen Tapia. Incluso para un trabajo de investigación, publicable en papel, sin pruebas no se puede adjudicar a Escrivá la orden a sus subordinados de que mintiesen...

ESTEBAN URREIZTIETA EDUARDO INDA

EL MUNDO, 23/10/2012

Ruiz-Mateos reclama cinco millones en donativos a los Legionarios de Cristo y al Opus

Los Ruiz-Mateos exigen al Opus Dei y a los Legionarios de Cristo 5 millones que les donaron en B, según confiesa en su querella Begoña, una de las siete hijas del clan.

Los Ruiz-Mateos exigen a varias órdenes religiosas el reintegro de al menos cinco millones de euros que les entregó como donativos. Una de sus hijas, Begoña Ruiz-Mateos, la preferida del patriarca, ha denunciado ante el Juzgado de Instrucción número 16 de Madrid que sus seis hermanos han procedido a reclamar «a los Legionarios de Cristo y al Opus Dei» el dinero que les han venido entregando durante los últimos años...

Muchas gracias Gervasio, Alicia, Jorge y especialmente Chale y Calendario por considerar y responder mis preguntas.

Luego de leer sus testimonios, no cabe duda de que el reclutamiento, tráfico, explotación y destino final de las numerarias auxiliares conforman una de las facetas más oscuras del Opus Dei. Adicionalmente, es un elemento contituyente de la estructura de la organización por lo que ningún simpatizante puede alegar, como acostumbran, que cuando hay algo podrido dentro de la obra entonces proviene exclusivamente de ciertos miembros, que nunca es patrimonio del grupo.

Por lo anterior, estimo que la gran caída del Opus Dei probablemente comenzará cuando este sistema de abuso sea denunciado eficazmente y expuesto sin velos a la opinión pública.

Quiero animar a todos los lectores a relatar sus experiencias relacionadas particularmente con los sistemas de reclutamiento, tráfico, explotación y destino final de las numerarias auxiliares (este último punto es especialmente un misterio) a la luz de la siguiente definición de las Naciones Unidas:

"La "trata de personas" puede significar el reclutamiento, transporte, traslado, acogida o recepción de personas, bajo amenaza o por el uso de la fuerza u otra forma de coeción, secuestro, fraude, engaño, abuso de poder o una posición de vulnerabilidad, o recibir pago o beneficios para conseguir que una persona tenga bajo su control a otra persona, para el propósito de explotación. La explotación puede incluir, como mínimo, la explotación de la prostitución de otros u otra forma de explotación sexual, trabajo forzado o servicios, esclavitud, o practicas similares a la esclavitud, servidumbre, o remoción de órganos... El consentimiento de las víctimas de la trata de personas hacia sus explotadores establecido [arriba] es irrelevante cuando cualquiera de las formas mencionados [arriba] ha sido usada."


Además, sería de mucho provecho hacer un listado con sus respectivos enlaces de lo ya publicado en este sitio acerca del tema. Todo con la intención de esbozar un mapa comprensible del tráfico de personas por parte del Opus Dei, para luego analizar jurídicamnete los antecedentes y, finalmente, debatir la formulación de una acusación de tráfico de personas ante la ONU.

Muchas gracias,
Francisco

He leído el post de Gervasio acerca de la administración de los centros. Mi experiencia personal fue, sin embargo, muy distinta. Durante mi militancia en La Cosa, residí en tres centros -ctr-: el Centro de Estudios -ce-, atendido por una administración ordinaria –ao- (integrada, creo, por numerarias auxiliares –nax- que tenían un centro anexo al de varones), un colegio mayor “abierto”, es decir, en el que convivían numerarios con “chicosdesanrafael”, es decir, residentes que no eran del Opus, y también atendido por una ao y, finalmente, en un centro de “San Rafael-Universitarios”, del que fui scl (secretario del consejo local), atendido por, lo que se llamaba, una “administración provisional” –apr-, compuesta por una administradora (ignoro si numeraria -n- o nax) y tres o cuatro chicas “de fuera” del Opus... 

Uno de los temas que me quitaba las ganas de vivir allí adentro era el de la alimentación. Comida fría cuando llegaba tarde a comer, desayunos con las sobras del día anterior semana tras semana para las que desayunábamos antes porque salíamos pitando al trabajo…Correcciones fraternas por comer mucho, o poco, o demasiado de esto que parece que te gusta más… Ya sabéis de qué hablamos. Menos mal que tenía una amiga que me invitaba a su casa algunos fines de semana a merendar bollos, bizcochos, chocolate con churros y a ver películas entretenidas. Gracias, M, que Dios te lo pagará en el cielo. Los menús, efectivamente, Gervasio, te vienen dados no por tus gustos sino por la manolita de turno, o sea, la administradora. Es ella la que se ponía con una especie de cuadrícula con todo el mes y hacía filigranas para que las comidas fuesen sanas, sin repetirse demasiado y le diese la media...

