CORRESPONDENCIA

Miércoles, 13 de Octubre de 2010

EL OPUS DEI INCUMPLE LAS OBLIGACIONES SALARIALES CON SUS PROPIOS TRABAJADORES

Fueraborda, 13 de octubre de 2010 

APROXIMADAMENTE EL 80% DE LOS NUMERARIOS Y NUMERARIAS DEL OPUS DEI (MIEMBROS CÉLIBES) TRABAJAN PROFESIONALMENTE Y A TIEMPO COMPLETO PARA LA ORGANIZACIÓN INTERNA DE LA PRELATURA.

TRABAJAN A DESTAJO Y SIN VACACIONES NI LIBRANZAS.

CARECEN DE SUELDO Y DERECHOS PORQUE SU TRABAJO NO ESTÁ LEGALMENTE CONFIGURADO.

Uno de los mayores atractivos que nos atrajo al Opus Dei, era la ilusión de llevar a Cristo a la cumbre de todas las actividades humanas, en el libre ejercicio de nuestra profesión en medio del mundo y siendo uno más entre nuestros iguales. Eso era lo que se nos proponía.

Desgraciadamente, para muchos de nosotros, aquella idea que inicialmente nos captó, no pudo llegar a su fin porque, ¡oh paradoja!, las mismas necesidades de la Obra nos lo impidieron, y los directores, de parte del Padre, nos llamaron a una tarea de mayor servicio: los encargos internos. Llaman en el Opus Dei trabajos internos a los dirigidos a las tareas internas de la institución.

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Con frecuencia leo OpusLibros aunque nunca habia escrito y  quiero felicitaros.

Mi objetivo es compartir  algunas citas -no todas- porque no lo he terminado, del libro de "Razones" de José Luis Martín Descalzo, Ediciones Sígueme. Segunda Edición, Salamanca 2007,Colección Nueva Alianza 170, las negritas son mías:

“Dios no quiere anestesiar a los hombres. Le gustan los ardientes. Los que aspiran a más en sus almas y en el mundo. Los que no se resignan a la injusticia. Los que viven insatisfechos en un mundo insatisfactorio.

Me aterra, por ejemplo, aquellos versitos de Gabriel y Galán que alguna vez me pusieron como modélicos y cristianísimos:

Los que nazcan en cunas de paja, que sufran sumisos, porque Aquel que nació en un pesebre también tuvo frío.

¿No se percibe que la pobreza voluntaria de Jesús se convierte así en la defensa del clasismo forzoso social?

Tampoco puede convencerme, por la misma razón, ese consejo que –en un libro ascético moderno- se da a un joven que aspiraba a puestos y tareas en los que esperaba realizarse y cumplir mejor: Donde te han puesto, agradas a Dios… y eso que venías pensando es claramente sugestión infernal. ¿Por qué ha de ser sugestión infernal la más plena realización de un hombre? A Dios se le puede agradar en todos los trabajos, pero yo creo que se le agrada dos veces si, a la vez que se cumple bien el trabajo que se tiene encomendado, se aspira a otro mejor en un mundo mejor.” (p. 148)

“¿Y no podría uno elegir como norma de su vida la Y griega y apostar a la vez por Joselito y Belmonte, por el fútbol y los toros, por el otoño y la primavera, por un poco de las izquierdas y otro poco de las derechas o por ninguna de las dos, por un plato de pescado seguido por otro de carne o, tal vez, por un plato de huevos? Parece que no, que un buen español tiene que practicar a diario el disyuntivismo, el separatismo espiritual, o esa intransigencia, que alguien llegaría a llamar la santa intransigencia, sintetizando así aquellos versitos que se cantan en una zarzuela (también, naturalmente española):

El pensamiento libre, proclamo en alta voz, y muera quien no piense igual que pienso yo” (p.150)

“Nunca he creído en la Santa Intolerancia y no me parece que tenga mucho que ver con el cristianismo. Lo cristiano me parece aquello que aspira al ideal, pero que parte de la aceptación de los hombres como son y lo que lleva siempre muchos sacos de perdón dispuestos para su empleo.

