Sperpento

Recientemente me he topado con un blog americano de ateos/librepensadores, llamado "Reasonable Doubts"

Ultimamente me levanto con el pie materialista, pero comprendo que el contenido de este blog no sea del gusto de todos. No es mi intención hacerle propaganda aquí. Lo traigo a colación porque me llamó la atención un podcast con el testimonio de un ex-testigo de Jehovah: "View from the watchtower"

Està en inglés y dura hora y media. La primera media hora me pareció algo "ardua", explicando las doctrinas bastante alucinantes de esta religión. Aviso que a los moderadores se les ve la vena librepensadora. El ex-testigo parece tranquilo y respetuoso.

Algunas perlas que salvando las distancias nos pueden traer recuerdos:

- Captado joven a través de su familia
- Algo que suena parecido a clubs juveniles. No recuerdo que hable de colegios.
- Prohibición más o menos explícita de leer literatura "de fuera"
- Delación: si no delatas te haces responsable del "pecado" del otro (pecado puede ser hasta fumar)
- Sorpresa y escándalo cuando, tras ser nombrado "elder" le contaron detalles de la vida y miserias de los miembros de la comunidad
- Manoseo de conciencias: describe como los "elders" llevan los procesos de disciplina de los miembros y como cuando consultaron a "Nueva York" un caso dudoso les animaron a castigar, con la amenaza velada de que si no les emplumaban a ellos.
- Estádisticas envíadas a la central
- Te dan un toque si no haces muchas visitas (puerta a puerta)
- Proceso de "desilusión intelectual". Dudas y eventual salida. La mujer era también testigo (en este caso la historia acaba bien :-))
- Ostracismo a los "disciplinados". Odio profundo a los "apóstatas".
- Consejos para irse. Entre otros, irse haciendo amigos fuera del círculo cerradísimo de los Testigos.
. Recomienda algunos libros para ayudar a la "desprogramación"
- Web de ayuda a ex-combatientes: Jehovah´s Witness Recovery.

Un abrazo a todos, con un doble achuchón a mi nuevo heroe diletante que parece encantado de conocerse :-)

KleinesAL

El día 22 de mayo de 2012, el Pontificio Consejo para los Laicos, después de una profunda investigación, ha decretado la remoción del cargo de presidentes de los fundadores de la Comunidad Misionera de Villaregia, padre Luigi Prandin y Maria Luigia Corona, y ha dispuesto su dimisión como miembros de la Asociación, con la obligación de no residir en el futuro en ninguna casa de la misma.

La medida se ha tomado después de numerosas denuncias firmadas, llegadas al Pontificio consejo para los laicos, con respecto a graves comportamientos perpetrados en el pasado por parte de padre Luigi Prandin en relación a algunas misioneras mayores de edad. Tal acción disciplinaria afecta también a la fundadora, Maria Luigia Corona, porque, aun teniendo conocimiento de los hechos, ha cubierto y mentido.

El Dicasterio, con su intervención, ha querido cumplir un deber de justicia y dar una respuesta fiel a las repetidas exhortaciones del Santo Padre Benedicto XVI, que pide establecer la verdad de lo que ha sucedido en el pasado, prestando al mismo tiempo una atención particular a las víctimas y tomando todas las medidas aptas para evitar que se repita en el futuro (Cf. Discurso a los Obispos de Irlanda, 28 de octubre de 2006).

Al alejamiento definitivo de los fundadores ha seguido el nombramiento de un Comisario Pontificio en la persona de padre Amedeo Cencini, religioso canosiano, que guiará a la CMV en la fase de restructuración y sanación solicitada por la Santa Sede. El Comisario, que en espíritu de obediencia a la Iglesia, ha asumido el gravoso encargo, será coadyuvado por cuatro consejeros nombrados por él, elegidos entre los mismos miembros de la Comunidad.

La medida de la Iglesia es grave, pero además de ponerse en la línea de la verdad, con el valor y el sufrimiento que esto comporta, es y quiere ser también un acto de gran confianza y estima hacia la comunidad de Villaregia y hacia las personas, misioneras, misioneros, parejas de casados y todos aquellos voluntarios que, en gran número y de diversos modos, han colaborado en estos años por el ideal misionero.