Hace algun tiempo estuve recordando algunas historias y justo ahora que hablan de las nax o numerarias auxiliares... Es que me pareció un momento para aportar un poco de la visión de la administración. Debo decir que fue muy interesante conocer la perspectiva masculina de la administración. Lo que yo pensaba. Y en verdad no solo yo. Comentabamos muchas veces con una amiga otra numeraria que era o es administradora. Ella me contaba las frustaciones que sufria con la administración de centro de varones. Porque hay que decirlo, la administración del centro de chicas la puede hacer cualquiera, es más casi no existe, cuando son centros pequeños. En cambio debes considerar un premio de fidelidad tener que ir a trabajar a un centro de chicos...

Queridos amigos,

el problema de la confusión entre santidad y observancia de normas de obligado cumplimiento, como dice Gervasio, es un problema muy antiguo en la Iglesia, que no debería tener dificultad en diagnosticarlo y solucionarlo esta vez también, en este episodio que es el Opus Dei. No lo soluciona porque no quiere, no quiere porque no le interesa, y no le interesa porque cree que puede no interesarse: está distraída. O no, Dios sabrá.

Al “supernumerario”, rebelde y finalmente planchado, ¿no se le ocurrió contestar nada sobre la seguridad material, la promoción profesional, etc., que resulta de “entregar” el alma a “Dios” en el Opus Dei? Además de las alegrías místicas, claro. No, con veinte años nadie piensa en ello, no era ciertamente argumento. Gervasio habla, incluso con detalles groseros y repetidos, muy a la Escrivá, de Manolitas vengativas y comida, mucha comida, de obligada y repugnante ingestión. (Segismundo, regresa, estás perdonado!) Y apetece preguntarle: ¿Tienes hijos? ¿No, verdad? ¿Y servicio doméstico? Sin cocinera, claro.

Un fuerte abrazo,

Carocha

Gervasio en su último artículo que tanto le divierte redactar y que mucho más nos divierte a sus lectores, contaba sobre la admiración que sintió un supernumerario conocido suyo al enterarse de primera mano, que el segundo plato de la cena de su centro consistía en un par de huevos duros sin adorno u otros aditamentos, así, a palo seco, concluyendo el citado supernumerario que, como mínimo, ese suceso se debería reseñar para cuando se incoaran los consiguientes procesos de beatificación de los residentes de aquél centro. No sé, pero para mí –y lo confirmará Gervasio-, ese supernumerario debía ser de especial morro fino, seguramente acompañado de algún título del Reino adornado por la pomada de muchos cientos de miles de euros en su cartera. Los supernumerarios que uno conoció en su anterior vida eran gente muy pegada al terreno que habitualmente tomaban a última hora del día: una porrusalda, seguramente caliente, antes de irse a la cama con la legítima (a dormir después de un duro día).

Uno todavía conserva entre sus recuerdos parecida anécdota a la narrada por Gervasio, pero esta vez al revés, ya que los admirados fuimos los dos que vimos la siguiente escena en nuestro centro, en el que atendíamos a una treintena de supernumerarios de variado músculo financiero. Para que se entienda lo que cuente a continuación, antes hay que explicar a quienes nunca han vivido en un centro, que en las casas pequeñas de la prelatura o del opus, que es lo mismo, existía o existe un amplio armario o pequeña habitación denominado Recuperación, en el que los residentes dejaban la ropa que no les servía porque consideraban que estaba vieja, pasada de moda, grande o pequeña u otro tipo de considerando. Los residentes antes de ir a comprar lo que necesitaran debían pasar por ese armario o pequeña habitación, por si encontraran algo que se adecuara a su necesidad y así evitar un gasto a la caja del centro. Esta era la teoría porque en los veintisiete años que uno fue numerario nunca vi a nadie usar nada de recuperación. La tentación de comprar algo nuevo era más fuerte que el reciclaje que debería darse a las prendas usadas.

