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CORRESPONDENCIA

 

11-mayo-2004

 

(de Flavia)

Otro más:

Parece que los chicos y chicas opus se están exasperando.

Lamento que mi "compatriota valiente", aunque un poco contradictorio, Luis M.R. (él no nos beneficia con su nombre completo) se exprese en los términos en que lo hace.

Es evidente que el "tono humano" de la Obra está en picada, y que el autor del disonante y crapofílico mail mencionado, muestra demasiado interés en insultar como para haber conocido al Opus Dei hace años, y nada más... qué pasiones despierta la Cosa...

En fin, no creo que con estos aspirantes a Torquemada, cuando no francamente maleducados, se pueda hacer más que dejarlos pasar... un manto de piedad.

Una pena, grande, que lo mejor que se pueda decir en defensa de una institución, en este caso la Obra, sea una coleccción de palabrotas o de condenaciones. Reitero, me da más pena por el Opus Dei, con semejantes defensores, que por nosotros, depositarios de anatemas e insultos.

Saludo cordialmente a todos, inclusive a estas personas tan desafortunadas en sus expresiones, y conjeturo que en sus sentimientos también.

Flavia


(de Nacho)

LA VOZ DE SU AMO

Los que hemos estado casi 34 años en la obra sabemos lo que pasa en ella. Hubo una 'intención mensual' que durante años vivimos todos los que pertenecimos a esta institución cuando era instituto secular. Se trataba de difundir en nuestros ambientes que en la obra se vivía la más completa libertad y no estaba relacionada con el régimen del general Franco.

La carta del Fundador al general Franco que publica opuslibros, nos demuestra que aquella intención era falsa. ¡Vaya si tenía que ver! Eso sí había que seguir la consigna y rezar por ella. Los que ahora escribís defendiendo vuestra libertadd a estar en el opus estáis siguiendo la voz de vuestro amo.

Yo sé que el tiempo que estuve en la obra se hablaba mucho del 'apostolado de la opinión pública' y se decía que no era solo para periodistas. Se citaba el ejemplo de personas que lo vivían, a través de sus cartas al diario ABC. Entre los hombres de la obra se citaba a un agregado llamado Juan M. que pertenecía al centro Tajamar. Sus misivas tenían mucho sentido común.

El que firma esta colaboración se ha descubierto mucho a través de mis escritos anteriores. ¿Acaso no doy la cara? Vaya si la doy. No oculto ante mis amigos que soy un 'ex', y a mucha honra. Ese señor que firma Tudela ahí está. No sabe lo engañado que vive. Lo que no sé es si es que o está siguiendo las indicaciones del que lleva su charla o confidencia (igual no sabe que así se llamaba antes), o ha sido a seguir la charla que se da en las convivencias o cursos anuales --ahora no es tiempo en España-- o del curso de retiro que acaba de hacer, o ha sido su director quien amablemente le ha invitado. Como diría un numerario (Martincho) muy conocido en el/la opus "¡muy bueno tu!".

Ya has cubierto tu cuota de "apostolado de la opinión pública". Espero que te sientas orgulloso. A mí, personalmente, me das pena. Ya se te abrirán los ojos y serás más feliz que ahora. No lo sabes bien. Da el paso, que, como decía San Josemaría, "vale la pena". Serás libre.Te lo aseguro.

NACHO


(De José Antonio) El número de los necios es infinito.

Luis M.R. :

Me he reido con tu correo. Francamente me he reído porque, aunque rezume insultos, que nunca son agradables, me deja ver tu talante, tu personalidad, tu personilla... y lo que veo me hace reir... de verdad que me hace reir...

Me trae a la memoria pasajes bíblicos y literarios que no tienen desperdicio...

En cuanto a los bíblicos, dicen las Sagradas Escrituras que “...el número de los necios es infinito...” (o sea, para que lo entiendas, incontable).

Y en cuanto a los literarios... no sé si te sonará un tal Cervantes (un escritor español)... que le dió por inventarse una historia... y creó al efecto dos personajes llamados Don Quijote y Sancho Panza... caballero y escudero, respectivamente.

En una de sus andanzas le dijo Sancho Panza al pobre Don Quijote: “...Me parece que vuestra merced se despeña de las altas cumbres de su locura al profundo abismo de su simplicidad...”

Estos antecedentes y otros muchos que sería largo de citar han dado lugar con el tiempo a dichos populares como el de que “a los tontos y a los locos se les da la razón”... en el sentido de que no puede uno ponerse a su altura... y de que es inútil el esfuerzo que uno haga para hacerles comprender lo que cualquier persona normal entendería...

No obstante, no voy darte la razón, criatura... sólo te digo que me he reido... me he reido mucho, pero mucho... leyendo lo que da de sí tu inteligencia...

José Antonio.


(de LALA)

Estoy de acuerdo con Pepita en su escrito de "te fuiste, ya no nos sirves". Me he sentido muy identificada con ella. Todo lo que cuenta creo que nos ha pasado a todos y nos hemos sentido todos así en algun momento. Pero tiene razón en una cosa, es mejor quedarse con lo bueno, poco o mucho, porque así seremos mejores personas o por lo menos mejores que esas personas que de una forma u otra nos hicieron daño. Es verdad que en ocasiones crecimos de golpe y otras retrocedimos, quedémonos con las buenas.

Un saludo:
LALA


(de Compaq)

Me envía un amigo lo siguiente que quiero compartir con vosotros,

"Resulta inevitable que algunos se vayan. Es una prueba más del vigor sobrenatural de la salud de espíritu de la Obra. Como todo cuerpo sano, se resiste a asimilar lo que no le conviene, y expulsa inmediatamente lo que no asimila. Y no sufre por eso: se robustece."
(De "Vademecum de los Consejos Locales". Incorporación a la Obra/La perseverancia en la entrega, pág. 48. Roma, 19-III-87)

Tras su lectura yo me pregunto y os pregunto, merece la pena sufrir o haber sufrido alguna vez por la obra?? Madre o madrastra??

Compaq


NOTA: cuando el oreja que está de guardia contesta a alguno de los correos, su comentario va en cursiva y es la opinión personal del oreja que contesta. Lo hace expresando su opinión como uno más de los que escribís, no como línea editorial de la web. Sus opiniones son igual de personales -y criticables y respetables- como las opiniones que se vierten en los correos que se reciben.


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