Me parece que los hombres nos vamos haciendo verdaderos adultos en la medida en que nos hacemos comprensivos. La intolerancia es, me parece, tolerable o comprensible en los jóvenes. Para ellos todo se divide en el bien o en el mal. Luego, la vida va descubriéndonos cuánto bien se esconde entre los pliegues del mal. Y cuánto mal se agazapa detrás de muchos recovecos del bien.”  (p. 266)

“Una vez, en este cuadernillo de apuntes, conté yo la historia de un tal monseñor que, durante el Concilio, no malgastaba su sonrisa en saludar a los obispos y se iba directamente a invertirla en la tribuna de cardenales; y poco después recibí una carta de cierto amigo del tal monseñor que, muy orgulloso, me explicaba que gracias a esa sonrisa bien distribuida había conseguido el prelado lo que deseaba. Una respuesta que no me descubrió nada, porque yo sabía que una sonrisa bien empleada termina siendo rentable, y lo que más bien discutía es ese tipo de degradación de las sonrisas. La eficacia, -incluso si es la santa eficacia- nunca me ha parecido una norma de vida.” (p. 307)

“Pero lo verdaderamente dramático llega cuando son los cristianos los que se inscriben en las filas de los desconfiados del amor y los que apuestan por la fría eficacia conseguida sin él. Y lo curioso es que esta corriente se respira hoy en familias ideológicamente bien opuestas dentro de la Iglesia católica.

Yo, por ejemplo, no he entendido nunca que en algún libro piadoso se pida que el corazón esté cerrado con siete cerrojos y se asegure que para amar más a Dios hay que estar atento de no amar demasiado a los hombres.” (p. 345)

“Hay gente que se pasa la vida atentísima a cumplir, a no pasarse en el mal. Y se olvida de chapuzarse en el bien. Es gente que lucha tercamente por barrer cada día sus defectos, que no descubre que si encendiera dentro el fuego de un gran amor, éste carbonizaría todos esos defectos que con tanto trabajo trata de aventar. Son personas que luchan tanto por empequeñecer sus almas, para que no entre en ellas el mal, que si un día viniera el bien a visitarles, se pegaría con la cabeza en el techo. Son hombres que, para no engendrar obras bastardas, se autocondenan a la esterilidad y, para que no se insubordine su libertad y tropiecen, han preferido no aprender a amar.

La libertad y el amor son dos riesgos, desde luego. Pero nadie pensará que la mejor manera de no salirse del camino sea imitar a la mula que da vueltas a la noria y, lógicamente, jamás se descarría. Aunque jamás avance tampoco.

Los hombres no somos, gracias a Dios, mulas encadenadas. Ni él ni nuestras conciencias esperan que nos limitemos a cumplir maquinalmente la ley, como si todo fuera hacer girar unos cangilones. Esperan que, por el contrario, asumamos el riesgo de ser libres, que aceptemos la aventura de crecer y, consiguientemente de ir cambiando de vestidos y estirando las ideas…” (p. 406)

saludos, 
Como-nueva

Querida Aquilina, por alusión, te contesto en relación con el escrito de Class. No estoy molesta con él, verás, es ahora, al leer (gracias al puente del 12 de octubre) durante horas, muchos artículos, cuando me he dado cuenta, como dice Mª Angustias que siempre es igual, que no era yo un caso especial o aislado y ni te puedes imaginar como me ha ayudado. Sin embargo yo pienso que para cada uno de nosotros, los que estamos fuera y los que están dentro, nuestro paso por el OPUS DEI ha sido y es un vuelo en solitario, en el que cada cual lo ha visto, asimilado, interpretado, llámalo como quieras, según sus capacidades, algo así como la tortilla de patatas, los ingredientes los mismos y a nadie le sale igual.