La comunidad misionera pide perdón por todo esto y por el desconcierto que podría provocar en muchas personas; ella misma está profundamente adolorida. Al mismo tiempo pide respeto por su sufrimiento, mientras, siendo consciente de su propia fragilidad, reafirma su voluntad de continuar sirviendo al Señor y anunciando el Reino de Dios.

El Pontificio Consejo para los Laicos, en este tiempo, mientras reconoce plenamente la validez del carisma de la Comunidad Misionera de Villaregia, alienta a sus miembros a vivir en espíritu de fe y de filial obediencia a la Iglesia este doloroso momento y a proseguir con entrega su acción misionera y evangelizadora. Tal invitación se extiende también a los miembros asociados que, a varios niveles, colaboran con la Asociación según sus fines.

Comisario pontificio Padre Amedeo Cencini y Consejo de Presidencia

Muy estimados todos,

Recientemente se ha discutido con cierto ardor a una declaracion, a mi gusto un tanto temeraria, de Desconcertado y la respuesta tan errada de Argus, que en efecto no hace mas que confirmar la afirmacion original. Creo que, en honor a la verdad, hemos de buscar en efecto fundamento a tales afirmaciones.

Les comparto del este link la siguiente tabla...

Por qué a partir de ahora ya nadie puede seguir perteneciendo al Opus Dei con buena conciencia

1. Mi reacción... y la de todos nosotros

Cuando leí por vez primera la retractación de Káiser reaccioné igual que todos vosotros: no me la creí. Es decir, no me creí que él se la creyera. E igual que todos vosotros, esa retractación sólo acertaba a explicármela pensando que había sido escrita bajo coerción, pero bajo una coerción que, primero, venía directamente del Opus Dei, y segundo, no se descargaba sólo sobre Káiser, sino que amenazaba a modo de represalia a personas cercanas a él. Concretamente pensé que Káiser dependía económica, y por tanto laboralmente, del Opus Dei, y que había otras personas cuya sustentación material corría a cargo de Káiser, o sea, que tenía una familia que mantener. Pensé que a causa de un descuido, o porque su nombre es César, o a través de una trampa o de cualquier otro modo, el Opus Dei había averiguado la identidad de Káiser y que ahora le amenazaba con echarlo a la calle si no se retractaba. Y pensé que Káiser hizo lo mismo que habría hecho cualquiera de nosotros, empezando por mí mismo, en esa situación: sacrificarse cargando con la humillación privada y exponiéndose al bochorno público para salvaguardar el mantenimiento de su familia...

Mi paso por la cosa (que no fueron pocos años) fue la experiencia de una descarnada y absoluta soledad e indiferencia, a pesar de que pasé por centros numerosos (los de nax), o en los cursos anuales; solo compartidas algo cuando te tocaba cuarto de 3 y sabias o conocías algo más de la hermana a la que en teoría te unían lazos más fuertes que los de la sangre.

Tu amiga, a la que habías acercado a la cosa, una vez dentro se abría el inmenso abismo de la "fraternidad".

Todo el resto del tiempo controlada, espiada, objeto de envidiejas, venganzas o manías de la directora de turno, vía la llamada corrección fraterna. Bloqueada porque nunca ejercí mi profesión.

Lo único que puedo llamar momentos felicidad durante esos años eran los consuelos de la oración y las amistades que hice con toda sinceridad y conservo hasta ahora y algunas otras que echo de menos, pues les han prohibido contacto conmigo.

Allí dentro el dolor, hasta físico, la desesperanza, la desilusión, maltratos, era de todos los días y noches intentando conciliar esa llamada divida con tanta incongruencia dentro.

Es que allí dentro se olvidan de la naturaleza humana, que no estamos hechos para vivir sin afectos, que digan lo que digan los sabios, filósofos y demás, pero la parte emocional importa y mucho. Allí dentro te dicen que la razón debe imperar, pero no te dejan usarla tampoco, pues eres un robot seguidor de normas costumbres antojos, manías y conveniencias de los que están arriba.