Llegó un día en que ese armario o pequeña habitación de recuperación no dio más de sí y las ropas allí depositadas hubo que retirarlas por falta de espacio o para dar cabida a otras prendas más modernas, pero también en desuso. A un compañero y a mí nos tocó meter en grandes bolsas de plástico el contenido de ese armario para llevarlas a los pobres el primer fin de semana que tuviéramos libre. Mientras cumplíamos con el encargo, se me ocurrió comentar que qué cosa más rara era eso de preparar unos sacos para los pobres porque uno pensaba que los pobres éramos nosotros. Mi compañero me miró con cara de guasa al tiempo que, haciendo una mueca, me hizo ver que era mejor que esos comentarios se quedaran entre nosotros, ya que los residentes de nuestro centro no solían captar bien la sustancia de las ironías. Terminado el encargo dejamos las grandes bolsas en la entrada de la casa un par de días, a la espera del primer sábado en que daríamos definitivamente por concluido el encargo.

El día anterior a dar salida de las bolsas, un supernumerario me preguntó curioso qué había allí dentro, y le expliqué lo que ya he narrado más arriba. ¿Puedo mirar por si algo me sirviera?, me preguntó lleno de confianza. Adelante, respondí, haz con su contenido lo que quieras y me fui a mi habitación. Al cabo de un rato salí de nuevo de mi cuarto y me encontré a varios supernumerarios revolviendo en las bolsas hasta que casi las dejaron vacías. Estos me dijeron que todo lo que había separado les venía muy bien a ellos y a sus hijos y que si no había inconveniente les gustaría quedárselo. Por su puesto, contesté que sí, y terminé diciendo que usarán las bolsas como les viniera en gana.

Estuve unos cuantos días dándole vueltas al sucedido y a la tan traída pobreza de solemnidad que según los textos internos vivíamos los numerarios. No era así, desde luego que no éramos pobres, como mucho gente austera en algún aspecto tan solo del uso de los bienes materiales. Esos buenos supernumerarios sin saberlo me dieron una extraordinaria lección que todavía hoy recuerdo.

Un amigo

Hola, Gervasio.

Aun después de tantos años me he sentido aludida cuando he leído tu artículo acerca de la “Manolita” que preparaba menús ortopédicos y os tenía a régimen de dos huevos duros bailando en el plato en régimen de soledad.

No sé qué clase de administración te tocó sufrir, pero me ha sorprendido tu experiencia porque, si alguien había en esa peña a quien se trataba a cuerpo de rey, eran los numerarios y los curas. Cuando digo “cuerpo de rey” quiero decir que en la casa de retiros que administré, los numerarios (y ya no digamos los curas) iban tratados de una manera que ya quisiera para sí el inquilino de La Zarzuela, el del elefante, pobre bisho. No nos importaba hacernos miguitas para que “los ellos” estuvieran cómodos, descansaran, se lo pasaran bien, etc. Con los curas, ídem de ídem.

Nosotras mismas diseñábamos los menús intentando que fueran equilibrados y saludables, teníamos en cuenta los regímenes, las fiestas, los días de abstinencia, los ayunos… ahí pasaba todo por la criba, pero me gusta pensar que comían bien, estaban bien alimentados y les gustaba lo que sacábamos. No recuerdo quejas de la residencia cuando venía la sección de varones.

Y puestos a ser sinceros, no ocurría lo mismo con las numerarias, para nada ocurría lo mismo. De hecho, antes de que empezara el curso anual, ya hacíamos rogativas para que se largaran todas por donde hubieran venido. Siempre caía alguna administradora que trabajaba con auxiliares y pensaba que aquella casa de retiros en lo alto del monte, donde el único abastecimiento a mano era el agua del arroyo y los piñones de las piñas, debía funcionar como Villa Sacchetti y Villa delle Rose juntas; si encima coincidían fiestas A, era para cortarse las venas directamente. Los veinte y pico días del curso anual se hacían más largos que una condena a galeras y habíamos llegado a brindar con zumo de naranja en el desayuno del último día porque ya se iban, gracias a Dios.

Alguna vez coincidía que después del curso anual de numerarias, llegaba una convivencia de 20 sacerdotes: cómo sería eso que preferíamos la trabajera de la galería de altares con 20 misas diarias, a esa colección de mujeres dando por saco durante casi un mes. Y es curioso porque la sección de varones conllevaba muchísimo más trabajo físico: planchero, varias misas diarias porque solían coincidir varios sacerdotes, ropa de deporte a lavar dos y tres veces por semana, hacer las camas... pues era mucho más llevadero que un curso anual de la sección femenina.