       Yo, a diferencia de Class no tengo ni he tenido nunca las cosas tan claras, no tenía tan claro lo que estaba bien o mal, porque ¿con respecto a qué? ¿A lo que acababa de aprender en el colegio?, ¿a lo que me enseñaban dentro de la OBRA?, ¿a lo que mi aún mi poco madura conciencia me decía?, ¿o a lo que unos aterrados y avergonzados sentimientos me dictaban? ¿Y quien te asegura que en estas situaciones eres objetiva o justa?

        No nunca he sido como Class, nuestras tortillas han salido diferentes, pero estoy segura que la intención que ambos hemos puesto es buena.

         Aún ahora que se supone ya tengo criterios, la cabeza amueblada, además de 60 años, porque siempre lo fui y sigo siendo muy amiga del Espíritu Santo, me encomiendo a Él casi en cada ocasión en las que tengo que hablar, opinar, actuar, dar alguna indicación, porque te aseguro que si algo aprendí en mi solitario vuelo es que nadie está en posesión de la verdad.

Janabenito 

Querida Estela_Madrid:

He estado en tu misma situación, consulté con mi abogada y, sobre la posible denuncia por acoso, te informo de lo siguiente:

- Acoso como forma de delito no hay. Quizá podría haber motivos para denunciar por COACCIÓN.

- Para que haya delito de coacción tienes que tener actualmente algún tipo de relación en inferioridad de condiciones, con la persona del opus que te molesta. (Por ejemplo, que sea tu actual jefa, que dudo que sea así...)

- Los mensajes, cartas o lo que sea, tienen que tener un contenido un tanto amenazante.

- Lo primero que tendrías que hacer sería mandar un escrito a la persona o personas que te estén molestando en el que quede clara tu expresa voluntad de no querer volver a recibir ninguna carta, mail o sms por su parte. Y que si no se respeta tu decisión, tomarás las medidas legales oportunas.

Te explico lo que hice en mi caso:

Me perseguían tres numerarias distintas. A base de muuuucho insistir en que me dejaran en paz, conseguí que se cansaran de perseguirme dos de ellas.

Con la tercera fui más lejos pues fue excesiva su persecución.

Ingenié un plan compinchándome con una amiga que hizo las veces de mi abogada en una conversación telefónica porque ya no tenía fuerzas ni para meterme en denuncias por el desgaste psicológico.

Esta amiga la llamó diciéndole que era mi abogada y que la conversación se estaba grabando. Le dijo que, como no dejara de molestarme, iba a presentar una denuncia en el juzgado de guardia por coacción, que teníamos suficientes pruebas y motivos.

Esta numeraria se asustó y, gracias a Dios, no ha vuelto a molestarme nunca más. Incluso la veo por la calle y ni se me acerca.

No sé si te servirá, pero mi experiencia fue hasta divertida porque asustamos a la nume y además conseguí mi objetivo.

Lo mejor que puedes hacer con la felicitación navideña si te llega este año y no piensas denunciar es NO ABRIRLA, meterla en un sobre y reembiarla. Eso les va a sentar fatal porque tú quedas por encima y eso les revienta a los del opus.

Suerte.
Exnumeraria

Como administradora en una casa de numerarias mayores, vi a dos personas profundamente enamoradas, se acabó cuando a una la trasladaron a seiscientos km, y vi a otra llorar, convencida de estar ofendiendo a Dios porque se había enamorado de alguien que vivía con ella.

Mediterráneo, dices que viste a dos personas profundamente enamoradas. Perdóname pero esta afirmación tiene una amplia interpretación y por lo  tanto está sujeta al criterio de cada cual. Yo me pregunto cómo pudiste “ver” el grado de enamoramiento por una parte y por otra, me pregunto cómo pudiste apreciar el grado de ofensa a Dios de la misma persona, me resulta difícil  creerte o por lo menos creer en el sentido q a mí me parece que lo estás diciendo.