En esas circunstancias hasta el recurso a lo divino SIN ESPERANZA.

¿Se puede destrozar más a un ser humano?

Ahora SI SOY UNA PERSONA Y FELIZ, el gozo de ser MADRE, las alegrías con que te llenan los hijos son incomparables, el gozo de la oración es pleno de agradecimiento por unos hijos maravillosos y cuando viene el dolor es más llevadero, el recurso sobrenatural lleno de esperanza, la necesidad de vivir las virtudes una gran responsabilidad, pues la tarea entre manos no es poca cosa, ayudarlos a ser FELICES.

Soledad

Quiero agradecer hondamente los escritos de Casandra y de Adrenalina y dedicárselos efusivamente a Juan Carlos Mujika (Agus por favor no borres su nombre), relaciones públicas del Opus Dei en Euskadi o como dice la web oficial, persona de contacto en Euskadi. Sabiendo que lee a diario esta web le animo a que se imprima esos escritos y se los lleve al próximo retiro mensual, que si además es el de su curso anual estará super fresco de mente y espíritu. No se puede hablar más claro!! Si aun no ve la realidad es que tiene un problema muy serio.

Y un datito!! El año pasado a finales de marzo, o sea marzo de 2011 los miembros de la Prelatura eran 90.260, número que yo no me creo ni de lejos, pero eso decía su página web. Bueno, pues a día de hoy siguen siendo los mismos, pero han borrado la fecha de actualización de la información, lo que me hace sospechar que les parece muy fuerte decir que no llegan ni a 40.000 ancianos, enfermos y gente extraña, porque normales, pocos. Ayer me crucé por la calle con dos numerarias que tienen unos 60 años y sentí pena, pena porque no vi a dos personas felices, con luz en la mirada, con sonrisa franca y abierta, plenas, maduras, satisfechas. Yo tengo 5 años menos y salí apaleada en todos los frentes hace 23 años, y me miraba al cristal del escaparate por donde nos cruzamos y me vi “fantástica”, vital, con arrugas y celulitis pero inmensamente llena de vida, entusiasmada, feliz, descubriendo el tesoro de la vida a cada instante y di emocionadas gracias al buen Dios.

El fundador decía que los y las numerarias eran o son “faroles encendidos”. Una de ellas tiene todo el aspecto de estar medicada, de forma que casi iba mirando al suelo para dar el paso, rígida, andando toda ella en bloque, y la otra, más normal, que me conoce desde hace años, no me saludó, no porque no me viera o no quisiera sino porque estaba en otra parte, su cuerpo pisaba la acera pero su mente vaya usted a saber dónde estaba. Ese es el hoy del Opus Dei, gente extraña, inhumana, ajena al mundo que  nos ha tocado vivir.

Bastian otro dato,  las ong en mi opinión, más que el fin proselitista, tienen la misión de ser medio de vida para muchas numerarias  sobretodo, o sea un trabajillo para muchas que tras años de trabajos internos no conseguirían trabajo en medio del mundo (iba a decir "en la calle" pero me ha dado miedo de que me malinterpreten) ni con rogativas al “santo”, y son un modo fácil de conseguir dinero público para sus actividades y saraos como el que has contado del viaje a la India, que no se sabe qué pretende, ni a quien beneficia.

La nausea que me produce el Opus Dei es inmensa, no lo voy a negar, porque todo lo que toca lo destroza. Que la Vida me haga comprender, perdonar y querer. Yo sola no puedo. Creo que de la obra ya está todo dicho. Es un horror por mucho que gane juicios mintiendo. Con Carocha denuncio a la Jerarquía de la Iglesia y no entiendo su silencio culpable.

Me uno asimismo a Marta Domingo y a Cooper pidiendo coherencia y responsabilidad pero en esto he perdido bastante la esperanza. Somos un colectivo extrañísimo. Que cada uno haga conforme le dicte su conciencia. Mil gracias Agustina. Eres heroica y nunca nunca te pagaremos como mereces. Un grandísimo abrazo.

Carmen Charo

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