Extrapolando la situación, me parece que las cosas que se viven en la sección femenina son bastante impensables en la de varones, en todos los campos: no poder tumbarse en la piscina, dormir en tabla, duchas de alcachofa y no de teléfono, horario estricto de llegar a casa… ¿será que las hijas de Eva son pecadoras ab nativitate y los hijos de Adán no?

Mediterráneo

Gracias Gervasio porque me he reído mucho con tu Manolita. Yo fuí una de tantas Manolitas que durante 40 años aterroricé o hice feliz, dependía de muchos factores a muchos numerarios como tú, y a partir de ahora la llamaremos Dña Manolita.  Respondo a tu pregunta ¿las numerarias pueden acceder libremente a su Manolita? Esta pregunta tiene 2 respuestas.

La primera, es que las Dñas Manolitas no quieren administrar casi ninguna su propio centro porque ven la cara de sus victimas-hermanas mientras desayunan, comen, meriendan y cenan y ven su disgusto o su cara y eso no lo resiste casi ninguna Dña Manolita. Por eso la delegacion casi siempre cambia a las numerarias que viven en un centro a administrar otro -como si fuera de varones- para que no vean la cara ni oigan las quejas de sus hermanas-victimas.

La segunda respuesta es que tampoco tienen libertad para acceder a la cocina, ni hacerse una cena distinta de la que hay fría, reseca y que convenientemente se calentará en el microondas por una inexperta o por otra Dña Manolita que, aunque sabe hacerlo bien, está muy harta de estar en la cocina -eso dice ella, pero entonces qué hace tanto personal y una de las numerarias auxiliares que trabaja en la cocina...- por lo que tampoco le pone emoción a la cena.

También he conocido Dñas Manolitas que daba gusto que hicieran ellas la cena porque eran ideales. Todo en su punto y... las he visto. pero pocas y las puedo contar con una mano en esos 40 años de servicio, nuca mejor dicho. De vez en cuando hay una numeraria atrevida y antes de la oración pone una lavadora con su ropa y antes de desayunar la pone en la secadora para que al terminar de desayunar se la lleve rápidamente a su habitación y así no le hagan una corrección fraterna diciéndole que es una falta de pobreza poner una lavadora con tan poca ropa y una falta de confianza en no fiarse en Dña Manolita para encargarse de su ropa. Aunque nunca llegué a entender qué tenia que ver la confianza en Dña Manolita con el pijama y otras menudencias.

Los domingos y festivos las numerarias tienen acceso al planchero y pueden lavarse o planchar su ropa sin preguntar a la directora si pueden hacerlom porque cada una puede cuidar de su ropa "individual" y " preciosa", pero es lo único que hacen. Nadie es tan valiente que se atreva a decir "la comida rica del domingo la hago yo" por muchos motivo,s pero las numerarias son durísimas con la comida, es el único placer permitido en el Opus Dei y se quejan o se levantan a por fiambre o yogures si no les gusta o lo dicen a la cara.

¿Cómo consiguen liberarse de ese tormento continuo de no saber qué van a comer, mal cocinado, que tampoco saben lo que cuesta y ser felices? muy sencillo, ¡hacer lo que hacen los numerarios! A todo el personal que conocen le dicen ¡¡¡quedamos para comer!!! y así se escaquean las comidas uno y otro dia y van de restaurante en restaurante y, si son profesionales más fácil y si son Dña Manolita dicen ¡me quedo en el trabajo a comer! y se hacen ellas allí su huevico o su filetito reciente comprado por ellas y al punto.

Creo que aclara tu asunto pero como ves la administracion tiene muchos secretos.

Calendario

Las mentiras de Mons. Escrivá:

4. El caso de María del Carmen Tapia

Doserra

Presentación

Es notable la irritación de este miembro con 40 años en la Obra ante las mentiras del Prelado actual en la Carta del 2 de octubre del año pasado sobre la dirección espiritual en la prelatura: bien le vendría al Prelado aplicarse la recomendación que realizó en su intervención en el Sínodo sobre la Nueva Evangelización, de "vivir lo que se predica y predicar lo que se vive".

Comprendo totalmente a RobertLeeJones. Pero los datos que ha aportado Guillaume sobre los Reglamentos del 41 y sobre la obsesión de Escrivá por ser obispo permiten entender que la mentira y la ocultación dolosa se han instaurado como praxis habitual de los que mandan en la Obra porque el propio Escrivá practicó ese maquiavelismo sin ningún escrúpulo a lo largo de su vida...

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