Ahora, el motivo de este post. Si hay algo que cambiar en el Opus Dei no será desde mi posición ni desde la tuya. Yo comento con ánimo no de cambiar algo en la Obra simplemente son comentarios para que me lean los de dentro. En cuanto a los momentos malos o buenos… es una forma de hablar. Si quieres te digo que a mí no me pasó lo que dices Uno se va porque se da cuenta, en lo más profundo de su ser, que aquello no funciona, no funciona ni empujando, porque no es lo que le dijeron que sería. De hecho después de años me encontré con aspectos que se vivían diferente a lo que yo había aprendido cuando era una imberbe, imberbe pero dotada de sentido común, el menos común de los sentidos. Y fue mi sentido común el que me ha permitido actuar como hasta ahora y por el que permanezco aquí (en el Opus Dei) además de la ayudaza de Dios en primer término, por supuesto.

Me parece que no es bueno sentenciar, Mediterráneo, quizás el hecho de saber a ciencia cierta que estás hablando con una Opus Dei hace que categorices de manera drástica, y trates de igualar a todos según tu punto de vista. Siento decirte, querida, que así no es. Cada uno es cada uno y tiene sus puntos de vista y sus vivencias personales. Las mías me llevaron por otros derroteros, no sé… no sé a qué atribuirlo solo al amor que Dios ha puesto en mi vida y la consideración de que Dios es grande y a la fe que me lleva a tener la certeza de que Dios no se engaña ni puede engañarnos. Tengo la certeza de que Dios me quiere en el Opus Dei a pesar de los pesares.

Por último, quiero decirte que ustedes se han quedado, vuelvo a lo de las vivencias, con sus vivencias y se estancaron ahí, sin contar con que el tiempo pasa y hay una evolución constante. Y gracias a Dios en el Opus Dei también se dan esos cambios puesto que es una institución viva.

Cuando hablé de una entrega a ciegas, me referí a que siempre debe intervenir nuestra inteligencia, también en la entrega. Somos seres inteligentes, los humanos, y nuestros actos son actos libres, deben serlo. Si olvidamos esto estamos fritos.

En cuanto a la gracia de Dios a los que gobiernan, precisamente no todo el mundo es apto para gobernar. A eso me refiero. Si una persona es rastrera según tus palabras, infeliz etc. Precisamente esa persona no es apta para gobernar. Yo no he visto personas rastreras en el Opus Dei. Sí he visto personas infelices, como es normal, todos somos humanos, “equivocables, y justamente esas personas no siendo aptas para el buen gobierno han tenido o tienen cargos de dirección, obteniéndose resultados como los que ya conocemos.

Mediterráneo, guapísima, uso tus mismas palabras, si te refieres a que “vea” (lo malo que es el Opus Dei) y que “actúe en consecuencia” (retirarme), puedes tomar asiento porque te vas a cansar de tanto esperar :-))

Con cariño

Calandria

El marquesito y la mano de Dios

En el mundial del 86, jugando contra los ingleses, Maradona hizo uno de los goles más famosos de la historia del futbol: en la filmación de la TV no se veía claro si le había pegado con la cabeza o con la mano. Cuando luego del partido lo entrevistaron, Maradona dijo la famosa frase: “fue la mano de Dios”.

Escrivá hizo el Opus a su imagen y semejanza: lo esculpió hasta los más mínimos detalles siguiendo sus gustos y preferencias, pero a sus seguidores logró meterles en la cabeza que “fue la mano de Dios”, que todo era expresa voluntad divina, él lo único que hacía era lo que Dios le indicaba...

Querida Augustina, te agradezco mucho la pronta respuesta, casi en real time, tras mi email. No me parece haber escrito ni entendo decir que “el no poner nombre y apellido” invalida lo escrito, ni tampoco quiero confutar nada de lo que se lee aquì. Escusandome de antemano por la falta de claridad y los errores de mi castellano, quiero sin embargo dejar unas consideraciones personales. Me parece que en esta web, de vez en cuando se intenta combatir a la Obra con los mismos medios que se intentan pelear; se acaba por tener una web autoreferencial en la que no caben pareceres y opiniones distintas dal “comun sentir” de los que aquì escriben. Algun ejemplo:

• «En la Obra se consideran los unicos que poseen la verdad y menosprecian los demàs». Bueno, pero sòlo en esta web se encuentra la “vera verdad” sobre la Obra y quien intenta decir algo distinto, las reacciones non tardan en manifestarse.

• “ Los fines buenos” de las personas de la Obra no pueden justificar medios iniquo para alcanzarlo (manipulaciòn de las almas, captaciòn de menores…). Es verdad, pero tambièn el utilizo de escritos o informes internos, sacados de su conjunto, puede configurarse como falta de lealtad; especialmente si alguien los tiene por ser de la Prelatura o por tener algùn cargo de gobierno. En la empresa donde trabajo, por ejemplo, hay unos informes “de exclusivo uso interno” y os puedo asegurar que nada tiene que ver con secreteos o asociaciones secretas.

Màs aun, si mi padre o un amigo me escribe una carta, no me parece justo esponerla a todos, sin su permiso. Ademàs hay unas cuantas acontecimientos, costumbres de cada familia que nada tienen que decir a los estranjeros.

• Por lo que se refiere a la configuracciòn juridica, de vez en cuando se leen unas intervenciones que manifiestan una grosolana ignorancia de bàsicos conocimientos del Derecho e Historia de la Iglesia. Personalmente hablo como ignorante en estos asuntos, si tengo alguna duda pido aclaraciones a unos especialistas. Al contrario me parece que unos cuantos, disfrazandose como esperto, escriba unos cuantos disparates…

• La web, se escribe, no es contra la Iglesia; es verdad, pero muchas veces aquì se pone en tela de juicio lo que dice la Iglesia. Un ejemplo: San Josemarìa. La Iglesia lo ha proclamado Santo, cada quien puede o no acudir a Su intercesiòn, acudir a la de San Pio, Santa Teresita, San Juan o al Estìlobata, pero me parece un poco presumido poner el proprio jucio sobre èl de la Iglesia. Si tenìa o no tenìa un buen caràcter, si rescatò el marquesado por sì o su hermano, se acaba por ser algo anedoctico, còmo los miles anèdoctas de otro estìlo que de El se tramandan en la Obra.

Lo que ha sufrido cada uno de nostros que ha pasado por la Obra es algo muy personal; podriamos abrir un blog sobre “los roces en los matrimonios”, “problemas de los hijos adolescentes”, “las dificultades de los que trabajan en la empresa Fulana o Mengana”; cada uno podria asì quitarse unas piedrecitas, echando sus problemas en el blog y todos llegariamos a la conclusion que los problemas son muy semejantes!

Por supuesto, esto es mi modesto y peculiar punto de mira, quizà a veces distinto de los que aparecen aquì màs frecuentemente.

Con carino a todos,

Pippi 

Queridos orejas:

¿Alguien puede explicarme, porque nunca lo llegué a entender, lo siguiente?:

1. ¿POR QUÉ LAS NUMERARIAS NO PUEDEN FUMAR Y EL RESTO DEL OPUS SI?

(Respuesta oficial: "porque Dios se lo hizo ver así a nuestro padre")

2. ¿POR QUÉ LOS SACERDOTES DE LA PRELATURA NO SE PUEDEN DEJAR BARBA?

(Respuesta oficial: "porque Dios se lo hizo ver así a nuestro padre")

3 Y LO QUE MÁS LLAMÓ MI ATENCIÓN: ¿POR QUÉ, SI UNA NUMERARIA QUIERE ACCEDER O ACCEDE A UN PUESTO DE TRABAJO EN UN OBISPADO, TIENE QUE PEDIR UN PERMISO OFICIAL?

(Respuesta oficial: "porque Dios se lo hizo ver así a nuestro padre")

Gracias de antemano por las respuestas.

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